21 de julio de 2021

TROPEL del 21.07.2021.

 

A 42 años del triunfo sandinista, el 

embajador nicaragüense participa 

en un debate sobre la ofensiva 

imperial que vive su país


Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

En el panel participaron: Héctor Bernardo (Periodista), Orlando Gómez (Embajador de Nicaragua en Argentina), Fernando Buen Abad y se escucharon varios testimonios de solidarios con la Revolución sandinista. Moderó: Fernando Roperto (Editor del sello Acercándonos)





Documental: «Ser memoria, sueños 

para vivir» a un año del inicio de la 

toma de tierras en Guernica


Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

El 20 de julio del 2020 en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) como consecuencia del virus Covid 19, en medio de una crisis económica, miles de personas iniciaron un proceso de toma de tierras que involucró más 100 hectáreas al borde del conurbano, en la localidad de Guernica.

Durante más de tres meses la instalación de las familias en el territorio, dejó al descubierto la dificultad de amplios sectores de la población en acceder a una vivienda digna.

El 29 de octubre en un descomunal operativo policial que involucró más de 4000 efectivos, los terrenos fueron desalojados, dando un corte abrupto al sueño colectivo de construir un barrio.

«Ser Memoria, sueños para vivir» recoge los anhelos, la experiencia y la lucha de sus protagonistas.

Fuente: ANRed – Texto y voz en off Norman Briski

Camara de entrevistas: German Pena, Federico Hauscarriga, Edicion: Juan Zaldúa, Música Santaolalla Diario de Motocicletas



Guernica, a un año de una toma 

de tierras que se convirtió en epopeya

Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

A un año de ese acontecimiento de lucha popular que fue la recuperación de tierras en la localidad bonaerense de Guernica, nuestros colegas de Contrahegemonía, han realizado un dossier especial con distintos análisis sobre aquel momento importante en la agenda de varias organizaciones sociales. A continuación presentamos tres de esos trabajos.

Vivir no es sólo tener un techo

Por Josefina Mastropaolo (1), Silvia Beatriz Adoue(2), 20 De Julio, 2021

Vivir: Del lat. Vivĕre. 1. Tener vida. 2. Intr. Durar con vida. 3. Intr. Dicho de una cosa: durar. 4. Intr. Pasar y mantener la vida. Francisco tiene con qué vivir. Vivo DE mi trabajo. 5. Intr. Habitar o morar en un lugar o país. U.t.c.tr. 6. Intr. Obrar siguiendo algún tenor o modo en las acciones, en cuanto miran a la razón y la ley. 7. Intr. Mantenerse o durar en la fama o en la memoria después de muerto. 8. Intr. Acomodarse a las circunstancias o aprovecharlas para lograr sus propias conveniencias.  Enseñar a vivir. Saber vivir. 9 intr. Estar presente o perdurar en la memoria, en la voluntad o en la consideración. Su recuerdo vivirá EN nosotros. 10. Intr. Estar (permanecer con cierta estabilidad). Vivir descuidado. Vivir ignorante de algo. 11. Tr. Sentir o experimentar la impresión producida por algún hecho o acaecimiento. Hemos vivido momentos de inquietud. Todas sus alegrías y sus penas las vivimos nosotros. Expresiones y locuciones verbales: 1. Bueno es vivir para ver. Expr. Vivir para ver. 2. No dejar vivir a alguien. Loc. verb. coloq. Molestarlo, fastidiarlo. 3. No dejar vivir algo a alguien. Loc. verb. coloq. Ser motivo de remordimiento o inquietud. 4. ¿Quién vive? Expr. U. por el soldado que está de centinela para preguntar quién es el que llega o pasa. U. t. c. s. m. 5. Viva. Interj. U. para expressar alegría o aplauso. U. t. c.s.m. 6. Viva quien vence. Loc. interj.. U. para explicar la disposición pronta del ánimo a seguir a quien está en prosperidad y a huir de quien está caído. 7. Viva, o vivan. Expr. U. para expresar deseos de exaltación u homenaje hacia los mencionados. ¡Vivan los novios! 8. Vive. Interj. U. como juramento con algún nombre que lo expresa, o con alguna voz inventada para evitarlo. ¡Vive Dios! ¡Vive Cribas! 9. Vivir alguien aprisa. Loc. verb. Vivir alguien deprisa. 10. Vivir alguien deprisa. Tb. ~de prisa. Loc. verb. Trabajar demasiado, o gastar sin reparo la salud. 11. Vivir para ver. Expr. U. para manifestar la extrañeza que causa algo que no se esperaba de la persona de quien se habla, especialmente cuando es de mala correspondencia.

Diccionario de la Real Academia Española

Hace un año, en plena pandemia, 2500 familias vivieron una experiencia rara, después de haber ocupado tierras públicas en Guernica. Estamos aquí para aprender con ella. Esas familias, la mayoría formadas por madres sólo y sus hijes, se vieron en la situación de perder sus trabajos, de los cuales vivían y quedaron sin condiciones de pagar el alquiler. Algunas de esas mujeres, precisaron salir de sus casas para salvar sus vidas y las de los suyos, por la violencia doméstica que aumentó durante el aislamiento.

Esto es lo conocido. También que, en poco tiempo, y en invierno, levantaron sus casillas con lo que conseguían y allá se instalaron. En asambleas, crearon normas de convivencia y trazaron estrategias para organizar el espacio y disputarlo frente al Estado. Así podrían, con el tiempo, levantar techo y paredes más sólidas, construir una casa en el lote, para abrigarse y vivir.

Formas de habitar, formas de vivir

Pero pensemos: ¿qué es vivir en tierra urbana? ¿Qué “vivir” imaginamos posible sobre una porción de tierra urbana? Confiamos que la tierra rural produzca alimentos, pero no tenemos esa expectativa para la tierra urbana, en las ciudades imaginamos plantar casas apenas, pero si nos ponemos a pensar, en definitiva, es la misma tierra.

En la segunda mitad del siglo XIX, en las sociedades industriales de Europa y Estados Unidos, se instaló una forma de organización, nuclear, de la familia proletaria, que hasta entonces no existía: mujeres y niñes, que antes trabajaban en las fábricas, se recogieron a sus hogares. Estas nuevas relaciones eran necesarias para garantizar el cuidado y la reproducción de los trabajadores que, después de reponer las energías gastadas en la industria, volverían al día siguiente a la fábrica y mantendrían funcionando los engranajes de la producción de valor, con una tecnología más sofisticada que en las décadas anteriores. Una de las formas de consolidar ese proceso fue la creación de barrios operarios, en torno de las fábricas, constituidos por casitas en las que cabía una familia nuclear. El pequeño espacio de tierra alrededor de estas casas tenía sólo una finalidad ornamental y recreativa. En el marco del objetivo de contar con operarios que trabajasen a cambio de un salario, esta forma de ocupación de la tierra urbana tenía un sentido. El lote alcanzaba para levantar una casa. La alimentación pasó a ser casi exclusivamente comprada, en la feria, en el mercado, a los vendedores ambulantes que venían de las áreas periféricas, todavía semirrurales. Con el tiempo, ambulantes y ferias, pasaron a competir con almacenes, que fueron perdiendo relevancia frente al crecimiento exponencial de grandes cadenas intermediarias, como son los grandes supermercados, hasta tal punto que hoy ni siquiera imaginamos posible dentro de las ciudades conseguir alimentos sin mediación de dinero, que permita comprar esas mercancías, dinero ganado laburando o proveniente del estado, de las iglesias, de las acciones filantrópicas.

La comida, todo el resto de las cosas que necesitamos para vivir, fueron tornándose mercancías, y eso no sucede apenas por la forma en que se producen o porque pagamos por ellas, sino también porque nos fuimos convenciendo, o siendo convencides de que es así como son las cosas. Pero desconvencerse de eso, no es algo que se haga con las ideas, es preciso ver, oler, producir comida que no sea mercancía.

En Argentina, allá por la década del 30 del siglo XX, gente inmigrante o del interior que buscaba trabajo en las ciudades, trataba de salir de pensiones y conventillos y hacerse una casita en el conurbano, con una quintita en el fondo. Así, completaba su alimentación con verduras, legumbres y alguna fruta sin precisar comprarlas. Así se hacía frente a los períodos de desempleo o inclusive para sustentarse durante las huelgas.

Durante el primer peronismo, los planes de habitación tendían a la construcción de viviendas con muchas habitaciones, con patio y jardín, pero sin suficiente terreno para huerta. Al mismo tiempo, se hacía una propaganda para que las mujeres abdicasen del trabajo fabril y se dedicasen a las actividades domésticas. Ya desde la década del 50 en adelante, esa dinámica familiar se tornó muy difícil de sustentar, con el creciente desempleo. En ese período, y con nuevas migraciones en busca de trabajo, se multiplican las villas, que se llamaban “de emergencia”, para dar la impresión de que se trataría de una situación provisoria.

¿Cómo vivir cuando no hay laburo?

Después de la dictadura y la desindustrialización entonces iniciada, una gran parte de trabajadores dejaron de ser temporariamente desempleados para transformarse en trabajadores sin registro, flexibles, informales.

Así, la mayor parte de les trabajadores perdieron la relación con un salario, no sólo porque muchas fábricas cerraron, sino también porque las que existen fueron reduciendo la cantidad de empleados. A eses trabajadores, la mayoría, que ya no tienen un salario que les permita organizarse para pagar un alquiler, tener una noción de cuánto van a poder gastar en comida, trazar estrategias como comprar al por mayor para que el salario rinda más, ya no les sirve vivir en estructuras y relaciones creadas para vivir con un salario.

Si el dinero entra de vez en cuando, y la comida depende solo del salario, cada vez la familia come más salteado. Cuando se come salteado, la preocupación es matar el hambre. Nutrir el cuerpo, mantenerlo saludable deja de ser algo por lo cual preocuparse, porque no hay condiciones concretas para hacerlo. Para pensar la distancia entre matar el hambre y alimentarse, podemos pensar en la diferencia entre sobrevivir y buenvivir, si acaso sobrevivir se torna el imperativo del momento, porque es necesario preservar la vida, no podemos perder el buenvivir como horizonte de futuro de nuestros proyectos.

Así, es preciso movilizar una imaginación práctica, que nos permita construir autonomía frente a la falta de salario. ¿De qué vivir? Soberanía alimentaria, espacios de producción de la propia comida, huertas, familiares o comunitarias. Y eso precisa estar contemplado cuando pensamos en la ocupación de la tierra. Para que ésta no sea apenas tierra para sobrevivir, sino “tierra para (buen)vivir”.

Josefina Mastropaolo[1] y Silvia Adoue[2]

Imagen: Che Alejandra

IG @chealejandra_da


[1] Trabajadora Social. Profesora de la Escuela de Servicio Social de la Universidad Federal de Rio de Janeiro. Actúa en la Red Brasileira de Asistentes Sociales por el Derecho a Decidir.

[2]Educadora de la Escuela Nacional Florestan Fernandes y de la Universidad Estadual Paulista.

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Un camino de promesas incumplidas

Por Silvio Schachter

El  20 de julio del  2020, 2.500 familias, más de 10.000 personas, entre ellos 3.500 niñes, ocuparon  100 hectáreas en la localidad de Guernica,  municipio de Presidente Perón.  Inmediatamente el bombardeo de los medios y  de un grupo variopinto de políticos y funcionarios se desató contra quienes, en un acto desesperado, fueron empujados por la dramática necesidad de encontrar una porción de tierra para vivir.

El 29 de octubre, 100 días después,  a las 4,30 hs de la madrugada,  un operativo de una magnitud con pocos precedentes que involucró a 4.000 policías, se inició  cortando  la luz en toda la zona, para luego ingresar violentamente al predio donde aún se hallaban cerca  de 1000 personas. Con gases y balas de goma contra  familias con niñes que vivían allí, incendiando las chozas de madera y nylon,  concretaron el ominoso desalojo que duró dos horas. El saldo más de 25 heridos y 40 detenidos.

Poco después, el ministro Berni declaró: “Seguimos firmes… la usurpación de terrenos es un delito”  y agregó: “ Esto no es una cuestión de ponerse de acuerdo, el derecho a la propiedad privada es inviolable”. Acompañó sus declaraciones con un video difundido por varios medios donde expone que en lo que iba del 2020 desalojaron 868 tomas de terrenos y fueron presas 524 personas. Entre quienes celebraron el desalojo junto al ministro de Seguridad de la provincia,  estaban en primer lugar, los que presentaron los papeles que los acreditaban como propietarios, Gervasio Pérez Pesado, el titular de El Bellaco S.A., que construye el country club San Cirano,  Guido Giana, uno de los titulares de Liorsel S.A. poseedora de unas 350 hectáreas en la finca El Trebol. Giana  es además, concejal del municipio Presidente Perón por Juntos por el Cambio y director del Sanatorio Güemes, a ellos se sumó la intendenta justicialista de Presidente Perón, Blanca Cantero, que  expresó su enconada oposición a las familias de la toma,  la funcionaria declaró  “la usurpación de tierras en Guernica está impulsada por movimientos sociales o partidos políticos de izquierda” y rechazó la idea de buscar terrenos fiscales de su comuna para trasladar a las familias que están asentadas allí y porque “ deben ser desalojadas y cumplir  con  la orden judicial” sin alternativa alguna. Cantero está en pareja con Carlos Alberto Acuña, secretario General del Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio (SOESGyPE) e integrante del triunvirato que está a cargo de la CGT, quien llamó enfáticamente  a terminar con la ocupación de tierras

Hoy, a un año del inicio de la ocupación, el terreno sigue baldío y muchas  de las promesas del gobierno provincial, siguen sin cumplirse, incluso para  aquellos que firmaron el acuerdo propuesto por las autoridades. Cientos de familias siguen sin haber recibido respuesta a sus reclamos básicos. En medio de una  pandemia, que al iniciarse la toma tenía 4.000 contagiados por día cifra que en momentos del desalojo se había multiplicado hasta 16.000, tuvieron que arreglarse por sí solos, la mayoría hacinados en viviendas precarias sin condiciones mínimas  para la vida  en un cuadro severamente agudizado por la expansión del COVID.

Las consignas ”quedate en casa, lavate las manos, si tenes síntomas aislate” pensadas para el otro país, son un golpe al plexo que duele e indigna, para los que como en las villas y más aún en la tomas, carecen de agua y se hallan en condiciones de hacinamiento y sin recursos para defenderse de los contagios y de la muerte.

En estos tiempos de pandemia, la crisis socioeconómica recrudeció golpeando especialmente a los más pobres, el desempleo para quienes trabajan en la economía informal ha sido arrasador, no se puede considerar el aumento de las tomas al margen de este cuadro de extrema gravedad, donde  la mayoría de estas  familias  se hallan  imposibilitadas incluso de acceder a una vivienda dentro de una villa.

Como antes de la toma de Guernica, los violentos desalojos se han seguido produciendo tanto en la provincia de Buenos Aires, decenas de  tomas de tierras tuvieron lugar en Quilmes, La Matanza, José C. Paz, Moreno, Florencio Varela, San Martín, Merlo, San Fernando, entre otros municipios como así también a lo largo de todo el país,  Tierra del Fuego,  Santa Fe,  Misiones  y Chaco, para mencionar algunos de  los más recientes. La mayoría sin cobertura alguna por parte de  los medios masivos, el manto de miedo que impuso la pandemia permite ocultar casi todo,  el deseo excluyente de inmunidad parece servir a quienes silencian los actos que gozan de  impunidad. No hay vacunas contra la pobreza.Te puede interesar:   Un CEO preside la Corte de cohortes Rozenkrantz reemplaza a Lorenzetti

Una sociedad cada vez más insolidaria e individualista, permite el desarrollo recurrente de  la  práctica del desalojo compulsivo de las tomas para las familias desamparadas, lo cual  las condena inevitablemente a ser eternas parias urbanas. La metodología expulsiva no  resuelve el conflicto estructural, sólo lo desplaza hacia otro lugar.

Desde el Parque Indoamericano a Guernica.

Diez años antes de la toma de Guernica, otra ocupación tuvo alto impacto en los medios. El Parque Indoamericano, un espacio público de aproximadamente 130 hectáreas, ubicado al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el barrio de Villa Soldati, recuperado por relleno de antiguos basurales y en ese momento  escasamente forestado y en estado de abandono. La ocupación por habitantes de las villas de la zona, que según verificó el censo posterior en su mayoría eran inquilinos, duró  cuatro días el 7 de diciembre de 2010, con un brutal  accionar, una fuerza conjunta de la policía Federal y la Metropolitana desalojaron  a balazos a los ocupantes con dos muertos y decenas de detenidos. Ningún responsable está preso y si fueron procesados los representantes de las familias que participaron de la toma.

Hay varias  diferencias,  entre una y otra toma, en primer lugar un contexto distinto con respecto a  la toma de Guernica, el terreno era público, en la represión se superpusieron roles entre  el  gobierno nacional de Frente para la Victoria y el gobierno de la ciudad en manos del PRO y sus aliados, que ante el repudio por la forma  violenta de actuar se  intercambiaron culpas y responsabilidades. Entre los reclamos figuraba el incumplimiento de la ley que reglamentó la construcción de viviendas para los habitantes de la villa 20 y la de urbanización de las villas de la CABA. La represión se justificó en la defensa de un bien público y el rechazo de los vecinos propietarios a la radicación allí de quienes consideraban  individuos peligrosos. Una absurda retórica teniendo en cuenta que en la CABA ambos gobiernos estaban decididos en seguir privatizando tierra pública para el negocio inmobiliario. La gestión Macri Larreta tiene el récord en la materia.

En el caso de Guernica el Estado usó su aparato represivo en defensa de los recientes propietarios privados y no hubo contradicciones entre los distintos niveles de gobierno, municipal, provincial y nacional, aunque tuvieran matices de cómo realizarlo. Hubo un proceso  de negociaciones que involucró a diferentes actores que duró tres meses. La toma de Guernica  tuvo lugar en el marco de la pandemia en desarrollo y con final incierto, que  agiganto el drama de las familias ocupantes.

En las dos situaciones la Justicia cumplió con su papel clasista, en el Indoamericano desde el Ministerio Público Fiscal de la CABA , el fiscal Carlos Rolero, inició, el mismo día de la toma del predio, un  proceso por usurpación y el  juez del Fuero Penal Dr. Gabriel Eduardo Vega dio a lugar, planteando la necesidad del desalojo para restituir el inmueble. La premura con que se actúa en el ámbito judicial  para perseguir a los más pobres puso de relieve su contracara con relación a la morosidad con que se tratan los casos de delitos  que involucran a sectores del poder político y económico.  El desalojo de la toma de Guernica  fue ordenado por el juez de Garantías de La Plata, con asiento en Cañuelas, Martín Rizzo y la restitución del predio a los propietarios fue realizada por el fiscal penal de La Plata a cargo de la causa, Juan Cruz Condomí Alcorta. Hubo dos postergaciones para abrir un tiempo de negociación, el procedimiento final  tuvo la cuota de violencia ya señalada. Sea con balas, gases, topadoras o amenazas y coerción, los desalojos casi siempre incorporan una forma de violencia hacia quienes están entre los más vulnerables de la sociedad. Amparados en recursos legales para la punición como  la  Ley 24454 que en 1995, sancionó el Congreso Nacional,  ley que modificó el delito de usurpación regulado en el Código Penal de la Nación. Esta norma amplió los medios comisivos del delito de usurpación, esto es, las formas a través de las cuales se comete ese delito, y a su vez, aumentó el monto de las penas previstas como castigo. Para quienes ocupan terrenos para darle un valor de uso esencial,  el trato es ponerlos en la vereda de usurpadores ilegales, criminalizándolos y judicializando sus reclamos. Así los gobiernos tienen un aliado sobre el que recostarse para justificar sus actos.Te puede interesar:   De la emergencia a la catástrofe sanitaria.

Quienes se refugian selectivamente en la ley, se niegan a cumplir con las resoluciones adoptadas  por nuestro país en materia del derecho a la vivienda, como la  Declaración de Vancouver sobre Asentamientos Humanos  de la ONU de 1976  que  señaló: “Que ante el aumento de la población… el desarrollo económico desequilibrado… La rápida urbanización improvisada… La dispersión rural… Unas condiciones sociales, ecológicas y ambientales ejemplificadas por la segregación social, la ruptura de las relaciones sociales y de los valores culturales tradicionales y el aumento de la degradación de los recursos necesarios para la vida en el aire, el agua y la tierra ….. la vivienda y los servicios adecuados constituyen un derecho humano básico, y que los gobiernos están obligados a dársela a todos sus habitantes en particular a las clases más desposeídas. Estos principios fueron ratificados por conferencias y diversos eventos internacionales posteriores. Derechos que fueron consagrados por la Constitución Nacional y numerosas leyes aprobadas por el Congreso y las legislaturas provinciales.

Tanto en  la ocupación del Parque Indoamericano  como en la toma de Guernica  el causal común es sistémico, se debe a  la falta de políticas que tiendan a romper con la lógica capitalista de no considerar el suelo urbano como un bien común, negando el derecho  a la vivienda y a un hábitat digno

Los medios y la sacralidad de la propiedad privada

Si bien la línea editorial de los medios masivos es ocultar la mayoría de los desalojos que se producen desde hace décadas, invisibilizando a sus ocupantes y obviando todas las causas tanto circunstanciales como estructurales que fundamentan esto acontecimientos, puntualmente por su magnitud y localización algunos reciben una atención diferencial.

La ocupación  de Guernica fue utilizada para definir líneas de acción que trascendieron su propia temporalidad y motivación, una situación sobre la cual actuaron una sinergia de intereses y actores, gobiernos, justicia, fuerzas represivas, medios de comunicación,  partidos políticos y organizaciones sociales que  se posicionaron enfrentando o respaldando a las  familias y sus modos democráticos de auto-organización, sabiendo que  la forma en  que se resolviera el conflicto era una señal a futuro, no solo para quienes estaban involucrados directamente, sin no para cientos de miles que se encuentran en una situación de indigencia y emergencia habitacional.

Desde las posiciones más reaccionarias hasta las que  se consideran progresistas, acordaron condenar el método utilizado, el mensaje oficial fue, entendemos la situación por la que atraviesan los ocupantes pero este no es el camino. “Tiene razón pero marche preso” dice el aforismo

Como siempre los medios hegemónicos sostuvieron la defensa de la propiedad privada por encima de cualquier otro derecho o contingencia, exigiendo el inmediato desalojo por la via que fuese, la violencia incluida, pues ante la violencia de la usurpación de los ocupantes ilegales solo les cabe la respuesta contundente y ejemplar  de quienes deben velar por los bienes debidamente acreditados. “Esto sirvió para que en la Argentina se dejaran de dar estas discusiones sobre propiedad privada si o no. En ese momento fue como discutir cosas del pasado, y cualquiera sea el gobierno, está claro que la propiedad privada tiene que ser sagrada”, declaró para Infobae el Concejal propietario Guido Giana en mayo de 2021.

En una nota reciente  del diario La Nación del 14/06/21 titulada “Los pasos a seguir cuando te toman un terreno o una casa”  abogados de grandes estudios, conocedores de cómo funciona el sistema judicial, aconsejaban que  hacer  para que los desalojos sean más rápidos y efectivos.

Los ocupantes cuando no pueden ser invisibilizados son cargados de todos los estereotipos y estigmatizaciones que ya forman parte del imaginario construido por la cultura hegemónica, racismo, xenofobia, odio de clase,  una combinación de categorías reaccionarias que generalmente reciben quienes no acreditan ser descendientes de los que  “bajaron de los barcos”, un nosotros de origen europeo frente a  aquellos que  llevan la huella genética de los pueblos originarios, sean estos de nuestro país o de otro territorio de Nuestra América, víctimas de la  segregación social que sufren por no ser parte de los  poseedores de recursos para  integrar el universo de los consumidores y deudores solventes del sistema financiero.Te puede interesar:   Cambiemos y su plan privatizador de la ciudad

Durante los primeros días de septiembre  otro conflicto desplazó la atención sobre Guernica, la policía bonaerense se sublevó con reclamos laborales. Miles de sus miembros armados se apostaron amenazantes frente a la casa de gobierno en Olivos y en La Plata. Ante un acto ilegal de sedición, que trajo a la memoria otros nefastos acontecimientos,  la respuesta oficial y del arco político opositor fue legalizar el reclamo y responder con premura a las demandas. Mientras tanto para los ocupantes que reclamaban un techo para vivir se achicaba el cerco con amenazas represivas que se cumplirían poco tiempo después. Los dueños de la tierra contaron como siempre  con el respaldo del Estado de clase  y sus  instituciones, los gobiernos, la justicia y las fuerzas policiales. La vida  vale muy poco cuando se trata de defender el derecho de propiedad. La ocupación de tierra no es un modelo ideal, es el primer paso de un tránsito difícil e incierto hacia una vivienda,  es el camino forzado para sobrevivir, porque el techo no es una opción, como no lo es comer o estar sano, es  un imperativo para subsistir. Desde los orígenes de la humanidad el alimento y el techo son condiciones primarias para la reproducción de la vida.

Los dueños de la  tierra

Los relevamientos realizados en la toma  demostraron que la mayoría de los ocupantes eran inquilinos de las villas vecinas, una modalidad creciente  para aquellos que  no pueden acceder ni siquiera al mercado inmobiliario informal de la venta de las viviendas en hábitats precarios. El precio de la renta que deben pagar por morar hacinados,  aumenta al ritmo del mercado formal y se vuelve cada vez más difícil o imposible de pagar. Los planes nunca los tienen como destinatarios a pesar de representar en muchas villas el 40% de sus habitantes.

Las posibilidades de vivir en una villa se vinculan cada vez más a la posibilidad de alquilar un cuarto con baño compartido, donde viviría toda la familia, sin importar la cantidad de miembros. Suelen ser habitaciones de menos de 10 metros cuadrados, muchas sin ventilación y donde se cocina con una garrafa.

En la raíz del conflicto por el uso de  la tierra urbana  está la propiedad del suelo. El suelo que es apropiado por el mercado deja de ser un bien común destinado al uso para transformarse en una mercancía, pero no es cualquier tipo de  mercancía, pues no es producida por el trabajo, tampoco es reproducible y por tanto es un bien limitado.

No hay vivienda sin terreno, y si bien estos no tienen valor, pues no son producto del trabajo, si tienen precio, y el precio lo pone el mercado. Entonces surge el conflicto entre el deber ser de dar vivienda y la realidad de su negación, y esta  realidad es que  miles de familias no pueden pagar un  precio que es básicamente especulativo, porque en él están contenidas  las rentas, absolutas y diferenciales, generadas socialmente e incrementadas por la inversión pública.  Esta es la esencia de este conflicto social, es el nudo  que encubre la charlatanería mediática y la impostada ofuscación de los políticos mediocres.

El conflicto se explicita cuando la expansión de la ciudad aumenta el interés y el precio sobre algunos de estos predios. El AMBA  es un territorio donde habitan los más pobres y a su vez los más ricos que se recluyeron voluntariamente en countrys. En un radio de 100 km hay cerca de 900 villas y asentamientos y en la misma megalópolis se construyeron  1.100 barrios cerrados de todas las escalas. Muchos de los terrenos,  que en las décadas  50, 60 y 70  del siglo pasado eran loteados por rentables  empresas de bienes raíces que los fraccionaban y ofrecían  a pagar en accesibles e infinitas cuotas fijas, sobre los que se expandió la conurbanización de los trabajadores,  hoy  son apetecidos para mega emprendimientos de operadores inmobiliarios. La colisión se produce, en esta línea de tensión entre el derecho a la ciudad en una vivienda digna y la defensa cerril de la propiedad privada del suelo como instrumento para la reproducción de ganancias extraordinarias.

El Estado, aunque se diga lo contrario, no es el mediador que garantiza el derecho de los más débiles, es parte del problema, pues ha sido y es, más aún durante los últimos gobiernos, el principal proveedor de tierra pública para el mercado inmobiliario a través de la privatización dirigida de los mejores predios del AMBA, especialmente de la CABA,  mientras que la utilización de terrenos para vivienda social se ha ido reduciendo sistemáticamente.

La pobreza de la población, asociada a la falta de empleo y la precariedad del mismo, los bajos salarios, la falta de políticas públicas tendientes a favorecer el acceso al suelo de la población en peores condiciones respecto a empleo e ingresos, definen que los pobres e indigentes urbanos no poseen ninguna posibilidad de acceder al suelo urbano y vivienda de manera “formal” o “legal”. Los planes de vivienda y los créditos,  son para aquellos que pueden acreditar ingresos regulares y afrontar cuotas que este sector no puede sostener.

De no mediar un cambio profundo en la lógica y la práctica política que empujan hacia la mercantilización del suelo, el conflicto se intensificará de manera inevitable y mal que les pese a los que confían en los resultados represivos, seguirán apareciendo nuevas Guernica.

Como salir de la encrucijada? Entre las diversas propuestas hay que pensar en la combinación de formas de propiedad colectivas, cooperativas, comunitarias y estatales, apoyadas en la participación autogestiva de quienes aspiran a una vivienda en un hábitat digno, fuera de las formas hegemónicas de reproducción del espacio del capitalismo, es una alternativa válida con experiencias positivas ya realizadas, que debe ser considerada como parte de un camino de transición hacia una ciudad pensada en el bien común.

Guernica: El derecho a la tierra y a la organización colectiva

Por Lorena Ojea*, 20 De Julio, 2021

A un año del inicio de la recuperación de tierras en Guernica, compartimos nuestras reflexiones sobre este proceso de lucha, que abrió el debate público sobre tierra y vivienda en todo el país. Nuestro pueblo sufre enormes necesidades, y seguirá abriéndose paso para reclamar Tierra para Vivir y Tierra para Producir.

Cuando el primer vecino o vecina puso un pie en los terrenos, que llevaban décadas en desuso, de Guernica entre los barrios San Martin y Numancia, no se imagino ni por un instante que llevaría el tema de la tierra a la agenda política nacional. De eso, este 20 de julio, ya hace un año. Hace un año que se empezaban a conformar barrios y sueños: casi 2.500 familias llegaban para instalarse, y una gran parte de ellas por primera vez pasaron a organizarse para asumir una lucha que pasaba de lo individual a lo colectivo.

Un mes después de iniciada la recuperación de tierras, el tema comenzó a estar en todos los medios y por supuesto, empezó a ser una preocupación del Gobierno en todas sus instancias. Entonces, no hubo quien no se metiera a debatir sobre la propiedad privada, en todos los medios y en cualquier espacio donde se encontrara la gente, se intercambiaba y se imponía hegemónicamente que el respeto a la propiedad privada está por encima de, incluso, del respeto al derecho humano de tener un lugar para vivir.

Pero no fueron en esos lugares tan hostiles a las necesidades populares donde sólo se debatió el tema. También caló como espina en los sectores más progresistas de nuestra población: algunes llamándose a silencio para no contradecir al Gobierno actual, otres hablando lo justo y humanamente necesario, pero no menos desconfiados sospechando que detrás había una “mano oscura desestabilizante”.  Claro que para muches se hizo insostenible después que Berni se paseara triunfante en una tierra arrasada por la represión.

¿Qué nos deja Guernica?

Nos deja una experiencia totalmente transferible en muchas otras luchas que se encaren por Tierra para vivir y producir, luchas que la necesidad hace crecer en distintos territorios.

Más allá que los movimientos territoriales no organizamos la llegada de les vecines a esas tierras, con bajo perfil al principio, fuimos ayudando a consolidar una forma de organizar el territorio, las familias, la salud, los feminismos, las niñeces, la autodefensa, el espacio urbano y la comunicación. Las organizaciones que conformamos esa mesa permanente fuimos varias: FOL, Frente Popular Darío Santillán – Corriente Plurinacional, OLP Resistir y Luchar, MTR Votamos Luchar, Barrios de Pie – Libres del Sur y el MULCS. El MST y el Polo Obrero la conformaron hasta dos días antes del desalojo. La Gremial de Abogades representó legalmente a les vecines. La mayoría de las organizaciones aportamos compañeres para organizar esas comisiones y se sumaron una cantidad importante de voluntaries, como en la comisión de salud, con compañeres que teniendo formación en el área, brindaron su tiempo a pensar y construir formas nuevas de devolver a su pueblo lo que han aprendido. Se dedicaron de lleno a llevar adelante atención a la salud de manera diaria y a preparar todo lo necesario ante la posibilidad inminente del que desalojo fuera violento.

Una comisión de urbanismo fue conformada por profesionales, estudiantes universitaries, que lograron armar una propuesta de barrio posible y viable en esas tierras. Lo presentaron en la propia causa judicial, difundiendo la posibilidad de cumplir el sueño de muches niñes que esperaban seguir jugando donde se había pensado el espacio para una plaza.

Fue fundamental el trabajo de muches militantes de las organizaciones con experiencia en el tema y con les que recién se iniciaban, en mesas de coordinación donde se puede decir que, tantes unes como otres, asumían con el cuerpo una batalla que no iba a ser fácil, como no lo es nunca cuando la tierra es el elemento de disputa.

Las organizaciones que fuimos parte supimos dejar de lado el protagonismo, nuestras formas, muchas veces egoísta, de actuar, para dejarlo todo sujeto al consenso y al respeto de lo que se iba acordando. Eso fue de suma importancia, porque así lo fueron percibiendo vecines que por primera vez se acercaban a organizarse.

Las que sí fueron protagonistas muy importantes fueron las delegadas, y hay que decirlo en femenino porque ellas fueron las que sostuvieron sin idas y vueltas el laburo mas cotidiano organizando con los pies en el territorio cada día que se estuvo allí. Estas  compañeras, más allá que llegaron allí por una necesidad individual, supieron transformarlo en una lucha colectiva sin dudar un instante de que ese el rol que debían asumir para organizar la lucha.

La asamblea transfeminista surgió como un hecho en sí político, donde nos encontramos mujeres, trans travestis, no binaries, organizadas o no, pero para les que no estaban en el territorio era una forma de abrazar a las que batallaban desde adentro y para las que resistían en tierra firme, una manera de organizarse y no estar soles ante todas las violencias que aparecían, que no eran distintas y ni más ni menos que las que enfrentamos en nuestros barrios, espacios de trabajo, en los lugares que transitamos. Las Consejerías, en especial, asumieron tareas concretas de acompañar casos de violencias y abusos. A pesar de visibilizar el Estado, un número importante de mujeres que estaban allí con sus hijes, escapando de violentos (57 casos detectados en el primer censo) respondieron a esta situación con más violencia a la hora de decidir desalojar con 4.500 efectivos policiales.

Tierra para vivir, feminismos para habitar fue la consigna que se hizo bandera porque ya no se puede volver atrás. Todo lo que se consiga, construya u organice, imposible no pensarlo desde los feminismos, como principio de todas las organizaciones que luchamos contra el patriarcado y el capitalismo.  Pensar los barrios libres de violencias hacia las mujeres y disidencias, que las niñeces puedan estar más seguras, es también parte de lo que se estaba gestando en ese territorio.

Después de la represión: seguimos organizades

La represión y el desalojo, encabezados por Berni, vinieron a tratar de detener una ola de tomas que se esperaba y que suele suceder desde los años 80, en nuestro país, cada vez que se agudiza una crisis económica donde el pueblo termina pagándola con el hambre y en la calle. Pero a casi un año, siguen habiendo intentos de recuperación de tierras. Y para estes vecines, para sorpresa de muches, Guernica no significó una derrota, su desenlace no significa que haya que descartar la experiencia, sino que por el contrario, es un ejemplo de organización en unidad. La lucha por tierra para vivir no empezó ni terminó con Guernica.

Después de ese 29 de octubre de desalojo, represión y tristeza, las organizaciones seguimos sosteniendo ese espacio de unidad y con les delegades se reorganizó a las familias y comenzó otra etapa de lucha, ya sin estar en el territorio de nuestros barrios recuperados. Las asambleas y el espacio conformado por las organizaciones se mantienen hasta el día de hoy,  avanzando en la firma de la pre-adjudicación de lotes con servicios. Una gran parte de esas familias están en camino de conformar un barrio comunitario partiendo de la base de la enorme cantidad de acciones solidarias y colectivas, de las intervenciones que se dieron ante los actos violentos contra mujeres y personas trans, dentro de la recuperación y que, en asambleas, se las rescata para que sean la piedra fundamental del barrio por venir.

Paralelamente, se organizan otros espacios de lucha por tierra para vivir y producir donde participan muchas de estas organizaciones  Se articulan las recuperaciones de tierras y compas de Guernica comparten su experiencias intercambiando con otres que actualmente se encuentran resistiendo. También se aborda la problemática habitacional conformando espacios de coordinación con inquilines, vecines de edificios ocupados, etcétera. Un amplio movimiento por vivienda y tierra se abre paso, poco a poco.

La lucha por Tierra para Vivir sigue y seguirá mientras existan necesidades y mientras nuestro pueblo se siga organizando y aprendiendo de cada experiencia. Guernica sigue en pie de lucha tratando que esas familias tengan un lugar donde habitar y seguir organizades. Desde las organizaciones populares de nuestro país debemos construir un programa colectivo, parido desde abajo, que se proponga destrabar los nudos de la injusticia, la dominación y la dependencia. El ejemplo de estas luchas pervivirá si lo desarrollamos en un programa colectivo de Tierra para Vivir y para Producir.

*Integrante del Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS)

fuente: Contrahegemonía



Presentación del informe final de la 

Misión de Solidaridad y DDHH en 

Colombia


Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

Presentación virtual del informe final realizado por la Mision Colombia que arribó en territorio colombiano el pasado 25 de mayo, ante las reiteradas denuncias por violación a los Derechos Humanos desde el inicio del Paro Nacional.

Tras 10 días de entrevistas y relevamiento de testimonios en Cali, Medellín, Pereira, Siloé, Yumbo, Timbío, Popayán, Santander de Quilichao y Bogotá (Usme, Ciudad Bolívar, Portal de las Américas, Barrio Kennedy, Engativá, Suba, Soacha, Facatativá, Madrid (Cundinamarca), Teusaquillo, La Caldera y Portal Norte en Usaquén, elaboraron un informe minucioso que visibiliza la violación reiterada a los Derechos Humanos que presentaron este martes 20 de julio.

Conferencia:




La Delegación Humanitaria Internacional 

ya está en Paraguay / Conferencia de 

prensa virtual


Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

Desde la Campaña Internacional ¿Dónde está Lichita? – Eran Niñas anunció que la Misión Humanitaria Internacional, ya se encuentra en territorio del hermano pueblo del Paraguay.
Como era de esperar, tuvieron un contratiempo en la frontera del lado de Paraguay que no los dejaba acceder, a pesar de cumplir con todas las normas fronterizas y de protocolos actuales por el Covid-19 impuestas por ambos gobiernos. A pesar de este inconveniente, la presión y el temple de nuestros compañeros y compañeras, lograron acceder al hermano país.

Martes 20/07 a las 10hs (PAR.) – Conferencia de Prensa, frente al Panteón Nacional de los Héroes. Transmisión en vivo desde nuestras redes.

Ahora continúan viaje para cumplir con la cargada agenda de actividades de búsqueda y propaganda, como de reuniones con funcionarios estales y personalidades de los derechos humanos, sociales y politicas, para visibilizar la falta de accionar ente los casos de infanticidio de las niñas Lilian Mariana y Maria Carmen Villalba de 11 años de edad. La falta de búsqueda por el paradero de Carmen Elizabeth Lichita Oviedo Villalba de 15 años, así como exigir la libertad de Laura Villalba, presa política que es detenida ilegalmente en una cárcel militar de Viñas Kué en Asunción.
Desde ya queremos agradecer a todas las organizaciones y personas que participaron y participan de esta misión, desde las posibilidades que tienen. Y también darles un fuerte abrazo y cariño a nuestra delegación.
Les volvemos hacer el pedido de solidaridad con aportes económicos para solventar los gastos de nuestra delegación en el territorio paraguayo.
Cuenta bancaria para contribuir:
Titular: ASOCIACIÓN CIVIL BARRO Y FUEGO
Número de Cuenta: 5208-50489/2
CUIL/CUIT: 30-70776603-0
CBU: 0140191801520805048920
CBU Alias: PALOMA.CHITA.REY
¡Libertad para Carmen y Laura Villalba!
¡Exigimos la aparición con vida de Lichita YA!
¡Juicio y castigo a los responsables del infanticidio de María Carmen y Lilian Mariana Villalba!
Campaña Internacional
¿Dónde está Lichita? – Eran Niñas



Incorporan adicional por zona desfavorable 

en Neuquén y Río Negro


Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

Tras años de lucha y reclamos, la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (FATPREN) y los sindicatos locales alcanzaron una conquista histórica para el sector: el reconocimiento del adicional por zona desfavorable para las trabajadoras y trabajadores de prensa escrita de las provincias de Neuquén y Rio Negro. Se mantienen, en tanto, el reclamo de pago de adicional por zona desfavorable en La Pampa, y su ampliación en las provincias en las que ya se reconoce el derecho.

Compartimos comunicado:
Esta conquista se logra después de meses de intensa movilización y lucha, que incluyó dos paros históricos para la actividad, y como consecuencia de la unidad de criterio y acción desplegada desde la FATPREN y los sindicatos locales. De esta forma, se logró quebrar la negativa rotunda a la incorporación del adicional que venían planteando los empresarios de la región y la cámara ADIRA desde el año 2008 cuando se firmó el convenio colectivo de trabajo.

El acuerdo alcanzado implica que las empresas abonarán en julio, agosto y septiembre un 5% sobre los básicos de convenio, y un 8% en octubre, noviembre y diciembre; sumas que serán no remunerativas en concepto de Zona Patagónica. A partir de enero de 2022, se pagará de forma remunerativa un 10% sobre los básicos de convenio por la zona desfavorable para todos los trabajadores y trabajadoras de prensa escrita de las provincias de Neuquén y Rio Negro. En marzo de 2022, FATPREN y ADIRA retomarán las discusiones para evaluar la ampliación del porcentaje.

A su vez, la FATPREN y los sindicatos adheridos mantienen el reclamo de pago de adicional por zona desfavorable en la provincia de La Pampa, así como la ampliación del mismo en las provincias en las cuales ya se reconoce el derecho.

Carla Gaudensi, secretaria general de FATPREN, declaró que “estamos ante una conquista importantísima, a la que llegamos gracias a organización gremial y la lucha colectiva. Estamos alcanzando un reclamo que llevaba décadas postergado. Demostramos una vez más que con organizaciones gremiales fuertes y trabajadoras y trabajadores movilizados podemos, no sólo resistir, sino también, avanzar en ampliación de derechos”.

Por su parte, Flavio Ramírez, secretario gremial de FATPREN y dirigente del Sindicato de Prensa de Neuquén manifestó que “para las trabajadoras y trabajadores de prensa de las provincias de Neuquén y Rio Negro esto es algo histórico, que estamos consiguiendo después de años de movilización y lucha. Y desde este punto, tenemos que salir fortalecidos y más unidos para seguir desarrollando nuestro reclamo, de conjunto con los demás sindicatos de la Patagonia, para que el porcentaje de adicional por zona desfavorable se vaya ampliando hasta alcanzar nuestra bandera del 40%”.

Oscar Livera, secretario general del Sindicato de Prensa de Neuquén coincidió en que “estamos ante un hecho histórico. Además, es fundamental destacar la movilización unificada y organizada que protagonizamos los trabajadores y trabajadoras de Neuquén y Rio Negro y los sindicatos, en todos los últimos meses; superando incluso las grandes dificultades que planteo la Pandemia. Es un triunfo de las y los trabajadores y de los sindicatos, y es un momento de mucha alegría. Salimos fortalecidos para seguir peleando por nuestras reivindicaciones gremiales y por más derechos para las y los trabajadores de prensa, como venimos haciendo con la vacunación, las instancias de formación o la búsqueda de soluciones para el problema de la vivienda”.

“Este reconocimiento es el resultado de la lucha que hemos mantenido durante tantos años, sin claudicar nunca en el objetivo de alcanzar un derecho que fue eternamente ninguneado”, dijo al respecto al secretario general del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Viedma Nelson Namuncurá. Por su parte, el secretario gremial de la entidad viedmense Silvano Rosso sostuvo: “Gracias al respaldo de los compañeros y compañeras y a la lucha que hemos sostenido, hoy podemos acceder a un derecho que debió ser considerado desde siempre”.

“Desde Viedma queremos agradecer a la dirigencia de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa por fijarse este objetivo y no cesar hasta alcanzarlo, y al resto de los sindicatos que sin ser alcanzados por la bonificación, igual expresaron su solidaridad a la lucha patagónica”, agregó el dirigente. Rosso a su vez extendió el agradecimiento a todos los antecesores en la dirigencia gremial de la FATPREN y de los sindicatos de base de la Patagonia, que se mantuvieron firmes en el reclamo que hoy empieza a ser una realidad.



El gobierno porteño avanza con la 

venta del Parque de la Ciudad


Por RedEco, Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

Con la excusa de los Juegos Olímpicos de la Juventud que se desarrolló en el año 2018, el gobierno de la Ciudad planteó la necesidad de construir una villa olímpica para los deportistas. De esta forma autorizó la venta de 29 hectáreas del Parque de la Ciudad, destinando solo 4 hectáreas para el Barrio Olímpico. Ahora avanza con la venta de la primera hectárea del Parque y la Justicia deberá evaluar la suspensión de la subasta pública convocada para este martes 20 de julio.

Compartimos nota de Jonatan Baldiviezo y María Eva Koutsovitis, publicada en el Observatorio del Derecho a la Ciudad:
Los Juegos Olímpicos de la Juventud como excusa para vender un parque público.

Todo comenzó en el marco de la discusión del Plan Maestro de la Comuna 8. La Ley N° 5235, aprobada como conclusión de dicho debate el 11 de diciembre de 2014, estableció como ubicación de la Villa Olímpica en un sector del Parque de la ciudad. También creó el Distrito del Deporte. En los anexos se detalla el polígono correspondiente al Distrito con el Parque de la Ciudad abarcando toda la manzana y la ubicación de la Villa Olímpica.

Con posterioridad, se aprobó la Ley N° 5704 el 24 de noviembre de 2016, que utilizando la pantalla de los Juegos Olímpicos de la Juventud avanzó con la autorización para vender alrededor de 29 hectáreas del Parque de la Ciudad (exactamente 28,92 ha). El Parque de la Ciudad no sólo perdió estas 29 hectáreas, sino que hay que sumarles la superficie destinada a vías públicas. Para las viviendas del Barrio Olímpico, únicamente se destinaron 4 hectáreas.

Las manzanas 123C, 123D, 123F, 123G y 123H fueron las destinadas para el Barrio Olímpico. Una vez finalizados los juegos, los edificios construidos fueron transferidos al Instituto de la Vivienda de la Ciudad para formar parte de un programa de adjudicación de viviendas sociales.

El costo de la construcción de las 1.159 viviendas en los complejos habitacionales de las manzanas 123C, 123D, 123F, 123G, 123H y 123J de la ley 5704 de la Villa Olímpica fue de $2.478.949.372 incluyendo ampliaciones de Obra y Redeterminaciones. 157 unidades funcionales fueron destinadas a hogares del Barrio Villa 20.

Las restantes parcelas de estas manzanas y el resto de las manzanas serán vendidas a manos privadas con la única restricción de que para el caso en que el destino de los inmuebles sea de vivienda, el comprador del predio debe garantizar que al menos un 10% de dichas viviendas sea comercializado a través del contrato de leasing.

El 50% del dinero obtenido de las ventas de estos predios debe ser destinado al financiamiento y desarrollo de los anteproyectos, proyectos y obras de utilidad pública: infraestructura urbana, ingeniería y arquitectura para la Comuna 8. Estos deben remitirse a la Junta Comunal N° 8 para su conocimiento, la cual podrá emitir una opinión no vinculante. Asimismo, la Junta Comunal N° 8 podrá remitir un listado de las obras y/o mejoras que considera necesarias para la comuna. El otro 50% restante, a la urbanización de la Villa 20.

En puerta de la Subasta pública de la primera hectárea de la superficie del Parque de la Ciudad
El 18 de junio de 2021, el presidente del Directorio de la Corporación Buenos Aires Sur S.E., a través de la Resolución 2/CBAS/2021, llamó a subasta electrónica para la enajenación individual de los siguientes 10 lotes: Circunscripción 1, Sección 68, Manzana 123D, Parcela N° 2, 4, 5, 7, 9 y 10, y Circunscripción 1, Sección 68, Manzana 123G, Parcela N° 2, 4, 6 y 8.

La superficie total de estos 10 lotes equivale a 8.400 m2. Estos inmuebles tienen una capacidad constructiva máxima en total de 40.178 m2.

Se fijó como fecha para la subasta el 20 de julio de 2021 con horario de inicio a las 12 horas la que será celebrada en modo electrónico en el sitio web https://subastas.bancociudad.com.ar por el Banco Ciudad de Buenos Aires.

El pago del precio de venta de los inmuebles debe abonarse de la siguiente forma:

a) la suma equivalente al 30% del precio a integrarse en concepto de seña, dentro de los DOS (2) días hábiles a contar desde la notificación electrónica cursada al oferente que ha resultado adjudicatario de la subasta.

b) la suma equivalente al (70% del precio de venta a integrarse en doce (12) cuotas mensuales, iguales y consecutivas a contar desde la integración de la seña.

Inconstitucionalidad de la venta de estas tierras públicas.
Estos 10 lotes que se subastan, hasta la aprobación de La Ley N° 5704, pertenecían al Parque de la Ciudad. Tanto la Constitución como el Plan Urbano Ambiental otorgan la máxima protección a los parques públicos para conservar su integridad.

El art. 27 de la CCABA establece la “protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito” y “la preservación e incremento de los espacios verdes, las áreas forestadas y parquizadas, parques”.

Por su parte, el Plan Urbano Ambiental (Ley N° 2930) dispone que éste tiene como objetivo “el incremento, recuperación y mejoramiento del espacio público y de la circulación, de los parques, plazas y paseos y de las áreas de calidad patrimonial, a fin de dar lugar a funciones vitales como las de encuentro, relax, confort y socialización, asegurando a todos los habitantes el derecho a su uso, y de otorgar identidad a las distintas zonas de la ciudad”. Agrega que se debe cumplir con “(e)l mejoramiento funcional y ambiental de los parques, plazas y paseos existentes y ampliación de la oferta a escala urbana y barrial, a través de las siguientes acciones: 1. Promover su mejoramiento y rediseño manteniendo su integridad y considerando la diversidad de las demandas sociales”.

El PUA es más enfático en la protección de los parques al disponer que se debe mantener su INTEGRIDAD.

Cabe destacar que hace más de 25 años se votó la Ordenanza Nº 46.229 -sancionada por el Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires- que estableció la prohibición de “otorgar concesión, cesión, transferencia de dominio, tenencia precaria, permiso de uso ni cambio de destino de todo espacio destinado a parque, plazas, plazoletas y de todo otro espacio verde de uso público, se encuentre parquizado, jardinizado o no, perteneciente al dominio público municipal…».

La Ciudad de Buenos Aires, a través de la Ordenanza 46.229 avanzó con una protección muy estricta de los espacios verdes y de los parques para impedir que continúe su reducción, su privatización y la transferencia de su dominio a manos privadas. Este principio legal se transformó en un principio constitucional al establecer la Constitución de la Ciudad que los espacios públicos deben incrementarse y no reducirse. El Plan Urbano Ambiental agregó que debe protegerse la INTEGRIDAD de los parques de la Ciudad.

Claramente existe una progresión en el reconocimiento de este derecho urbano ambiental para que no se reduzca la superficie de los parques a fin de conservar su integridad. La Ley N° 5704 constituye una manifiesta violación del principio de progresividad y de no regresividad en la protección de los parques de la ciudad al despojarse de, por lo menos, 29 hectáreas al Parque de la Ciudad.

Incluso soslayando esta cuestión, el Plan Urbano Ambiental establece únicamente tres destinos a las tierras públicas: espacios verdes públicos, viviendas sociales y equipamiento urbano. No autoriza la venta para negocios inmobiliarios privados.

Presentación de acción de amparo colectivo
El Observatorio del Derecho a la Ciudad (ODC), la Cátedra de Ingeniería Comunitaria (CLIC), el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), la Defensoría de Laburantes y Vecinxs Autoconvocadxs del Barrio Olímpico presentaron una demanda colectiva solicitando la nulidad de la subasta pública de estos 10 lotes.

La Causa Judicial quedó radicada en el Juzgado de 1ra Instancia en lo CATyRC N° 19 y caratulada como “Asociación Civil Observatorio del Derecho a la Ciudad Y Otros c/ GCBA y Otros s/ Amparo – Impugnación – Inconstitucionalidad”, Expte. N° 164581-2021/0.

Ahora, queda en manos de la justicia la defensa del Parque de la Ciudad y la suspensión de la subasta convocada para el día 20 de julio de 2021.



Día de la Amistad en Covilandia


Por Verónika Ferrucci, Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

Somos la generación desertora de los parentescos biológicos como únicos y obligados, para sentirnos en familia. Les amigues son nuestra casa, es un lema persistente y real. Es el segundo día de la amista en pandemia, y ya con un año y medio encima, podemos blanquear que las amistades también se trastocaron junto con nosotres y el mundo. Agridulce, esa es la palabra que podría cuajar con algo de lo que nos viene pasando.  ¿Cómo construir parentesco en un mundo en ruinas? 

“La Amistad, se construye con un pie en lo privado y el corazón,
y el otro, en lo público político del pensar… del pensar juntas.
Con todo lo que esta dimensión conlleva de valores
y de responsabilidades sociales y humanas”.
Margarita Pisano 

A comienzos de mayo, la Mili -una de las tinteras- tuitió: “Desde mediados del año pasado que estoy con esa sensación angustiante de casi no haber generado vínculos nuevos, de perder cotidianeidad con ciertas personas, de que se frenó en seco la construcción de amistades”. A partir de ahí, empecé a prestar atención a otros posteos y charlas. Me acordé que hacía unos meses, la Sole -otra tintera- mandó a uno de los tantos grupos donde pensamos la agenda, una nota sobre los vínculos esenciales que nos sostienen durante las diferentes olas y etapas de la cuarentena/pandemia.

https://twitter.com/milipioletti/status/1389595484046741506?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1389595484046741506%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Flatinta.com.ar%2F2021%2F07%2Fdia-amistad-covilandia%2F

Real, la pandemia trastocó toda la vida, ya hasta es un cliché decirlo. Y bueno, las amistades no son la excepción, y ya es tiempo de blanquearlo. Sin ánimos de ser aguafiesta, en el tan afamado día de les amigues, negar no nos ayuda en nada; ya tú sabes. Los círculos sociales se redujeron a burbujas pequeñas, -descontemos la gente que se caga en todo y mete clandes a lo loco-. 

Al comienzo de la pandemia, armamos burbujas basadas en las restricciones para circular, nos veíamos con les amigues que estaban más cerca. A la par, entrelazabamos el amor a través de pantallas. Inventamos planes, nos bombardeamos con memes y sticker para no bajonear. Hicimos alguna nueva amistad, con alguien del depto de al lado, una vecina del barrio con la que solo cruzabas algún saludito. En medio de la cuarentena tendimos sogas: una charla entre balcones, un puchito en la vereda, una caminata por el barrio con el solcito en la cara. 

Los rituales semanales con amigues se esfumaron, el fulbito, la peña, la juntada fija, la birrita, la rosca en la orga, intermitentemente volvemos, en otros ni cerca. La primavera y el verano fueron un alivio, aunque nunca como antes. Nos siguen faltando las fiestas, los asados, las juntadas, los eventos, las calles, las marchas. Están quienes se mudaron de ciudad, se volvieron a las casas de sus familias. La falta de cuerpo nos distancia también de las amistades satelitales, con las que pasábamos “el rato”, que veíamos en la casa de alguien, en un evento. Hay vínculos que quedaron en espera, en suspenso, “cuando nos veamos”: promesa de pandemia mil. Los vínculos en los trabajos, se reducen, quedan pocos espacios para compartir, hay poca energía que optimizar. 

Se nos achica el círculo, a la vez que conectamos y desconectamos. La pandemia nos hace más selectivos en las vinculaciones, una especie de grupos esenciales. Los criterios pueden ser muchos y han variado a lo largo de este tiempo, la proximidad y la disponibilidad re cuentan, pero quizá debemos preguntarnos: ¿qué más cuenta? 

Un amigo me regaló Valium
y soñé con vos toda la noche.
Le dije que me había dado un superpoder
me respondió para eso estamos
los amigos.
Consuelo Iturraspe “Acaricio Perros” 

Ahora, y más en nuestra provincia que viene en picos de casos y pack anti cuarentena/vacuna -no importa cuando leas esto-, hacemos picnic en una plaza, nos juntamos en un lugar ventilado, hacemos caminata y el plan más osado es ir a un bar. Un poco entre risas y un poco real, decimos con amigas que cuando nos vemos, es como estar de pasti o en un cumpleañito, como cuando éramos niñes y nos la dábamos en la pera comiendo chizitos y tomando coca. Cada juntada es la mezcla del agotamiento y la felicidad del encuentro. La intersección del miedo, la alegría, la incertidumbre al contacto estrecho, el distanciamiento y el deseo del encuentro. Sí, un montón. 

A una amiga se le murió su papá por covid, seguro cada quien tiene una historia de duelo cercana atada a este tiempo. No estar cerca en ese momento, no poder abrazarla, llorar juntas o pensar rituales de despedida, nos deja cerca a la cara más desoladora de esta realidad. ¿Cómo hacer llegar la ternura del abrazo por una pantalla? 

Las instancias virtuales se agotan. Llevamos año y medio y aunque le pongas todo el amor del mundo, la party en zoom, la Bresh en vivo, el plan veamos juntes algo online, etc. es una fatiga real. Es la fucking dependencia de la vida en pantallas para todo: estás muteada, te congelaste, tenés mala conexión, no se te escuchó, me quedé sin datos. Todes hablando a la vez, coordinar horario, el chat grupal y las confusiones de lo que se quiso decir. Reiniciar. Ghostear. Desconectar. Putearse. ¿Ami, estás ahí? Transitar lo agridulce, la contracara de cuidarnos del covid como gesto colectivo. 

“Lamentar la pérdida de ciertos modos de construir y sostener la amistad es penar solo un pequeño espectro de toda esa cartografía de afectos, complicidades y sostenes que se construyen a distancia de las lógicas hogareñas y familiaristas. Es innegable que la amistad es un territorio codificado, normalizado, capitalizado y no exento de sus propios libretos culturales”, escribió Vir Cano en Revista Anfibia, reflexionando sobre amistades.

Cambiamos, para mejor o para peor, hacemos lo que podemos. Nos pasaron cosas, buenas y muchas malas en lo personal y en lo colectivo. Los duelos nunca son fáciles. Anclamos esperanzas en que al menos en la herida y el dolor colectivo, no tenemos la sensación de tanta soledad. Hay quienes sienten ansiedad de estar quedándose afuera de grupos, quienes sienten culpa de no ver a algunas personas, la angustia por las amistades que nos quedan y por las que parecen haberse borrado del mapa de nuestros afectos. Ustedes también se preguntan: ¿a quién extraño? 

Aprendimos, a la fuerza, que sostener vínculos por obligación no es un buen plan. Es cierto que entre amigues nos apoyamos y nos salvamos, pero todes estamos haciendo malabares con nuestra salud mental y chuparle energía a tus amigues no está tan bueno. Seguro sea mejor ir a terapia. Ponernos límites a tiempo, claros, con ternura, crear nuevas intersecciones emocionales con los recursos disponibles para construir mejores parentescos, más profundos y sinceros. 

Amiga,
¿Vamos a envejecer mirando la misma planta?
por este patio
pasaron todos nuestros amigos
sus cigarrillos están en las macetas
hace años
nos dimos un beso perfecto
Hoy
la casa está vacía
las columnas son fuertes
Todavía
no se cayó el techo
pero una piedra sobre otra piedra
no dice
nada del amor
Amiga, Malena Saito 

En un grupo de Whatsapp nos pasamos fotos pre pandémicas y una de las pibas dijo: “Basta de vivir de recuerdos, no nos hace bien, me genera ansiedad a la vez que esperanza. No sé cómo lidiar con ese dúo de emociones”. Pusimos mil stickers alusivos, para no afrontar todo lo que extrañamos la cercanía de los mates, chupar birra del pico, pasarnos el porro, abrazarnos. Y si bien, podemos ir zafando con un poco de negación, duelar ese tiempo seguramente nos alivie. 

El cuerpo de quien amas se vuelve una amenaza, un fantasma que siempre está más o menos latente: el contagio. Necesitamos ligar la experiencia corporal a nuevas formas de afectarnos a la vez que nos cuidamos. Nos estamos vacunando, primeras dosis de alivio mientras anhelamos el fin de la pandemia. En joda decimos que extrañamos un pogo con el olor a chivo ajeno, los cuerpos pegoteados, hay promesas de orgías, de un nuevo despertar sexual, caravana de fiestas. Bueno, falta un poco más. Y sí, es agridulce lo que nos pasa, porque estamos acá mientras anhelamos otra realidad, a la par que duelamos la vida que teníamos antes de marzo del 2020. Sí, es un montón.

Lo agridulce también es la constatación que con las amistades nos salvamos, y que transitar la versatilidad de las mismas, navegar en lo agridulce del amor es asumir las fragilidades de este tiempo para reinventar nuevas texturas de la amistad, ese parentesco que elegimos y es nuestro lugar de calma y descanso. Aunque las cartografías de los vínculos cambien y se muevan, nos tenemos, la potencia de la amistad siempre es semilla para las próximas primaveras. 

Fuente La tinta / Imagen de portada: Belén Fragueiro.



Tensión por el acampe de 100 

familias en la Villa 31 por amenaza 

de desalojo



Por Laura Vales, Resumen Latinoamericano, 20 de julio de 2021.

Impedidas de seguir pagando altos alquileres, unas cien familias -la mayoría a cargo de mujeres, con niños- mantienen una toma en un sector de la Villa 31 conocido como La Containera. La fiscalía Nº 11 de la Ciudad, a cargo de Valeria Massaglia, les notificó el viernes de una orden de desalojo que se haría efectiva en 72 horas hábiles. Esta mañana, cuando se cumplía ese plazo, la Policía de la Ciudad movilizó efectivos, que permanecen apostados junto a la ocupación, con refuerzos sobre la entrada del barrio.

El alquiler de una pieza en la villa de Retiro pasó a costar hasta 20 mil pesos por mes, aseguró Mónica Zárate, referenta del Movimiento Popular La Dignidad y vecina del barrio Mugica. “Por eso hay tantas familias que no pudieron seguir pagando y están en la calle”. La suba en los precios afectó especialmente a inquilinas mujeres, con niños a cargo y sin otro ingreso que el propio. Por la crisis económica vinculada la pandemia, muchas perdieron las changas con las que llegaban a fin de mes. 

La toma fue instalada el 30 de junio, en una franja de terreno que venía siendo usado como basural, que las mujeres limpiaron y sobre el que las armaron carpas muy precarias, con tablas y bolsas de nylon. Debido al frío y la situación de intemperie, contaron a Página/12, parte de los chicos se enfermaron. Y desde que iniciaron el acampe la ayuda alimentaria que recibían del gobierno de la Ciudad les fue reducida drásticamente. 

Durante el fin de semana, tras recibir la orden de desalojo, decidieron escribirle una carta al gobierno porteño y el nacional. “Muchas de nosotras venimos atravesando situaciones de violencia de género, lo que nos llevó a tomar estas tierras para tener un lugar donde vivir”, señalaron en el texto dirigido al Ministerio Nacional de Mujeres, Géneros y Diversidad, al Ministerio Nacional de Desarrollo Territorial y Hábitat así como a las áreas porteñas de Hábitat y Mujer y al Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. “Todas vivimos y nos mantenemos con trabajos precarios, independientes o por hora, e incluso muchas estamos desempleadas. La no disponibilidad de alquileres dentro del barrio para mujeres con niños y sus elevados costos nos dejan en una situación de abandono por parte del Estado y de todos los organismos a quienes les corresponde subsanar nuestras necesidades”.

Con la difusión de la carta, llamaron a una reunión de solidaridad para este lunes, junto al acampe. La convocatoria consiguió una buena respuesta y al mediodía, apoyados por militantes y diputados porteños hicieron una asamblea.

«Este no es un problema sólo del barrio Padre Mugica, sino de todos los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, donde los inquilinos quedan afuera de los planes de vivienda», sostuvo en el encuentro Marina Joski, de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Walter Larrea, docente del Polo Educativo Mugica, agregó que el conflicto surgió «porque Horacio Rodríguez Larreta viene haciendo las cosas mal: la ley de urbanización (de la Villa 31 y 31 bis) dispuso la construcción de 3500 viviendas para relocalizaciones, pero solamente construyeron mil y no van a construir más. Eso denota que el gobierno porteño no tiene el deseo real de hacer una urbanización que radique definitivamente a los vecinos. La sospecha es que busca introducir al mercado inmobiliario en la villa».  

También estuvieron en la reunión Mercedes Mendieta y Amanda Martin, legisladoras porteñas del FIT, junto a la ex diputada porteña Alejandrina Barry. 

Las vecinas que tomaron la palabra señalaron que los enviados del gobierno porteño sólo les han ofrecido, en algunos casos, un subsidio habitacional para buscar otro alquiler. «Un subsidio no resuelve nuestra situación», señaló Andrea (el apellido se reserva a su pedido), una de las protagonistas de la toma. «Con un subsidio en dos meses estamos en la calle, de nuevo. Lo que queremos es una vivienda y pagarla en cuotas. Necesitamos que la solución sea de fondo, por nuestros hijos».     

La situación de los inquilinos de la 31 se agravó en momentos en que la Ciudad avanza con un nuevo protocolo de regularización dominial rechazado por la Mesa de Urbanización Participativa del barrio. Los vecinos denuncian que el Gobierno porteño aprobó un modelo de certificado de dominio que permitirá a quienes lo reciban transferirlo automáticamente. Esto habilitará a las inmobiliarias a vender las viviendas sin restricciones, con lo que el mercado terminará ocupándose de desplazar, mediante la presión económica, a quienes vienen resistiendo desde hace décadas su relocalización.


Envio:RL





















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