Resumen Latinoamericano, 15 de abril de 2020
Desde el 4 de abril se buscaba intensamente a Camila Tarocco, a pesar de las complejidades por el Aislamiento Social, su familia movilizó las redes sociales y las casas de Moreno.
Por la noche del martes la policía hallo su cuerpo asesinado. Se encontraba a 200 metros de la casa de Ariel Báez, su ex pareja.
Días previos en el marco de la investigación por el paradero de la joven, Báez fue arrestado por incongruencias en los testimonios, motivo por el cual se convirtió en el principal sospechoso. Ahora es evidente su accionar en el femicidio.
Desde el observatorio #AhoraQueSíNosVen publicaron las estadísticas de femicidios en el contexto de la cuarentena, las mujeres asesinadas por violencia machista fueron 18 en tan sólo 23 días, ahora se suma la muerte de Camila.

#JusticiaPorCamila
#NiUnaMenos
Emergencia por violencia de género ya!
Más abusos policiales: Paliza a joven en Bahía Blanca
Resumen Latinoamericano 15 de abril de 2020
Luciano sacó a pasear al perro y la policía de la comisaría 2° de Bahía Blanca le fracturó el tabique, le rompió dientes y golpeó el ojo izquierdo. Luciano es un trabajador, como tantos otros y otras que sale a trabajar todos los días, pero en este caso, salia a pasear su perro, después de una jornada laboral. A pesar de tener permisos para el movimiento sufrió una gran paliza. El aislamiento social no puede ser una excusa para reprimier impunemente a los y las trabajadoras.
Prefigurando la post cuarentena /De la justicia social a la justicia socioambiental
«Son los momentos de crisis los que ponen las manos en el fuego de quienes aspiran a ser revolucionarios. Los que desnudan las construcciones huérfanas, la pobreza política de las sectas, la mediocridad de los burócratas, las falsas ilusiones que promueven quienes formulan sus apuestas desconectados de los procesos populares, o sin tomarse el trabajo de estudiar la realidad. Son los momentos de crisis los que determinan respetos y la posibilidad de ser escuchados, los que valorizan las construcciones sociales y políticas enraizadas, la capacidad de unir al pueblo, los liderazgos estudiosos, creativos y con las orejas abiertas para aprender y escuchar, la decisión de no confundir nuestros deseos con la realidad concreta a transformar.Seguramente después del coronavirus en muchos lugares del mundo los pueblos saldrán a ‘saldar las cuentas’. Por experiencia de lucha acumulada, Nuestramérica seguirá estando a la vanguardia».
Guillermo Cieza,“Nuestramérica después de la pandemia”,10 de abril de 2020.
Recuerdos del futuro
Pasaron las Pascuas, y un gobierno que se siente más cómodo ofreciendo la otra mejilla que desalojando a los mercaderes del templo, a fin de no adoptar medidas drásticas que desalienten a un empresariado impaciente por recuperar ganancias, acaba de anunciar una segunda fase de “cuarentena administrada” prácticamente hasta fines de abril, cuando todxs lxs sanitaristas coinciden en que el pico más alto de contagio por el COVID – 19 se producirá durante el mes de Mayo – sin considerar las consecuencias del “Viernes Negro” vivido por jubiladxs y pensionadxs, lo que aún está por verse – y la sociedad toda comienza a sospechar que no volverá a ocupar espacios públicos hasta pasado el invierno.
Pasaron las Pascuas, y un gobierno que se siente más cómodo ofreciendo la otra mejilla que desalojando a los mercaderes del templo, a fin de no adoptar medidas drásticas que desalienten a un empresariado impaciente por recuperar ganancias, acaba de anunciar una segunda fase de “cuarentena administrada” prácticamente hasta fines de abril, cuando todxs lxs sanitaristas coinciden en que el pico más alto de contagio por el COVID – 19 se producirá durante el mes de Mayo – sin considerar las consecuencias del “Viernes Negro” vivido por jubiladxs y pensionadxs, lo que aún está por verse – y la sociedad toda comienza a sospechar que no volverá a ocupar espacios públicos hasta pasado el invierno.
Para más datos, un inquietante informe originado en Harvard acaba de afirmar que para neutralizar al virus hará falta que se contagie por lo menos el 70% de la población mundial, lo que – siguiendo un cálculo lineal, y dada la cantidad actual de habitantes del planeta – insumiría unos 10 años, aunque se espera poder descubrir la vacuna que inmunice contra dicho flagelo bastante antes. Sin embargo, también se afirma que su capacidad de mutación haría que, aún quienes ya hubieran pasado por el contagio, podrían volver a contraer la enfermedad. Y, en su peor pronóstico, se agrega que la pandemia podría llegar a hacer sentir su impacto hasta 2022, perspectiva que, de tener asidero, modificaría sustancialmente nuestro modo de vida como en una distopía propia de la ciencia ficción. En tal circunstancia, habría que pensar que el posible reseteo global no descartaría solamente a los sectores más vulnerables de la humanidad (pobres y ancianxs), sino a países enteros (Haití, Siria, Albania) que desde hace tiempo carecen de Estados fuertes capaces de afrontar la crisis con planificación estratégica y unidad de mando. Pero, afortunadamente, ni la ciencia descansa ni es esa la única prospectiva en consideración.
Mientras la cantidad de decesos a causa de la pandemia en curso supera la cifra global del millón de personas, y los países más afectados privilegian ocuparse de los protocolos sanitarios de rigor por encima de las conjeturas acerca de su origen, una de las figuras que se ha sumado a la hipótesis más generalizada sobre el particular es Philip Giraldi, ex funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, quien no ha descartado que EE.UU. podría haber “creado” al temido virus, en colaboración con Israel, en un intento por interrumpir el crecimiento económico y el poder militar de China.
En contraposición a ese punto de vista, algunxs analistas adhieren a posturas como la sustentada por la investigación publicada en el Clinical Microbiology Reviews del año 2007, que decía: “El rápido crecimiento económico en el sur de China ha llevado a una demanda creciente de proteínas animales, incluida la de animales de caza exóticos como las civetas; grandes cantidades de variedades de estos mamíferos salvajes en jaulas superpobladas y la falta de medidas de bioseguridad en los mercados permitieron el salto de este nuevo tipo de virus que pasan de animales a humanos y que entonces los estudios se empezaron a dar, casualmente, con los murciélagos, los hallazgos de que los murciélagos de herradura son un reservorio natural del virus similar al SARS y que las civetas son un anfitrión de la amplificación destacan la importancia de la vida silvestre y la bioseguridad en las granjas”. Allí también se planteaba que los animales salvajes padecían estrés cuando estaban en jaulas, lo que aumentaba el nivel de contagio, tanto por su orina, por sus heces o por su saliva, y que todas estas condiciones colocaban a la zona del sur de China como un lugar lógico para que se produjese lo que ahora se conoce como coronavirus.
Obviamente, si la anterior hipótesis fomenta la concepción belicista que propone una “guerra” contra el “enemigo invisible”, esta última se ubica más cerca de la necesidad de propender a una ética del cuidado. Lamentablemente, en nuestro medio parecería estar gravitando en mayor medida el primer camino.
La situación es de tal gravedad, ante la pérdida de empleo y los millones de desocupados que la cuarentena global generará, que incluso los economistas más liberales están pensando en un segundo New Deal (*) en el marco de esta gran crisis sistémica.
En las últimas horas, economistas que oportunamente acompañaron al Ministro José Ber Gelbard a partir del año 1973 han sostenido que, dada la gigantesca fuga de excedentes (capitales) de los últimos años, si no se preserva o “administra la recesión”, se le agregará la desorganización, desarmado y desaparición de las estructuras productivas urbanas. Podrán subsistir las “actividades esenciales”, el agro, la alimentación, etc. Vale decir que, sin esa estrategia de preservación, el coronavirus habrá completado la destrucción del tejido industrial llevado a cabo sistemáticamente desde 1975 hasta nuestros días.
Lo que hemos construido en 45 años es una “economía para la deuda”: No podemos vivir sin producir y consumir al mismo tiempo. En ese modelo el agro, la minería, el petróleo, son actividades postuladas para pagar la deuda estructural. Es el modelo primario exportador y pagador. Pero con 40% de pobreza, ejército de trabajo en negro, la Administración Pública como seguro de desempleo carísimo, y la sombra de una enorme deuda social (4200 villas de emergencia, sólo por dar un ejemplo)
En semejante contexto, no cuesta demasiado comparar cuánto gravitan las decisiones del poder económico y cuánto las del gobierno. El del frigorífico quilmeño Penta sirve como caso – testigo de la desobediencia empresarial a la que se enfrentan las autoridades democráticamente electas: Un delegado de planta declaró en medio del acampe que se desarrolló en puerta de fábrica que una representación laboral fue recibida por la Intendenta Mayra Mendoza, quien prometió que “hará lo posible por dialogar con los dueños de la fábrica para intentar que escuchen razones”. En tanto, el conflicto continúa irresuelto y, más allá de la desafectación de efectivos policiales intervinientes en los primeros escarceos, el accionar represivo también.
A esta altura del panorama descripto, preocupa conjeturar cuáles pueden ser las consecuencias que sufra un país con su economía diezmada por administraciones ineptas o decididamente canallas, en tanto se continúa pagando una deuda centenaria, odiosa e ilegítima, se vacila en gravar la renta improductiva, y se cubre la urgencia social con emisión de billetes: Quién parará las protestas que produzca en el futuro próximo la inexorable estanflación? Se espera que jueguen ese rol las organizaciones sociales?? Acaso se prevé que aceptarán hacerlo???
Morderse la cola dentro del orden capitalista conduce a reiterar el fracaso
Las «ideas zombis» de las que habla el Premio Nobel de Economía Paul Krugman son postulados que han sido reiteradamente refutados y que sin embargo persisten, porque favorecen a una porción minoritaria pero poderosa de la sociedad.
Las «ideas zombis» de las que habla el Premio Nobel de Economía Paul Krugman son postulados que han sido reiteradamente refutados y que sin embargo persisten, porque favorecen a una porción minoritaria pero poderosa de la sociedad.
En el imaginario de vastos sectores progresistas anida la “idea zombi” de que la tensión a resolver en este momento de la Historia estaría dada entre capitalismo desregulado y capitalismo regulado. De hecho, el ex Vicepresidente boliviano Álvaro García Linera definió al modelo que ensayara como “capitalismo andino amazónico”, y la Vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner ha caracterizado al statu quocomo “capitalismo anarquizado” y a su propuesta como “capitalismo en serio”.
Viene a cuento pues recordar que la política económica oficial abreva en las concepciones del mentor del ministro de dicha cartera, el también Premio Nobel Joseph Stiglitz, autor de un flamante ensayo cuyo título no permite albergar duda alguna: “Capitalismo progresista. La respuesta a la era del malestar”.
Por su parte, el pensamiento crítico viene afirmando desde hace tiempo que en el Siglo XXI ya no basta con resolver la tensión entre capital y trabajo, como sostenía la teoría clásica, sino que corresponde afrontar la que vincula a capital, trabajo y naturaleza.
Hasta la fecha, la gestión de Alberto Fernández, propensa a ejercer una política distribucionista que continúa apegada al paradigma extractivista (lo cual tiene uno de sus más claros ejemplos en la explotación vía fractura hidráulica o fracking del yacimiento de Vaca Muerta), le viene dando la espalda a la afligente realidad de un maltratado ecosistema, lo que refleja el remanente del más vetusto ideario de un peronismo que ha dejado de ser “el hecho maldito del país burgués” para convertirse en garante de la gobernabilidad demoliberal, echando en saco roto el valioso legado que el16 de marzo de 1972 Juan Domingo Perón publicaba bajo el nombre de «Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo» (https://www.barilocheopina.com/noticias/2019/03/17/40339-una-carta-de-peron-que-pocos-peronistas-leyeron), texto en el que bregaba por un planeta libre de imperialismo colonizante, buscando alertar contra la creciente contaminación.
A propósito de tan acuciante dilema, en su flamante ensayo “Una brújula en tiempos de crisis climática” (2020, Editorial Siglo Veintiuno), la sociólogaMaristella Svampa y el abogado ambientalista Enrique Viale proponen pensar la salida a la crisis civilizatoria en curso a través de un pacto ecosocial y económico de carácter global. Ojalá tanto nuestra clase política como buena parte de la militancia no persistan en la ceguera epistémica que supone ignorar planteos de semejante trascendencia.-
(*) New Deal es el nombre dado por el presidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt a su política proteccionista puesta en marcha para luchar contra los efectos de la Gran Depresión de 1929 ocurrida en su país.
Inflación llega en marzo a 3,3% y la interanual alcanza 48,4%
Resumen Latinoamericano* / 15 de abril de 2020
El índice de precios al consumidor (IPC) en Argentina aumentó el mes pasado 3,3% y llevó la inflación interanual a 48,4%, el porcentaje más bajo desde diciembre de 2018, informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC).
«El nivel general del IPC representativo del total de hogares del país registró en marzo una variación de 3,3% con relación al mes anterior», lo que llevó el encarecimiento de precios del último año al 48,4%, señaló el INDEC en su informe.
Los mayores aumentos en marzo se detectaron en el rubro de educación (17,5%) y comunicación (8,3%).
También subió por encima del promedio el segmento de prendas de vestir y calzado (4,2%) y el rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas (3,9%).
La incidencia de la inflación fue más onerosa en el noreste (3,8%) y el área metropolitana, que abarca la ciudad y la provincia de Buenos Aires (3,6%).
El encarecimiento de precios entre marzo de 2019 y 2020 llegó al 48,4%, el indicador más bajo que registra el INDEC desde diciembre de 2018, cuando la inflación fue de 47,1%.
Al igual que pasó con los datos de febrero, los nuevos números observados por el INDEC dan cuenta de una desaceleración de la inflación, que llegó a su pico en mayo de 2019, cuando alcanzó el 57,3%.
Sputnik*
La solidaridad tiene cara de madre
Madres Víctimas de la Trata, Resumen Latinoamericano, 15 abril 2020
De lunes a viernes, a la hora del almuerzo, largas filas de gente desfilan por el pasaje Ciudadela en el barrio de Constitución para recoger, por una ventana del número 1249, su ración de comida: “quinientas cincuenta raciones. Hay personas en situación de prostitución, con graves problemas de salud y con niños chiquitos, me piden leche desesperadamente. Tuberculosis, bajo peso, VIH, etc., etc. …” revela Margarita Meira, la mujer que lleva adelante este comedor que resulta ser, también, su propia casa.
Y es que cuando las cosas se pusieron estructuralmente difíciles para el barrio y la sociedad argentina en general, también se pusieron difíciles para ella. En sus propias palabras, “hacia 1988 comenzó a desembarcar en la Argentina el neoliberalismo” (cuyas lógicas y políticas venían esbozándose desde los tiempos de los sucesivos golpes militares, pero se instalaron con especial y explícita fuerza en la década de los ’90 luego de la asunción de Carlos Menem) Entre otras cosas, la apertura de las importaciones llevó a Margarita a perder su trabajo como costurera y a ver su situación económica seriamente afectada. “Claro que lo mismo que me pasaba a mí les ocurría a mis vecinos. El hambre comenzó a ser un problema cotidiano, por lo que decidí organizar en mi casa un comedor comunitario que se llamó Madres de Constitución” Actualmente el comedor dispone de un suministro provisto por el gobierno de la Ciudad, aunque lo que acaba sucediendo es que el mismo resulta insuficiente y Margarita y sus colaboradoras se ven verdaderamente desbordadas.
Poco o nada sospechaba Margarita que tan solo tres años después de la fundación del comedor, en 1991, su hija Susi (cuyo nombre hoy puede leerse tatuado en su brazo) sería secuestrada por una red de Trata para ser explotada sexualmente. Fue con la compañía y la colaboración de su hija que Margarita inauguró el comedor, y fue, a la vez, el secuestro y posterior asesinato de Susi lo que dio comienzo al arduo camino de búsqueda y lucha que desembocó en la definitiva fundación de Madres Víctimas de Trata en 2015. Durante todos esos años de dolor por la falta de Susi el comedor siguió adelante, y así continúa en la actualidad.
Mucho dista la realidad social de ser una fiesta, y poco tiene que ver la solidaridad con una tarea armoniosa realizada alguna vez a la semana para luego sonreír delante de alguna cámara fotográfica. Bien lo sabe Margarita, que así describía la situación del barrio en su libro autobiográfico que vio la luz el año pasado: “Actualmente se vive pésimo porque tampoco hay trabajo. Quienes más sufren son los de menos edad. El otro día le estaba diciendo a un vecinito que estudie, ya que de otra manera nunca iba a tener un buen trabajo, y muy fresco me contestó que más plata iba a ganar en la esquina, arrebatando celulares o vendiendo droga. Y veo que las nenas, en cuanto se van haciendo señoritas, tienen a los proxenetas rondándoles. No estudian, no trabajan, no están bien en la casa, por lo que no les cuesta mucho a las redes de trata convencerlas.”

Experiencias como esta motivaron la decisión de establecer, en la casa del Pasaje Ciudadela, además del comedor, un centro cultural donde se brindara apoyo escolar y se realizaran diversas actividades artísticas para dar a las niñas y niños del barrio un espacio seguro, que contribuyera a su crecimiento en libertad y les alejara aunque sea un poco del acecho de lxs explotadorxs. Actualmente la situación del centro es complicada, esencialmente por falta de recursos y personal para brindar los talleres. Al parecer, Constitución es un barrio
abandonado no sólo en los sentidos social y económico, sino también en el sentido cultural y artístico, tan fundamental para acompañar el crecimiento de lxs más pequeñxs en un contexto de extrema vulnerabilidad. A esto hay que agregar la situación actual, en la cual el apoyo escolar y las clases online con motivo de la cuarentena no llegan a la infancia que apenas si come.
Al hecho de combatir, como se puede, el hambre desde el barrio de lunes a viernes durante todo el año, con o sin emergencia sanitaria, a Margarita se le añade la dolorosa labor de acompañar a las otras Madres, sus compañeras, en la búsqueda de sus propias hijas, desaparecidas para ser prostituidas por las redes de proxenetas y explotadores. Las Madres no descansan. Ningún día del año, ni cinco minutos, ni treinta segundos. Cuando Margarita no se encuentra entregando viandas desde el comedor, está luchando con sus compañeras que buscan a sus hijas, o brindando asistencia y asilo a jóvenes en situación de prostitución que han sufrido desalojos o se encuentran en situación de calle. Todo en la más dolorosa de las soledades: con una escasez de recursos insostenible, casi sin atención mediática, por supuesto sin financiamiento alguno de parte de grupos de interés económico, y sin demasiado tiempo para andar enorgulleciéndose de sus acciones a través de las redes sociales. Así relataba, en los días previos a Semana Santa, la situación en el comedor: “Fue una odisea, la gente se pone en la cola y cuando llega no son los que están en la lista. Nos parte el corazón y ahí hacemos magia todos los días. Damos en viandas por la ventana y en bolsas descartables, no entramos nada de la calle. Nos tenemos que organizar para poder entregar 1500 viandas por el feriado.”

En su célebre obra “Patas Arriba”, Eduardo Galeano expresaba que “A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba a abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder (…) La caridad no perturba la injusticia. Sólo se propone disimularla”
Este es un principio que, consciente o inconscientemente, rige toda la actividad de la organización: el objetivo útlimo que Madres Víctimas de Trata se propone es el de desarmar una realidad de injusticia y opresión dirigiéndose a su misma raíz. Desarticular el entramado de proxenetas y prostituyentes que se benefician, cada uno desde su lugar, de la humillación, la violación, la tortura y la explotación sistemáticas de las mujeres en general, y de las pibas desaparecidas en particular.

Es desde la solidaridad que cada día del año, con o sin pandemia, Margarita Meira saca recursos de donde no tiene para contribuir a la alimentación de sus vecinos. Es desde la solidaridad, de igual a igual, en condición de víctima de las mismas garras patriarcales que le arrancaron a su hija, que Margarita asiste a las víctimas del Sistema Prostituyente, y no desde una caridad mentirosa que no se plantea ni por un segundo alterar las relaciones de poder vigentes y la situación de explotación de esas jóvenes, ayudarlas a salir del entramado que las exprime para transformar su salud en ganancias exorbitantes y restituirlas como sujetos de derecho. Es desde la solidaridad, también, que las voluntarias y los voluntarios que componen esta organización aportan su energía física e intelectual cargando con el conocimiento de las dimensiones y la bestialidad del enemigo que enfrentan, y con la constancia, en palabras de una de las voluntarias, de que “somos pocxs, que no damos abasto, porque colaborar contra la trata duele”.

Ante la cara dolorosa, compleja y desgarradora de un neoliberalismo que castiga con
hambre a los vecinos de Constitución a la vez que se combina hábilmente con los fundamentos patriarcales de nuestra sociedad para extraer ganancias de la mercantilización de los cuerpos de nuestras pibas, la caridad de algunos grupos que se dicen feministas no puede parecernos más que una simple fachada. Las Madres Víctimas de Trata saben, las Madres Víctimas de Trata entienden que la entrega de alimentos es fundamental, pero que sola y sin lucha contra las relaciones de poder se reduce a mera desviación del foco de la problemática. Las chicas a las que las madres buscan y las chicas a las que las madres asisten en su salida del Sistema Prostituyente se encuentran en situación de vulnerabilidad durante todo el año, en un confinamiento eterno y obligado, haya o no cuarentena obligatoria y su situación límite, de extrema vulneración no se agota, lamentablemente, con asistencia alimenticia, ni con algún vago dictado de frívolos consejos que parecen burlarse de ellas en la medida en que les sugieren modos irreales y ridículos de “acomodarse” en medio de la vulnerabilidad y la explotación.
Ante el carácter ineludiblemente doloroso y complejo de esta realidad que trasciende por lejos la actualidad pandémica, no puede parecernos algo más que hipócrita el acto de reservar el foco mediático a la labor caritativa coyuntural de algunos organismos, ignorando por completo el trabajo de organizaciones como la que trenzan las madres, que luchan durante todo el año y atentan contra las bases de la opresión social.
Surgen de esta reflexión algunas preguntas. ¿Por qué no mencionan jamás, estos organismos tan preocupados por las mujeres en situación de prostitución, a las chicas desaparecidas? ¿Por qué se dedican en cambio a actos simbólicos engañosos como el de heroizar ciertos hechos históricos durante los cuales la libertad de elegir de un grupo de mujeres en situación de prostitución no ha sido más que doblemente atropellada? ¿No es esta otra maniobra más para disfrazar de armoniosa y libre una realidad torturadora que exprime a sus víctimas y las castiga con un punitivismo del que dicen renegar? ¿No es ésta, en definitiva, la violencia simbólica de la que deberíamos hablar?
El feminismo y la confrontación de los problemas sociales que conlleva podrían parecer más fáciles de digerir si sólo hablásemos de falsos empoderamientos; si pudiéramos ser tan inocentes de considerar “actores políticos fundamentales” a quienes son en realidad víctimas de un sistema político opresor inacabablemente impune; si enalteciéramos como hechos heroicos ciertos episodios históricos que en verdad no hacen más que confirmar el continuo avasallamiento de nuestros deseos reales y de nuestra voluntad, y si nos contentáramos encargándonos de los asuntos de un modo más bien superficial y pasajero.
De disimular la injusticia con caridades efímeras y construir una fachada estéril que escamotea el carácter desgarrador y profundamente opresor de esta sociedad que explota mujeres mientras dice defenderlas ya se encargan muy bien los grupos poderosos, esos que disponen de dinero y de tiempo para descansar, y que reciben financiamiento y atención mediática a montones. Lo relevante, y también lo olvidado en la lucha de las Madres es el objetivo de destruir la injusticia a fuerza de solidaridad, y así seguirá siendo cuando la pandemia haya acabado y mucho después. Porque mientras existan la opresión y la explotación habrá madres, militantes y compañeras dispuestas a destruir sus bases y a construir juntas una realidad justa, de igual a igual.
Equipo de Comunicación de Madres Víctimas de Trata
Envio:RL





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