LUNES 23 DE OCTUBRE DEL 2023
Son 30 mil: debates del campo popular
Durante la última dictadura cívico-militar en Argentina se cometieron violaciones masivas a los derechos humanos y ataques contra la población civil.
“Es una ruptura del pacto democrático, desconocer todo el camino de estos 40 años. Lo que vienen a hacer estos personajes tan siniestros, tan perversos, con el discurso negacionista, es pretender doblegarnos, ponernos de rodillas, y en realidad lo que termina sucediendo es todo lo contrario”. Carolina Frangoulis, referente de la agrupación HIJOS de Tucumán, se planta así ante el ninguneo del concepto de las 30 mil desapariciones.
Juan Delú, de Radio Futura y presidente del Foro Argentino de Radios Comunitarias, reafirma: “hoy es sumamente importante desde la argumentación, los datos y la explicación fortalecer el concepto de los 30 mil. Sigue siendo un concepto de avanzada, un concepto de síntesis, que genera búsqueda judicial. Pone sobre la mesa que hay delitos que se siguen cometiendo en la actualidad, como ocurre con las personas que siguen con sus identidades tergiversadas”.
Esas voces son protagonistas del episodio número 15 de “De Ida y Vuelta, debates del campo popular”, la producción sonora de FARCO que difunden radios comunitarias de todo el país y que también suena en Spotify. Esta vez, el debate no es: son 30 mil. No hay discusión.
Durante la última dictadura cívico-militar en Argentina se cometieron violaciones masivas a los derechos humanos y ataques contra la población civil: hubo detenciones arbitrarias, ejecuciones, exilios forzosos, torturas, violaciones y abusos sexuales, robo de bienes; ataques a las libertades civiles, políticas y sindicales; censuras, persecuciones de todo tipo.
Fue la dictadura más cruenta que sufrió el país, desde donde se perpetró un plan sistemático de desapariciones forzadas. Para poner en duda la cuestión sobre los desaparecidos, grupos de derecha utilizan al menos dos estrategias. Una de ellas es intentar señalar que los desaparecidos no fueron inocentes. La segunda, mucho más extendida, es negar directamente el número de “30 mil desaparecidos”. Apelan a registros documentales oficiales, como hizo el candidato presidencial Javier Milei en el debate del 1 de octubre.
Hay otros números que sí están claros. Los centros clandestinos de tortura y desaparición existentes entre 1974 y 1983 reconocidos oficialmente son 762. Fueron centros de tortura, campos de concentración a gran escala.
“Ruptura del pacto democrático”
Carolina Frangoulis dice que desde HIJOS Tucumán siempre tuvieron la postura de “no responder a este tipo de falacias y comentarios, fundamentalmente cuando se meten con la cifra de los 30.000 compañeros. Lo hemos escuchado por parte de Milei y de Bullrich, es una ruptura del pacto democrático, desconocer todo el camino de estos 40 años”.
Reflexiona: “Lo que vienen a hacer estos personajes tan siniestros, tan perversos, con el discurso negacionista, es pretender doblegarnos, ponernos de rodillas, y en realidad lo que termina sucediendo es todo lo contrario”.
Después apela al costado estadístico, como respuesta a los espacios que se fijan únicamente en ese costado: “Están los números de los juicios por delitos de lesa humanidad: además de las 30.000 desapariciones, se apropiaron de más de 400 bebés. Se han dado 300 juicios y se han condenado 1.117 genocidas”.
Frangoulis apunta que “Milei repite que fue una guerra, que en la guerra pasa de todo, y es hasta fácil retrucar eso, porque hubo torturas, desapariciones, violaciones, apropiación de bebés. Hay un punto en que eso se transforma en indiscutible, no tengo porqué defender la cifra, ni el pañuelo blanco de las Abuelas. Discutamos el país que queremos. ¿Por qué mejor no buscamos los nietos que todavía faltan volver a casa?”.
“Hay que volver a dar la batalla cultural. Hay una ruptura de lazos sociales, es un momento complicado como país y como región. Me da mucho miedo la idea de aproximarse a Bolsonaro, de tirar cadáveres en fosas comunes y militarizar. Pero como siempre decimos: lo que no nos mata nos fortalece, y sigue muy vigente y firme la consigna de ‘ni un paso atrás’”, completa.
-¿Interpretás que el discurso negacionista que cíclicamente sostienen sectores interesados puede calar en una parte de la población quizá menos politizada?
-No creo que cale hondo en grandes sectores. Creo que es una provocación a nuestro sector. Los medios tuvieron mucho que ver con la creación de este personaje siniestro. Después hay otra cuestión que es la construcción colectiva de la Memoria, que es una responsabilidad de todes. Hay cosas que nos interpelan como organización y de manera personal. Pero también me pareció maravillosa alguna reacción que hubo justamente frente a esta ofensiva negacionista.
“Reivindicar el concepto de 30 mil”
Juan Delú refresca que “en toda la etapa democrática hubo distintas formas de trabajar la hipótesis que socavaba el genocidio que se cometió en la Argentina. Se fue metiendo en la sociedad, impactando desde el miedo, el odio social y la construcción simbólica de que la dictadura vino a responder la supuesta violencia original de la guerrilla. Esa mirada estuvo durante mucho tiempo”.
“La atrocidad de los crímenes -apunta- fue confirmándose en instancias judiciales: hubo un plan organizado para la eliminación de una parte de la población, con la humillación general de quienes habían participado en cualquier actividad política en los ’70. Ese proceso tuvo puntos altos y la discusión con el concepto simbólico de los 30 mil siempre fue parte de grupos de derecha. Lo que logró hacer la fuerza que sacó más votos en la PASO, astutamente, fue querer correrse de la discusión sobre la dictadura y hablar de las víctimas de la guerrilla. Saben el poder simbólico del concepto de víctima. Así empezaron hasta terminar en una reivindicación total de la dictadura. Uno interpreta que no toda la gente que acompaña a esa fuerza política la vota por ese motivo”.
El presidente de FARCO no tiene dudas de que “el concepto de ‘30 mil’ es una síntesis muy interesante de las muchas que han hecho las sociedades que han sufrido genocidios. 30 mil es la cifra que se mueve, el número que tiene que ver con el ‘no número’, con la falta de información que caracteriza a los genocidios. El Estado usa la maquinaria para esconder información. El número de 30 mil simboliza la búsqueda necesaria de esas identidades que no fueron denunciadas, que no fueron contadas y finalmente se sigue investigando”.
Propone, en ese marco: “hoy es sumamente importante desde la argumentación, los datos y la explicación fortalecer el concepto de los 30 mil. Sigue siendo un concepto de avanzada, un concepto de síntesis, que genera búsqueda judicial. Pone sobre la mesa que hay delitos que se siguen cometiendo en la actualidad, como ocurre con las personas que siguen con sus identidades tergiversadas. No es solo una discusión cultural, sino una búsqueda de verdad y de justicia. Los delitos deben ser investigados en cualquier momento, y no pasaron 200 o 300 años, sino muy pocas décadas. Cuando nos dicen ‘dejemos de hablar del pasado’, es un pasado de hace 5 minutos”.
-¿Cuál es el rol de los medios comunitarios en este contexto?
-Los medios comunitarios, cooperativos, alternativos, populares, están totalmente atravesados por la discusión de la dictadura, y por hacer hablar lo que la dictadura intentó ocultar. En la Argentina es claro el cruce entre la posibilidad de un equipo de FM de manera sencilla y la post-dictadura. La necesidad de otras voces generó esa primera generación de radios, en la década del ’80. Esa matriz graba a fuego que estos medios populares tienen la mirada de los Derechos Humanos que después se replica en otros temas. También hay nuevos desafíos: olvidarnos que esto parecía una batalla ganada, no enredarnos en esto y tratar de discutir de nuevo, charlar, intercambiar, volver a la persuasión, escuchar.
Fuente:NoticiasFarco
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