Porque tenemos memoria y sabemos la verdad luchamos por la justicia
OPINA RICCIARDINO
No fue para el “hijo de la generación diezmada” sino para el que “agarró la papa caliente”. Así nombró Cristina Kirchner en su última aparición televisiva a Wado De Pedro y a Sergio Massa. Y así se ubicaron los dos a su lado en el palco del acto del 25 de Mayo para evocar los 20 años del triunfo de Néstor Kirchner. Pero la inflación, la demora en la renegociación con el Fondo Monetario Internacional y las zancadillas del presidente Alberto Fernández lograron poner en elfreezer las aspiraciones del ministro de Economía. Embalado, Wado De Pedro se lanzó, con todo y el embajador Daniel Scioli se le animó alentado por el pequeño pero picante albertismo que exhumó sus deseos de “enterrar 20 años de kirchnerismo”, como expresó en algunaoportunidad.
Pero el viernes a la mañana el gobernador de La Rioja Ricardo Quintela fue el vocero del presidente. “Nos dijo que banca a Massa si él pone al vice”, le dijo a la prensa. Por supuesto no era cualquier vice, no podía ser Scioli y mucho menos Victoria Tolosa Paz. Debía ser el menosalbertista de todos y que no fuera rechazado por Cristina. El jefe de Gabinete Agustín Rossi reunía todas las características necesarias.
En general, la militancia eligió no escuchar la parte de “el que agarró la papa caliente” y se quedó con la mística y la historia que siempre son más sencillas para articular un discurso político potente y que enamore. Pero también hay que ser competitivos y -como pasó con Scioli en 2015 y Alberto en 2019- el costado pragmático del kirchnerismo volvió a imponerse. Sin Cristina en juego, sólo Massa tiene potencial electoral suficiente dentro de Unión por la Patria.
Si en aquellas oportunidades el objetivo era impedir que la derecha llegue al poder, hoy es aún más nítido y aumentado ese peligro para el peronismo y para un enorme sector de la sociedad que no parece contemplado en los postulados de Juntos por el Cambio.
Las negociaciones políticas siempre son reales, todos ceden algo, algunos más y otros menos. La realidad marca que el kirchnerismo viene cediendo posiciones desde hace mucho tiempo porque ya estuvo afuera del poder y vio lo que el desbande hace en el alma de la tropa dedirigentes. Conservar una porción importante del poder para poder cumplir como se pueda con el objetivo de transformar desde la política, es fundamental.
Claro que muchos piensan que perder y quedarse con el discurso es mayor negocio y habilita siempre la posibilidad de un regreso con gloria. Eso no está en la mente de los que conducen que deben dar respuestas a la coyuntura, ejerciendo la mayor responsabilidad y sin tiempo para enamorarse de un futuro sin garantías. En política el ahora es imperativo.
Fuente:RosarioPlus
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