Entrevista a Roberto Sukerman, precandidato a intendente
“En mi cabeza hay otra Rosario”
Promueve un espacio amplio para "mostrar a la sociedad rosarina algo nuevo" con vista a las elecciones municipales de este año.
“Vos te creaste a vos mismo”, le dijo hace muchos años Agustín Rossi cuando lo convocó a trabajar en su agrupación interna del peronismo. El ya venía de ser columnista en programas de radio y televisión de la ciudad, de haber obtenido el premio ADEPA por sus columnas en Rosario/12 como joven constitucionalista. Roberto Sukerman apela a una definición muy rosarina para presentarse: “Siempre fui artífice de mi propio destino, a mí nadie me dijo qué tenía que hacer en mi vida política”. En 2019 pudo haber sido intendente, perdió por poco con Pablo Javkin. Este setiembre volverá a insistir por el cargo de Lord Mayor de la Ciudad. “En mi cabeza hay otra Rosario”, dice en una entrevista con este diario.
-Hace casi cuatro años estuviste casi en las puertas de gobernar una ciudad que no es la de hoy.
-Sí, es así, lamentablemente es una ciudad aun peor de la que teníamos en el 2019. Los oficialismos en general tienen el tema de la pandemia como un impasse si se quiere en las gestiones. Yo lo viví en la gestión del gobierno de Perotti cuando me tocó implementar como ministro de Gobierno los protocolos para la vuelta al trabajo, toda la energía había que ponerla en la pandemia. Ahora eso lo que no puede ser es una excusa para hacer un diagnóstico de la ciudad de los últimos años. El Frente Progresista ha tenido cosas importantes para la ciudad, uno no es necio, no puede desconocer eso, ese auge progresista de Héctor Cavallero y Hermes Binner con el tiempo empezó a decaer. (Miguel) Lifschitz no tuvo ni ese impulso ni esa originalidad que habían tenido Cavallero y Binner. Y claramente durante los ocho años de (Mónica) Fein ya empieza la decadencia de una gestión.
-Es como que los gobiernos del Tigre y Hermes fueron insuperables.
-No creo que fueron insuperables. Lo que creo es que hay que volver a esa mística, esos gobiernos de Cavallero y Binner cambiaron la historia con determinados hitos que uno reconoce y valora pero una parte de lo que yo quiero como ciudad no fue pensada ni siquiera en ese momento… Nunca entendí por qué Rosario tenía que ser una ciudad dormitorio, nunca entendí por qué no tenía que ser productiva, nunca entendí por qué había que pensar cultura en el puerto en lugar de producción, es como como si fueran cosas contrapuestas… Quiero un puerto de la música, pero que pueda estar en una costanera… El puerto debe ser puerto. Me encantaría un puerto de la música que no genere conflicto ni entre en contradicción con un puerto productivo.
-¿Rosario tiene que tener un parque industrial?
-Absolutamente. Rosario se desindustrializó porque expulsó industrias a partir de la intendencia de Lifschitz, les dijeron a las empresas que se tenían que ir… y se fueron a Baigorria, Pérez, Alvear, Funes, Roldán…
-Rosario tuvo hace dos meses un conflicto portuario.
-El puerto es una concesión provincial en manos de un privado. ¿Qué hizo Rosario? Nada. Cómo interactúa la intendencia de Rosario para que ese conflicto no crezca, le patearon la puerta de la Municipalidad, si yo soy intendente a mí los trabajadores no me patean la puerta de la municipalidad porque defiendo los puestos de trabajo, la matriz productiva de la ciudad como el puerto. Tenemos que tener una ciudad productiva que no es incompatible con servicios, turismo, cultura…
-En un año electoral, te preguntarás dónde irá a parar el voto progresista de los rosarinos.
-El socialismo no existe más en Rosario y el peronismo que fue representado en ese momento que competía tampoco existe más. Yo estoy convencido de que uno puede transmitir una idea de una ciudad integral. Yo puedo tener al lado de la Bolsa de Comercio una empresa de biotecnología, empresas de software.
-Estás viendo otra ciudad.
-Por supuesto, en mi cabeza hay otra Rosario. Está es la última etapa de un proceso que fue en decadencia, que no se sientan culpables los socialistas y sus aliados, son como las leyes de la vida y de la política y de las organizaciones que tienen un momento fundacional, un momento cumbre y empiezan a decaer…
-Y si se pone como excusa que Rosario está como está por culpa de narcotráfico.
-El intendente dijo “no puedo combatir el narcotráfico con inspectores municipales con Handy”. Yo estoy totalmente de acuerdo con esa frase pero nunca sería mi actitud, nadie le está pidiendo al intendente que combata al narcotráfico, sí le piden que combata la inseguridad.
-Pero el vecino critica por todo primero al intendente, por cercanía.
-Te respondo con ejemplos. Yo presenté en el 2012 apenas asumí como concejal un proyecto para crear un centro de monitoreo con un Centro de Alerta. Nunca lo quisieron implementar. Rosario no tiene un centro de monitoreo, sí lo tiene Funes. Lifschitz creó una Guardia Urbana que parecía que podía ser una contribución a la seguridad. No la hicieron crecer, terminó desprestigiada y Javkin la cerró. Yo propuse la Policía Municipal hace casi 10 años. Como ley provincial y luego como ordenanza municipal. No la quisieron. No hay vocación para que el intendente se involucre en seguridad. Yo sí. Hice una campaña en 2015 donde me subía a un auto diciendo “ya estoy llegando” para vivir con seguridad. ¿Cuántos inspectores tiene la Municipalidad en este momento? ¿30? ¿Cuántos puede tener Control Urbano? ¡No tiene inspectores la Municipalidad! No hay vocación por controlar el tránsito, la vía pública… El último ingreso de inspectores de tránsito fue en el 92, está diezmada… entonces no te interesa controlar el tránsito, tenés a los gendarmes controlando el tránsito, es una vergüenza. O que profanen tumbas de los cementerios públicos, no tapa los baches, el colectivo que tarda 40 minutos en llegar a tu parada…. ¿La culpa entonces es del narcotráfico? No, flaco, hacete cargo. No han creado una secretaría de Seguridad.
-También es real que cada vez que se anuncia una obra –nuevo pavimento, ruido de máquinas- la respuesta del vecino es insultar por las redes sociales.
- Hay un mal humor generalizado con distintos niveles del Estado y esto es una situación mundial. Mal de mucho consuelo de tonto. Uno ve que hay una crisis de representatividad en el mundo. Está roto el vínculo, está roto el contrato social de los rosarinos con el intendente, que tiene un gabinete que no conoce nadie… Hoy no funciona lo que funcionaba y uno valoraba, por ejemplo el sistema de salud. Hay una idea de que los problemas políticos de Rosario no se resuelven desde Rosario. Es la tesis (María Eugenia) Bielsa, por ejemplo: “¡Ayúdennos! ¡Cuídennos!”. ¿Y vos qué hacés? Lo que hay es falta de gestión. Lo responsabilizo por todo el proceso, no es que vino y lo implantaron, Pablo fue concejal, diputado nacional, diputado provincial, secretario de Mónica Fein; él es el último eslabón de la decadencia.
-Es obvio que vas ser precandidato a intendente por el sector de Agustín Rossi.
-No es obvio. Yo no pongo el carro delante del caballo. Parecería como que yo soy el candidato natural porque hice una elección muy buena, estuve a punto de ser intendente en 2019. El cierre de listas es el 12 de mayo. Yo estoy trabajando para conseguir lo que no logramos hace cuatro años para poder ganar en 2023. El objetivo es ampliar un acuerdo, un espacio político amplio, transversal e inédito.
- Juan Monteverde, Carlos del Frade, Juan Giani, Gerardo Rico, Lucila de Ponti admiten que hay una chance de ganar Rosario.
-Solo será una posibilidad real si nosotros concretamos ese espacio, si no no. Personalizar eso es un error. En el 2019 el Frente Progresista sacó el 34, 5 por ciento en Rosario, Cambiemos 15, yo saqué 33 y Ciudad Futura sacó 15. Por supuesto que yo quiero ser protagonista de esa concreción pero lo importante no es que yo sea candidato sino que ganemos y que le podamos mostrar a la sociedad rosarina algo nuevo. ¿Por qué? Porque lo que está, está viejo. No va más.
-Insisto: tiene el peronismo y el centro izquierda juntos tal vez la gran oportunidad de gobernar la ciudad.
- Sería una tragedia para Rosario que nosotros no lo podamos conseguir y uno no lo consigue solo como intendente o con un gabinete. Uno necesita una sociedad que acompañe, hay que enamorar a la sociedad, reconstruir un tejido y un vínculo… soy sumamente optimista.
-¿Qué Rosario querés?
-La Rosario que se plante, tener buen vínculo con los distintos niveles del Estado, eso va a ser una manera que se puede usufructuar en beneficio de la sociedad. Explicame para qué le sirvió a Pablo Javkin tener acuerdos en el Concejo Municipal que le permitió sacar todo y la ciudad está cada vez peor. ¿Qué se discute en Rosario en una ciudad académicos, intelectuales, que tiene una cabeza productiva que se expande hacia fuera? Nada. Lo que tenemos que hacer es reconstruir la ciudad. Esa reconstrucción tiene un doble desafío, uno como más macro, más institucional y un desafío más llano, más concreto, más de todos los días. Un intendente se tiene que poder desdoblar y atender los reclamos comunes del vecino y por otro lado reconstruir esa institucionalidad y posicionar a Rosario a nivel nacional.
-Rosario es Rosario.
-Rosario es única. Es la ciudad más grande del país que no es capital de provincia. Rosario tiene esa característica que tenemos que entender, yo no puedo admitir que haya perdido la rebeldía, que no se revele más, Rosario tiene que pelear por lo que le corresponde en todos los niveles.
-Rosario autónoma.
-El socialismo utilizó la autonomía como escudo y no como espada. Rosario la necesita a la autonomía para poder definirse a sí misma. Yo presenté un proyecto de ordenanza para declarar la autonomía de Rosario, estoy convencido de que podemos avanzar en la autonomía más allá de lo que establezca la Constitución Nacional y después que venga la provincia a cuestionar pero hay que avanzar, en su momento hasta se estuvo por iniciar una acción en la Corte, no puede ser que Rosario se tenga que fumar el humo de las islas, mirar impávida las cosas que pasan y no actuar. Rosario es una ciudad maravillosa que debe volver a recuperar su espíritu y renacer. La gente está caída, se quiere ir…
-Vuelvo a las PASO. Ciudad Futura, con el que tenés buen diálogo, participará junto al Movimiento Evita, estás vos… ¿Qué va a pasar con Marcelo Lewandowski, una figurita difícil que no se decide dónde jugar, si para la intendencia o la gobernación…
-Yo siempre fui artífice de mi propio destino, a mí nadie me dijo qué tenía que hacer en mi vida política, todo lo decidí yo… formo parte de un espacio político en el cual tengo autonomía absoluta, no formo parte de un espacio político que me dice vos vas a ser tal cosa, nunca pasó. Yo formo parte de ese espacio porque es un grupo para mí de amigos y de compañeros con los cuales tengo claramente un núcleo de coincidencias básicas, por decirlo de alguna manera, excelentes personas, honestas, las cuales me dan absoluta autonomía para decidir qué quiero hacer, con quién lo quiero hacer, cómo lo quiero hacer. Digo esto porque no puedo entender cómo este planteo que remarcás en tu pregunta de podría ser esto, podría ser lo otro o no podría ser nada.
-Están especulando políticamente.
-No. La política es vocación, un estilo de vida. Yo dije: el que debía ordenar al peronismo en la provincia es Omar Perotti porque es el gobernador peronista. Yo esperé un tiempo prudencial, veía que terminaba el 2022 y no había ninguna convocatoria, entonces decidí ordenar lo que yo podía ordenar: Rosario, lo estoy haciendo con una enorme vocación que viene de hace muchísimos años. El ordenamiento provincial a mí me excede, no me corresponde, no tengo por qué involucrarme en ese armado. Yo defiendo la profunda vocación de los que se levantan a la mañana desde hace mucho tiempo pensando y trabajando para cambiar la realidad de Rosario. Ciudad Futura es uno de esos actores, tiene una referencia política y territorial y yo lo respeto, con coincidencias y con diferencias, como respeto a otros actores que también tienen una mirada y que han aportado a la ciudad, que quizás han formado parte de procesos anteriores a los que me interesa incorporar. Yo no les pregunto de dónde vienen sino a dónde quieren ir.
-En varias entrevistas publicadas en este diario pude escuchar coincidencias general del peronismo hacia la izquierda, de ser plurales y trabajar para ganar la intendencia.
-La expectativa acumula poder. Para que haya expectativa tiene que haber definición. No es Forrest Gump… correr detrás de un tipo… ¿Y por qué? No sé… Y un día el tipo se para y la gente lo mira. No valen los Forrest Gump, tenés que se claro, preciso, mostrar una trayectoria, biblioratos de proyectos, conocimiento de los barrios, de todos los actores. Te respondí por esa persona en particular. Dentro de esa concepción claramente no está esa persona.
-¿Si Lewandowski juega por la intendencia, suma o resta? ¿Y si va por la gobernación es el candidato del peronismo?
-Como yo valoro las construcciones, si Lewandowski decide ser candidato debería ser candidato a gobernador porque sería muy bueno para el peronismo de Rosario que el peronismo de Rosario tenga un candidato a gobernador con un alto nivel de conocimiento y con una expectativa que puede generar. Cuando uno ve los números de las encuestas con las personas que están haciendo lo que Lewandowski no hace yo les doy la derecha, está muy bien lo que están haciendo porque no se puede esperar a la decisión de una persona, lo que hay que hacer es construir y Leandro Busatto, Eduardo Toniolli, Marcos Cleri, Roly Santacroce y Roberto Mirabella están manifestado una voluntad de construir una candidatura a gobernador. Si Lewandowski se decide a ser candidato a gobernador a lo mejor se reconfigura el escenario. Yo le tengo un gran respeto a los compañeros de Rosario que son precandidatos a gobernador pero lo que yo veo es que claramente Lewandowski tiene un nivel de conocimiento y en las encuestas despierta una adhesión que es mayoritaria, y además él tiene encima una campaña provincial porque fue senador nacional el año pasado. Entonces a mí me parece que la lógica es construir ahí. Yo le diría "construí una candidatura a gobernador", manifestándola, porque si no nadie te sigue... seguir a un tipo que no se sabe adónde va es Forrest Gump. Creo que sería un buen tándem que Lewandovski sea candidato a gobernador y yo a intendente.
-Pero también puede pasar que decida ir a las PASO contra vos.
- No me preocupa en lo más mínimo, no disputaría contra Lewandowski, es al revés, él vendría a diputar conmigo porque este es un lugar que yo me gané. El va a venir a sentarse a una mesa que está servida. Los votos de Lewandowski y mis votos son los mismos. ¿Qué hacemos? ¿Disputamos entre nosotros los mismos votos para ver quién será candidato a intendente de las PASO junto a Juan Monteverde? Yo no quiero que se confunda el análisis político que hago con una cuestión egoísta o individual mía. Yo estoy convencido de que mi pelea tiene que estar en Rosario, yo quiero ganar acá, tengo una construcción acá, por lo tanto hago el camino que tengo que hacer, no voy saltando casilleros o voy clausurando lo que no tengo que clausurar. Y te agrego una cosa más. El peronismo de Rosario hoy está viviendo un momento inédito: Agustín Rossi, jefe de Gabinete, Germán Martínez presidente del bloque de Diputados, Diego Giuliano, ministro de Transporte, Marcelo Lewandowski senador nacional, Alejandra Rodenas, vicegobernadora, además de funcionarios y legisladores provinciales y nacionales. Que no se ofenda nadie pero no hay otro lugar del peronismo de la provincia que tenga el cúmulo de poder que tiene el peronismo de Rosario. Por eso la estrategia provincial la tiene que marcar el peronismo de Rosario. A mí me parece que el rosarino va a preferir votar a un rosarino para gobernador.
-Rodolfo Ruggeri fue el primer intendente de Rosario electo por voto popular en 1973, y destituido en 1976 por el golpe militar. Un titular posible el 11 de setiembre podría ser: “Después de 50 años, el peronismo ganó Rosario”.
-Sería el mejor homenaje que le podría hacer a mi padre porque formó parte de esa gestión del ‘73 con el profesor Ruggeri.
JUEGO
Comienza el juicio por el homicidio de Bocacha Orellano
Llegó la hora de que sea Justicia
Dos patovicas y dos policías están acusados como autores del homicidio en un contexto de violencia institucional y policial.
El grito de "justicia por Carlitos" retumbará este lunes en el Centro de Justicia Penal donde comenzará el juicio por el homicidio del joven de 23 años, cometido en 2020, que tendrá a dos agentes de policía y dos patovicas sentados en el banquillo de acusados. El fiscal Patricio Saldutti y la querella por la familia de Carlos "Bocacha" Orellano estará a cargo de la acusación contra los policías Gabriel Nicolossi y Karina Gómez, y los empleados de seguridad privada del boliche Ming, Emiliano López y Fabían Maidana. El tribunal a cargo de las audiencias, que tienen previsto más de 200 testigos, estará integrado por Mariano Aliau, Aldo Bilbao Benítez y José Luis Suarez. Los pedidos de pena van de 17 a 23 años de prisión. "No fue un accidente, sino un homicidio. Esperamos que se construya un mensaje de no impunidad y que la sociedad acompañe", dijo el abogado querellante Salvador Vera.
Familiares, amigos y organizaciones como la Multisectorial contra la Violencia Institucional convocan a acompañar el reclamo de justicia a partir de las 8.30 de este lunes, en el predio de Mitre y Virasoro. "Es un homicidio que pone en discusión la actuación policial en la noche y con los antecedentes que tenemos en Rosario (como el caso de Pichón Escobar), nos parece que tiene importancia pública y social", agregó Vera.
El 24 de febrero de 2020 Bocacha salió a bailar con amigos al boliche de la zona de La Fluvial. Dos días después, su cuerpo apareció sin vida en el río Paraná. Luego de la investigación, cuatro personas comienzan a ser juzgadas por el hecho y por irregularidades en el marco de la causa. En la audiencia preliminar, el fiscal Saldutti pidió condenas de 19 años de prisión para dos policías que cumplían adicionales aquella noche, y 17 años, para dos empleados de seguridad privada del local. Por su parte, la querella pedirá que sean condenados a penas de 23 y 20 años, respectivamente.
La acusación les endilga haber retirado con violencia del boliche al joven, haberlo acorralado y golpeado, forzando su caída al agua. "Bocacha fue asesinado. Con dos agentes de seguridad privada y dos policías acusados como autores, sabemos que fue homicidio en contexto de violencia institucional y policial. Luego de tres años de lucha por la verdad, llegó la hora de que sea Justicia. Por Bocacha, y por cada pibe y piba que no pudo volver a casa", expresaron desde la Multisectorial, que viene acompañando a los familiares en el caso.
Nicolossi y Gómez llegan a esta instancia de la causa imputados por el delito de homicidio simple con dolo eventual, incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica de instrumento público agravada. En tanto, el jefe de seguridad del local bailable, Maidana, y el custodio López, quedaron implicados por el delito de homicidio simple con dolo eventual.
La acusación que hizo Saldutti señala que los hechos comenzaron "entre las 4.30 y las 5 de la madrugada, mientras (los acusados) se encontraban cumpliendo servicio de policía adicional y seguridad privada para el local bailable, luego de que la víctima fuera retirada del boliche ejercieron violencia física contra Orellano. Este hecho sucedió dentro del complejo La Fluvial, en cercanías al muelle 3, tras rodear a la víctima contra la baranda del río Paraná, aprovechándose de la superioridad física y numérica, lo golpearon, determinando con su accionar que Orellano salte las barandas de protección del muelle y caiga a las aguas del río Paraná, circunstancias que le provocaron el fallecimiento".
Además, plantea como "elemento demostrativo del dolo, la actitud posterior de los imputados, que tardaron un tiempo considerable en dar aviso a Prefectura para el rescate; se retiraron del lugar; se despreocuparon de la situación; y además, cada vez que se refirieron al hecho dieron versiones falsas, buscando desvincularse".
También "se valora negativamente el hecho de que los cuatro arremetieron físicamente contra un joven solo, totalmente desprotegido, en un sector conocido por ellos y ajeno a la víctima, donde a su vez, no podía procurarse auxilio de ningún tipo".
Mañana se trata el secuestro de Santiago Mac Guire en Guerrieri IV
El cura cautivo en predio eclesiástico
Lucas Mac Guire y sus tres hermanos declararán por primera vez sobre el secuestro del padre en 1978.
Lucas Mac Guire tenía cinco años el 18 de abril de 1978. Su papá Santiago lo llevaba en bicicleta por La Paz al 800, cuando una patota de cinco hombres –así la recuerda- lo tiró al cordón, y se llevó a su padre en un auto. La desolación, solo en la calle, duró largos minutos. Un rato después, una vecina se acercó y lo llevó hasta su casa. Llamaron a su mamá, María Magdalena Carey, y a partir de ahí, comenzaron los días de llantos y continuas reuniones, que llegaron hasta monseñor Guillermo Bolatti, arzobispo de Rosario. Santiago, junto a Eduardo Garat y Roberto Pistachia estuvieron desaparecidos en la Casa Ceferino Namuncurá, de la Congregación Salesiana, en Funes. Por orden de la autoridad eclesiástica, Santiago fue llevado unos días después al Comando del Segundo Cuerpo de Ejército, donde le hicieron un consejo de guerra, y luego quedó detenido –primero- en la cárcel de Coronda, para luego ser trasladado a otros penales distantes, como Rawson. Mañana, en la causa Guerrieri IV, Lucas, sus hermanos Federico y Martín y su hermana Bárbara declararán por primera vez. “Viví toda mi vida esperando esto”, dice Lucas, que se fue de Rosario hace treinta años, vive en Buenos Aires, integra la Asociación Miguel Brú y dedica sus días a la defensa de los derechos humanos actuales: personas en situación de calle y víctimas de violencia institucional.
Santiago murió en 2001, hasta entonces era conocido como “el cura”, aunque renunció al sacerdocio en 1969. María murió en 2015, y llegó a presentarse como querellante en esta causa. “A pesar de que falleció el sobreviviente, tenemos la palabra de sus hijos, es como si Santiago estuviera declarando”, consideró Gabriela Durruty, representante de la querella ante el Tribunal Oral Federal número 1. Recordó que María declaró cuando ya necesitaba suministro de oxígeno.
Aunque Lucas intenta aligerar el relato de su experiencia, al contar el secuestro, el llanto sobreviene. Recuerda los años en que visitaban a su padre en las distintas cárceles, las violencias que sufrían. “Mi hermana Bárbara, cuando tenía cuatro años, le hizo un dibujo a mi papá, lo dibujó a él y unos policías. Esa carta volvió censurada, no lo voy a olvidar nunca”, dice este hombre que el lunes, a las 9, se sentará frente al Tribunal. “La calle se llevó a mi papá, y también me lo devolvió. Eso para mí es muy simbólico. Cuando lo liberaron, en diciembre de 1983, yo estaba jugando en la vereda, en mi casa de Empalme Graneros, salí con mi perro para hacer un mandado y él me espero allí. Yo vi un señor, con un traje feo, pero cuando me acerqué, era mi papá. Qué alegría”, de nuevo se emociona Lucas al recordarlo.
Santiago Mac Guire es una de las 163 víctimas que tiene la causa Guerrieri IV, y sus hijes, como muchos testigos, tienen por primera vez la posibilidad de declarar. El principal objetivo de Lucas es dejar sentada la responsabilidad eclesiástica. Recuerda que Bolatti y Luciano Jáuregui, que era el Comandante del Segundo Cuerpo de Ejército, eran dos nombres que se mencionaban mucho en su casa, y de forma combinada. Otra vivencia le vuelve nítida: al día siguiente del pedido de su madre a Bolatti, irrumpió “una comitiva” del Ejército en su casa. Les avisó una vecina, a través de un patio interno. Los militares encerraron a los cuatro niños en una habitación. La más pequeña lloraba. “Nosotros también lloraríamos”, deduce ahora Lucas. El más grande -Martín- quiso ver qué pasaba y un soldado cerró la puerta. “Para mí es importante la declaración porque mis hermanos también fueron víctimas de privación ilegal de la libertad, y no han podido hablar del tema”, dice.
Para Durruty, es importante señalar que el centro clandestino donde estuvieron secuestrados Mac Guire, Garat y Roberto Pistachia era un predio eclesiástico. “Si bien todos sabemos que hay una responsabilidad directa de la Iglesia en el terrorismo de Estado, a través del desarrollo de los juicios y de las investigaciones, sabemos que hubo un capellán ya sea policial o militar por centro clandestino, que participaban activamente de las reuniones con las cúpulas del gobierno dictatorial, en este caso hay un plus que es que el centro clandestino funcionaba adentro de una propiedad de la iglesia”, expresó la profesional, que representa a la familia y pertenece al equipo jurídico de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) y de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.
Lo que contó Pistachia en la última audiencia de la causa Guerrieri IV, el 27 de marzo pasado, fue que estuvo secuestrado junto a Garat y Mac Guire. Allí fueron sometidos a tormentos. Un día, lo llevaron al Batallón 121. Ahí, Jáuregui se lo mostró a Bolatti como una ofrenda. Se habían confundido, creían haber llevado al ex sacerdote.
“No hay muchos casos donde un testigo haya escuchado esa conversación y esté para contarlo”, considera Durruty y señala que “es otra muestra más de que las decisiones las tomaba la cúpula eclesiástica. Éllos estaban en condiciones de decidir sobre la vida o la muerte de las personas secuestradas. Él dijo 'me lo traen a Mac Guire y a éste lo dejan acá”. Cree que la “legalización” de Mac Guire (y de forma aleatoria, Pistachia) “tuvo mucho que ver con las presiones, incluso internacionales, que recibía la iglesia, por quién era Santiago. Entendemos que Bolatti tomó esa decisión porque era insostenible”.
Santiago era muy conocido. Recién ordenado sacerdote, fue destinado por el Papa al Bajo Saladillo. Con un contenedor, creó la parroquia Nuestra Señora de Itatí, una escuela y un centro de salud. Organizó al barrio para obtener una conexión –clandestina- de agua y, cuando la Policía Montada llegó a reprimirlos, también los organizó para resistir con palos. En los años 60, abrazó el movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo y, en 1967, se enamoró de María, que era su prima segunda. Ella quedó embarazada y se fueron a Buenos Aires. De ellos se habló mucho y mal, por esa relación.
En 1971, de vuelta en Rosario, Santiago estuvo detenido con otros “sacerdotes renunciantes”. Cuando lo liberaron, trabajó en la Universidad Nacional de Rosario. Era filósofo, teólogo, músico. Estuvo detenido desde 1978 a 1983 y cuando recuperó su libertad, se integró al Servicio de Paz y Justicia, escribió en el diario Democracia, coordinó varios años en el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH). Creó y dirigió coros. No pudo jubilarse porque no tenía los años de aportes suficientes, pero sí llegó a recibir la indemnización que le correspondía por los años de detención ilegal. Murió el 5 de julio de 2001.
Lucas cree que para su padre sería importante declarar en este juicio, porque así lo hizo en 1984 para la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, en sus columnas del diario y en cada lugar donde pudo. Por lo mismo, Durruty invita para la audiencia de mañana, a las 9. Para presenciarla sólo hace falta llegar con una fotocopia del DNI. Para acompañar a la familia en la puerta del Tribunal, sólo llegar hasta allá.
La militancia de Lucas empezó cuando era casi un niño. Ahora que es adulto, sabe que está ligada a la historia de su padre, pero no lo considera un mandato, sino “una decisión propia”.
En la puerta del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa, mientras le hacen las fotos, recuerda postales de su adolescencia rosarina, el paso por el taller Había una vez, para hijes de víctimas del Terrorismo de Estado, una obra de teatro de la que no pudo participar por una inoportuna peritonitis, nombres de amigos y compañeros de esos años. Lucas se ríe con una anécdota. “Las víctimas también reímos”, refuerza.
Salud, ética y soberanía alimentaria, materia en la UNR
Nutrición basada en plantas
“Hay una tendencia mundial de cambio de patrones alimentarios", señalan profesionales que dan cursos en la Facultad de Medicina.
Cada vez más personas adoptan una dieta basada en alimentos de origen vegetal por motivos éticos, ambientales o de salud personal. En Argentina el 12% de la población es vegana o vegetariana, de acuerdo a una encuesta realizada por la Unión Vegana Argentina. A esto se agrega otro 12% que redujo su consumo de carne. Los datos muestran que hay un poco más de mujeres (52%) que hombres (48%) y la mayoría tiene entre 35 y 49 años.
Rocío Magalí Hernández es Licenciada en Nutrición y Psicóloga Social. Es mentora y docente de la materia electiva “Nutrición y alimentación vegetariana y vegana. Salud, ética y soberanía alimentaria” en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR y directora del Curso de Posgrado “Nutrición Basada en Plantas. Salud, ética y Soberanía alimentaria” de la misma Facultad. Ariel Kraselnik es médico, especialista en cardiología y tiene un posgrado universitario en alimentación vegana y vegetariana otorgado por la UBA. Se ha desempeñado como docente de grado en esta Universidad y como invitado a cursos de posgrado en la Universidad Favaloro.
“Hay una tendencia mundial de cambio de patrones alimentarios e independientemente de los posicionamientos, se está tendiendo a comer más plantas por recomendaciones científicas, algo impensado hace veinte años”, dice Rocío Hernández.
Entre los patrones alimentarios se distinguen el vegetarianismo que excluye los alimentos de origen animal, el veganismo que deja de lado no sólo los alimentos sino también los productos de origen animal. Otros son el lactovegetarianismo que rechaza todos los productos de origen animal menos los lácteos y el flexitarianismo que incorpora el consumo ocasional de alimentos de origen animal.
En contraposición a estos términos que están centrados en lo que no se come, la “nutrición basada en plantas” es un concepto biomédico que indica lo que debe primar en una alimentación, en este caso vegetales procesados, según explica Kraselnik.
Ambos profesionales destacan que este tipo de dietas son recomendadas por las principales sociedades médicas para la prevención y el tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles, como la cardiopatía isquémica, la diabetes mellitus, las enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad renal crónica y el cáncer.
Lo cierto es que además de la salud, otras razones para elegir esta alimentación se basan en cuestiones éticas y de cuidado del medioambiente relacionado con la soberanía alimentaria. Hernández hace referencia al peso que tienen las consideraciones ambientales debido a la contaminación, el uso de agroquímicos, así como también las razones éticas: “Dejar de comer animales es dejar de estar en contacto con la explotación animal”. En este sentido considera que especialmente los jóvenes están posicionándose frente a las problemáticas socioambientales y decidieron “hacer algo al respecto”.
“Es imposible hablar de alimentación sin situarla históricamente, sociopolíticamente, porque no se trata sólo de nutrientes”, afirma la docente de la UNR y ejemplifica: “Que las personas sólo conozcan proteínas del reino animal, que sólo las identifiquen a ellas como de buena calidad o de alto valor biológico tiene que ver con un trasfondo político, económico, histórico, social, cultural”.
Explica que los nutrientes de fuentes convencionales como la proteína en la carne o el calcio en los lácteos, están tan internalizados que cuesta pensar en otras fuentes. Y esto lo atribuye no sólo a una cuestión cultural sino también del sistema productivo, el marketing, las publicidades, las grandes industrias.
La profesora cree que para ser soberanos también hay que conocer dónde está la diversidad de nutrientes: “Hay todo un mundo que no fue presentado socioculturalmente y que hoy se hace indispensable conocer”.
“Se piensa que los patrones alimentarios distintos al convencional son deficitarios en algo”, dice el doctor Kraselnik pero si se analiza la dieta estándar argentina resulta que “es deficitaria en muchos nutrientes, por ejemplo, en fibras, en una gran variedad de fitoquímicos y de vitaminas que se encuentran en alimentos de origen vegetal y por otro lado, es muy excesiva en otros nutrientes como las grasas saturadas, carbohidratos refinados, azúcares libres”.
Ningún patrón alimentario es 100% perfecto, todos tienen sus puntos más débiles y más fuertes, según especifica. Lo que aseguran, con la construcción de décadas de evidencia científica, es que los patrones alimentarios basados en plantas son posibles y pueden cubrir las necesidades nutricionales de todas las personas a lo largo del ciclo vital e incluso mejorar su salud, con una buena planificación y acompañamiento médico.
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