Jubilaciones de miseria: con bono y aumento, la mínima alcanza para vivir menos de 15 días
Resumen Latinoameircano, 28 de agosto de 2023.
Fernanda Raverta, titular de Anses, detalló las medidas implementadas. El Gobierno adiciona un bono a la mínima de $ 10.000 al que estaba anunciado hace meses. Con ese ingreso, más la suba correspondiente a la actualización, quienes cobren la mínima llegarían a $ 124.000. Pero la canasta de la tercera edad estaba en $ 248.000 en junio. Hoy, es mucho más alta.
Una verdadera burla a millones de jubilados . Esto lo que constituyeron las declaraciones de este lunes de Fernanda Raverta , la titular del Anses que es, además, candidata a intendenta en Mar del Plata. En un video grabado de cinco minutos, explicó los detalles de las medidas anunciadas por Sergio Massa. Fue en ese marco que prácticamente celebró que quienes cobran la mínima vayan a percibir más de $ 124.000 . La funcionaria lo sabe, pero prefiera no tocar el tema: la canasta para la tercera edad se estimaba en junio pasado en $ 248.000 .
Es decir, con la suba de septiembre -que incluye la actualización por ley- millones de jubilados y jubiladas tendrán para vivir mucho menos de 15 días . Todavía no se aclaró qué pasará con quienes perciben haberes por encima de la mínima, que absorberán toda la pérdida con la inflación galopante.
Hace pocos días, en declaraciones al canal TN, Eugenio Semino había señalado que “si se actualizan los $202.000 por la inflación que publica el INDEC, la canasta básica de los jubilados pasó al menos a $248.000 en junio y el aumento anunciado por el Gobierno corresponde a septiembre, octubre y noviembre. El aumento no alcanza para un yogurt por día”.
En el mensaje grabado, Raverta también informó que el bono de $ 37.000 del que se habló en las horas previas implica, en realidad, sumar $ 10.000 al bono de $ 27.000 que estaba anunciado hace semanas . Ese monto se percibirá solo por tres meses. Hay que tener en cuenta que ese monto será menor en cuanto a poder adquisitivo, porque la inflación de agosto y septiembre será muy fuerte como resultado de la devaluación que impuso Sergio Massa, bajo las órdenes del FMI , al día siguiente de las elecciones.
Como esta medida es claramente insuficiente, Raverta adicionó que “protegen el bolsillo de jubiladas y jubilados” con una ampliación del porcentaje de devolución del IVA por compras con tarjeta de crédito de $4.056 a $ 18.000, aunque no aclaró cuál será el alcance de la medida, hasta ahora es solo para quienes cobran el haber mínimo. Y también la titular de AFIP “celebró” que “ya hay más de 600 mil jubilados que han accedido a créditos a tasa subsidiada”, es decir, que han debido endeudarse.
A esto hay que agregar que los aumentos de los haberes previsionales por medio de la movilidad trimestral, que ha venido por detrás de la inflación el último año , afectan no sólo a jubilaciones y pensiones sino a gran parte de las prestaciones que da el Anses, como Asignaciones Familiares, AUH, Seguro por Desempleo, entre otras. Esta fue la principal vía de licuación del gasto y del “ajuste” que pide el FMI, ya que se otorgan bonos compensatorios que nunca compensan realmente y son discrecionales.
Por ejemplo, en el mes de septiembre el incremento anual de la movilidad sumará 101,7 % respecto de septiembre de 2022, mientras que la inflación estaría rondando el 130 % o más. Esta pérdida del orden del 28 % en un año, va a afectar ar todos los jubiladas, jubilados y pensionados, así como titulares de prestaciones, que no reciban bono. En el caso del haber mínimo, con el bono de $37.000 estará obteniendo un incremento interanual de 147 % en términos interanuales (en septiembre de 2022 cobraba entre haber y bono $ 50.373), por encima de los precios promedio, pero para los meses de octubre y noviembre quedará diluido, y seguirá muy lejos de recuperar lo perdido desde el 2015 hasta acá.
Según el último informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) , en los primeros siete meses del año los gastos primarios cayeron 8,3% en términos reales mientras que los intereses de la deuda aumentaron 21,2%. De estos gastos primarios, las asignaciones familiares cayeron 25,3% y los programas sociales como Programa Acompañar, Prestación Alimentar y Potenciar Trabajo perdieron 21,3% , en tanto que “en el caso del rubro jubilaciones y pensiones , si bien la disminución real fue más acotada (3,8% a/a ), resultó el cuarto rubro de mayor contribución a la reducción del gasto dada su participación en la estructura del gasto primario”.
Fuente: La Izquierda Diario
La ofensiva capitalista Por Julio Gambina, Resumen Latinoamericano, 28 de agosto de 2023.
A propósito de las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) y el triunfo de la ultraderecha.
Las elecciones PASO del domingo 13/8 traen novedades políticas interesantes en la Argentina, las que se asocian a dinámicas similares en otras partes del mundo. Son resultados que merecen nuestra atención y reflexión de cara a una estrategia con perspectiva revolucionaria. En efecto, una de las novedades fue la elevada abstención y voto en blanco, por lejos, la primera minoría en torno al 35% de la población en condiciones de votar. No es una cuantía homogénea, ya que son voluntades dispersas y no necesariamente expresan unidad de criterio, aunque puede imaginarse el descontento y el desánimo por las propuestas electorales. Pero asumiendo los votos positivos, el candidato ultra liberal, Javier Milei, se constituyó en la fuerza ganadora con el 30,04% de la votación, unos 7.116.352 votos, seguido muy de cerca por la coalición Juntos por el Cambio liderada por Patricia Bullrich y apadrinada por Mauricio Macri, que lograron el 28,27%, 6.698029 votos; en tercer lugar, el oficialismo, con el candidato y ministro de Economía Sergio Massa, con el 27,27%, unos 6.460.689 votantes. Apenas 655.663 de diferencia entre el primero y el tercero, por lo que se alude a una elección de tercios, los que disputarán los dos lugares para el balotaje.
El resultado constituyó una gran sorpresa, no prevista por ninguna consultora o analista en la previa electoral. Por eso la novedad política es tema de discusión en todo el arco político de la Argentina, e incluso más allá. En su momento fue sorpresa Bolsonaro en Brasil, cuando nadie imaginaba el triunfo de la ultraderecha, del mismo modo que ahora la ultraderecha, que sumada a las opciones de derecha en la oposición (salió segunda) e incluso existe derecha integrada en la coalición gobernante, lo que presenta un consenso mayoritario. Es una realidad a contramano de una tradición de organización y lucha del pueblo argentino, que aparece ahora desafiado ante un consenso electoral volcado a la derecha, sea por cansancio en una trayectoria definida por los gobiernos de Mauricio Macri entre 2015 y 2019 y el actual de Alberto Fernández entre 2019 y 2023.
Se debe indagar en el sentido del voto, ya que no sólo “ricos” votan a la derecha, puesto que una cantidad muy elevada de votantes optaron por propuestas claramente alineadas a la derecha del arco político. Porque los pobres votan por sus verdugos es un interrogante difícil de responder. Puede pensarse que sectores muy afectados por años de ajuste y empobrecimiento social no sienten satisfacción con la propuesta política de la tradición local, sean peronistas o radicales, o coaliciones que ellos involucran.
La búsqueda por terceros que ofrezcan dinamitar lo existente y colocando la responsabilidad de la miseria en la política tradicional, asumiendo un discurso ideológico intransigente y liberal, captó el interés de millones de votantes, sin con ello coincidir con los efectos que tendrá una política agresiva de liberalización, lo que augura conflictividad en alza e incluso, ingobernabilidad. La inflación, el crecimiento de la pobreza y la precariedad laboral son quizás los datos relevantes de un impacto social acrecido en estos años, en un marco de estancamiento de mediano plazo.
Argentina muestra un crecimiento ralentizado en la última década con deterioro de la calidad de vida y aumento de la desigualdad producto de la concentración del ingreso y la riqueza. Una parte muy importante de la sociedad empobrecida, trabajadoras y trabajadores, cercana a la mitad de la población, sin ninguna expectativa de resolver la cotidiana reproducción vital optaron por la ultraderecha y un discurso simplificador crítico del “orden” existente. Ese “orden” es el capitalismo. Entonces, necesitamos discutir el capitalismo en sus manifestaciones locales y poder entender por qué la primera minoría, de ultraderecha, pudo captar el consenso electoral. Eso nos lleva a discutir el capitalismo, su dominación política y la ausencia de alternativa de izquierda con posibilidad de disputar gobierno y poder. No es solo un problema nacional, sino de varios procesos en la región y en el mundo. La opción por las derechas nos convoca a discutir desde las izquierdas el porqué del descontento no se canaliza en perspectiva anticapitalista y por el socialismo.
Breve recorrido histórico
El desorden político a fines de los 80 del siglo pasado, expresión de la crisis, se hizo manifiesto en la renuncia de Alfonsín (1989) antes de finalizado su mandato, sobre la base de un deterioro de las condiciones de vida de millones empobrecidos, una inflación creciente y una deuda pública heredada de la dictadura genocida que actuaba como condicionante de la política económica, todo lo cual había generado inmensas movilizaciones de resistencia y demanda de soluciones de trabajo e ingreso. La “resolución” transitoria de la crisis provino bajo el liderazgo de Menem (1989-1999) y su capacidad de disciplinar desde el peronismo a la burocracia política, sindical, social, periodística e intelectual; y con su régimen de convertibilidad (1 peso igual a 1 dólar), que logró la estabilización de precios a costa de un fuerte ajuste en los ingresos populares.
Era el tiempo de la caída del muro y el comienzo del fin de la experiencia socialista en el este de Europa y con ello el deterioro en el imaginario mundial de la posibilidad del socialismo. La “estabilidad” de precios lograda durante el menemismo fue considerada un “valor”, pese al regresivo impacto social, algo que se sostuvo hasta la rebelión popular del 2001 y la salida devaluatoria de inicio del 2002, con un saldo inmediato del 57% de pobreza y el 21,5% de desempleo, según datos oficiales, en el marco de la miseria extendida en los sectores trabajadores e incluso de micro y pequeños empresarios a ellos vinculados. La estabilidad monetaria resolvió los conflictos por arriba, en el poder económico, aun cuando el debate de época se resolvía entre unos que pretendían la total dolarización de la economía y otros más vinculados al mercado interno pugnaban por una devaluación. El modelo productivo y de desarrollo, continuador del inaugurado por la dictadura genocida, sustentado en la inserción subordinada del capitalismo local, promoviendo la producción primaria y sus exportaciones, bajo dominación de capitales locales y transnacionales, por ende, reduciendo el ingreso popular para favorecer la apropiación de ganancias, constituía el marco de acuerdo a la estabilidad de precios lograda y habilitaba un debate vía competencia entre capitales por la dolarización o la devaluación.
La rebelión popular definió el fin de la convertibilidad, volcando la dinámica del poder en condiciones de una salida del 1 a 1 vía devaluación. Con la devaluación del 2002 volvió el desorden en la cúpula del poder, afectando intereses de capitales concentrados del exterior y del país, asentados en empresas privatizadas de servicios públicos, al tiempo que reactivó la economía local favoreciendo ganancias, empleo e ingresos populares, reanimando el consenso para el peronismo en el gobierno (Duhalde 2002/03) y su emergente líder con Néstor Kirchner desde el 2003/07 y Cristina Fernández de Kirchner en dos periodos entre 2007 y 2015.
Un nuevo tiempo emergió en 2002, que en este trayecto de dos décadas explicitó novedades políticas, entre ellas, el surgimiento del kirchnerismo, liderando al peronismo y a otros sectores políticos del centro izquierda y la izquierda (tres periodos presidenciales). Pero también al macrismo, constituyendo una alianza que arrastró al radicalismo y a otras formaciones políticas para constituir una coalición identificada con las propuestas liberalizadoras de la derecha. En rigor, ambas coaliciones integraron peronismo y radicalismo.
Se había terminado un ciclo histórico de disputa hegemónica electoral entre peronismo y radicalismo desplegado entre 1945 y 2001. Esas dos nuevas coaliciones son las que acaban de perder la primera minoría a manos de la ultraderecha, por eso la “novedad”.
En la Argentina de hace poco, todo se dirimía en la “grieta” entre kirchnerismo y macrismo, ahora apareció una opción que les quitó la punta en el último tramo de la disputa electoral. La incógnita es si esto se mantiene y se transforma en nuevo ciclo de liderazgo político. Es parte del debate actual hacia la elección de octubre e incluso la segunda vuelta en noviembre. Convengamos que la ultraderecha se expresó históricamente con los golpes militares entre 1930 y 1976/83 para restaurar el poder oligárquico y del capital externo, que se sustentaba históricamente bajo el “fraude electoral”. Todo indica que esa restauración ya no proviene bajo los tradicionales golpes militares. En efecto, ya en 2015 ganó la presidencia Mauricio Macri, siendo el primer presidente constitucional que no accede al cargo desde las dos tradiciones que ocuparon el poder ejecutivo, desde Irigoyen en 1916 hasta Cristina Fernández en 2015. El gobierno Macri no pudo cumplir su papel restaurador del poder oligárquico imperialista y transnacional, aun con el apoyo de un préstamo gigantesco del FMI por 45.000 millones de dólares, incumpliendo el Fondo las normas estatutarias y a sabiendas acreedor y deudor la imposibilidad de la Argentina para cancelar esa odiosa deuda.
Ante el fracaso del gobierno actual, que asumió con la expectativa del voto popular de retrotraer la situación en una perspectiva favorable a los intereses de la mayoría social empobrecida, la ultraderecha aparece con la posibilidad de disputar con éxito la renovación presidencial en la votación de octubre. El gobierno de Alberto y Cristina perdieron la oportunidad de denunciar el préstamo con el FMI ni bien asumieron en 2019, y al contrario se embarcaron en una negociación que incluyó a los acreedores privados, grandes fondos de inversión, que solo trajo miseria al pueblo, y con ello el descontento que hoy se castiga electoralmente con la opción de la ultraderecha.
Elecciones presidenciales
La elección de octubre se discute entre 5 fórmulas, 3 de ellas con posibilidades de disputar, incluso en segunda vuelta (noviembre) la presidencia del país. Milei, Bullrich y Massa lideran esos tres espacios. Muy lejos se encuentran Juan Schiaretti, actual gobernador de la provincia de Córdoba, con un 3,83% captado en las PASO, unos 907.437 votos, y Myriam Bregman, única opción de izquierda con menos del 2,65%%, unos 628.893 votos.
El resultado electoral es incierto y cualquiera de las tres opciones puede quedarse con el gobierno para el próximo periodo que inicia en diciembre del 2023, por lo que buscan que voten aquellos que se abstuvieron y se orientan a la búsqueda de los votos de quienes no ingresan en la disputa presidencial. El resultado es motivo de discusión diversa y tiene como trasfondo la crisis del capitalismo y sus manifestaciones locales.
En efecto, el capitalismo en la Argentina presenta problemas específicos, entre ellos la inflación y sus regresivas consecuencias sociales. Argentina reconoce una inflación anualizada del 114%, muy lejos de los registros de los países de la región e incluso del mundo. Mucho se discute sobre esa especificidad. En el capitalismo rige la ley del valor explicada por Marx. Por ende, el interrogante es que tiene de específico la economía local que no logra, aun con tendencia a la suba de los precios en todo el planeta, especialmente de alimentos y energía, registros aminorados tal como se manifiestan en otras economías capitalistas vecinas o del mundo. Cada país tiene sus especificidades de expresión de la crisis del capitalismo, siendo la inflación el fenómeno principal a considerar, en tanto mecanismo de redistribución del ingreso producido socialmente. Nuestra hipótesis apunta al desorden en la dominación y que se manifiesta en la tendencia a la exportación del excedente económico local, lo que se designa como fuga de capitales. La burguesía hegemónica no logra estabilizar un ciclo político que favorezca la dinámica de acumulación capitalista con mínima satisfacción y consenso de la población. No sólo se confronta en la cúpula de la burguesía hegemónica, sino entre estos y el conjunto del pueblo trabajador, en tanto expresión compleja y concreta de la lucha de clases local. En los 90 del siglo pasado pudo estabilizarse el orden capitalista sobre la base de la convertibilidad y el disciplinamiento social con el peronismo en el gobierno, algo que subsistió hasta 1999. La coalición liderada por el radicalismo entre 1999 y 2001 no pudo sostener el “orden” pese a sostener la “convertibilidad”, signo de la estabilización de precios, y sobrevino la rebelión popular, sustentada en un ciclo de luchas populares desplegadas con movilizaciones y resistencias diversas en los años previos. Un tiempo de construcción de subjetividades e identidades de organización y lucha popular para sustentar un programa de profundas transformaciones, pero que no cristalizó en una propuesta política revolucionaria. Si bien el kirchnerismo reactivó la dinámica económica sin cambiar sustancialmente el modelo productivo y de desarrollo, de acumulación asociado a la fuga de capitales, y aun recomponiendo empleo e ingresos no pudo evitar la reaparición del fenómeno inflacionario desde el 2006, en proceso ascendente, habilitando la disputa inter-capitalista (competencia por la apropiación de la plusvalía) y del capital en contra del trabajo.
Esa dinámica de lucha de clases es el trasfondo de la aparición de una derecha electa por el voto en 2015 (Macri) y que ahora resumen las dos primeras minorías en las PASO (Milei y Bullrich), claro que la opción gubernamental también disputa desde una lógica asociada al ajuste y a la regresiva reestructuración, especialmente condicionada por el acuerdo con el FMI. La resolución está abierta y se juega en la disputa electoral hasta el 22 de octubre, para ver si ahí se resuelve lo que requiere que el ganador obtenga el 45% de los votos, o 40% y una diferencia de 10 puntos sobre el segundo. De no ser así, habrá segunda vuelta el 19 de noviembre. La campaña está en proceso y las especulaciones y operaciones de todo tipo proliferan en el debate mediático, incluso si el gobierno termina el mandato. Las propuestas ultra-liberales de Milei, que incluyen la dolarización, previa eliminación del BCRA y un violento ajuste del gasto público genera temor en sectores del poder asociado al presupuesto público, incluso la política exterior definida hacia occidente, privilegiando a EEUU y a Israel, pone en discusión la realidad de acercamiento económico de Argentina con sus principales socios comerciales, Brasil y China.
Existe el desafío para discutir con el voto a Milei sobre las consecuencias de ese programa ultra liberal, que es probable que sea ampliamente resistido en su intento de ejecución. Bullrich está desafiada a diferenciarse y el propio Macri parece más cercano al ultra-liberal que, a su propia creación, aun cuando sostiene a la presidenta de su partido. Señala que ahora hay condiciones para avanzar en el sentido que el propuso y no pudo en su tiempo del 2015 al 2019. No solo se alude al ajuste, sino a las reformas estructurales, especialmente las regresivas reformas laborales y previsionales, para generar mejores condiciones a la apropiación de ganancias para favorecer un ciclo de reactivación inversora para el desarrollo capitalista.
El perdón a los genocidas es parte de la propuesta sustentada por la aspirante a la vice presidencia. El gobierno, condicionado por el acuerdo con el FMI respondió al día siguiente de las PASO con una devaluación que aceleró la suba de precios y con ello elevó las condiciones sociales de miseria y empobrecimiento, al tiempo que esboza algunas medidas paliativas complementarias, de dudoso éxito en la colecta del voto descontento. Hay incertidumbre sobre el futuro cercano y cualquier resultado bajo estas condiciones supone profundización del ajuste y la reestructuración regresiva del capitalismo local.
La izquierda puede intentar alguna representación electoral, que con los números actuales no logra, y está presionada para orientar la preferencia electoral presidencial en contra de la ultraderecha. Lo acumulado, pese a lograr el mínimo requerido legalmente para disputar la elección, la coloca en situación compleja. Una amplia izquierda existente en la Argentina demanda la ampliación política para disputar el descontento más allá del proceso electoral. Esa articulación es un desafío para el presente y el futuro, dejando de lado sectarismos y habilitando ante la nueva situación de alza del consenso electoral en la ultraderecha para convocar a la más amplia unidad de las izquierdas, incluso de sectores que renuevan su rechazo a la dinámica electoral, pero que nutren la lucha cotidiana en contra el capitalismo.
Es un dato la novedad de la ultraderecha encabezando las opciones electorales en el país, claro que existen dudas que su proyecto liberalizador a ultranza puede encaminarse sin lucha y resistencia del pueblo. Sería especular sustentar un resultado desde hoy, pero sin duda, evidencia la ausencia de una alternativa política popular con perspectiva emancipadora, que, en rigor, trasciende la realidad local y se presenta como un desafío para la izquierda mundial en su totalidad. La caída de la experiencia socialista en el este de Europa hace más de tres décadas desafía la reconstrucción de una estrategia por transformar revolucionariamente la sociedad.
Fuente: El Blog de Julio Gambina
La fundación que preside Victoria Villarruel fue creada por un exfuncionario de la SIDE de la dictadura Por: Luciana Bertoia y Felipe Yapur, Resumen Latinoamericano, 28 de agosto.
Victoria Villarruel , la candidata a vice de Javier Milei, es uno de los apoyos argentinos a la ultraderecha española que encarna Vox . Compartió actos con sus principales dirigentes y formalizó su apoyo con la firma de la carta de Madrid a través de Oíd Mortales, la fundación de la que es presidenta honoraria . Oíd Mortales es, en realidad, un sello nuevo para una marca vieja: es la fundación que en 2011 había conformado Gustavo Corbi, un teólogo ultraconservador que estuvo a cargo de la sección Religión de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) durante los primeros meses de la última dictadura y que solía pedir que volviera la Inquisición a través de la Revista Cabildo .
Oíd Mortales apareció en escena días atrás. Fue después de que Milei dijera que Villarruel sería la encargada de nominar a los ministros de Seguridad y Defensa si llegan al gobierno. Allí surgió un nombre: el del coronel retirado Jorge Vives, un especialista en inteligencia que, durante el gobierno de Cambiemos, fue director de Investigaciones de la Aduana. En la causa que orbita alrededor del falso abogado Marcelo Sebastián D’Alessio, Vives aparecía como un hombre ligado a Elisa “Lilita” Carrió. Vives es, además, responsable de las áreas de Seguridad y Defensa de la fundación que preside Villarruel de manera honoraria.
Según pudo saber Página/12 , Oíd Mortales no es más que el cambio de denominación de la Fundación Tridentina por los Valores Clásicos, que en 2011 conformó Corbi con su principal adlátere, Eduardo Ignacio Llorente . La asociación básicamente tenía el objetivo de preservar la obra y la biblioteca de Corbi, que falleció al año siguiente de la conformación de la Fundación Tridentina.
En sus años mozos, Corbi integró el grupo del Molino , que eran quienes se reunían los sábados en la confitería de Callao y Rivadavia. Ese conjunto estaba conformado por quienes seguían asistiendo a la misa tridentina, es decir, a la misa como se daba antes del Concilio Vaticano II: una misa de espaldas a la feligresía . Al menos entre 1975 y 1976, Corbi estuvo a cargo de la sección religión de la SIDE, como surge de los diarios del obispo y pro-vicario castrense Victorio Bonamin , que analizaron Lucas Bilbao y Ariel Lede en el libro Profeta del genocidio .
Bonamin y Corbi intercambiaban figuritas. “Muchacho muy ordenado en su escritorio, en su archivo, ‘y en su cabeza!”, lo describía Bonamin. Al obispo le servía su amistad con el excolaborador de la revista Discalia para tener información de los sectores díscolos de la Iglesia e incluso para tener datos concretos de algunos integrantes de la Junta Militar como Emilio Eduardo Massera. Corbi le mostraba cartas de otros monseñores a Bonamin. Se presume que es porque, en esa época, la SIDE podía interceptar las comunicaciones: cartas y teléfonos.
El último encuentro que aparece entre Bonamin y Corbi en los diarios a los que pudieron acceder los investigadores es del 21 de diciembre de 1976. “Lo han dejado cesante en la SIDE”, consignó Bonamin. Para entonces, estaba en marcha la primera gran remodelación de la SIDE procesista: se produjo la salida de Otto Paladino de la jefatura del organismo. Hay quienes atan ese recambio a la fuga que obligó a levantar el centro clandestino conocido como Automotores Orletti , que funcionaba bajo la órbita de la Secretaría de Inteligencia.
El grito sagrado
En 2011, Corbi armó la Fundación Tridentina con Llorente, un politólogo vinculado a la empresa Las Tres Vírgenes SAU –que se dedica a servicios agropecuarios, comerciales y financieros–. Quienes lo conocen lo definen como el principal seguidor de Corbi.
En mayo del año pasado, Llorente –que estaba como presidente de la Fundación Tridentina– inscribió el cambio de nombre de la asociación, que pasó a llamarse Oíd Mortales –como la apelación del himno argentino– . El secretario de la Fundación es actualmente Guillermo Maximiliano Montenegro , mano derecha de Villarruel y uno de los asesores que tiene la abogada en la Cámara de Diputados de la Nación. Otro de los asesores de la diputada de La Libertad Avanza (LLA) es Marcelo Cinto Courtaux , hijo homónimo del represor que integró la estructura de inteligencia del Ejército durante la dictadura.
En Oíd Mortales, Ida María Tejeda de Anchézar está a cargo del área de Formación. Tejeda de Anchézar suele compartir posteos de Villarruel en sus redes sociales y también celebra los cumpleaños de Christian Federico Von Wernich, el capellán de la Policía Bonaerense condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad.
El área de Justicia de la fundación está en manos de Federico Pávito , que se presenta como abogado laboralista egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En su página de Linkedin, Pávito figura como integrante del estudio jurídico Montenegro, Pávito y asociados. Si se escribe en Google Montenegro, Pávito y asociados, aparece la dirección Sarmiento 989, que es justamente donde funciona Oíd Mortales. En Twitter, Pávito solía compartir publicaciones de Justicia y Concordia –la organización que reúne a abogados defensores de condenados o investigados por crímenes contra la humanidad– u otras que increpan a Horacio Rodríguez Larreta por el hecho de que los pañuelos de las Madres estén pintados en la Plaza de Mayo.
La sección Agricultura tiene como responsable a Santiago Gándara, que saltó a la fama en 2010 porque reivindicó el accionar de las Fuerzas Armadas en la apertura de la exposición rural de General Pico, La Pampa, mientras denostaba al marxismo, al Chile de Salvador Allende y a Cuba. Por la reacción que se generó, Gándara debió dejar su cargo como presidente de la Sociedad Rural local.
Ecos del pasado
Villarruel tiene una larga trayectoria en las organizaciones que se denominan como de “memoria completa”. Estos grupos surgieron a principios de 2000 como una reacción a la presencia de los temas de derechos humanos en la agenda pública.
Según Pedro Mercado –marido de Cecilia Pando– relató en un posteo de Facebook, Villarruel inició su militancia en la Asociación Argentinos por la Memoria Completa, que fue hegemónica durante aquellos años pero cayó en el olvido después de que una cámara oculta mostró que su principal dirigente, Karina Mugica, ejercía la prostitución en Mar del Plata.
A finales de 2001, se conformó Jóvenes por la Verdad. Según Mercado, fue un grupo impulsado por Villarruel y se dedicó a realizar visitas al dictador Jorge Rafael Videla mientras estaba en prisión domiciliaria. Mercado escribió que él conoció a Videla a través de la actual diputada de LLA. Según un artículo de la revista pro-dictadura B1 –que dirigían José D’Angelo y Mercado–, Jóvenes por la Verdad tenía un programa en la FM 88.5 que conducía Victoria Villarruel. Se llamaba Proyecto Verdad.
El grupo no escondía por entonces sus simpatías por los represores de la última dictadura, particularmente de los marinos que actuaron en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). “En el transcurso de nuestras investigaciones, Jóvenes por la Verdad pudo comprobar violaciones a los derechos humanos de los que combatieron contra el terrorismo en los años 70 y decidimos promocionar campañas con fines humanitarios. Una de ellas, en apoyo al Cap. Cavallo bajo el lema ‘escríbale una carta al Cap. Ricardo Cavallo’ injustamente encarcelado en España ”, puede leerse en el segundo ejemplar de B1.
Jóvenes por la Verdad, el grupo que integraba Villarruel. Fuente: B1.
Semanas atrás, Pando le recordó a Villarruel su vínculo con otro represor de la ESMA, Alberto Eduardo González , condenado también a prisión perpetua . Según Pando, Villarruel firmó los libros que escribió el “Gato” González. Página/12 consultó con el defensor de González, Guillermo Fanego, quien confirmó el vínculo de la diputada de LLA con su defendido, mas no la coautoría.
Villarruel suele negar su defensa de los genocidas y retruca que ella únicamente se enfoca en la defensa de las víctimas de las organizaciones armadas de izquierda, a las que ella cataloga como terroristas. Su plafón para ello es el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que se conformó en 2006 –casualmente el año en que se reiniciaron los procesos contra los genocidas. El Celtyv, según surge de una publicación de B1 , es una rama de la Asociación Unidad Argentina (Aunar) –creada en 1993 y que tuvo cómo máximo exponente al exjefe de inteligencia del Comando de Institutos Militares Fernando Exequiel Verplaetsen–. En 1998, el diario La Nación catalogaba como “procesista” a Aunar por su defensa de lo actuado en la llamada “lucha contra la subversión”.
El Celtyv es una rama de Aunar, una organización procesista –según La Nación. Fuente: B1.
FUENTE: Cuba en Resumen
Envio:RL
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