13 de septiembre de 2020

TROPEL 1 del 13.09.2020.

La «maldita policía» en acción: heridos y detenidos en desalojo a 300 familias en Ciudad Evita / Desalojaron otra toma en San Fernando
Anred /La Retaguardia /Resumen Latinoamericano, 11 septiembre 2020.





Hasta el momento hay cinco heridos considerables, una joven podría perder el ojo y hay, al menos, 15 detenidas en un desalojo a 300 familias que ocupaban un predio en el barrio Los Pilares, Ciudad Evita. El  brutal operativo comenzó esta tarde con cientos de efectivos que comenzaron a disparar contra ancianos y niños que huían sin mediación alguna. 

“Entraron al predio a los tiros en motos y camionetas, disparaban armas de fuego y cuando vieron que los estábamos filmando empezaron a disparar armas de gomas”, “Nosotros estamos con nuestras casillas queriendo tener una casita y la policía empezó el desalojo y no presento orden ni nada”, comenta una vecina que tiene un comedor frente a la toma de tierras.
La vecina relató que una joven recibió un disparo en el ojo y que la debieron llevar de urgencia al hospital en un auto mientras sangraba. La joven todavía no fue identificada. En estos momentos (20:35hs), la policía incendia las casillas que habían emplazado las familias. “Hay madres con cinco hijos que están en la calle porque no pueden pagar un alquiler y está quemando las casitas”.






La toma del predio ubicado en la zona lindera entre barrio Los Pilares y el barrio 2 de enero se inicio hace unos meses pero ya había sido desalojada pero según relatan los vecinos comenzaron a llegar mas gente necesitada que volvieron a tomar el predio que denominan como un “basural”.
Familas que huyeron de la represión denunciaron que un grupo de civiles ingresaron al comedor San Cayetano y “cagaron a palos al señor que hacia el comedor” también que destruyeron el lugar y se robaron las ollas y utensillos para cocinar.
El desalojo se inicio a las 20hs, el horario sorprendió porque el protocolo de desalojos prohíbe hacer estos operativos en horas nocturnas. Desde la APDH La Matanza emitieron un comunicado diciendo,  “La policía ahora mismo está reprimiendo de manera brutal a personas que tomaron la tierra. El fundamento sería que “hay gente armada en la toma”. Sin embargo, hay más de una decena de heridos y 15 personas detenidas en el desalojo”.Como organismo de derechos humanos no toleramos que se tomen este tipo de medidas represivas y punitivas contra las personas que, por necesidad, toman una tierra.Exigimos intervención de la Justicia para frenar este brutal desalojo y, por supuesto, la intervención municipal para encontrar una solución.

La Policía desalojó a decenas de familias en una toma de tierras en San Fernando

Anoche la policía Federal y Gendarmería desalojaron a decenas de familias que participaban de una toma de tierras en terrenos ferroviarios en San Fernando, desde el 23 de agosto. El jueves la jueza Sandra Arroyo Salgado había impedido el acceso de alimentos y agua al lugar. Por ANRed

Anoche la policía Federal y Gendarmería desalojaron a decenas de familias que participaban de una toma de tierras en terrenos ferroviarios en San Fernando, desde el 23 de agosto.
La jueza Sandra Arroyo Salgado fue quien tomó la decisión judicial de desalojar a las familias que buscan un lugar donde vivir en medio de la grave situación habitacional que viven miles de personas en el contexto de la pandemia. Asimismo participó del operativo.
Arroyo Salgado había impedido el acceso de comida y alimentos al lugar, donde también hay niños y niñas.





“Rechazamos enérgicamente todo intento de desalojo a las familias del ferroviario, quienes en este contexto de crisis sanitaria y económica, mediante las tomas, intentan garantizar su única posibilidad de vivienda. Desde las organizaciones sociales denunciamos el no accionar del Estado, las pésimas condiciones habitacionales y la precariedad en la que están inmersos los vecinos y las vecinas. No vamos a permitir que se deje en situación de calle a las familias” expresaron desde las organizaciones sociales.









La educación en tiempos de pandemia: “Lxs docentes somos irremplazables”
Por Carlos Blasco, Eduardo Contreras, Ramiro Puertas,
Silvio Seoane y Franco Solavagione, 
Resumen Latinoamericano, 11 de septiembre de 2020.
La enseñanza tiene un carácter eminentemente político y es ingenuo pensar que lxs maestrxs pueden asumir una posición neutral frente a las tensiones que el traspaso a la virtualidad está generando en los procesos educativos. Un equipo de educadorxs de Neuquén envió a La tinta los resultados de un trabajo de investigación en el que ponen en evidencia las luces, las sombras y los interrogantes del quehacer docente en tiempos de COVID.
Ninguna tecnología, por más sofisticada que sea, puede imaginar, planificar, llevar adelante, acompañar, orientar y evaluar los procesos de aprendizaje de lxs estudiantes. Es la definición y el posicionamiento acerca de cómo usar la tecnología lo que la puede hacer potente para la enseñanza. En este sentido, y tomando en cuenta el impacto que la brecha digital tiene hoy para poder ejercer el derecho a la educación, lxs docentes somos irremplazables. A raíz de la situación excepcional generada por la pandemia y considerando que la educación y la tarea docente poseen un carácter eminentemente político, compartimos análisis sobre aspectos centrales del oficio en este contexto disruptivo, asumiendo un posicionamiento político-pedagógico que tiene como eje y horizonte la defensa de la escuela pública y el derecho a la educación. 
¿Cómo afecta la suspensión de la presencialidad y el traspaso al teletrabajo de la tarea docente? A través de un centenar de encuestas a maestrxs y profesorxs de los niveles inicial, primario, medio y superior de instituciones educativas de Cutral-Có y Plaza Huincul (Neuquén), investigamos acerca de esto y otras cuestiones relevantes en los particulares tiempos que nos tocan vivir.

La palabra de lxs docentes

En primer término, más allá de la acción o inacción de las autoridades durante este período, lo cierto es que el paso abrupto a una educación a distancia y al teletrabajo (y “tele-estudio”) ha tenido un impacto altamente negativo en términos de enseñanza y aprendizaje, atravesando a todo el sistema sin distinción de nivel educativo. Los datos recabados respecto a la accesibilidad a la virtualidad muestran claramente las dificultades que se generan por distintas situaciones: conexiones deficientes de internet; disponibilidad limitada de dispositivos y uso mayoritariamente compartido de los mismos; escasa formación docente en cuanto a saberes pedagógicos sobre las nuevas tecnologías y la educación virtual. Además, toda la provisión de servicios y dispositivos corre por cuenta de lxs trabajadores, por lo que cualquier mejora (ya sea en equipamiento, calidad de conexión o formación docente) depende exclusivamente del salario docente.
En relación a los vínculos entre lxs docentes y sus estudiantes, salvo en el nivel primario, lxs docentes lograron entablar contacto sólo con la mitad de sus estudiantes y la frecuencia de ese vínculo no tiene fluidez y es intermitente en la mayoría de los casos, sin excepción de nivel educativo.




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Este panorama de “cortocircuito” se observa en toda la organización del sistema educativo provincial. Más allá de pequeños matices por nivel, en general, el 55% de lxs docentes sostiene no contar con ningún tipo de acompañamiento institucional en la planificación de la acción educativa en esta situación de excepcionalidad. Y cuando se da, suele ser mayoritariamente por parte de compañerxs de aula antes que por quienes ocupan roles de mayor jerarquía o responsabilidad (jefxs de departamento, coordinadorxs o directivxs). Más grave aún es el rol desempeñado en este período por parte de los organismos centrales de nuestro sistema educativo (Consejo Provincial de Educación y Distritos educativos) que se mostraron totalmente carentes de capacidad para conducir al sistema de enseñanza neuquino: sin ideas ni propuestas por más de un mes desde el inicio del aislamiento y con resoluciones tardías, descontextualizadas y construidas sin ningún tipo de consenso dentro de las comunidades educativas (que se pronunciaron críticamente ante ellas).
En este estado de hiper-fragmentación educativa, en el que no hay directrices claras desde los organismos centrales, en el que reina la desarticulación de la tarea docente dentro de las escuelas y en el que lxs docentes ensayan alternativas literalmente “aisladxs”, es totalmente lícito preguntarse si existe todavía un “sistema educativo neuquino” o si, en realidad, se trata de un entramado que ha implosionado dejando sobre las espaldas de lxs trabajadores de la educación el peso de la responsabilidad de garantizar la continuidad pedagógica de sus estudiantes.
Y esta discusión de la presencialidad y simultaneidad del hecho educativo lleva a preguntar sobre la revalorización del trabajo docente. En el fondo, hay una suerte de paradoja que, de pronto, le otorga un valor social al trabajo docente que, muchas veces, en tiempos ordinarios, sufre todo tipo de cuestionamientos.
Esta situación inédita de que las familias estén acompañando los aprendizajes de lxs niñxs, que, de alguna forma, la escuela haya viajado desde las aulas hasta los comedores o habitaciones de los hogares, que padres y madres compartan el “rol docente”, aunque sea temporal y parcialmente, reivindica como contrapartida el “saber hacer” experto de lxs docentes. 

Sobre las condiciones laborales del trabajo docente en la pospandemia

Las tecnologías digitales, en muchos casos, se han convertido en un lenguaje “natural” para las nuevas generaciones, están integradas en la comunicación cotidiana y son un componente ineludible en los procesos de construcción de sentidos. Aún así, esta “cultura de la conectividad” está muy vinculada a las tecnologías como una forma de entretenimiento y de consumo. La cuestión cambia por completo cuando nos centramos en saberes y conocimientos complejos que requieren de la reflexión, del trabajo colaborativo, de aprendizajes sistemáticos, del ejercicio de la abstracción. 

En este sentido, más allá de lo que permiten u obstaculizan las tecnologías digitales, aún sigue siendo la propuesta político-pedagógica de lxs docentes la que puede generar aprendizajes significativos y garantizar un acceso inclusivo, democrático y crítico al conocimiento escolar.

Lxs docentes estamos avizorando para el futuro inmediato un escenario que nos plantea una nueva forma de ejercer nuestra tarea, que puede llegar a combinar prácticas educativas propias de la presencialidad con otras propias de la virtualidad mediadas por tecnologías. Somos conscientes de la necesidad de incorporar nuevos aprendizajes y saberes pedagógicos y didácticos para poder “adaptarnos” a este posible futuro de enseñanza virtual permanente. Pero esta “adaptación”, ¿es una cuestión de voluntad individual? ¿Cuáles serán los costos de esta “adaptación”? Es indispensable estar alertas ante lógicas emergentes que pretenden instalar el problema del traspaso a la virtualidad como una cuestión de “voluntad individual”. Una vez más, es fundamental revalorizar prácticas y dinámicas que han sido parte de nuestro oficio como la construcción colectiva, la primacía de los intereses sociales y el pensamiento crítico.
Aún suponiendo que se garantice un acceso masivo e igualitario a las tecnologías y la conectividad, y que se generen propuestas formativas para lxs docentes, todavía nos quedan preguntas que, a nuestro entender, son centrales: ¿a qué intereses responderán estas propuestas?, ¿provendrán una vez más de organismos de financiamiento internacional?, ¿qué vinculación tendrán con nuestra realidad, nuestros intereses, nuestras particularidades sociales y culturales? Desde diversos ámbitos, se recomienda fervorosamente el uso de plataformas, redes, contenidos y recursos informáticos. Pocxs parecen reparar en que casi la totalidad de estos productos pertenecen a megacorporaciones informáticas que los producen en contextos socioeconómicos y culturales (con representaciones y valores) diferentes a los nuestros. Todavía está pendiente en nuestro país la cuestión de un desarrollo soberano de alternativas digitales y tecnológicas de acceso gratuito para docentes y estudiantes, con participación directa de estos actores en su construcción.




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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Finalmente, los datos muestran que no hay una conciencia política evidente que esté movilizando las preocupaciones acerca de las transformaciones de la educación, del sentido de la educación pública, de las condiciones laborales del trabajo docente. ¿Por qué sigue siendo tan difícil pensarnos y reconocernos a nosotrxs como sujetxs políticxs y a nuestra tarea educativa como un acto político? 
En nuestro país, lo público se vinculó históricamente con el Estado, quien asumió un rol principalista. Así, la escuela pública se transformó en  el ámbito en el que los sectores subalternos pudieron disputar los saberes validados socialmente, obtener una mejora tanto simbólica como material y, en definitiva, forjar una conciencia político-ciudadana. ¿Qué podrá mantenerse en pie de todo esto en el nuevo escenario? ¿Estaremos asistiendo nuevamente a una revisión y una reconfiguración de lo público? Si así fuera, ¿este debate estará ligado a un aumento en la explotación y la reducción de los derechos y las condiciones laborales de lxs docentes? Lamentablemente, el análisis de la situación actual parece indicar que se avanza en esa dirección, pero el panorama está abierto y, en parte, dependerá de nosotrxs, como colectivo de educadorxs y como sociedad en general, disputar por la construcción de proyectos pedagógicos democráticos e inclusivos.
Fuente: La tinta



La derecha marca la cancha a un gobierno resignado a recular

Por Jorge Falcone, Resumen Latinoamericano, 12 de septiembre de 2020.
El huevo de la serpiente
El animal humano, nómade hasta que vio la necesidad de volverse sedentario y arraigarse, no nació para vivir en cautiverio. Hoy el generalizado hartazgo de la cuarentena tiene a todos los gobiernos ensayando abandonar el distanciamiento social y los barbijos… para – en muchos casos – luego retroceder a Fase 1. Por lo demás, no son pocxs lxs especialistas que vaticinan que, aunque la mentada vacuna resulte eficaz, dada la naturaleza mutante del coronavirus y la eventual  emergencia de nuevas pestes aún más virulentas, no sería descartable que nuestra vida social cambiara irreversiblemente.
En tanto, la transición hegemónica global prosigue su curso exhibiendo el arrollador avance del Gigante Asiático sobre Occidente, mientras se precipita la caída del dólar, y algunxs analistas entrevén hasta la posibilidad de que la crisis sociopolítica en EEUU – uno de los países más endeudados del planeta –  en el corto o mediano plazo culmine en una guerra civil.
Una de las posibles derivas de la post pandemia – siempre y cuando los pueblos no reúnan la fuerza suficiente para imponer su agenda sobre un capitalismo que hace agua por donde se lo mire – es el denominado eco fascismo.
Este fenómeno, profundamente analizado por el catedrático español Carlos Taibo en su libro “Colapso” (2017), ya aparece con frecuencia creciente en boca y pluma de la militancia socioambiental.
En uno de sus libros, el periodista alemán Carl Amery ha subrayado que estaríamos muy equivocados si concluyésemos que las políticas que abrazaron los nazis ochenta años atrás remiten a un momento histórico singularísimo, coyuntural y, por ello, afortunadamente irrepetible. Amery nos exhorta, en cambio, a estudiar esas políticas por cuanto bien podrían reaparecer entre nosotros, no defendidas ahora por ultramarginales grupos neonazis, sino postuladas por algunos de los principales centros de poder político y económico, cada vez más conscientes de la escasez general que se avecina y cada vez más decididos a preservar esos recursos escasos en unas pocas manos en virtud de un proyecto de darwinismo social militarizado, que de eso se trata el eco fascismo.
Salta a la vista que en el meollo de esa propuesta, conteste de los efectos del cambio climático y del agotamiento de las materias primas energéticas, hay una discusión demográfica. Está latente la idea de que en el planeta sobra gente, de modo que se trataría, en la versión más suave, de marginar a quienes sobran – esto ya sucede -, y en la más dura, directamente de exterminarlos. Sin ir más lejos, aunque Trump es formalmente un negacionista, bien sabe qué es lo que se nos viene encima. ¿Qué sentido tendría, si no, el fallido intento de comprarle Groenlandia, muy rica en materias primas, a Dinamarca? Más allá de Trump, vale la pena tomar nota de que una parte significativa del poder económico global  empieza a coquetear con horizontes de esta naturaleza. Y que la cuarentena represiva a la que asistimos bien puede volcarse, al cabo, en provecho de un futuro eco fascismo.
¿Tienen resto las democracias para garantizar el bienestar colectivo?
Cuando parecían atemperarse los más crudos fríos invernales, comenzó a recorrer la Argentina una imprevista helada de cuño no climático. Primero fueron los aparentemente intempestivos y agoreros vaticinios del ex Senador Duhalde, referidos a que el proceso en curso no culminaría en los comicios de 2023 sino en una inminente interrupción del orden constitucional. Aquietadas las aguas que embravecieron semejantes declaraciones, sorprendió un twitter del Ejército reivindicando a un par de militares que protagonizaran el denominado “Operativo Independencia” – ordenado por el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón -, que arrancara el 5 de febrero de 1975 con el objetivo de aniquilar el foco guerrillero rural desarrollado por el ERP en la Provincia de Tucumán, campaña que, además de causar numerosas bajas entre lxs combatientes, asoló a gran parte de los pobladores de dicha provincia, algunos de los cuales fueron torturados y asesinados en el Centro de Detención Clandestino de Famaillá bautizado como “La Escuelita”. A principios de este mes, un comunicador como Santiago Cúneo, habitualmente identificado con el peronismo ortodoxo, derivó hacia la reivindicación del Coronel Mohamed Alí Seineldín, calificando al militante social  Juan Grabois como terrorista, y anunciando que su espacio jamás iniciaría la violencia en este país, pero estaría dispuesto a terminarla. El desfile de apocalípticxs continuó con las concentraciones de lxs anticuarentena amadrinadxs por Patricia Bullrich, y las invectivas en redes sociales del neofascismo subdesarrollado al estilo Biondini. Expresiones todas de una derecha larvada, nacionalista o liberal, que viviría sus 15’ de gloria durante la reciente rebelión de algo más de un millar de efectivos mayormente subalternos de la policía bonaerense, que – so pretexto de reclamar un ajuste salarial – llegaron a congregarse a las puertas de la residencia presidencial de Olivos, exigiendo que compareciera a su encuentro el Primer Mandatario y manifestando que no aceptarían camaradas sumariados por dicha protesta.
El hecho generó una pronta y generalizada repulsa del arco político democrático, que creyó advertir en él la posible culminación de un proceso destituyente comparable con otros de la región, que escalaron a partir de incidentes y protagonistas similares.
Es probable que el microclima instalado a partir de la seguidilla de hechos descriptos – analizado por el politólogo Diego Sztulwark en el portal Lobo Suelto como “micropolíticas de derecha” – encuentre caldo de cultivo en una sucesión de claudicaciones del oficialismo que, entre otras, van desde la concesiva negociación con los bonistas internacionales, pasando por la renuncia a expropiar el monopolio alimentario Vicentin,  hasta esta nueva capitulación que mejora los salarios de “la gorra” en detrimento de los que recibe el personal sanitario que viene arriesgando su pellejo a diario ante el COVID – 19 o lxs educadorxs que se afanan en clases virtuales por no librar a su suerte a lxs educandxs, circunstancia que encuentra al Presidente otorgando jerarquía nacional a una protesta que involucró a menos del 2% de los efectivos de la fuerza, y generando un ejemplo riesgoso frente a otras demandas al modificar – puede que justamente, pero seguro que tardíamente – la coparticipación para resolver el tema. Un mimo, en última instancia, para que la cana no deje de garrotearnos, como acaba de suceder en un nuevo y violento desalojo perpetrado – tras ese arreglo económico – contra ocupantes de tierras en la localidad bonaerense de San Fernando.
Si bien bajo la revuelta de los “ratis” – apoyada presencialmente por el economista liberal Espert – subyace la disputa por el control del territorio (recaudación, narcotráfico y prostitución) entre la bonaerense y los intendentes, en un contexto de toma de tierras y promesa de gravamen a las grandes fortunas, cabe a la sociedad estar atenta acerca de qué margen de concesiones está dispuesto a hacer el poder económico más concentrado a unas formalidades democráticas que nunca le han preocupado demasiado.
Este punto amerita refrescar la estrategia destituyente que, a la luz del Siglo XXI, ha sido bautizada como Revolución de Colores, a fin de considerar cuán cerca o lejos podríamos estar lxs argentinxs de protagonizar una situación parecida a las ya sufridas por Honduras o más recientemente Bolivia.
Las llamadas revoluciones de color o golpes suaves entran dentro de las estrategias de intervención silenciosa que Estados Unidos utiliza para derrocar a gobiernos que no comparten su visión sobre la organización económica, política y militar de las naciones.
A mediados del siglo XX, bajo la bandera de la democracia, distintos movimientos sociales euroasiáticos de base estudiantil protestaron por la instauración de un modelo liberal, reclamaron el fin de gobiernos autoritarios y proclamaron la independencia nacional.
El nombre derivó de la masiva utilización simbólica de colores o nombres de flores, empleados como identificación por parte de la oposición que inscribió dichas intervenciones en la política de la «no violencia».
El ideólogo de la acción no violenta como método para utilizar el poder en un conflicto fue el politólogo estadounidense Gene Sharp, autor del ensayo “De la dictadura a la democracia”, que consta de 198 métodos para derrocar gobiernos, y se divide en tres grandes bloques: protesta, no cooperación, e intervención, maniobras que suelen aplicarse al cabo de los procesos electorales.
Por su parte, organizaciones no gubernamentales financiadas por el Open Society Institute del magnate húngaro George Soros, conectado con la diplomacia estadounidense, son las principales impulsoras del «restablecimiento de la democracia» en los países donde funcionan.
Los indicadores enumerados anteriormente por el momento parecerían estar hablando más de la sensación térmica que de la temperatura de la política local, pero como nunca hay humo sin fuego, corresponde a nuestro pueblo mantenerse “atento y vigilante”, como solía recomendar Evita.
Si de capitalizar lecciones de la historia se tratara, conviene recordar que en  nuestro país el mes de septiembre evoca la lucha estudiantil, pero en Nuestra América adquiere un sentido aún más trascendente, ya que pone de relieve el  didáctico sacrificio de un hombre justo llamado Salvador Allende, que llevó hasta las últimas consecuencias las posibilidades transformadoras de la democracia formal. En horas difíciles vale la pena repensar aquel legado firmado con sangre generosa como insumo para las generaciones venideras. Al fin y al cabo la victoria es la cima de un monte alzado sobre mil derrotas.-



Amenaza de inminente desalojo a las familias del predio de Victoria

Resumen Latinoamericano, 11 de septiembre de 2020.
En estas horas se ha intensificado el operativo policial con fuerte amenaza de desalojo a las veinte familias que se encuentran ocupando tierras del predio del ferrocarril Estación Victoria, partido de San Fernando, y que desde el día de hoy se ven impedidas de recibir alimentos y agua para satisfacer sus necesidades básicas y de reingresar al predio si es que salen.
Una delegación de docentes de La Marrón del SUTEBA Tigre, trabajadores de la Granate de FATE y de Madygraf intento entregarles elementos sanitizantes y alimentos pero los agentes policiales lo impidieron afirmando que la medida fue dispuesta por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.
Las familias se encuentran cercadas por fuerte presencia policial y de la gendarmería y en estas horas aumentaron su presencia en clara amenaza de desalojar a las familias.
Rechazamos cualquier intento de desalojo. Exigimos que se permita de manera inmediata el ingreso de alimentos, agua y un trato humanitario para las familias que son víctimas del flajelo de la crisis habitación en la provincia de Buenos Aires y el inmediato retiro de las fuerzas represivas del lugar.
Llamamos a las organizaciones de Derechos Humanos, estudiantiles, de trabajadores y a la población a repudiar semejante trato inhumano y exigimos el respeto de los más elementales Derechos Humanos de las familias. Ningún desalojo.        


Hilos de memoria que sostienen la militancia
Por Cyntia Alemis, Resumen Latinoamericano, 11 de septiembre de 2020.
Preocupades por el aislamiento, por quienes no pueden conectarse a las reuniones grupales ni a las aulas virtuales y van perdiendo la práctica de estudiar, observando cuánto se necesita del afecto cuerpo a cuerpo en la militancia y en la calle, el movimiento estudiantil se prepara para conmemorar -en las redes sociales, con música y debates- el secuestro y desaparición de diez estudiantes secundaries en 1976, en el hecho conocido como La noche de los lápices. “Antes hubo otres y aunque ahora es todo distinto seguimos queriendo cambiar el mundo”.
El miércoles 16 de septiembre se cumplirán 44 años de la noche de los lápices. En el marco de una de las más violentas dictaduras de América Latina, aquella noche de septiembre de 1976 diez jóvenes secundarixs militantes de la UES y la Juventud Guevarista fueron secuestrades y desaparecidxs -sólo uno sobrevivió. Esta fecha es muy significativa para todo el movimiento estudiantil. Trinidad Mato, presidenta del CECAP —Centro de Estudiantes del Carlos Pellegrini— y de 18 años, explica por qué es importante recordarla: “La noche de los lápices es para mí una fecha que está comprendida en el marco de un proceso histórico que la trasciende, no es solamente una fecha que hoy las militancias debemos resignificar como la construcción de la memoria, la verdad y la justicia, sino que se entiende dentro de un todo que fue la lucha de les compañeres de esa época, una militancia por un proyecto político que apostara a la inclusión, a la educación pública y a vencer las individualidades para construir lo colectivo”. Según explica Trinidad lo que tienen en común les jóvenes del ‘76 y les de la actualidad es que ambxs se comprometieron con la militancia en pos de transformar el mundo.
Por otro lado, la estudiante del Lengüitas y militante del semillero de Grupo Bicentenario, Camila Miglionico cuenta a Las12: “Me parece que es algo que nos interpela, una fecha que conmemoramos y reivindicamos constantemente porque eran estudiantes —como nosotres— que luchaban por lo que les parecía justo, teniendo en cuenta el contexto y el riesgo que implicaba salir a la calle”. Explica que no se puede comparar el contexto en el que se encontraron les alumnes de La Plata hace más de cuarenta años con el actual, pero que históricamente el movimiento secundario intenta buscar nuevas herramientas y siempre marca la agenda política.
De la escuela normal superior Mariano Acosta, Mila Mondelo —delegada de su curso y militante de la agrupación Barrilete Kósmico de su colegio— cuenta con voz firme y clara: “Yo creo que la importancia histórica de todos los hechos que condujeron al 16 de septiembre recae en que es una demostración de que antes de la lucha que una está llevando adelante hoy en día, hubo generaciones que tuvieron dificultades y demandas bastante parecidas a las que una tiene, tal vez no exactamente las mismas, pero sí tuvieron que poner el cuerpo para generar un presente y futuro mejor”. Mila explica que cree que hay que tomar los ejemplos y las banderas que levantaron las viejas generaciones militantes para no cometer los mismos errores y siempre aprender algo de les que ya batallaron. Termina diciendo: “Hay que saber reconocer que antes de unx, vinieron otres que hicieron todo lo posible porque hoy en día tengamos mejores condiciones y que justamente por eso hay que homenajearles y conmemorarles”.
Una de las luchas que llevaban adelante las víctimas de la Noche de los Lápices era por el boleto estudiantil que luego les estudiantes en CABA alcanzaron en el 2015. La joven estudiante del Acosta declara: “Hay que sensibilizarse con su historia y entender que es una fecha para recordar la importancia de la militancia”. Declara que la razón que mueve a un militante es saber que quizá en la militancia no se vea una mejora a corto plazo, pero que la lucha que gesta unx, tal vez la termina otrx compañerx de una generación posterior.
LAS LUCHAS CONTEMPORÁNEAS
Si bien los tiempos son diferentes y la democracia rige en nuestra república desde hace ya 37 ininterrumpidos años, la lucha estudiantil no cesa y las juventudes pisan cada vez más fuerte para hacer oír sus reclamos. Con la pandemia en contra, Camila Miglionico cuenta cuáles fueron los conflictos con los que se encontró la lucha secundaria: “Al principio fue difícil acomodarnos porque en los centros de estudiantes sabemos que muchxs no tienen computadoras o conexión a internet, lo cual no deja que les estudiantes tengan una continuidad pedagógica en el colegio, por ese lado se nos dificulta juntarnos o tener puntos de encuentro entre alumnes, pero creo que a pesar de eso pudimos seguir con la militancia”.

Pañuelazo, en febrero de éste mismo año.

Camila explica que a pesar del difícil periodo de adaptación a la modalidad virtual pudieron —como movimiento estudiantil— seguir en comunicación con distintos sectores cómo gremios y consolidar lazos más fuertes entre toda la comunidad educativa. También dice que mandaron cartas al Ministerio de Educación por las problemáticas que están vigentes hoy en día en los centros educativos de CABA —falta de conectividad, la paupérrima calidad en la que llegan los bolsones de comida, el mal acompañamiento pedagógico—. Otro de los asuntos que está en debate dentro del ámbito estudiantil es pensar cómo será la vuelta a clases, cómo será la nueva normalidad y cómo se reinsertarán les estudiantes que no tuvieron una continuidad pedagógica en estos siete meses que pasaron.
El lunes 31 de agosto, la CEB —coordinadora de estudiantes de base que se encarga de nuclear a los centros de los colegios de CABA y se juntan todos los sábados para organizar marchas estudiantiles y actividades de centros de estudiantes— y la UNCES —Unión de centro de estudiantes secundarios— se reunieron vía Zoom con el Ministro de Educación para charlar sobre los reclamos del estudiantado secundario. Camila cuenta: “Elegimos oradores, entre ellxs estaba yo junto a otrxs compañeres y para mí estuvo bueno porque pudimos reclamar las cosas que queríamos —problemas de conectividad, el rechazo al protocolo de la vuelta a clases que se planteó desde el gobierno de la ciudad y la buena implementación de la ESI— y también charlar sobre cómo iba a ser la vuelta a clases en un futuro. Fue un intercambio bastante fluido y seguro próximamente tengamos alguna reunión con otras personas del ministerio de educación nacional” Termina diciendo que lo último no es nada confirmado, pero que la posibilidad existe.
Trini —como le dicen sus amigues y compañeres de militancia— cuenta al suplemento sobre los reclamos que tienen desde su colegio preuniversitario: “Todas las disputas que dio el movimiento secundario en lo que va del año tuvieron que ver con la cursada virtual. Yo voy a un colegio preuniversitario así que puede que las preocupaciones que tenga mi colegio sean distintas a otras, pero sí hay algo ahí que en términos de la disputa del proyecto de educación que se quiere instalar desde el gobierno de la ciudad por parte de Larreta y Soledad Acuña. Es una educación donde prácticamente a los pibes que no tenían conectividad los querían mandar a clases presenciales exponiéndolos a contagios junto a los docentes y no docentes de cada establecimiento en el pico de la pandemia”.
La presidenta del centro de estudiantes del Carlos Pellegrini declara que les secundaries tienen la voluntad de pensar su educación y que dentro de ella tienen que estar todxs. Sumado a esto, agrega que hay reclamos históricos que siguen manteniendo: “La implementación de la ley de educación sexual integral que resulta súper necesaria en este momento en términos de que están bajando todos los índices de robo y de inseguridad, pero que no así los índices de femicidios y de violencia machista”.
Sostener la militancia aun sin el cuerpo
Con la virtualidad, las maneras de militancia tuvieron que mutar junto con el contexto y mucha de la socialización que traen consigo situaciones como marchas y reuniones, se perdieron.
Trinidad cuenta cómo viven les jóvenes la abstinencia de salir a las calles a disputar espacios y luchar por sus derechos: “La militancia se tuvo que repensar en términos de que para nosotres como campo popular, la calle es nuestro lugar natural, la calle es donde salimos a defender nuestros derechos, la calle es el lugar donde ganamos y es donde en definitiva transita también nuestro proyecto político en defensa de todxs” Cuenta que es raro lo que pasó porque ya no pueden salir ya que eso perjudicaría a todxs. Por eso, se tuvieron que repensar los modos de militancia y a través de la comunicación en redes es que hoy se transmite la política que cada agrupación y movimiento lleva adelante.
Hay características del plano presencial que son imposibles de transpolar a la virtualidad y Mila las explica: “Hay compañeres que se pierden un poco porque no tienen acceso a internet, hay también una complicación para dar ciertas discusiones, el no saber cómo generar redes y lazos son cosas que se vuelven complicadas en estos tiempos, por eso también la militancia está enfocada en dos cuestiones, primero en la generación de conectividad y también de apoyo psicológico para chicxs que no la están pasando bien”.
Desde la sensibilidad que caracteriza a la juventud, Camila cuenta que lo que más extraña es el afecto y cariño de sus compañeres: “Lo que más se pierde es el aspecto social de la lucha. Unx se conecta con mucha gente y eso es lo más lindo para mí”. Explica que en la presencialidad es más fácil sostener reuniones y que no es lo mismo que estar en frente de una pantalla de computadora durante 3 horas.
Tomar las redes
Teniendo en cuenta el rol importante que juega la cultura dentro de las juventudes, por su parte el Colegio Carlos Pellegrini realizará un festival en pos de construir memoria, verdad y justicia. Trini Mato relata con emoción y orgullo: “Siempre solemos hacer jornadas por la memoria, un poco porque es la manera en la que entendemos y militamos, no siempre todo tiene que ser solemne, unx también puede militar la memoria a través de la alegría y del encuentro”. En el festival online van a tocar bandas del colegio, va a haber un recitado de poesía y la proyección de cortos, también en los intervalos pasarán videos sobre la importancia del arte.
Por otro lado, en el Lengüitas, les estudiantes van a organizar distintas actividades. Camila explica sobre la conmemoración que realizan: “Solemos hacer la semana del 16 de septiembre y vamos a hacer entrevistas, cine debates y actividades en redes sociales como historias de instagram”. Aunque aún no está cerrado el cronograma de actividades, el alumnado está muy emocionado y con ganas de generar contenido para reivindicar esta fecha tan relevante para elles.
En el Acosta se realizará un mes de la juventud que tendrá distintos enfoques como género, medio ambiente, cultura, deportes y memoria. Mila explica que las actividades se están llevando adelante mediante su instagram —@cesmacosta2020— e invita a visitar el perfil para ver todo el contenido que el centro de su colegio difunde en redes. 
Fuente: Página12 Foto de portada: Jose Nico
Envio:RL

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