20 de noviembre de 2023

OPINION.

 


CUESTA ABAJO

Por Bárbara Orbuch*

«La ultraderecha arrasa en las elecciones argentinas», dicen la mayoría de los diarios internacionales. Sin embargo, al igual que en la dictadura, no existe autopercepción de tal aseveración, a nivel del escenario local, sino a través de diversos disfraces que velan, relativizan y minimizan el peso de la realidad.

Sin dudas, no es fácil reconocer la monstruosidad de la que somos capaces…porque no siempre «vox populi » es «vox dei» y sino revisemos en la historia mundial… De cómo la pulsión de muerte ha logrado ganarle la pulseada a la pulsión de vida…

Por otra parte es sumamente probable que la frecuencia del odiador y el enano fascista del elector, en una coyuntura tan crítica en lo económico, haya sintonizado de forma mucho más fidedigna en el nivel emocional, que en el nivel racional. Sin embargo, cuando la dopamina baje, sin dudas, ya será tarde para lágrimas. O como dijo un ex funcionario macrista, la droga del antiperonismo pega muy fuerte, el subidón es muy grande… Y durante ese lapso de tiempo, seguramente se instrumentalizará el rápido accionar sin gradualismo de la motosierra, celebrada con un goce perverso durante la campaña…

Ahora, quiénes reconocerán realmente este aval declarado en las urnas a la entrega del país, es un interrogante que se va a ir develando en el sinuoso paso de los recortes inminentes, las privatizaciones y los ajustes que esta vez, fueron declarados y blanqueados.

Parajódicamente, como decía Poni Micharvegas, hoy es el día de la soberanía nacional. Y… que el presidente electo haya pronunciado con total desparpajo que la moneda nacional es estiércol, no es un augurio precisamente de la defensa de «lo nuestro». El dólar venerado y convertido sin tapujos en el rey sol y vendido a los votantes como solución al problema económico, es el triunfo circunstancial de la colonia sobre la patria. Aunque asistimos a un escenario tal, donde hay dudas de que se haya producido un verdadero dimensionamiento del electorado argentino de lo que esto significa y de que sus implicancias puedan ser calibradas de modo auténtico, en un contexto inflacionario que distorsiona y desvirtúa la realidad de la crematística diaria.

La desesperación es pésima consejera y la inflación «nubla la vista», por esto también es probable que frente a esta situación crítica a la que arribamos, nadie reconoce ya qué es «lo propio» ni lo nuestro, porque en definitiva, ya «la casta»se lo apropió y se lo fugó y ahora, es este significante pícaro y reversible que catapultó al outsider con características psicóticas al sillón presidencial, el que retorna como amo, para multiplicar y robustecer a los poderes concentrados de la economía y agredir certera y profundamente a los que menos tienen. Este es el diagnóstico desolador y penoso, que se traduce en condenar a miles de argentinos a la quita de sus derechos más fundamentales.

Ahora viene la fiesta de Pepín Rodriguez Simón, de la patria financiera y la venta despiadada del patrimonio de los argentinos, que cegados por el odio del antiperonismo y en un contexto de debilidad política superlativa del oficialismo, se entregan a este proyecto fascista , violento y de persecución de los estigmatizados políticos: el kirchnerismo y los sectores nacionales y populares. Sin perder de vista el hilo argumental por supuesto el atentado a la vida de CFK, el eje de la trama, como principal blanco de ataque y el mayor obstáculo de los poderes fácticos para avanzar en el camino que hoy «los argentinos de bien» eligieron a sabiendas, o no tanto… ya lo sabremos en el futuro próximo.

Reflexionando hondamente en la situación actual, es preciso señalar, además; que el huevo de la serpiente ya estaba depositado hace tiempo en el seno de la sociedad argentina y este es un punto importante a examinar.

La reconfiguración de las subjetividades sociales comenzó gradualmente a producirse con la fase macrista, desde los discursos y las prácticas sociales que fueron calando hondo en la capilaridad social, postulando un modelo de emprendedores sin derechos sociales y empresarios de sí mismos que se consagran a construcciones efímeras, pero eficaces , precarias, pero sostenidas en imaginarios deseados. Hubo un camino preparatorio que se fue desarrollando de un modo silencioso pero a pasos firmes.

Es cierto que la batalla cultural ha sido hegemonizada por una mirada del mundo donde las derechas transnacionales han penetrado en las juventudes, pero también transversalmente en las mentes de un policlasismo atravesado por la precariedad de la vida, a través de las nuevas tecnologías, condensando mensajes fáciles y eficientes a través de los dispositivos móviles, a fuerza de reduccionismos pragmáticos y ataques a las otredades, fortificando y legitimando, lo que ya está de hecho, sumamente engordado, como las vacas ajenas del siglo XIX , las estancias patricias que retornan a modelos primarizantes agroexportadores e industricidas, pero ahora con el elemento central agregado del capitalismo financiero, en las arcas del cipayismo y de las oligarquías locales que venden la patria al mejor postor, y que hoy festejan el triunfo de Milei, un títere de la casta, al estilo Zelensky.

Tres grandes factores confluyen en este cóctel demencial que va a beber el pueblo argentino, basado en una tríada de ingredientes explosivos:

  • Una salud mental colectiva devastada por los efectos y consecuencias de la pandemia. El incisivo, sistemático y furibundo proyecto antiperonista opositor, vehiculizado a través de la apuesta gemela de Mauricio Macri (cuyo beneficio secundario es el sello a su impunidad y la ventaja de seguir comprando voluntades para la causa fugadora).
  • La ofensiva de la ultraderecha internacional en una geopolítica de guerra, que ya dispone de un recorrido delimitado en la Línea de Trump, Bolsonaro y Meloni.

Degustado con una masa de finas hierbas de debilidad extrema, que Massa no pudo contrarrestar en su tiempo de descuento:

  • Una inflación que nubla la vista y produjo desesperación en los asalariados.
  • La tibieza de un gobierno de coalición con grandes fracturas internas que no pudo alinear precios y salarios, ni realizar reformas centrales para revertir el deterioro económico. El incumplimiento del contrato electoral.
  • La deuda con el FMI,un explosivo limitante e hipotecador que imposibilitó toda política redistributiva real.

El anarcocapitalismo ,el darwinismo social y el neoliberalismo menemista como huella, son líneas de convergencia basados en un espíritu fenicio de la libertad tan particular que se asienta en la libertad de pisar al más débil , de recortar los derechos sociales al máximo y erigir una bandera del oprobio y la desidia frente al Otro, en una experiencia ya vivida justamente en los tres capítulos argentinos que transitamos partiendo de la dictadura,siguiendo por el gobierno de Menem y llegando al gobierno de Macri, impulsor de su continuidad , esta vez con otros trapos encima, con filosofías económicas marginales que hacen del desdén a la dignidad humana y de la solidaridad un valor, esta banalidad del mal es hoy naturalizada como una opción «esperanzadora» potenciada por sectores nazis, desencajados, falsamente denominados «libertarios», «inclasificables de la clínica»…

Mayor endeudamiento sobre lo endeudado, es decir, sobre llovido, mojado, sumando ajustes siderales, esta vez, aliados a los fondos buitres, ya propuestos por el propio Milei en campaña, en consonancia con su admiración a Thatcher y a la concentración del capital , la reivindicación de la dictadura cívico- militar -eclesiástica , junto al bastión de colaboracionistas, serán los diferentes niveles de facilitación frente a las reformas estructurales que son agenda del nuevo gobierno, las que estarán en el centro de las miradas en lo que respecta a las posibilidades de salidas y de resistencias que se puedan establecer a partir de ahora en más, desde los sectores del trabajo, la producción y la redistribución; que según lo anunciado, quedará famélica.

Más grave por el significado y las consecuencias que pueda tener sobre los que luchamos por una patria más justa reside en el avasallamiento a la reserva ética y moral de la Argentina en relación a los acuerdos democráticos sobre La Memoria, Verdad y Justicia.

… Amanecí pensando en Estela de Carlotto y en Taty Almeida, también en Hebe, en esas mujeres de hierro que dieron su la vida para honrar la memoria de la vida de sus hijos, nuestros 30000, y pienso que no fue finalmente un «Nunca Más» sino un «En un tiempo volvemos».

A cuarenta escasos años del regreso de la democracia, darse cuenta de que los pactos sociales no se saldan ni se cristalizan para siempre…»esta reconstrucción nacional» que propone el ya presidente de la Argentina, se parece mucho al proceso de reorganización nacional que reivindica su vicepresidenta.

Qué inmenso error el de considerar que con un afianzamiento exclusivamente cultural de los pactos sociales fuera suficiente. El no haber considerado la creación de un verdadero corpus normativo-legal explicitado contra el retorno de los genocidas y sus cómplices, es una cuestión central para reflexionar. Evidentemente los juicios en marcha y el gran camino realizado por los organismos, no blindaron efectivamente a los reivindicadores de la dictadura. La emergencia de Villarruel en la díada de gobierno, es una cruel demostración de la insuficiencia de no disponer de una protección normativo-legal que dote de inmunidad al estado de su acceso al poder y de este retorno fascista.

La resistencia y la lucha serán a partir de hoy y como lo fue antes, el núcleo de los pasos venideros de esta cuesta abajo donde rodamos hoy, de «esta copa de dolor».

Parafraseando el tango, «Si hubo flojos o si fueron ciegos, será menester del conjunto de la sociedad, desde el vivenciar de las consecuencias fácticas de las políticas que implemente este gobierno, mostrar el valor que representa el coraje de querer y valorar lo que supimos conseguir.

*Psicoanalista y politóloga (UBA)

Fuente:ElOrtiba

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