20 de octubre de 2021

LA PAMPA: “ME DUELE VER A UN REPRESOR EN LA ESQUINA DE MI CASA, CHARLANDO, MIENTRAS MI VIEJO ESTÁ EN EL CEMENTERIO”.

 

“ME DUELE VER A UN REPRESOR EN LA ESQUINA DE MI CASA, CHARLANDO, MIENTRAS MI VIEJO ESTÁ EN EL CEMENTERIO”

19 octubre, 2021

La frase corresponde a Pablo D’atri, hijo del periodista de La Arena Raúl D’atri, detenido y torturado por la dictadura. Uno de los responsables de la detención de su padre, el excomisario Roberto Fiorucci, fue vecino de toda la vida, sus familias se conocían y cuando eran chicas los hijos jugaban juntos. Fiorucci se encuentra con domiciliaria, que le fuera concedida por razones de salud mientras enfrentaba el juicio en su contra de 2017 y por la que zafó también de este.


Este martes se desarrolló una nueva audiencia del tercer juicio a los represores pampeanos que actuaban bajo las órdenes del comando, establecido por la junta militar, de la Subzona 1.4.

Tras la vuelta a la presencialidad el Tribunal Oral Federal, compuesto por los jueces Pablo Díaz Lacava, Marcos Aguerrido y Jose Tripputi, convocó devuelta a los testigos y víctimas que puedan declarar en forma presencial.

Siguen siendo juzgados los exmilitares Luis Enrique Baraldini, Omar Greppi, Jorge Omar de Bartolo, y el expolicía Carlos Reinhart.

Greppi sigue con internación domiciliaria, sin presenciar el juicio en su contra, y el Tribunal aún no se expidió sobre el pedido realizado por las defensas de éste y Baraldini para escapar a una nueva condena por «impunidad biológica», debido a la demora en los procesos de juzgamiento y la edad avanzada de ambos.

En este juicio están imputados por el delito de abuso sexual con acceso carnal como coautores mediatos, junto al exmilitar Jorge De Bartolo, y Fiorucci, el primero en zafar del juicio de 2017 y de este por razones de salud.

Testimonios

Es así que hoy declaró en primer lugar Pablo D’atri, hijo de Raúl D’atri, periodista de La Arena y militante de Vanguardia Comunista, detenido ilegalmente a fines del 75, meses antes del golpe de Estado, y liberado en mayo de 1978, luego de estar preso en los penales de Santa Rosa, Devoto, Chaco y Rawson.

Pablo D’atri ya había declarado en el anterior juicio. Como en 2017, volvió a recordar el padecimiento de aquel entonces para él, un niño de 9 años, y toda su familia. En el medio de la detención de su padre murió su hermano menor.

Además, recordó que uno de los represores responsables de la detención de su padre es el excomisario Roberto Fiorucci, de quien fueron vecinos de toda la vida, y aún sigue viviendo en esa casa, donde se encuentra recluido, tras haber evadido ambos juicios en su contra.

“Me  duele ver a un represor en el garaje de la esquina de mi casa, charlando, vivito y coleando, mientras mi viejo está en el cementerio”, expresó durante su testimonio.

Y recordó que “al día de hoy nos seguimos preguntando porque mi viejo se tuvo que fumar tres años en la cárcel”.

En este sentido planteó que por eso es necesario contar lo que en verdad pasó, la situación de violencia sufrida por los familiares de los presos políticos y cuestionó a quienes “reivindican que hubo una guerra” cuando en realidad “lo que hubo fue la violencia de una facción sobre otra por pensar diferente”.

En segundo lugar declaró Mirta Susana Cisneros, hija de Avelino Cisneros, trabajador de maestranza del Centro Cívico detenido el 8 de abril de 1976. Fue sometido a interrogatorios y torturado con golpes y picana eléctrica en la planta alta de la Seccional Primera de Policía de Santa Rosa.

“Yo trabajaba en l Escuela Jagüel del Monto desde el 71 y venia cada 15 días a Santa Rosa. Cuando fue el golpe militar ni nos habíamos enterado allá”, graficó Cisneros.

Mirta fue detenida por policía de Telén tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 y llevada a esa localidad. La mantuvieron esposada y luego la trasladaron a la Seccional Primera de Santa Rosa, donde es es interrogada en la planta alta. “Yo lo único que hacía era llorar y preguntaba que pasa porque estaba detenida”, recordó de aquel momento.

“Me taparon la vista y me suben por unas escaleras a una habitación. Creería que había unas 2 o 3 personas. Pienso que serían militares porque no tenía conocimiento de nada. Me preguntaban algo insólito, por los campos y las vacas de Regazzoli, algo que no tenía idea”, contó.

En un momento logra abrir los ojos para un costado y vio a su padre que era llevado por otras personas. “Estaba mal, destrozado. Ahí me di cuenta que él estaba detenido, yo no sabía nada”, rememoró.

“Me decían que yo tenía que hablar porque mi papá estaba detenido y le iban a pasar cosas feas, a mi mamá también. Yo no sabía si ella estaba detenida, nada”, recordó.

Luego de unas horas fue liberada. La esperaban su mamá y un tío. En ese momento su madre le contó que su padre había sido detenido días antes por los militares. “A ella la torturaron psicológicamente diciendo que nunca más iba a ver a su marido y que también iba a perder a su hija. Fue muy triste vivir esa situación. A veces me pregunto ¿Qué hice yo?”, manifestó.

“Mi padre no contó nunca nada. Fue torturado en la boca, los testículos, los oídos. Tuvo varias enfermedades, y no pudo hablar nunca más de estos temas”, detalló la víctima.

“Yo en aquel tiempo tampoco lo hablé con nadie. Solo los muy allegados a la familia. Lo mío quedó tapado, fue por mí, por vergüenza. En mi vida había tenido que entrar a una Comisaría. Eso fue maltrato para mí”, agregó.

Otra de las víctimas que declaró este martes fue Jesús Oscar Rodriguez. Trabajaba en el Matadero Municipal de Santa Rosa, detenido ilegalmente por reclamar mejoras en las condiciones de trabajo.

En el marco del reclamo dijo que “ni los milicos” iban a hacerlos trabajar, el encargado de apellido Beralli, lo señaló y más tarde vino un funcionario municipal, Hugo Paguapé, quien le advirtió que “era amigo de Baraldini”, según contó.

También le dijo que “llegar cinco minutos tarde era una actitud subversiva”. Lo apretaban por ser el representante gremial.

Los trabajadores del Matadero Municipal eran mano de obra especializada, había que traer otras personas de otro lugar para hacerlo. “Nos pasaron a planta permanente y nos bajaron el sueldo que cobrábamos”, recordó.

La detención llegó el 5 de julio de 1976. Dijo que fue detenido por personal vestido de civil, armados. Lo llevaron a la Seccional Primera de Policía y lo dejaron incomunicado en una celda.

Estuvo detenido ilegalmente 15 días y luego lo liberaron. El Municipio lo había hechado y estaba sin trabajo, y con 2 hijas. Según contó “fraguaron una renuncia” que tampoco coincidía con el momento en que lo cesantearon.

Por último, lamentó que lo hayan encarcelado en aquel entonces, donde “reclamar mejores condiciones laborales era malo” y que vivió por mucho tiempo “con miedo”.

Fuente:PlanB/

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