Ocurrieron en junio de 1976. Partían desde la ciudad capital con los detenidos y detenidas de la región, rumbo al centro clandestino de Bahía Blanca. Las personas viajaban con los ojos tapados, muchas de ellas fueron torturadas antes de subir al avión.
POR SHIRLEY HERREROS
JUNIO 14, 2020
La última marcha del 24 de marzo
ocurrió en 2019. Este año debido a las medidas sanitarias no hubo movilización
en las calles. Foto archivo.
El 14 y 15 de junio
de 1976 una gran cantidad de jóvenes y de mujeres ligadas a la actividad
universitaria fueron llevados desde Neuquén en vuelos irregulares, de
noche o de madrugada, con destino al centro clandestino de detención y tortura
de Bahía Blanca.
Los subieron a los
golpes, en medio de insultos, tabicados, atados y en algunos casos con muy poca
ropa, pese a que se trataba de uno de los meses más helados que hubo en 1976 en
el Alto Valle.
Mientras sus padres y
madres los buscaban, fueron torturados y abusadas en el centro clandestino “La
Escuelita” de Bahía Blanca. En muchos casos sus familias conocieron lo que les
había ocurrido luego de que algunos de las y los secuestrados, lograron la
libertad.
Los vuelos
clandestinos con destino a la muerte, para al menos ocho de los 20 jóvenes que
subieron forzados, fueron grupales el 14 y 15 de junio.
Hubo otros dos vuelos con las misma características (irregulares, clandestinos, que llevaban personas golpeadas y secuestradas) el 10 y 11 de junio, pero no fueron en grupo.
Hubo otros dos vuelos con las misma características (irregulares, clandestinos, que llevaban personas golpeadas y secuestradas) el 10 y 11 de junio, pero no fueron en grupo.
Los cuatro vuelos
clandestinos inaugurales (porque hubo otros traslados aéreos y tortuosos de
presos políticos después, hacia Rawson, por ejemplo) salieron del
aeropuerto Juan Domingo Perón, en la capital neuquina, y tuvieron como piloto
al teniente primero de artillería, aviador del Ejército, Juan José Capella, de
32 años en esa fecha.
Capella se retiró
como teniente coronel y está acusado en el juicio VII de “La Escuelita”, que no
avanzó este año debido a la suspensión de las actividades judiciales por la
pandemia. Este tramo del juicio a los militares y civiles que fueron parte de
la represión es el primero que pondrá en la silla de los acusados a un piloto
de avión.
También es el primero
en el que se debatirá la violación como delito autónomo de las torturas
ejercidas contra las y los jóvenes perseguidos políticos.
En otros juicios
ventilados en Neuquén, la violación a mujeres y a hombres en los centros
clandestinos de la región se conocieron a través de los testimonios, pero en
este caso, se trata del primer proceso en el que se imputa por violencia
sexual. Es el caso, por ejemplo, que se sigue contra el jefe de inteligencia
del Comando, Oscar Reinhold, acusado en todos los juicios y condenado con
firmeza desde el 2008.
El juicio está demorado por el paréntesis del
coronavirus
El séptimo
juicio por delitos de lesa humanidad que debía desarrollarse en Neuquén este
año quedó suspendido a raíz del cumplimiento de las medidas sanitarias
por la pandemia del nuevo coronavirus.
La mayoría de los
acusados está en prisión domiciliaria debido a que ya fue condenado en más de
un juicio por torturas y desapariciones forzadas tanto en Neuquén, como en
Bahía Blanca, Buenos Aires o Mendoza, donde desarrollaron la actividad
clandestina mientras paralelamente se desempeñaban en su rol militar o civil.
La audiencia en la
que se iban a definir los testigos que participarían del debate estaba prevista
para el 24 de abril.
No se fijó nueva
fecha, ni se conoce si existe alguna planificación para el avance virtual en
los trámites previos a la realización de la audiencia de debate.
El 29 de abril
pasado, los jueces Alejandro Silva, Simón Bracco y Alejandro Cabral, que
tendrán el próximo juzgamiento, prorrogaron la prisión preventiva de diez de
los acusados, porque estaba en plazo de vencimiento.
En los últimos diez
años sí hubo un juicio en el que se desarrollaron videoconferencias para
escuchar tanto a testigos como a imputados. Fue el debate de “La Escuelita”.
Con las diferentes
integraciones del tribunal que hubo desde el 2012, se permitió que declarasen
quienes vivían en el exterior y tenían dificultad para estar en el debate. En
los últimos juicios hasta las indagatorias se hicieron por esta vía y los
acusados nunca viajaron a Neuquén para su juicio.
El dato
4
fueron los vuelos, de
traslado directo, desde Neuquén hacia el centro clandestino de detención y
tortura en Bahía.
Fuente:RioNegro

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