17 de junio de 2023

TRENQUE LAUQUEN: Cuarenta y seis años esperando saber algo de los tres.

 

Comunicado de la CDDHH

Cuarenta y seis años esperando saber algo de los tres

Año tras año, los 15 de junio pretendemos recordar y destacar a tres jóvenes nacidos en Trenque Lauquen, que estudiaban la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata.

16/06/2023

Comisión por los Derechos Humanos, Trenque Lauquen, 14 de junio de 2023.

Año tras año, los 15 de junio pretendemos recordar y destacar a tres jóvenes nacidos en Trenque Lauquen, que estudiaban la carrera de Medicina en la Universidad Nacional de La Plata. Quisiéramos encontrar algún aspecto original en nuestro homenaje, pero es casi imposible no repetirse en los datos y detalles que, sin embargo y paradójicamente, parece que tanto le cuesta retener a la comunidad que los vio crecer hasta su partida hacia la ciudad de las diagonales.

Rodolfo. Héctor y Ricardo

El mayor de los tres era Rodolfo Emilio Pettiná, que ya estaba avanzado en la carrera cuando lo secuestraron. Tenía 23 años y “pintaba” para ser un médico solidario, capaz de aportar desde el Hospital público todo su saber y su empatía (de hecho, en vacaciones de verano trataba de concurrir al Hospital Pedro T. Orellana para “dar una mano”, así como recibía en su casa -la que mantenía organizada Elena, su mamá y la más activa de las Madres de Trenque Lauquen hasta su fallecimiento en 2018- a vecinas/os que le consultaban por algún malestar menor).

Rodolfo gritó, en el marco de la violencia y la desesperación desatadas por el grupo de tareas genocidas, aquella madrugada fría de junio de 1977: “¡Llévenme a mí solo, dejen a los pibes!”. Es que tanto Ricardo como Héctor tenían apenas 19 años, estaban cursando el 1° año de la carrera. Pero no fue posible, se llevaron al “veterano” solidario, y se llevaron a “los pibes” también, ya que por esos días los asesinos genocidas ejecutaban una más de tantas razzias, en este caso dirigida a los integrantes del Centro de Estudiantes de la Facultad de Medicina.

Así fue que Héctor Oscar Manazzi, el brillante estudiante de secundaria que ayudaba a compañeras y compañeros de la Escuela de Comercio en cualquier materia que hiciera falta, fue arrancado de su cama en el CUTL (Centro Universitario de Trenque Lauquen en La Plata, sito en la calle 41). Así fue que Ricardo Antonio Sangla debió seguir, maniatado, empujado, aterrorizado, el mismo destino que sus dos compañeros de carrera; no importaba que cualquiera dijera de Ricardo que era “más bueno que el pan”, criado en el campo, laburador, un pibe que buscaba nuevos horizontes más allá del tambo familiar manejado por Don Ricardo, su papá, y Mery, su mamá…

Porque

Cuarenta y seis años después de aquella madrugada, ¿Qué sabemos de Ricardo, Héctor y Rodolfo? Absolutamente nada, pero nada de nada (dónde estuvieron detenidos en un primer momento, a qué centro de tortura y exterminio los condujeron, qué hicieron con sus cuerpos, qué represores tuvieron participación directa en su calvario…). Y nos vienen a querer convencer que esto es pasado, y se presentan con nuevas caras las y los negacionistas de siempre (si hasta una precandidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, que ya es diputada nacional por un espacio absurdamente llamado “libertario”, tiene cámara y micrófono para propagar el encubrimiento de los crímenes de lesa humanidad y la búsqueda de impunidad para los asesinos genocidas).

Porque cada 15 de junio sigue doliendo a varias familias en Trenque Lauquen. Porque Manazzi-Pettiná-Sangla son tres apellidos que se agitan con los vientos de la memoria en el noroeste bonaerense, imposibles de disociar en la inmensidad de la tragedia que no tiene otra explicación que el odio y la saña de aquellos que pretenden un país para pocos, un pueblo silenciado y humillado. Porque Héctor, Rodolfo y Ricardo son tres nombres que nos animan a continuar con la tarea interminable de no aceptar la injusticia y la desigualdad como aspectos naturales de la vida social. Porque sus rostros en las pancartas y los murales, siempre jóvenes, interpelan con las preguntas que no deberíamos dejar sin respuesta: ¿Permitirán que nos trague el olvido? ¿Permitirán que se repita la persecución a jóvenes, acosados por querer, simplemente, que la mayoría del pueblo argentino consiga una mejor calidad de vida? Por esos “Porque” y tantos más, volvemos a gritar: Héctor Oscar Manazzi Suárez: ¡Presente! Ricardo Antonio Sangla López: ¡Presente! Rodolfo Emilio Pettiná Taybo: ¡Presente! 30.000 compatriotas detenidxs-desaparecidxs: ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!.

Fuente:LaOpinion

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