8 de julio de 2021

LA PAMPA: "Nos decían que no volviéramos a la facultad porque era un antro de terroristas".

 

"Nos decían que no volviéramos a la facultad porque era un antro de terroristas"

07 JULIO 2021

Un estudiante secuestrado durante la dictadura, Pedro Belliardo, contó por primera vez el interrogatorio bajo tortura durante la última dictadura. La persecución al proyecto de la UTN de Pico, en los testimonios del juicio de la Subzona 14.

 "Me decían que no vuelva a la facultad porque era un antro de terroristas y si volvía la iba a pasar mal", recordó este miércoles Pedro Belliardo, un testigo que declaró por primera vez en los juicios a los represores. Este miércoles continúan las audiencias del tercer juicio de la Subzona 14 con varios estudiantes de la UTN de General Pico que fueron víctimas de secuestros y torturas durante la represión ilegal.

Los testimonios de los estudiantes que sufrieron la represión puso este miércoles una vez más sobre el tapete la persecución de los estudiantes y docentes de la UTN. La facultad había sido intervenida un año antes del golpe y descabezada su conducción, a instancias de la CGT local que encabezaba Carlos Aragonés y la triple A, que intentaban coparla. Los estudiantes habían resistido con una toma pacífica en el '75, pero ya operaba la subzona 14 y fueron detenidos. Luego, con el golpe de estado, volvieron a sufrir la represión ilegal y el proyecto de la facultad se desmoronó definitivamente.

 

Aragonés, afeitándose en la cárcel

Pedro Belliardo contó al tribunal este miércoles que él tenía 22 años y el día del golpe, por la tarde,  personal militar pasó por su casa y el de mayor rango le dijo que "el teniente quiere hablar con usted" y lo subieron a un vehículo que ya tenía otros estudiantes.

De Pico lo trasladaron a la Colonia Penal de Santa Rosa, donde quedó en una celda, incomunicado. Una vez lo sacaron al baño y se encontró a Aragonés afeitándose delante de un vidrio que usaba como espejo. "Me llamó poderosamente la atención, me saludó porque yo era arquero de Costa Brava y él era dirigente, pensé cómo podía ser que si estábamos todos incomunicados, sucediera esto con él", dijo. Comparó esa situación con la suya, que pudo bañarse dos veces en un mes de detención y nunca pudo rasurar su rostro.

Después de dos semanas, una mañana un vehículo militar lo llevó a la Primera esposado con las manos atrás. "Los policías me llevaron a un escritorio, donde me dejaron parado mirando la pared. Al rato ingresó una persona, me vendó y me llevó a otra sala. Me hicieron sentar. Ahí comenzó el interrogatorio, que duró horas, me devolvieron cuando anochecía", dijo.

"En el interrogatorio me preguntaban dónde estaban las armas que habían sido traídas de Bahía Blanca y qué actividades desarrollaba el diputado (Hermes) Acáttoli, a quién sindicaban como el que las traía. También preguntaban sobre las actividades del diputado (Roberto) Gil", precisó.

subzona 14 3 baraldini

"Dejaban espacios de silencio y de golpe había una explosión cerca del oído que me dejaba atontado. Eran dos o tres personas. Luego recibía golpes en el estómago. Silencios y ruidos, como si pegaran dos maderas al lado del oído que me dejaban atontado. Así pasé varias horas", detalló. "Me decían que si salía de esa no tenía que volver a la facultad, porque era un antro de terroristas, y la iba a pasar muy mal", recordó.

Diez días después lo dejaron en libertad, luego de un mes de detención. Quedó bajo el régimen de libertad vigilada durante más de un año y medio, cuando debía avisar cada vez que salía de la provincia.

Abandonó temporariamente sus estudios, que recién retomó en el '83, para recibirse de ingeniero con más de 30 años. 

 

"Se acabó la facultad participativa"

En primer lugar, declaró Rosa María Audisio, que ya lo había hecho en el juicio anterior. Era una estudiante de ingeniería electromecánica de 22 años, de tercer año, de la UTN de Pico y fue detenida por primera vez el 25 de marzo de 1.976 en el domicilio de sus padres en un fuerte operativo militar. Fue trasladada junto a otras personas a la Comisaría de Pico y al día siguiente, a la Seccional Primera de Santa Rosa, donde le informaron que quedaba detenida a disposición de la Subzona 1.4.

subzona 14 3 maria rosa audisio

Compartió su cautiverio con otros detenidos, entre ellos fue compañera de celda de Zelmira  Regazzoli. Un día la sacaron porque a su compañera de celda la iban a ver el jefe de Policía, Luis Baraldini ,y el obispo católico Adolfo Arana. Luego la pasaron a una celda, sola.

Contó que una noche fue interrogada esposada, vendada, manoseada y golpeada en el primer piso de esa Seccional. "La celadora no me dio de comer porque esa noche me tocaba a mí", recordó.

"Había cuatro o cinco personas en la sala, me empiezan a interrogar, a intimidar, me tiraban humo en la cara, me tocaban con una punta, como un arma", contó. Le preguntaban por armas y la muerte del sereno del autódromo de Pico.

"En alguna pregunta hice una mueca, porque eran ridículas las preguntas, y me dieron dos o tres golpes de puño con un guante de boxeo Luego una persona dijo 'basta, dejala'", recordó. Dijo que nunca la vio un médico o un abogado durante su detención.

También vio a detenidos que estaban golpeados tras los malos tratos recibidos.

Obtuvo su libertad entre el 8 y 9 de abril del '76. Baraldini le firmó un papel y le dijo que no podía estudiar más y que tenía que avisar en la comisaría cada vez que salía de su localidad. "Que nos calláramos y que aquí no había pasado nada, nos dijo. Salimos a la calle asustadas", evocó.

Dijo que después de un tiempo aceptaron que ingresaran en la facultad, pero las autoridades puestas por la dictadura les advirtieron que "se había terminado la facultad participativa, no más centro de estudiantes, ni zurdaje,  que ahí se iba a estudiar, una arenga militar". Ella, dijo, fue una de las secuestradas que pudo recibirse.

"La nuestra era una acción muy pacífica, propiciar que todos pudieran estudiar, evitar que hubiera deserciones. Era un proyecto de facultad incluyente. Yo daba cursos de apoyo a ingresantes y de primer año. De esa tarea estoy orgullosa, celebro haber sido parte", reivindicó.

"Fue perseguido el proyecto de la facultad, nosotros éramos estudiantes activos", resumió.

 

"Nos decían que éramos subversivos"

En tercer término, este miércoles declaró Jorge Luis Canciani, que era un estudiante avanzado de la UTN de Pico, y se desempeñaba como empleado estatal en el parque industrial. Fue detenido en su oficina y estuvo privado de su libertad durante quince días. Primero fue alojado en la Comisaría de Pico y al día siguiente trasladado a la Unidad 4 de Santa Rosa. Allí lo retiraron en tres oportunidades. Dos de ellas a la Primera, donde fue ingresado con los ojos vendados y la tercera a la Brigada de Investigaciones, lugar en el que le tomaron declaración.

A la Primera lo trasladaron con dos compañeros. "Nos pegaron en el estómago y en la cara con guantes, siempre diciéndonos que éramos subversivos, que dónde guardábamos las armas, que hacíamos reuniones, que habíamos tenido que ver con un asesinato de un policía en el autódromo de Pico, cosas que no teníamos que ver porque éramos estudiantes", relató.

Canciani mencionó que también los amenazaban con quemarlo con un cigarrillo. Cuando reveló que su novia era hija de un comisario, dejaron de pegarle y no lo picanearon. A sus compañeros, Ricardo Calvo y Francisco Cortada (ambos ya fallecidos), recordó, sí les aplicaron picana eléctrica. Le hicieron firmar una declaración que no leyó.

Después de que recuperó la libertad, lo echaron de su trabajo en la administración pública.

 

El testimonio de una hermana

Finalmente, en esta jornada declaró la hermana de otro de los estudiantes de la UTN de Pico secuestrados por la Subzona 14, Francisco Cortada, María Inés. Él tenía militancia en el peronismo.

Ella relató que tenía 15 años y el 24 de marzo del '76 regresó de Rosario a Santa Rosa con su familia y cuando llegaron a la casa les avisaron desde Pico que habían detenido a su hermano "Quito" -actualmente fallecido- lo habían trasladado a la capital pampeana. "Nunca se supo el motivo, hablaban de una panfleteada en Pico, de un vecino que los había denunciado, de que un profesor (el decano Carlos) Agaya los aleccionaba en sus políticas sociales estudiantiles", acotó.

"A los días aparecieron familiares de los chicos detenidos y se juntaban en mi casa. Hacían una gira, iban a la casa del juez Lemas, seguían en la curia y terminaban en la Jefatura, con Baraldini. Esas recorridas las hicieron dos o tres veces, lloraban en el comedor de mi casa", recordó.

"Mi papá tenía un conocido que le hacía llegar cosas para mi hermano y todos los compañeros. Ese intermediario creo que era Fiorucci", señaló.

Su hermano estuvo detenido en la Primera y en la Colonia Penal. "El miedo de las madres era que los sacaran de la provincia", rememoró.

Dijo que cuando recuperaron la libertad su hermano y varios compañeros comieron un asado que preparó su padre en el patio. "Hicieron como un pacto de silencio, para no recordar todo lo que habían sufrido", dijo.

Su hermano perdió el trabajo, retomó los estudios y después de unos años entró en Gas del Estado en Capital Federal, pero renunció porque estaba en una lista. Se fue a Comodoro Rivadavia, donde trabajo en una empresa privada. Allí falleció.

Finalmente, agradeció los juicios porque "pase el tiempo que pase, y estén o no las víctimas, siempre van a ser reparatorios".

Fuente:ElDiariodelaPampa

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