Juicio
Escuelita VIII. Inés Ragni: "Yo
no me quiero ir de este mundo sin saber qué hicieron con mi hijo"
En una nueva audiencia en el juicio contra funcionarios de la dictadura
genocida, se inició la etapa de las testimoniales, con la declaración de Inés
Rigo de Ragni, Madre de Plaza de Mayo filial Neuquén y Alto Valle, sobre la
búsqueda de su hijo Oscar Ragni, desaparecido en el 76.
Silvia CariatiLa Izquierda Diario-Redacción Neuquén @cariati_silvia
Sábado 18 de noviembre
Es un largo camino el que tuvieron que transitar las Madres de Plaza de Mayo, filial Neuquén y Alto Valle para llegar al día de hoy. “Hace 47 años que estamos esperando”, dijo Inés Ragni en su declaración en el juicio La Escuelita VIII, que se desarrolla en el salón AMUC de Neuquén capital. Junto a su esposo Oscar Ragni, reclaman por la desaparición de su hijo en el año 1976.
Nuevamente con una sala colmada se desarrolló este viernes la tercera audiencia en la que se juzga a funcionarios de la dictadura militar en la región. Los querellantes Inés y Oscar Ragni cuentan con la representación de las abogadas integrantes del CeProDH, Natalia Hormazabal y Mariana Derni.
Inés hizo un gran esfuerzo para volver a declarar sobre el caso de su hijo y la lucha por los 30 mil estuvo presente en la sala. “Juro por los 30 mil desaparecidos decir la verdad, hoy y siempre”, dijo ante la toma de juramento de la jueza federal María Paula Marisi.
“Tengo un cáncer en el corazón que no lo cubre una curita, solo lo cubre “memoria, verdad y justicia, eso es lo que estamos pidiendo y seguiremos en la calle”, enfatizó Inés.
Luego comenzó el momento en donde las abogadas Natalia Hormazabal y Mariana Derni le hicieron una serie de preguntas a Inés en relación a los hechos sucedidos el 23 de diciembre de 1976, cuando desaparece su hijo Oscar. También indagaron en el marco de la búsqueda si hubo presentaciones de habeas corpus y denuncias en el juzgado penal. Sobre el viaje en el año 1979 a Buenos Aires y la visita a la OEA. El significado de estar hoy en la audiencia. La confianza en la justicia.
El testimonio de Inés Ragni
"Yo esperaba a mi hijo que viniera de La Plata, que estaba estudiando, fue lo más lindo que tenía en mi casa. Preparamos un almuerzo. Pero en mi casa no almorzó nadie ese día", relató.
Contó que para aquellos años tenían un negocio, y ese día llegó de sorpresa un sobrino de su esposo Oscar, que trabajaba en el servicio de inteligencia. "Me llamó la atención, lo invité a pasar, le ofrecí mate. Me dijo: No tía, me voy".
El comienzo de la búsqueda de Oscarcito. “Empezamos a recorrer la ciudad de Neuquén, las radios, la televisión. Pero el primero que nos tendió una mano de amor fue el obispo Jaime de Nevares. Él nos dijo, vengan a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos. Y empezamos a ir. Iban antes a la reunión toda gente que no conocíamos, como Noemí Labrune, una gran mujer”.
También mencionó que fueron a la oficina de Jorge Domínguez, un maestro mayor de obras, donde Oscar trabajaba, llegaron y la oficina estaba cerrada, pero hablaron con uno de los empleados. “¿Oscarcito dónde está? Y me dice, no, no vino acá. Y me cuenta que habían ido “unos” en un auto con armas, buscándolo”.
«Yo no me quiero ir de este mundo sin saber qué hicieron con mi hijo»
La visita al cuartel. "Fuimos a ver al general Olea, y él nos dice: Yo no sé nada señora, acá dicen que está en La Escuelita". Olea era el jefe del Batallón 181 en 1976, donde funcionó el centro clandestino conocido como La Escuelita.
A pesar de la fragilidad de su voz, pudo expresar con firmeza las potentes preguntas que vienen haciendo hace 47 años. "Yo y mi esposo queremos saber ¿quién se lo llevó? ¿A dónde? ¿Lo mataron? ¿Quién lo mató? ¿Lo enterraron? ¿A dónde? ¿Será en el cuartel en el Batallón 181?
Yo no me quiero ir de este mundo sin saber qué hicieron con mi hijo.
Luego continuó relatando sobre las denuncias y los habeas corpus que presentaron los familiares y que según dijo quedaron cajoneadas. “De Duarte escuchamos infinidades de personas que llevaban sus habeas corpus y este señor lo metía en un cajón, y algunos los cobraba. Nunca recibimos una respuesta por los habeas corpus, exclamó.
Sobre el viaje a Buenos Aires en el año 1979, contó que fueron todos los familiares de las victimas a presentar la denuncia a la OEA. "Había más de siete cuadras de cola de personas reclamando. Pero ahí estábamos nosotros. Nunca abandonábamos todas las cosas que hacíamos".
"Estoy acá con mis 95 años que hoy tengo encima, y pienso seguir el reclamo de todo lo que pasa. No tengo ningún reparo en decir lo que hay que hacer, porque la verdad va primero", recalcó sobre la importancia de estar presente en la audiencia.
También resaltó que confian en la justicia. "Pero nos íbamos muy pronto del que no pateara para nuestro arco, pero bueno acá estamos seguimos reclamando lo mismo: Memoria, verdad y justicia".
Finalmente agradeció a los presentes el acompañamiento de hoy y siempre. "Somos muchos los que estamos esperando saber dónde están, para tener esa tranquilidad de nuestros hijos, nuestros nietos, queremos saber la verdad. Estoy muy contenta de tener la posibilidad de estar presente en este juicio. Y a los abogados que nos han acompañado desde el 2008 hasta hoy, les agradezco de alma a todos. El pueblo de Neuquén no nos ha abandonado nunca".
Pedro Laurentino Duarte y Víctor Marcelo Ortiz son los dos imputados que llegan a juicio luego de una instrucción de más de 10 años. Se les acusa de que en su rol de Juez federal de Primera Instancia y Fiscal federal entre los años 1976 y 1984, brindaron cobertura judicial a los crímenes de lesa humanidad.
En la misma audiencia luego de la declaración de Ines Ragni, declaró la hija de la defensora oficial multifueros de 1976, Beatriz Cozzi de Cerazo, quien fue cesanteada cuando buscó investigar el paradero de personas denunciadas como secuestrados.
Y también Marcos Seminario, hermano de Javier Seminario Ramos, desaparecido desde que una comisión del destacamento de Investigaciones de la Sexta Brigada, lo retiró de la cárcel de Rawson en noviembre de 1976.
Lolin Rigoni estuvo presente en la audiencia
La importancia de los juicios de lesa humanidad
En estos tiempos en donde hay tanto negacionista de los 30.000 desaparecidos, del robo de bebes, de las torturas y crímenes de la dictadura, es fundamental el acompañamiento a los familiares de las víctimas, y a los Organismos de Derechos Humanos.
Ante la banalización de los crímenes cometidos por la última dictadura militar, escuchados durante toda la campaña electoral, que niegan la desaparición de personas como un genocidio, respondemos con los dichos de Inés Ragni: “Memoria, verdad y justicia, eso es lo que estamos pidiendo y seguiremos en la calle”.
Fuente:LaIzquierdaDiario
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