28 de junio de 2020

Evocando al periodista revolucionario Emilio Jáuregui a 51 años de su asesinato.

Evocando al periodista revolucionario Emilio Jáuregui a 51 años de su asesinato
Resumen Latinoamericano, 26 junio 2020
Emilio Mariano Jáuregui se dedicó desde joven al periodismo, trabajando para los diarios La Nación y La Prensa. Su militancia en el sector lo llevó a encabezar la Federación Nacional -la FATPREN- hasta su intervención en 1966. Fue también un referente de la CGT de los Argentinos y como parte de la intelectualidad antiimperialista y revolucionaria se ligó a la editorial La Rosa Blindada.
sEn el centro de la foto, Emilio Jáuregui durante su visita a China.

Desde temprano Emilio decidió entregar su vida a la causa revolucionaria. Esta búsqueda lo llevó a militar en el PC, del cual se iría expulsado por su oposición al rumbo revisionista de esta fuerza. Su vinculación con la lucha de masas y la influencia ejercida por las revoluciones china y vietnamita (a las que conoció presencialmente) lo acercaron a Vanguardia Comunista, a donde se incorporó poco tiempo antes de su asesinato.
Emilio fue un dirigente de prensa combativo y clasista, cuya figura, desempeño y desaparición, fue por años silenciada por intereses cruzados de una dirigencia cómplice y corrupta que lo sucediera, los intereses corporativos y voraces de las patronales a las que supo plantarse sin dobleces y de las sucesivas dictaduras que sin suerte intentaron borrarlo de nuestra memoria colectiva.
Luego de ser separado manu militari de la casa de los trabajadores de prensa, mantuvo su representación a través del cuerpo de delegados nacional que continuó reconociéndolo como su genuina representación, en tanto la dictadura de la doctrina de la seguridad nacional pergeñaba el traspaso de la intervención a manos de la dirigencia colaboracionista de entonces, encabezada por Rogelio Coria y José Taccone en la sede del mismo Ministerio de Trabajo, y luego haber encontrado dentro de las propias filas del sindicato, un dirigente a su medida. el reportero gráfico y futuro burócrata sindical Manuel Damiano.
Emilio, se encolumnó a partir de 1968 en la combativa CGT de los Argentinos, junto a Raymundo Ongaro y Agustín Tosco, donde militó como asesor de la secretaria general, y fue un año más tarde uno de los más dinámicos dirigentes obreros en las movilizaciones populares en contra del gobierno de facto.
El 27 de junio de 1969 Emilio fue activo participante de la movilización de repudio a la visita oficial a nuestro país del magnate norteamericano Rockefeller, que originó una multitudinaria concentración convocada en Plaza Once por la CGT de los Argentinos y la FUA, de las que participaron masivamente organizaciones gremiales, políticas y estudiantiles.
Al momento de la desconcentración, Emilio quien hacía lo propio junto a otros tres compañeros, fue seguido y emboscado .a la altura de Anchorena al 600 en el barrio de Abasto, por agentes de Coordinación Federal que le cruzaron dos autos y lo acorralaron contra el frente de una obra en construcción y lo fusilaron en la vereda, ante la mirada atónita de otros manifestantes que regresaban a sus hogares, convirtiéndose en el primer mártir de los periodistas sindicalizados.
Una vez entregado el cuerpo de Jáuregui, fue velado en el segundo piso de la sede cegetista de Paseo Colón 731, donde se produjo un incesante desfile de sindicalistas combativos, estudiantes, militantes y dirigentes de agrupaciones de izquierda, peronistas, radicales, de la Izquierda Nacional, grupos católicos de Acción Sindical Argentina y de Cristianismo y Revolución, entre otros.
El féretro fue custodiado durante 24 horas por militantes de Vanguardia Comunista-donde militaba políticamente- , hasta que el domingo por la mañana, una caravana de más de tres cuadras acompañó a pie sus restos a la Recoleta.
Encabezan el cortejo fúnebre, además de los padres de Jáuregui y de Ana, su joven esposa también militante, de Susana Valle -hija del General Valle-, el dirigente de los obreros navales y adjunto de la CGT A, Ricardo De Luca, el ferroviario Lorenzo Pepe, y de empleados de Farmacia, Jorge Di Pascuale y Horacio Carballeda.
Raymundo Ongaro envió sus condolencias y repudio desde Córdoba donde se encontraba detenido. Su crimen jamás fue esclarecido.
Un mes antes había estallado el Cordobazo. La dictadura de Onganía, herida de muerte, buscó amedrentar con este crimen a las organizaciones populares y revolucionarias, pero no por ello logró disminuir el torrente de la lucha obrera y popular que desataba todas sus energías.
Emilio se convirtió a partir de ese momento en símbolo de lucha hasta las últimas consecuencias. Al igual que más adelante ocurriría con Rodolfo Walsh, Paco Urondo, Enrique Raab y tantos otros y otras compañeras de prensa, asesinados y muchos de ellos y ellas desaparecidos, Emilio Jáuregui está presente en las nuevas luchas del gremio de prensa que hoy está representada en las nuevas generaciones que pelean contra las patronales enrolados en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires y en las distintas filiales de la Fatpren del interior del país.
Muerte de Emilio Jáuregui*
Por Juan Gelman
así se juntaran todos
para pedírselo el emilio
no ríe abajo en el cajón
donde al final se disolvieron
las banderolas banderitas
con que cada uno quiso
apoderarse de su vida
apoderarse de su muerte
como si su vida y su muerte
no fueran de la luz la sombra
de los dos álamos que alan
en todo pájaro del páis
o del país que alado alaba
en su corazón que creía
de modo que emilio no ríe
casi disuelto por la tierra
reía como la ternura
cuando lo que ella ama da miedo
salud emilio hermano solo
no crecerán ya nunca de él
flores o gorriones grises
aunque me mate la tristeza
esta mañana de noviembre
llena de sol y de canallas
en el país que todo aguanta
sobre el pueblo que todo sufre
y de donde una mano salió
cuando el emilio se moría
y escribió en el techo del mundo
«viva el emilio para siempre»
una mano escritora dulce
por esos cielos de la mundo
donde el emilio nació y quiso
y ahora se disuelve lento
como quien no se quiere ir
aunque lo llaman poderosos
y le crecieron los cabellos
y le crecieron las veinte uñas
y le creció el pecho arrastrado
contra la perra de la muerte
«viva el emilio para siempre»
escribió la mano del pueblo
la mano mana de la luz
la maniposa de la sombra
sobre el cielo sobre la mundo
sobre el tristeza de noviembre
que fuma como ciego en
los umbrales de fuego aquí
muy encendido está el emilio
sobre este mundo repartido
entre el sueño y la realidad
quien vive mal sueña bellezas
quien vive bien sueña muy feo
y no hay manera o forma señores
de poner todo eso de acuerdo
cosa que el emilio quería
bajo su traje de calor
o furia humana oh su ave suave
quería que no se sueñe más
nocturnamente o que se sueñe
de día y se haga noche el día
y se haga realidad el sueño
o sueño toda realidad
y cada hombre se cosiera
ya dulcemente sus mitades
del emilio nació un caballo
nació una piedra una mitad
una cantora nació un día
donde podaron el temer
donde tomaron el poder
donde avanzaron como oleaje
contra la muerte del emilio
y la declararon cesante
y el emilio resplandecía
y como siempre abrió su cuerpo
y dando su cuerpo a comer
iba encendiendo los abajos
de hombres oscuros todavía
«viva el emilio para siempre
escribió en el cielo que ciela
la mano mana de la luz
la maniposa de la sombra
tirando del borde el emilio
como no dejándolo ir
aunque lo llaman poderosos
así trabaja el pueblo con
la bella luz que descendía
del emilio vivo y con la que
subía del emilio ahora
contra canallas canallitas
pequeños asnos abrigados
detrás de un planteo político
teóricos de la pacífica
con metafísica y paraguas
o parleros de la violenta
chanta turros sobrevivientes
por la trasluz por el revés
por los pedazos de noviembre
volvió el emilio una vez más
y no dejó que nadie muera
en su lugar y les pedía
que detuvieran la tristeza
la sufrimiento la dolor
la gran escándalo del mundo
y con la soga que le dieron
para atarse el amor que
no tuvo tiempo de dar iba
escribiendo en el techo del mundo
«viva la gente para siempre
o sea viva viva viva».
Envio:RL

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