JUICIO POR EL ASESINATO DEL BEATO RIOJANO WENCESLAO PEDERNERA
Sucedió el 25 de julio de 1976, fue ejecutado por un grupo de tareas delante de su familia.
El Tribunal Oral Federal (TOF) de La Rioja (jueces José Camilo Quiroga Uriburu, Mario Martínez y Juan Carlos Raynaga) continuará con el juicio de lesa humnidad por el asesinato del dirigente campesino Wenceslao Pedernera, integrante de la pastoral de Monseñor Enrique Angelelli y acribillado por un ‘grupo de tareas’ frente a su familia el 25 julio de 1976.
A partir de las 9hs de este miércoles 2 de agosto se reanudarán los testimonios entorno al asesinato del beato riojano, víctima del Terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico militar ocurrida en Argentina.
Durante el fin de semana, numerosos fieles y sacerdotes de las comunidades de Villa Unión, Guandacol, Famatina, La Rioja, Nonogasta, Vichigasta, Anguinán, San Miguel, Chilecito, Vinchina y Chamical participaron el sábado 29 de julio, de la celebración de los mártires riojanos en Sañogasta, el pueblo de Wenceslao Pedernera.
La misa fue presidida por monseñor Dante Braida, obispo de La Rioja, y concelebrada por un gran número de sacerdotes llegados a esa localiad de la provincia.
Organizaron la fecha conmemorativa miembros de las parroquias del Decanato Oeste de la diócesis.
En la homilía, al recordar a Wenceslao, monseñor Braida explicó que el servicio al Evangelio del beato mártir “tiene que ver con ayudar a los demás en todo lo posible”
“‘El que quiera ser primero que se haga servidor de todos’, dice el evangelio de Marcos. En el de san Juan, el servicio a Jesús implica también ‘dar la vida’ por Él”, explicó.
¿En qué percibimos el servicio en la vida de Wenceslao?”, se preguntó, y respondió: “Compromiso en la vida de familia, organización campesina en cooperativas, en trabajar la tierra, en tender una mano al que pedía ayuda. Luchar contra las injusticias de este mundo”.
Monseñor Braida destacó que “ese mismo servicio llegará al extremo de dar la vida como Jesús, en una entrega martirial”, y puntualizó: “Muere como testigo del Evangelio que leyó y al que creyó cómo fuente de vida plena”.
La muerte del dirigente laico había sido precedida una semana antes por los asesinatos de los dos curas de Chamical, Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, en un plan orquestado por las fuerzas militares en connivencia con sectores poderosos de la provincia para desarticular el creciente Movimiento Rural Cristiano, en una avanzada que tendría como corolario la muerte en un accidente automovilístico fraguado del máximo referente del sector, monseñor Angelelli, sólo nueve días después, el 4 de agosto de 1976.
Como único imputado se encuenbtra el ex gendarme Eduardo Abelardo Britos, acusado de ser autor intelectual del hecho, quien ya se encuentra cumpliendo condenas previas en Salta por delitos de lesa humanidad.
El ex alférez Eduardo Alfredo Britos, quien durante la última dictadura cívico-militar integró el Escuadrón 24 “Chilecito” de Gendarmería y fue jefe del Instituto de Rehabilitación Social, penal que funcionó como centro clandestino de detención.
Britos está acusado por crímenes cometidos contra 36 personas en tres causas que tramitaron su instrucción por separado y se unificaron para este debate, que iba a comenzar en agosto de 2022 y luego en marzo de este año pero en ambas ocasiones fue suspendido por el Tribunal.
El ex gendarme pasó dos años prófugo de la justicia argentina hasta que fue extraditado desde Paraguay en 2011 para ser juzgado. En 2013, fue condenado a 15 años de prisión como responsable del delito de imposición de tormentos contra seis presas y presos políticos.
Fuente:InfoBaires24
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