Por Maby Sosa, Resumen Latinoamericano, 21 de agosto de 2023.
A pesar de que los oficiales estaban cumpliendo funciones en el momento de matar al niño, la justicia tucumana no lo consideró como agravante. La familia denuncia hostigamientos de la policía.
El tribunal compuesto por las juezas Stella Maris Arce, Alicia Freidenberg y el juez Patricio Prado después de varias horas de debate dieron a conocer en la tarde del viernes su decisión en el segundo juicio por el crimen del Facundo Ferreira, un niño de 11 años.
Cerca de las 19 y tras una demora por una falla en el sistema informático, se leyó el fallo condenatorio para Mauro Díaz Cáceres, quien debería cumplir 20 años de prisión y Nicolás Montes de Oca, condenado a 20 años.
En el primer juicio los policías habían recibido una pena de prisión perpetua. En esta ocasión se bajó considerablemente la condena. Los fundamentos se conocerán recién el 5 de septiembre.
Sin agravantes
“Hay que esperar la lectura de la sentencia. Nos da tranquilidad que han sido condenados por homicidio. Este tribunal entendió que los dos policías mataron a Facundo y no se defendieron de ningún ataque”, dijo el abogado de la querella Carlos Garmendia durante la conferencia de prensa que se brindó luego de la lectura del fallo.
“No entendemos por qué no los condenaron por homicidio agravado, porque ellos dos eran policías. Es decir, la alternativa era si se han defendido sería exceso en la legítima defensa en todo caso. Y si no se han defendido y dieron muerte a un niño la condena debió ser de prisión perpetua porque eran policías”, agregó.
También denunció, “hemos llegado a este segundo juicio con una presión enorme de sectores corruptos y violentos de la policía de Tucumán. Por eso, parte de la Corte Suprema se vio débil ante esa presión y anula el fallo. La tranquilidad que tenemos es que la prueba es contundente, que estas dos personas mataron sin justificación a Facundo”.
A pesar de que la pena bajó en relación al primer juicio, Garmendia destacó que se trata de penas importantes. “Quince años para Montes de Oca que manejaba la moto y 20 años para Díaz Cáceres que hace el disparo que mató a Facundo. Lo que pasó y quedó claro en el juicio cualquier bala podía matar a Facundo o a cualquier persona que iba caminando por ahí”, agregó.
Junto al abogado estuvieron Mercedes Gómez, la abuela de Facundo, Romina y Rita Ferreira, mamá y tía del nene asesinado.
“Pedimos que la policía nos deje de molestar. A mí anoche (por el jueves 17) embarazada me golpearon. Ya no sé cómo salir a la calle. Desde que fue lo de Facundo no podemos estar tranquilos. No tenemos nada en contra de ellos, los familiares de los policías son quienes nos amenazan a nosotros”, dijo Rita.
Desde el asesinato de Facundo, la policía de Tucumán dedicó patrulleros y oficiales a hostigar a la familia del niño.
Tanto la fiscalía como la querella habían pedido condenas perpetuas para los policías.
Fuente: Tiempo Ar
“La generación sin casa, sin auto,
sin nada”: Los jóvenes que votaron
a Milei
Silvina Friera, Resumen Latinoamericano, 21 de agosto de 2023.
Tres jóvenes de Santiago del Estero, Córdoba y Rosario, estudiantes de derecho y software, encuentran en el “plan de acción” del neoliberal “la esperanza” de estabilidad económica. Un nuevo sentido común cabalga entre ellos. Se sienten estar “siempre en el mismo lugar” y sobreempleados para “subsistir”, apoyo matizado a la dolarización y privatizaciones. “No es antiperonismo, me pudrí de la inflación”, dice uno.
La generación “sin casa, sin auto, sin nada” explica una parte importante del voto a Javier Milei, el líder de la coalición de ultraderecha La Libertad Avanza (LLA), que no es “un invento de los medios” ni “un fenómeno porteño” sin proyección significativa en las provincias, como se comprobó en las PASO. Dos jóvenes de Santiago del Estero y Córdoba y una joven de Rosario, que estudian y trabajan, encuentran en el “plan de acción” de Milei la esperanza de una estabilidad económica. Los tres coinciden que con una inflación “desmesurada” es imposible progresar. Apoyan, con matices y algunas vacilaciones, la dolarización de la economía, la reducción de impuestos, la privatización de las empresas públicas y la eliminación de la coparticipación federal.
Mano dura, ley y orden
Desde Córdoba, el segundo bastión electoral del país donde el candidato presidencial de la ultraderecha se ubicó primero con el 33,7 % de los votos, Juan Pinasco, vendedor inmobiliario de 28 años, aclara que votó una ideología que da por hecho que “el mercado y la competencia tienen un rol fundamental” y que “cada intervención del Estado genera un inconveniente a largo plazo en la sociedad”. El joven cordobés que estudia para ser desarrollador de software, dice que la figura de Milei genera empatía en el pueblo por mostrarse “harto de los mismos de siempre” y que este hartazgo suma caudal electoral. “Se habla mucho del voto bronca, pero yo no creo que sea así. Por supuesto que hay gente que lo votó porque está harta; pero a mi me convenció mucho que tenga un plan de acción, con el que estoy de acuerdo”.
Juliana De Bonis, estudiante de derecho en la Universidad Nacional de Rosario, cuenta que sigue al candidato libertario hace años. “Necesitamos un cambio, mano dura, ley y orden”, enumera las prioridades esta joven de 23 años. “Las políticas socialistas hicieron que después del gobierno de Néstor Kirchner la gente se volviera dependiente del Estado en todo sentido. El asistencialismo del Estado sale de la clase trabajadora, a la que la matan a impuestos, además de lo que se roban los sindicatos, los políticos y los punteros. La gente que recibe asistencia es mayor que la que trabaja y paga impuestos y eso nos pone un palo en la rueda para poder crecer”, interpreta De Bonis. En Santa Fe, el candidato ultraliberal salió primero con 35,3 puntos. Ezequiel Terrera, estudiante de derecho de 25 años que vive en Santiago del Estero, provincia donde Milei se ubicó segundo con el 27,1%, plantea que ante el dilema de votar a Sergio Massa, “el ministro de Economía que no puede resolver la crisis económica”, muchos optaron por el líder de La Libertad Avanza. “Lo voté sabiendo que voy a tener tranquilidad, él me da la esperanza de que más o menos en dos años vamos a tener estabilidad económica, que es lo que estoy buscando y estoy seguro de que mucha gente también. No es antiperonismo, es simplemente que me pudrí de la inflación”.
El santiagueño subraya que para él lo principal es la estabilidad económica, una preocupación que comparten los votantes de las diferentes coaliciones en pugna. “Massa lo único que hizo fue señalar lo que estaba mal en Milei y dijo que tuvo que devaluar, como si no fuera un escándalo la devaluación que hizo. No estoy viendo señales del peronismo para darle confianza a los votantes”, analiza Terrera y agrega que muchas de las propuestas del candidato presidencial de ultraderecha no las va a poder implementar porque “no lo va a dejar el sistema” y quizá tenga “problemas” en bajar los impuestos. “Creo que sólo un 10 por ciento de sus propuestas es lo que va a poder hacer; va a tener una oposición muy fuerte que le impedirá hacer cosas demasiado radicales”. Insiste Pinasco que lo votó por razones ideológicas y porque está a favor de una ideología liberal. “Sus propuestas ponen en marcha a un mercado estancado y afectado en muchos casos por un Estado muy interviniente, pone a oferentes a competir, a demandantes a buscar la mejor oferta y a un mercado a superarse constantemente. Una mayor apertura comercial que la actual, un sistema de libre competencia de monedas con la dolarización, una reducción de gasto público para hacerle frente al déficit fiscal del país y una modernización laboral con los seguros de desempleo”, fundamenta el joven cordobés.
La ultraderecha avanza
La joven rosarina, que trabaja en marketing ocho horas por día, se define como de “ultraderecha” y revela que su padre (56 años) y su hermano (16 años) también votaron a Milei. De Bonis pondera la necesidad de una reforma económica que baje impuestos y achique el Estado. “La mayoría de los políticos se terminan robando la plata de nuestros impuestos y no hay hospitales que funcionen bien, no hay buena atención; faltan médicos, no se les paga bien, entonces ¿para qué pagamos tantos impuestos? Hay que achicar el Estado, privatizar las empresas públicas y fomentar la inversión privada, no para que se haga más rico el empleador sino para que pueda dar más empleos y que con esa ganancia pague sueldos dignos, en blanco y con obra social. Nosotros, que vamos a ser siempre los hijos del empleado, a menos que nos ganemos el Quini 6, estamos con trabajos en negro porque le salimos el triple del sueldo que nos tendría que pagar para ponernos en blanco”, comenta la joven rosarina y confirma que comparte la eliminación del Banco Central porque es “una maquinita que no para de imprimir billetes que no sirven para nada”.
En su plataforma electoral, Milei anunció que eliminará la coparticipación federal, el principal aporte que tiene la mayoría de las provincias para administrar sus gastos en seguridad, educación y salud. “La quita de la coparticipación repercute negativamente en Santiago del Estero, pero entiendo que Milei no va a poder hacer la gran mayoría de sus propuestas -recuerda Terrera-. Una que sí es realizable es el reordenamiento del Estado, estabilizar la economía y potenciar la seguridad. La coparticipación no está mal, no es una ley mala per se, pero necesita de cierto control y guía para que las provincias puedan aumentar su productividad”. Pinasco considera la eliminación de la coparticipación como “interesante”. “Una de las principales causas de la propuesta es por la gran contaminación que existe en la redistribución de fondos. Esto conlleva a que muchos gobernadores que han recibido más en comparación a lo que produjo su provincia se vean tentados de usar los fondos para aumentar el gasto público o para otras acciones de clientelismo que los llevan a perpetuarse en el poder”, critica el joven cordobés.
La generación sin casa, sin auto, sin nada
En la cabeza de los votantes de Milei la dolarización es una posibilidad no exenta de complejidades. “No sé qué tan fiable podría ser la dolarización porque desconozco cuántos dólares vamos a necesitar para que empiece a ser la única moneda oficial”, duda De Bonis. “Si se puede copiar el modelo de Ecuador, quizás pueda ser por tramos, con las dos monedas fluctuando al mismo tiempo. La idea central que apoyo es parar con la inflación desmesurada porque es imposible progresar. Somos la generación sin casa, sin auto, sin nada; siempre estamos parados en el mismo lugar y tenemos que suplir más cosas y tener más trabajos para poder subsistir. Entonces avalo cualquier solución a la inflación, aunque nos volvamos colonia de Estados Unidos; es una tristeza lo que estoy diciendo -confiesa la joven rosarina-, pero tenemos que salir de todo esto porque nos estamos hundiendo”. Dolarizar la economía desde la perspectiva de Pinasco “generaría mayor estabilidad en el poder adquisitivo” y “el poder ejecutivo de turno no podrá realizar una emisión monetaria sin respaldo” y deberá ser “más hábil a la hora de administrar”. El joven cordobés puntualiza que “ayudaría a eliminar la inflación”, aunque no sería “un factor contundente”. Terrera no sabe si la dolarización resolverá los problemas económicos, pero observa que “todos los precios se remarcan en dólares”.
Los tres respaldan la privatización de las empresas públicas, como Aerolíneas Argentinas, YPF y la Televisión Pública, pero con divergencias. La más entusiasta con la privatización es la joven rosarina porque en las empresas públicas “los sindicalistas se roban la plata y las obras sociales de los gremios son las más paupérrimas”. Para De Bonis, además, se achicaría el número de empleados públicos. Sobre la Televisión Pública señala que “ignora los datos de la realidad y habla maravillas del gobierno de turno”. Pinasco opina que la privatización de las empresas públicas sería “una de las maneras de recortar el gasto público” y cuestiona que las empresas públicas no tengan “calidad ni eficiencia”. Según postula Terrera, YPF no debería privatizarse “pero sí darle más potencia”. Aunque no consume la programación de la Televisión Pública, la califica como “muy profesional”. “Lo bueno es que Milei quiere hacer consultas populares porque él dice que quiere devolver el poder a la gente; eso es extremadamente positivo y por eso muchos lo votaron”, afirma el joven santiagueño.
En el imaginario de los jóvenes votantes libertarios el Estado tiene que tener un tamaño menor. “Yo tengo claro que el Estado no se puede reducir al mínimo y quizá tampoco sea saludable a nivel de la estructura social y económica que esté en todos lados -advierte Terrera-. Nuestro gobernador, por ejemplo, lo tiene claro: lo escuché muchísimas veces decir que hay que encontrar un balance entre lo privado y lo público; que si bien el Estado tiene que estar en muchos lugares necesita dar el espacio para que la actividad privada pueda florecer. Aquí, en Santiago, él (Gerardo Zamora) es el más capacitado para ejercer la gobernación. Esto explica un poco por qué siempre gana. No es que sea un caudillo feo, como lo ven en Buenos Aires, sino que no hay candidatos idóneos”.
Fuente: Página 12
Sergio Massa dijo que convocará
a un gobierno de unidad con
independientes, radicales y peronistas
del PRO
Resumen Latinoamericano, 21 de agosto de 2023.
El candidato a presidente de Unión por la Patria no descarta sumar a sectores políticos “que votaron a Horacio (Rodríguez Larreta) y que claramente no comparten el ´todo o nada´ que planteó Bullrich”
A casi dos meses de las elecciones presidenciales, el actual ministro de Economía y candidato de Unión Patria, Sergio Massa, admitió que, en caso de resultar electo, convocará a sectores políticos que actualmente no forman parte de la coalición gobernante. Su objetivo es apostar por “un gobierno de unidad” con radicales y peronistas del PRO” dentro de su eventual Gabinete.
“Buscaría un gobierno de unidad nacional e integrar un gabinete con radicales y peronistas que hoy están en el PRO”, remarcó Massa al ser entrevistado por Clarín. Y agregó: “No voy a empezar a hacer nombres, pero hay dirigentes de otras fuerzas políticas, del espacio de Juan Schiaretti, que no sonaría ilógico que fueran funcionarios de mi gobierno”.
Citó como ejemplo que “hay muchos peronistas que en algún momento se desencantaron y también hay muchos radicales defensores de la escuela pública, de la gratuidad universitaria, de la movilidad social ascendente en la Argentina que no tienen nada que ver con Bullrich”. Y también remarcó que le “gustaría ver en el cuarto oscuro a muchos de los que integraron las listas de Horacio en JxC el 22 de octubre”.
Al ser consultado sobre qué opina el kirchnerismo sobre ese posible gobierno de unidad, Massa respondió: “El presidente voy a ser yo y el que decide quiénes van a ser ministros voy a ser yo y la convocatoria la voy a hacer soy yo porque soy el que tiene la responsabilidad de gobernar”.
Massa dijo tener el desafío de “invitar a compartir el sueño a todos los que votaron a (Juan) Grabois” y luego captar la adhesión “de todos que votaron a Horacio (Rodríguez Larreta) y que claramente no comparten la idea del todo o nada que planteó Bullrich”. A su vez, reconoció que tratará de convencer a aquellos que en 2019 votaron a Alberto Fernández y en 2015 a él y que “en esta elección están enojados o decepcionados y eligieron a (Javier) Milei”.
Massa: “No voy a empezar a hacer nombres, pero hay dirigentes de otras fuerzas políticas, del espacio de Juan Schiaretti, que no sonaría ilógico que fueran funcionarios de mi gobierno”
El ausentismo electoral, que en las PASO llegó casi el 30%, es otra de las preocupaciones de Massa. “Hay 17 millones de votos en juego entre los que no fueron a votar y los que votaron a otras fuerzas. Hay un número importante de voto en blanco e impugnado. Hay como 13 millones de votos de gente que no fue a votar, así que hay un trabajo grande por hacer”, enfatizó.
Para el actual ministro de Economía, tanto Javier Milei como Patricia Bullrich“plantean lo mismo” entérminos de proyecto de país. “Nosotros representamos un proyecto de país con educación pública gratuita, no arancelada. Representamos un proyecto de país con producción y trabajo como valores, sin patria financiera. Como modelo económico representamos un modelo de inclusión de derechos. Representamos un país con sistema de jubilación pública y con un PAMI funcionando y con un sistema de jubilaciones público, no privatizado, como las AFJP que plantean ellos. Son dos modelos de país muy distintos”, ejemplificó.
Además, sostuvo que tanto Milei como Bullrich “soñarían a Macri como ministro plenipotenciario por el mundo consiguiendo inversiones”. De hecho, Javier Milei ya lo admitió pero “Patricia todavía no”, recordó.
En ese sentido, aclaró: “Lo más grave del jugueteo de Macri con Milei es que le falta el respeto a los votantes de Horacio y a los radicales. Entiendo que es parte de la bronca o de la angustia y de la renuncia de Carrió. Macri decidió destruir JxC y empujar a todo el mundo con Milei, porque hay una falta de respeto de Macri a Patricia: la idea de ir empujando suavecito y con gestos (y poniéndole gente a trabajar) los votantes a Milei”.
A pesar de que se mostró convencido de que “los ex presidentes tienen que tener un rol”, sentenció que “los países más serios y desarrollados son los que cuidan a sus expresidentes”; a diferencia de lo que sucede en Argentina, donde “los destruyen”. Tal es así que recordó “el intento de magnicidio” contra la ex presidenta Cristina Kirchner. “Pasó como si nada. Fue noticia, tres días”, se lamentó.
Entre lo malo conocido y lo malo
por conocer: el desafío de
transformar la desesperación en
esperanza.
Por Jorge Falcone, Resumen Latinoamericano, 21 de agosto de 2023.
“Una golondrina no hace verano”
Asimilado el cimbronazo inicial de ver nuestro mapa teñirse de violeta, colocando ventajosamente en carrera hacia la presidencia de la Nación al más outsider de los candidatxs – y al que muchas encuestadoras daban en baja -, comienza a comprenderse que lo que el voto de las mayorías produjo no fue un cheque en blanco sino una advertencia a esa clase política que les dio la espalda.
Entre tantas opiniones vertidas, destacaremos una producida desde el pensamiento crítico, que interpretó dicho fenómeno como una suerte de 2001 pasivo contra los referentes de “La Grieta” (Macri y Cristina), dado que ambos defraudaron su respectivo contrato electoral.
Las corrientes políticas surgidas de la crisis del 2001 (kirchnerismo y macrismo) debieron aceptar que el significativo triunfo en casi todo el espectro federal de un candidato sin estructura nacional no se explica sin la traición de gobernadores e intendentes a sus propios partidos de origen.
En referencia a las dos últimas administraciones del Estado, a primera vista podría inferirse que una sociedad altamente insatisfecha parece haberse planteado – incluso ante el compromiso de votar (recuérdese que el candidato ganador contabilizó alrededor de 7 millones de votos y entre abstencionismo y votos anulados la cifra ascendió a unos 13 millones) – algo así como “porqué voy a responderle a un Estado que no me responde”.
El peronismo/kirchnerismo conserva el bastión bonaerense como retaguardia para cranear su contragolpe. Si en vez de hacer la plancha es capaz de poner en valor sus tres banderas históricas, acaso tenga chance de demostrar su proverbial resiliencia. Por lo pronto, las tres centrales obreras y otros espacios gremiales se autoconvocaron a “una asamblea por los derechos laborales” en el Congreso de la Nación en procura de garantizar “los cuidados en el mundo del trabajo”. Es una virtual respuesta a la propuesta de eliminar los derechos laborales.
La suerte de Juntxs por el Cambio, jugando como “segunda marca” de la derecha, es mucho más incierta.
En los últimos días, las voces más alarmistas – que tildan a Milei de fascista, pasando por alto la base nacionalista de aquel movimiento – han vaticinado la inauguración de una era de oscurantismo sin precedentes en caso de que el economista anarcocapitalista se imponga en las elecciones generales. A su vez, con extrema liviandad, se lo ha comparado con dos antiglobalistas como Trump y Bolsonaro, que llegaron a la Primera Magistratura cabalgando sobre sendos movimientos sociales, sustento del que este mediático personaje carece.
En videoconferencia organizada por la Editorial Siglo XXI inmediatamente después de las PASO, el cientista social Andrés Malamud culminó su intervención arriesgando una comparación sumamente atinada: “Milei no es Bolsonaro sino Collor de Melo”.
Para entenderla vale la pena recordar que el mandato de aquel ex presidente brasileño estuvo signado por la aplicación del plan de reestructuración más severo de la historia del país: privatización de empresas, desregulación de las negociaciones salariales, confiscación temporal de ahorros y depósitos bancarios, recortes en programas sociales, etc. El desempleo aumentó, los salarios cayeron y el país se encontró en recesión económica. Estos desajustes en el plano económico y las acusaciones por corrupción que salieron a la luz en 1992, llevaron a la presentación de un impeachment en el parlamento, que lo destituyó de la presidencia.
Recapitulando, resulta tan razonable suponer que Milei llegue a un ballotage, como apresurado considerar que repetirá en las elecciones de octubre el mismo batacazo que dio en las intermedias.
En el peor de los casos, cualquiera que haya revisado atentamente su programa de gobierno – y tenga presente la insoslayable tradición de lucha del pueblo argentino -, seguramente concluya que un triunfo de La Libertad Avanza en los comicios presidenciales augura un frágil horizonte para la gobernabilidad.
El agotamiento del Siglo XX
Si algo han demostrado las campañas electorales realizadas en nuestro país hasta la fecha ha sido la repetición de viejos clichés que tuvieron eficacia en otro contexto histórico.
Para definir a qué sociedad le habla hoy la política vale la pena repasar en qué escenario nos encontramos.
En historia económica, el capitalismo industrial es la etapa de desarrollo del sistema capitalista de producción que se corresponde con el advenimiento de la Primera Revolución Industrial (entre los siglos XVIII y XIX), y que sustituyó al llamado capitalismo comercial del momento.
El rasgo fundamental del capitalismo industrial fue el reemplazo de los métodos de producción artesanal mediante el uso de maquinaria, lo cual permitió una producción mecanizada que fue de la mano del desarrollo científico tecnológico. Esto quiere decir quela producción se hizo más veloz y eficiente a través de la implementación de máquinas industriales, y que dicho reemplazo se hizo cada vez mayor a medida que nuevas y mejores maquinarias eran inventadas.
El impacto del capitalismo industrial en el mundo fue enorme. El éxito de su modelo otorgó el predominio económico a los países europeos altamente industrializados, como Gran Bretaña, Alemania y Francia, muy por encima de las potencias agrícolas mundiales. Esto trajo consigo una importante migración del campo a las ciudadesy la transformación en clase obrera del antiguo campesinado, así como el abandono de los métodos artesanales de producción industrial. En esto tuvieron una gran importancia las nuevas tecnologías del momento, como la máquina de vapor.
Pero – y he aquí a “la madre del borrego” – el capitalismo industrialfue reemplazado en el siglo XX por el capitalismo financiero y el capitalismo informático o digital, un proceso clave para la construcción de una economía globalizada como la contemporánea.
Con el pasaje del capitalismo industrial al capitalismo financiero, el régimen de acumulación cambió y lo que lo sostiene no es ya la explotación del trabajo humano vivo sino directamente la destrucción de las instituciones sociales.
Así, la actual acumulación se realiza sobre la precarización de millones de trabajadores y el desplazamiento de gran parte de ellos hacia la desocupación definitiva, desarticulando la protección de derechos. De modo que hoy la variable de ajuste no es el salario sino la existencia misma del asalariado, ya que en Argentina el 50,2% de la población está inmersa en la informalidad.
Y justamente ese gregario sujeto social ya no constituye la clientela cautiva de los partidos políticos que tuvieron su máxima gravitación durante el pasado siglo.
A ello se suma que a lo largo de la cuarentena se deterioró severamente el poder adquisitivo de esos sectores informales que oportunamente constituyeron la base social del actual gobierno. La primera manifestación de dicho fenómeno fue la altísima abstención en las primarias de 2021.
Si se mira el mapa de la Argentina, en diez provincias hay más inscripciones en el registro de la economía popular que en la privada. Tucumán, Chaco, Salta, Santiago del Estero, Misiones, Jujuy, Formosa, Corrientes, Catamarca y La Rioja. En la mitad de ellas ganó Milei.Por otro lado, en 12 provincias la economía popular registrada supera en cantidad a los asalariados registrados del sector público: Buenos Aires, Tucumán, Chaco, Salta, Santiago del Estero, Misiones, Jujuy, Mendoza, Corrientes, San Juan, San Luis y Santa Cruz. En siete de ellas, ganó el diputado libertario.
El supuesto salto al vacío de ese electorado que en las recientes elecciones intermedias optó por quien supo diferenciarse nítidamente de lo que denomina “casta política” encuentra alguna de sus motivaciones en esa realidad de base, dado que los partidos políticos tradicionales le hablan a un sujeto social que fue hegemónico durante el Siglo XX, pero que en el capitalismo financiero e informático tiende a contraerse.
Otro factor influyente son las superdevaluaciones e hiperinflaciones, rasgos por excelencia de la violencia monetaria, y sus efectos de disciplinamiento en la sociedad, dado que estos fenómenos están al servicio de los miedos y la despolitización.
En el marco de la atomización social que suele acompañar al caos económico, a muchas personas solo les queda refugiarse en la vida privada, con la esperanza vana de encontrar alguna seguridad. Cuando se está en el pico de una crisis, la gente siente amenazado su sentido del orden, aquello que le hace inteligible su vida en sociedad, debido a lo cual suele volverse más obediente frente a los programas de ajuste y los economistas supuestamente salvadores.
Sin embargo, en esa violencia monetaria hay una brutal transferencia de recursos a las manos de quienes desencadenan y operan dicho proceso, incrementando la distribución desigual del ingreso. Sin ir más lejos, en los últimos cinco años, el 10% más rico de la población se convirtió en dueña del 49,8% del ingreso total.
En consecuencia, los escenarios de globalización financiera favorecen que las sociedades tiendan a organizarse dualmente. Por un lado, hay un sector altamente instruido y con acceso a la tecnología compleja, integrado al mundo, y por el otro quienes no tienen nada de estos saberes y prácticas y que con sus viejos oficios quedan socialmente excluidos.
El presente demuestra que hemos llegado al fin de los programas de ajuste. De no ser así, deberemos resignarnos a la regulación de la pobreza, la administración de la precariedad, y a vivir a considerable distancia de la deseada cohesión social.
El Ministro de Economía candidato a presidente ya aplicó las medidas acordadas con el FMI, como el nuevo dólar agro, impuestos a las importaciones, quita de subsidios a tarifas de luz y gas, asumiendo el riesgo de la reacción social a pocas semanas de las elecciones – ya se han registrado los primeros saqueos a supermercados en la localidad de Las Heras (Mendoza) y posteriormente en Río Cuarto (Córdoba) – y aceleración de la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial.
En esta clase de relación desigual, la demostración de buena voluntad del deudor procura que el acreedor “crea” que se cumplirán los términos del acuerdo.
Si se evalúa en perspectiva histórica, este comportamiento de los acreedores internacionales se expresó en un período cambiario (primer semestre del año) en el cual se acumulaban reservas, pero ahora no ha sido así por el impacto negativo de la sequía.
Ese oscuro panorama exhibe una pérdida récord de dólares de exportación. No obstante, pese a este impacto negativo hubo exigencia de medidas de sesgos regresivos y, para apretar un poco más la soga en el cuello del deudor, se demoraron los desembolsos de dólares hasta después de las elecciones.
Para fin de año se espera que Argentina mantenga un saldo negativo con el Fondo de aproximadamente 4300 millones de dólares. El voto del organismo está cantado y lo ejerce sin ningún pudor.
“No está muerto quien pelea”
Una lección que debería tener en cuenta la militancia en general, a partir del contundente resultado de las PASO, es que la palabra parece estar en penitencia.
De hecho, gran parte del electorado joven ha apostado por la gestualidad.
Pero aún sobre la amenaza latente que propone el resultado de esa votación, la única alternativa sigue siendo encaminarse hacia un modelo de sociedad de semejantes, en cuyo seno nadie esté excluido y donde se impone una reforma de la matriz productiva y distributiva, la implementación de políticas de pleno empleo, desprecarización laboral, garantía y calidad educativa, y formación profesional para la empleabilidad, de cara a un mundo en el que varios países se van ocupando de reducir la jornada laboral para que cada más excluidos se vayan integrando al proceso productivo, iniciativa que aún crispa a los mandamases empresariales de por aquí.
El desafío de una nueva utopía exige, en consecuencia, ir generando un horizonte intermedio entre la Argentina del pleno empleo y la amenaza de la uberización laboral.
En conclusión, quien apueste por un futuro venturoso deberá demostrar – ya no prometer – de qué manera multiplicar los panes y los peces.
Hasta entonces, toda la esperanza reside en el sentido común y la dignidad del sabio pueblo argentino. –
¿Qué estrategias tiene el activismo
LGBTI+ frente al avance antiderechos
en Argentina?
Por Agustina Ramos, Resumen Latinoamericano, 21 de agosto de 2023.
En el Día del Activismo sobre la Diversidad Sexual, hablamos con militantes LGBTI+ para pensar los desafíos y estrategias frente a los avances ultraconservadores en Argentina.
Activistas LGBTIQ+ apuestan a la memoria, el diálogo y la visibilización de derechos y violencias, frente a la derechización de la política en Argentina. Lo hacen en el marco del Día del Activismo sobre la Diversidad Sexual, que se conmemora cada 20 de agosto desde el 2012, en memoria del militante por la diversidad sexual, Carlos Jáuregui.
Un punto de vista LGBTI+
El domingo pasado fueron las elecciones Primarias, Abiertas y Simultáneas (PASO) en la Argentina. El precandidato más votado para la presidencia de la Nación fue Javier Milei, del partido La Libertad Avanza, junto a su compañera de fórmula, Victoria Villarruel.
Uno y otra se han expresado en contra de derechos conquistados en el país. Villarruel dijo en una entrevista con el periodista Luis Novaresio que el matrimonio igualitario no era necesario ya que con la unión civil era suficiente. Milei, en tanto, se pronunció en contra del aborto legal y anticipó que de ser electo haría un haría un plebiscito sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE). Estas, entre otras propuestas.
¿Qué hacer frente al desconcierto que trajeron los resultados electorales de las elecciones primarias del domingo? ¿Cómo condensarlo en acción colectiva? Les activistas Alba Rueda, SaSa Testa y Vic Sfriso contestaron algunas interrogantes para pensar al activismo actual.
Alba Rueda, activista trans y Representante Especial sobre Orientación Sexual e Identidad de la Cancillería Argentina
¿Qué estrategias puede llevar adelante el activismo LGBTIQ+ frente al panorama actual de derechización de la política y los discursos de odio que afloraron?
La primera estrategia para el colectivo LGBTIQ+ frente al panorama actual continúa siendo la visibilidad. En este caso, visibilidad política que recupere la noción de los sentidos de nuestro activismo, que en América latina no es liberal, de pinkwashing, sino más bien con conciencia de la necesidad de transformación de las desigualdades en las que habitamos por sociedades más justas e igualitarias.
Por otro lado, visibilizar la violencia. Las personas LGBTIQ+ estamos viviendo situaciones de violencia en las redes sociales, algunas en los ámbitos públicos, en la calle. La amenaza que significa adoptar un gobierno que promueve y tiene como objetivo el valor de la superioridad de algunas personas por sobre otras sin duda tienen un alto impacto en nuestras vidas.
Uno de los enfoques para encarar esto implica mostrar las implicancias de las afirmaciones que están planteando. Qué pasa en los ámbitos cuando no se respetan nuestros derechos. Lo que pasa es que se refuerzan esos estereotipos, están más presentes, se validan y se legitima la violencia silenciosa de los prejuicios. Y en otros casos no tan silenciosas o individuales sino más bien ataques colectivos a nuestras posiciones.
¿Cómo puede ampliarse a otros sectores la llegada de discursos en pos de los derechos LGBTIQ+?
Hace mucho tiempo nosotras identificamos en continuar con una visibilidad social todo nuestro activismo. Creo que hoy las redes sociales cumplen un rol fundamental. Escuchar a jóvenes LGBTIQ+ que tienen una visión comprometida con nuestra realidad. Es momento que ellos den un paso adelante para demostrar la importancia de una solidaridad consciente, y una conciencia social más amplia, de todo lo que falta todavía.
Foto: Agencia Presentes
SaSa Testa, activista trans no binarie, magíster en Estudios y Políticas de Género
¿Qué estrategias puede llevar adelante el activismo LGBTIQ+ frente al panorama actual de derechización de la política y los discursos de odio que afloraron?
-Se vuelve urgente y necesario reactivar las políticas de memoria de nuestra población. Hay personas de la población LGBT que han votado opciones que sistemáticamente han operado en contra de la adquisición de nuevos derechos lo cual debería llamarnos la atención y llevar a la reflexión.
Pienso que se vuelve urgente salir. Por momentos noto cierta tendencia a la generación de un gueto donde solo hablamos entre nosotres y la realidad es mucho más basta. Por eso, empezar a dialogar con otros sectores que probablemente no piensen como nosotres o no vean las cosas del mismo modo, pero se hace necesario escuchar para también pensar nuevas estrategias de acercamiento.
¿Cómo puede ampliarse a otros sectores la llegada de discursos en pos de los derechos LGBTIQ+?
-Creo que es necesario sentarse a dialogar con otros sectores, con una disposición a la escucha activa y también a bancarnos posiciones que quizás sean disidentas respecto de nuestra propia manera de entender las cosas. Tratar de ver qué está pasando en esos otros sectores, cómo están viendo las cosas. En función de eso pensar nuevas estrategias.
Evidentemente hay un gran sector de la juventud que está eligiendo otras alternativas políticas que son abiertamente contrarias a la adquisición de nuevos derechos. Incluso a sostener los ya adquiridos. Por lo tanto, creo que la manera de ampliarse a otros sectores que tengan que ver con la ampliación de derechos es sentarse a dialogar, conocerlos. Sentarnos en la mesa, dialogar, negociar, escuchar también qué es lo que tienen para decir. Aún sin perder la capacidad de juntarnos colectivamente entre nosotres.
Foto: Agencia Presentes
Vic Sfriso, activista lesbiana, docente y traductora
¿Qué estrategias puede llevar adelante el activismo LGBTIQ+ frente al panorama actual de derechización de la política y los discursos de odio que afloraron?
-El panorama de derechización de la política se está acuciando en este momento, pero ya existía. Tal vez en este momento bisagra se trate de preguntarnos qué venimos haciendo y qué efectos estamos observando de nuestras estrategias de activismo. Pareciera que no hay tiempo para la reflexión, porque el contexto arde, pero no están tan lejos las rendijas por las que espiar propuestas. Por ejemplo, un sector del activismo LGBT lleva ya años señalando que las estrategias punitivistas que buscan proteger a la comunidad de los discursos y acciones de odio son las herramientas del amo, como diría (Audre) Lorde. Están profundizando la lógica del castigo, la censura y la vigilancia, que son moneda corriente en nuestra sociedad.
En este contexto de desamparo y confusión, aparecen reacciones de la comunidad LGBT que proponen cerrarse sobre sí misma (aún más) bajo metáforas de refugio ante la hostilidad. Es cierto que estar cerca y cuidar nuestros espacios es una tarea de construcción de comunidad que no podemos abandonar. Pero tal vez sea hora de recorrer las sombras de la política de la identidad y el modo en que esta nos lleva a una acción política articulada en torno a la noción de víctimas, y abrir la mirada a una política de alianzas amplia.
¿Cómo puede ampliarse a otros sectores la llegada de discursos en pos de los derechos LGBTIQ+?
-No creo que se trate de recetas o de mayor esfuerzo, sino de tiempo y de avidez política para no perder de vista que los derechos nunca están garantizados del todo ni para siempre, y que no se trata sólo de derechos sino de cambios culturales. Eso lleva tiempo, y en este momento de urgencia política, ese tiempo pareciera no estar disponible como una variable.
Fuente: Agencia Presentes
Envio:RL
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