Organismos de Derechos Humanos de Santa Fe repudian el negacionismo de
Victoria Villarruel
Luego de los dichos
de la candidata a vicepresidenta de la Nación por La Libertad Avanza, Victoria
Villarruel, durante el debate con Agustín Rossi- donde nuevamente defendió a
genocidas y negó los crímenes de lesa humanidad- Familiares de Desaparecidos y
Detenidos por Razones Políticas de Santa Fe expresaron su repudio a las
"expresiones negacionistas, apologistas del terrorismo de Estado y
antidemocráticas".
09 DE NOVIEMBRE DE
2023
La integrante del espacio libertario volvió a defender a genocidas y a negar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Durante el debate entre los candidatos a vicepresidentes de la Nación, Agustín Rossi (Unión por la Patria –UxP) y Victoria Villarruel (La Libertad Avanza), la integrante del espacio libertario volvió a defender a genocidas y a negar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar. Además, intentó limpiar uno de los nombres más oscuros de esa época: Juan Daniel Amelong.
A raíz de las manifestaciones de Villarruel, los organismos de Derechos Humanos salieron a expresar su repudio. Mediante un comunicado titulado No a la vuelta de la Impunidad, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Santa Fe pronunciaron su “más enérgico repudio a estas expresiones negacionistas, apologistas del terrorismo de Estado y antidemocráticas”.
“Anoche-precisaron- en el debate entre candidatos a vicepresidentes, Victoria Villarruel, la compañera de fórmula de Milei, volvió con el pedido de libertad a los genocidas condenados”, y explicaron: “Entre ellos a Juan Daniel Amelong, Jefe de la Inteligencia Militar de Rosario, que envió a la tortura y a la muerte a centenares de militantes secuestrados. Entre ellos a los ocho que se encontraron enterrados en el campo militar San Pedro y todos los que aún falta hallar en ese lugar. Y que él además sabe dónde están enterrados y ni siquiera es capaz de dar esa información”.
El organismo sostuvo que los dichos de Villarruel “solo buscan que los genocidas vuelvan a caminar por nuestras calles, y así tener las manos libres y al pueblo inerme para volver a perpetrar un nuevo genocidio”.
Este miércoles, durante el debate con Rossi, Villarruel presentó a un represor condenado en reiteradas oportunidades como una “víctima del terrorismo”. Además, la diputada no quiso responder si buscará liberar a genocidas.
“Me parece que es importante, más allá de tu pregunta, que reconozcamos que acá hubo víctimas del terrorismo que no tienen derechos humanos. Muchas de esas personas también están hoy detenidas. Por ejemplo, (Juan Daniel) Amelong es una persona cuyo padre fue asesinado por Montoneros en democracia en la ciudad de Rosario, ciudad que vos conocés muy bien”, dijo Villarruel.
Amelong –a quien Villarruel presenta como una víctima– es un represor que tiene cinco condenas: tres de ellas, a prisión perpetua. Entre septiembre de 1974 y febrero de 1976, fue parte del Batallón de Ingenieros de Construcciones de Santo Tomé. En octubre de 1975, estuvo en el Operativo Independencia de Tucumán –la antesala del genocidio que se implementaría a nivel nacional a partir del 24 de marzo de 1976. Una coincidencia es que el padre de Villarruel también fue enviado a Tucumán, aunque tiempo después. La diputada –que suele hablar de su padre como un héroe de Malvinas– omite que su progenitor se jactaba de haber combatido a la “subversión” tanto en el ámbito urbano como rural.
Después del golpe, Amelong figura dentro de los listados de oficiales del Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario. Era uno de los miembros más activos de la patota de Pascual Guerrieri. Tal era su compromiso con la represión que puso a disposición de la causa una casaquinta de su familia, La intermedia, para que se usara como centro clandestino de detención, tortura y exterminio.
Amelong nunca ocultó su cruzada represiva. “He participado consciente de la guerra contra la subversión y puedo hoy sostener, con absoluta convicción, que me siento tranquilo y honrado por haber cumplido con mi deber, ejecutando desde mi puesto de combate, con todas las órdenes y directivas de mi superioridad encaminadas al aniquilamiento y derrota de los enemigos que, disputando al Estado el monopolio de la fuerza, aislaron a toda la sociedad provocando una trágica confrontación”, escribió en 1987.
El nombre de Amelong había estado circulando antes del debate. El diputado nacional Eduardo Toniolli escribió en la red X (ex Twitter) que se había enterado de que Villarruel visitaba a Amelong en la cárcel. Este represor había estado directamente vinculado a la desaparición de su padre, Eduardo José Toniolli. Secuestrado en febrero de 1977 en Córdoba, primero fue llevado a La Perla –donde lo sometieron a feroces torturas– y después fue trasladado a Rosario, de donde era oriundo. La información recogida por la justicia indica que Toniolli padre fue asesinado en La Intermedia, la quinta que pertenecía a Amelong.
“No quiero personalizar la discusión. Es grave e inédito que alguien que tiene posibilidad de convertirse en la vicepresidenta de Argentina tenga un discurso reivindicativo de la última dictadura. En Argentina nunca había pasado. Ahora, hay una vuelta de tuerca”, dijo a el diputado Toniolli a medios nacionales.
De victimarios a víctimas
Villarruel preside el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que se creó en 2006 –cuando se reanudaron los juicios a los genocidas. El Celtyv es una rama de la Asociación Unidad Argentina (Aunar), fundada por Fernando Exequiel Verplaetsen, el exjefe de Inteligencia de Campo de Mayo que siempre reivindicó la represión.
El Celtyv llegó para ocupar el lugar que había dejado vacío Familiares y Amigos de Muertos por la Subversión (FAMUS) –una organización ideada por los generales de la dictadura para contrarrestar a Madres de Plaza de Mayo y que se desactivó en 1991 tras el dictado de los indultos de Carlos Menem.
La socióloga Valentina Salvi, que hace tiempo investiga las memorias militares, propone historizar el proceso. “Si en los años ‘80 lo que se buscaba era evitar que los perpetradores fueran a juicio y que los reconocieran como salvadores y combatientes; ahora lo que se pretende es ponerlos en el lugar de víctimas”, explica. Ésa es la operación que intentó Villarruel en el debate vicepresidencial y eligió, nada más y nada menos, que a un “cruzado” de la dictadura.
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