18 de septiembre de 2022

Julio López compañero del alma, compañero.


 JULIO LÓPEZ, PRESENTE

Julio López compañero del alma, compañero

Rufino Almeida recuerda a Jorge Julio López. Su voz vuelve con la del compañero que evoca para la Verdad, la Memoria y la Justicia.

"…A las aladas almas de las rosas...Del almendro de nata te requiero. Que tenemos que hablar de muchas cosas. Compañero del alma, compañero….”

Elegía. Miguel Hernández

Nuestra tarea de reconstruir lo sucedido en los campos de concentración y hacer presentes a les compañeres caídos poniéndoles voz y memoria de su militancia política, ya me había confirmado que mí proceso íntimo de volver a la vida que me habían quitado, no era único.

Sobrevivir no alcanzaba.

Debía aparecer con vida.


La alegría de reencontrarnos con les hijes y la familia, no era condición suficiente para la felicidad de estar fuera del campo.

Alguien había quedado dentro, en la pasividad y el silencio, exigidos por el sistema del miedo planificado, muy reclamados por el amor de quienes nos recibían.

Aquella identidad revolucionaria, con voluntad transformadora, indignada por la injusticia, rebelde frente a los poderosos, pugnaba en nosotres por volver a ser quien éramos.

La incertidumbre de vivir había sido explícitamente impuesta y hasta las fantasías del deseo se convirtieron en peligro inminente. Muchos de nosotres estuvimos años bajo "libertad" vigilada, donde los propios genocidas con su terrorismo sistemático oprimían el timbre del perro de Pavlov.

A ese terror inscripto en el cuerpo y en la mente, se sumarían el desdén condenatorio del entorno social, junto a los reproches justificados en los miedos del cariño protector de las familias, abonando también la auto imposición de la inacción y el no decir.

Mientras las claves del genocidio fueron desarmar la cultura nacional y de la solidaridad, reprimir la organización popular para la resistencia a la imposición de un sistema de explotación del trabajo y el saqueo de los recursos nacionales; su concreción sería el terrorismo de Estado sistemático aplicado a perseguir a toda persona, comunidad y organización que accionara o apenas expresara oposición al Plan de sometimiento y entrega.

La continuidad de esta versión en democracia serán los intentos hasta hoy de la impunidad de las bestias y sus mandantes, sin otro fin que la derrota de la política revolucionaria, de la militancia comprometida. Ya no como fuerzas efectivas sino como sentido, como presencia, como subjetividad colectiva. De allí, la promoción del negacionismo y la antipolítica.

El objetivo, de entonces y ahora, es que no vuelvan jamás esos militantes a levantar esas banderas, a hablar de justicia con esas palabras y a sostener acciones que transforman la vida de los pueblos.

El objetivo, entonces y ahora, es vencer a los sueños, al deseo y a la voluntad de realizarlos. Desaparecer al militante revolucionario.

La intención es que sobrevivan pero que nunca aparezcan con vida.

EL CAMINO DE APARECER CON VIDA

Pero algunes brillantes rompieron el cerco sin dudar. De inmediato. 

Otres necesitamos transitar un camino interior espinoso para superar barreras. Para reencontrarnos con la autoestima del coraje necesario, para volver a vivir en el amor militante por un mundo sin injusticias ni sometimientos culturales, sin destrucción del ambiente y con una sociedad humana en paz.

Dicho todo esto, quiero señalar que la experiencia definitoria que consolidó en mí tal razonamiento, con su tras fondo afectivo y de búsqueda en lo colectivo, fue conocer a Julio.

 A través de nuestro vínculo para la reconstrucción de su historia, para que superara el sobrevivir, abriendo el paso a su aparición con vida, pude definitivamente objetivar claramente aquel proceso que yo sentí y que intuía en las conversaciones con los ex detenidos desaparecidos que fui conociendo: el camino desde la confusión y el miedo al reencuentro con quién fuimos.

La aparición con vida.

Por de pronto la plataforma siempre debió ser el respeto, la confianza y el cariño entre pares, entre compañeres.

DE VIEJO PERDIDO A MILITANTE PERONISTA

Julio se nos presento en el hall de la Cámara Federal de la Plata que sustanciaba el llamado Juicio por la Verdad.

"Andá a ver...hay un viejo medio loco que está con Nilda. Dice que estuvo en varios campos en Arana" ...me indicó Adriana, en su estilo tan concreto.

Era cierto, la primera impresión fue de locura.

Una avalancha de frases, datos, nombres, lugares inconexos... Era el mítico paso de la caverna a la luz, de las palabras calladas por la fuerza, a la posibilidad del grito.

Luego comprenderíamos los por qué de semejante ansiedad y urgencia.

Será mí empatía acrata por la locura y mí respeto a priori de la vejez y la sencillez, que empuje con Nilda a un nuevo encuentro con tranquilidad y tiempo.

(Solían conectarnos personas confusas o plantadas...)

La próxima reunión sería el principio de un derrotero de crecimiento de la escucha, rebotando en el espejo de la comprensión de pares y por lo tanto de entendimiento.

Julio dejaba de ser un "viejo incomprensible" entre extraños para ser un compañero mas entre compañeros.

Su frase angustiada "los argentinos deben saber"...era la consigna de muchos otres, que veníamos trabajando, militando para que los argentinos sepan.

Nosotres habíamos acuñado otra: "Porque luchábamos nos desaparecieron, porque aparecimos....seguimos luchando".

Al principio, tenía muchas dificultades para comunicarse, para hablar con pausa y demás. Las cosas le salían a borbotones y entonces eran muy confusas. Dudábamos de la veracidad o no. Pero después, cuando fuimos afianzando la relación, conociéndonos, se fue clarificando su discurso. Tomó la palabra y empezó a aparecer.... apareció una persona querible. Alguien que vos veías simple, entero, un trabajador, un militante, bastante puro en términos de lo no especulativo.

Tampoco un nabo ni un tipo que no sabía lo que estaba haciendo. Todo lo contrario. Precisamente eso es lo más rico de la personalidad de Julio, que era un militante no atravesado, por todo un bagaje teórico, lecturas, horas de debate y discusiones.

Esos compañeros que por la vida vivida, la tienen mucho más clara que el intelectual. Porque son simples, concretos, van a las cosas.

Bueno, él empieza a marcar su derrotero como secuestrado. Y aparecen dos o tres lugares... Por lo pronto, con mucho conocimiento de Arana porque él trabajó en la zona, trabajó en las quintas, trabajó como albañil en varios establecimientos en la zona, conocía mucho Arana.

Así surge lo verdadero de lo que decía: cuando él cae, ya conocía...

Sin embargo la primera confusión fue que se refería a un lugar antiguo, de la época de Rosas, que esto, que el otro, una descripción que no nos daba con nada. Después de otro lugar mucho más chiquito, que era cerca del Aeropuerto, que luego se identificó como un lugar anexo, casi como una tapera, donde en algún momento metieron gente ahí porque estarían llenos los otros lugares. Entonces se esclarece que además de Cuatrerismo, la Comisaría de Arana, había otros dos lugares. Nosotros teníamos del tema de Arana referencias por descripciones divergentes. Por ejemplo Pablo Díaz cuando describe el lugar donde había estado, habla de ventanas viejas de madera, cosa que el Destacamento de Arana no presentaba. Salones más grandes, lugares distintos... Así, cuando Julio pasa a describir más o menos también esas condiciones, surgen más detallados esos otros sitios y nos evoca otros testimonios...

Con él, no sé cuántas veces fuimos a Arana, en el auto, a recorrer, a buscar insistentes, esos famosos lugares que describía. Hicimos varias recorridas, inclusive alguna con Cristina Gioglio (compañera que había pasado cautiva por el Destacamento) , y con compañeros que habían estado también en Arana...

Finalmente fuimos atando cabos y encontramos la Estancia La Armonía. Recordé que un pibe que estuvo unos días desaparecido, muy chico en su momento, justamente reconoce el lugar por haber estado allí previamente. Era un predio que había sido de sus abuelos, dijo.

Entonces hicimos el contacto, busque en Geodesia de la Provincia tomas aéreas de la zona. Los tíos del muchacho aportan fotos viejas del lugar y todo empieza a tomar sentido y concordancia para clarificar e identificar. Lo que pasaba es que en ese campo, por arriba de las demoliciones, construyeron el nuevo Regimiento 7 de la Plata.

Entonces empieza a tomar más entidad el testimonio de Julio respecto a los lugares y en particular del nombrado Pozo de Arana (no el Destacamento)

Otro tema del testimonio histórico de Julio también es su reivindicación de la militancia de los pibes de la Básica y su respeto cariñoso por Patricia Dell Orto y Ambrosio De Marco.

Aquí Julio aparece con vida en todo su sentimiento, revive su vinculación a la Unidad Básica, retoma su compromiso, con su militancia peronista, que ratifica con el coraje de quienes con sus declaraciones frente a frente con los genocidas, acusan ya no como víctimas sobrevivientes sino desde la política, con la mirada firme de la militancia de esa época y con la voluntad de los compañeros y compañeras que ya no están.

Se ufana de ser montonero...

Para el momento hasta su voz había cambiado el tono, su dicción era clara y su actitud física rejuveneció. Julio como todos nosotros sabia de vivir con miedo pero también como nosotros supo que se puede aparecer con vida.

La palabra ya no será solo relato de las memorias de un sobreviviente, pasa a ser una herramienta de lucha, para estar nuevamente en el frente de la resistencia a la opresión y la crueldad.

Los datos, los lugares, las identificaciones encontrarían una estrategia colectiva para la acción, para el juicio y castigo a los culpables.

Aquellos escritos y dibujos iniciales, casi no serian necesarios. Estaba la posibilidad de la palabra, del intercambio de miradas asertivas, del ida y vuelta.

Entonces la indignación por lo vivido, ya tendría un lugar, dimensión y profundidad. Los nombres buscarían cuerpos y las acciones buenas encontrarían reivindicación. Patricia y Ambrosio, Rodas, y otros fusilados tendrán voz para siempre..

Mientras los genocidas recibieron Castigo, sin Olvido ni Perdón.

Así lo afirmó Julio en aquel último abrazo en los pasillos del Juicio: "Yo sé que me van a matar….. pero soy peronista…y me los llevo conmigo….".

Cuántos como Julio López, en su momento, estarán aún sobreviviendo al terror que le imponen sus recuerdos, sin poder ponerlos en palabras. Permaneciendo escondidos de si mismos, sin abrazarse con la persona que fueron antes de pasar por la desaparición, a la que sometieron los genocidas, a quien no permiten volver a la vida, el terror que larva todavía en su interior y la presión del entorno familiar e institucional.

Cuántos sobrevivientes aún, pugnan por aparecer con vida...

 

*Rufino Almeida Ex detenido-desaparecido en el CCD “El Banco”. Integró la organización anarquista Resistencia Libertaria. Como cooperativista hoy integra la Federación de Cooperativas de Trabajo Manuel Belgrano-Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo

Fuente:0221.com.ar

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