Juan Nobile antropólogo, docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y miembro del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), trabaja identificando cuerpos. A lo que era un NN le da identidad: nombre, apellido, una historia, una familia. Y además hace un aporte fundamental: la evidencia científica de que en los '70 no hubo enfrentamientos ni una guerra, sino un plan sistemático de desaparición, tortura y muerte.

En octubre de este año, participó del hallazgo e identificación de la estudiante de Medicina Mónica Cristina Woelflin, desaparecida en 1977 durante la última dictadura, cuyos restos estaban en el cementerio La Piedad de Rosario, donde ya se identificaron 19 cuerpos. Nóbile recibió a Rosarioplus.com y habló del proceso de identificación y de la burocracia de la muerte que funcionó durante la dictadura cívico-militar. “No se puede relativizar o negar la existencia de un plan sistemático del terrorismo de estado”, apunta. 


NO MÁS AGROTÓXICOS

En un fallo histórico, Sastre deja de ser “un pueblo fumigado”

La Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Santa Fe falló a favor de los vecinos autoconvocados de Sastre y resolvió delimitar una zona de exclusión de 1000 metros alrededor del pueblo para la aplicación de agroquímicos. Con este fallo histórico, deja de ser “un pueblo fumigado” y se convierte en el primero de toda la provincia en lograr esta distancia preventiva y el segundo en el país (el primero es Pergamino, en la provincia de Buenos Aires).

Esta semana, la CSJ avaló una sentencia de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Laboral de Rafaela, que deja firme el fallo de 1ra. instancia ante el pedido de nulidad realizado por la Municipalidad de Sastre y que fue rechazado, quedando así firme la sentencia que delimita una zona de exclusión de 1.000 metros alrededor de la localidad, donde no se pueden aplicar ningún tipo de agrotóxicos.

La Multisectorial Paren de Fumigarnos Santa Fe explicó a través de un comunicado que “Sastre es parte del núcleo de producción extensiva de soja, maíz y trigo” y que, con este fallo histórico, Sastre y Ortiz, cabecera del Departamento San Martin, dejará de ser “un pueblo fumigado”. En tanto, el reclamo comenzó en 2018 tras el caso de una nena de dos años que presentó un linfoma cuyas causas posibles eran factores ambientales. 

“Valoramos el fallo pero también debemos reflexionar que sólo se protege a una de las 365 localidades de nuestra provincia. El Poder Judicial no debe reemplazar al Poder Legislativo”, sostuvieron.

“La ley de agrotóxicos que rige en Santa Fe es de 1995, cuando todavía no existía la soja como la conocemos hoy. Por lo tanto, no contempla los problemas que genera este modelo de soja basado en químicos”, advirtió en Si989 Carlos Manessi, integrante de Paren de Fumigarnos. Al respecto, sostuvo que la Multisectorial presentará una vez más el proyecto de modificación para lograr de una vez por todas su sanción.


GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL

Érika Gonnet: "Hay que interceptar cuando alguien niega, minimiza y desvaloriza el Ambiente"

La Ministra de Medio Ambiente de Santa Fe dialogó con Rosarioplus.com y se refirió a los avances y desafíos de su gestión, a pocas semanas de que finalice. Celebró la puesta en funcionamiento del Parque Nacional Islas de Santa Fe y apuntó a la crisis climática que atraviesa la provincia (y el mundo). "Indudablemente estamos en un punto de inflexión donde todos los procesos productivos tienen que cambiar", sostuvo. También marcó su preocupación frente al avance del negacionismo climático, representado sobre todo por la fórmula presidencial de Javier Milei y Victoria Villarruel.

La Ministra de Medio Ambiente de la provincia, Érika Gonnet dice, entre risas, que en cada reunión del Consejo Federal de Medio Ambiente, los y las funcionarias se juntan a hacer catarsis. Pareciera que en cada provincia del país, el trabajo de las políticas públicas medioambientales es igual: cuesta arriba, difícil, casi desde cero. Pareciera también que de a poco, entre catarsis, decisiones y nuevas planificaciones, el panorama cambia. Gonnet lleva cuatro años en gestión medioambiental y dice que de a poco el escenario se modifica. Hay cada vez más ministerios, más decisiones políticas. “Lo van poniendo en otro lugar hasta llegar a tener la importancia que tiene que tener”, considera. 

En la semana que se celebraron los Parques Nacionales, y a pocos días de haber firmado un acuerdo contra el negacionismo climático, la Ministra dialogó con Rosarioplus.com. Hizo un balance de su gestión, celebró la puesta en funcionamiento del Parque Nacional Islas de Santa Fe y se refirió a la crisis climática que atraviesa Santa Fe (y el mundo). Sostuvo que su gestión arrancó de cero y que a pocas semanas de cambiar el mando, hay una base sobre la cual seguir haciendo. “Creo que dejamos bases consolidadas que van a facilitar que se generen otras. Obviamente que nos falta un montón, pero creo que también hay que pararse y decir que hay una base, una normativa, no importa quién la hizo. Fue, finalmente, el Estado el que armó un protocolo, abrió el Parque Nacional o hizo una denuncia penal”.  

En paralelo, sin embargo, el negacionismo medioambiental avanza con una fórmula presidencial, la que encabezan Javier Milei y Victoria Villarruel. En ese marco, Gonnet asegura que es fundamental que todas las fuerzas políticas, organizaciones y fundaciones medioambientales, se pronuncien al respecto. “Hay que interceptar cuando alguien tan livianamente, tan livianamente habla ante todo un país niega, minimiza y desvaloriza el Ambiente. No puede ser que hoy tan livianamente salga a hablar de que el cambio climático no existe. Es preocupante”.  

Érika Gonnet: "Hay que interceptar cuando alguien niega, minimiza y desvaloriza el Ambiente"
Érika Gonnet: "Hay que interceptar cuando alguien niega, minimiza y desvaloriza el Ambiente"

- ¿Cómo fue la puesta a punto del Parque Nacional en las Islas del Paraná? 

Fue uno de los desafíos más grandes que tuvimos en la gestión, porque lo pusimos en funcionamiento y en valor cuando en esa zona teníamos incendios. La provincia en ese momento presentó el programa Regenera Santa Fe y uno de sus ejes estratégicos era justamente poner en funcionamiento, en valor y aumentar la superficie de ese parque nacional que hasta ese momento era de papel. Había sido creado en el 2010 y no había absolutamente nada: no había gobernanza, ni guardaparques, nada. Por lo cual, hoy  culminando la gestión, podemos estar contando que el Parque está funcionando.

- ¿Cómo es ese funcionamiento?

El Parque Nacional Islas de Santa Fe tiene una apertura paulatina, experimental, porque es el único Parque Nacional del país que es completamente insular, por lo cual tiene que tener una logística aislada. Son 45 minutos en lancha desde Puerto Gaboto. Allí se encuentran los senderos, hay una zona donde la gente puede parar, puede recorrerlos, están los guardaparques. Tiene más de 13 guardaparques y brigadistas fijos. También se agregó a esta zona todo lo que tiene que ver con energías renovables, paneles solares y.se empezaron a hacer algunas visitas, primero con algunas organizaciones ambientales y algunas fundaciones, y después se abrió experimentalmente. En estas vacaciones de invierno pasaron alrededor de 200 personas. Este lugar no solamente habla de la conservación y la preservación de un espacio, sino que también es una marca registrada que genera también otros desarrollos alrededor suyo. Los parques son generadores de oportunidades. Sabemos que esta puesta en funcionamiento del Parque Nacional Islas de Santa Fe, proyectarlo, aumentar su superficie, va a ser un hito importante en la provincia. 

- ¿Qué aprendiste en estos cuatro años de gestión de política medioambiental? 

Primero, la riqueza y la belleza inigualable que tiene nuestra provincia. Santa Fe tiene lugares magníficos y gente magnífica que convive en estos territorios. A veces, cuando hablamos de ese factor antrópico que ha dañado, nos olvidamos que tenemos también en muchos ámbitos un espacio totalmente cuidado y preservado donde está integrada nuestra gente. Aprendí a apreciar y valorar lo que tenemos como provincia en una gestión que estuvo muy atravesada con el ambiente. Nosotros lo tomamos como una oportunidad para generar muchas políticas públicas, pero también para hablar de la crisis climática en nuestra provincia, que muchos sectores todavía niegan. Santa Fe tuvo emergencias relacionadas a la crisis climática: por la bajante del río, por la sequía, por los focos ígneos. Todas emergencias cuyo denominador común es la crisis climática. Imagínate lo que nosotros tenemos en nuestro territorio santafesino, ni hablar en nuestro país, para mitigar y adaptar nuestros territorios en ese sentido, primero para cuidarlo, segundo para ponerlo en valor. Parece que lo ambiental es una mala noticia o que lo ambiental siempre se tiene que enfrentar a lo productivo. Bueno, yo creo que esas son las cosas que hay que trabajar para cambiarlas. No se pueden hacer de un día para otro, pero creo que hay que trabajar para cambiarlas.  

- También parece que lo ambiental está relacionado siempre a una tragedia 

Sí, pero es todo lo contrario. Es vida. Entonces creo que en realidad, en el medio de ese juego de palabras hay una gran responsabilidad y un gran trabajo. Hay que educarse, hay que aprender, hay que concientizar. Y si bien yo entiendo que hay diferentes niveles de responsabilidades, esto lo hacemos entre todos, no hay manera de que se haga desde un solo lugar. No se puede hablar de ambiente desde una sola perspectiva. Por suerte las generaciones más jóvenes lo tienen mucho más incorporado, no solamente desde el reclamo, sino que se involucran cada vez más cotidianamente. En mi caso, la responsabilidad es ir marcando normativa, dejando bases para seguir avanzando.

- ¿Por qué te parece que la política, la economía, las medidas y las decisiones que se tomen desde la producción, la tecnología y en todo sentido, tienen que estar atravesadas por una perspectiva medioambiental?

Los extremos nunca son buenos. En cualquier ámbito de la vida. Nosotros estamos en una provincia que es fuertemente productiva, pero también estamos en una provincia que vivió los impactos de una crisis que estamos atravesando. ¿Santa Fe es responsable del calentamiento global? Seguramente no. Tampoco es la que hace que hoy tengamos estas temperaturas ni estas crecientes. Seguramente nosotros no somos responsables ni fuimos responsables. Pero indudablemente estamos en un punto de inflexión donde todos los procesos productivos tienen que cambiar. Decir eso no es enfrentarme a nadie ni nada. Sino entender que esto se relaciona sí o sí con lo económico y lo social. ¿No tuvo impacto la sequía en nuestra economía? ¿Y el impacto que tuvo a nivel nacional? ¿Quién puede negar eso? Como no se niega eso, no podemos negar que hay que invertir, que hay que ir cambiando de procesos. La conciencia no se hace desde el enfrentamiento. Todos tenemos que ir aprendiendo y los que saben un poco más tienen que ser generosos con su saber. El problema es que además está el negacionismo. Y frente a eso, también se tiene que hablar de ambiente desde el punto de vista judicial. Ya no es más que “no pasa nada”. Sí pasa. Y si no lo entendes desde el punto de vista que lo tenés que entender, que es que no se pueden seguir haciendo, lo vas a entender desde el punto de vista judicial. Falta mucho. Lo que no hay que hacer es no mirar lo que está pasando porque los impactos son muy importantes. La  vulnerabilidad es muy importante.   

- ¿El Poder Judicial acompaña? 

Mirá, a mí me tocó trabajar muy de cerca con la Justicia cuando fue el tema de los incendios. Todos saben y recuerdan lo que fue en su momento la intervención del Juzgado Federal, de la Corte Suprema de Justicia, etcétera, etcétera, etcétera. Cuando apareció el juzgado en Victoria trabajamos muy de cerca, aportando muchísimas fojas que sabemos que contribuyeron muchísimo a las causas. Y qué bueno que terminó con gente detenida, con algunas causas iniciadas. Creo que fueron posibilidades para mostrar que hay herramientas para localizar y hacer un seguimiento a lo largo del año, a lo largo de los años, de los incendios. Pudimos decir: “Bueno, hace cinco años que en este cuadrante se quema. anda, buscá al dueño de este campo, pregúntale por qué”. Son herramientas que aportamos para que la Justicia haga su trabajo. Eso se sumó a tecnología que nos brindó el inicio de una operación, como son los faros de conservación . Hoy que están colocados.  Y tenemos monitoreo permanente de eso, la verdad que es una alerta temprana importante. Es una herramienta que contribuyó a ordenar. En su momento, no había una manguera, ni una estrategia, no había un protocolo, mucho menos financiamiento. Nación tuvo que traer de vuelta el Sistema Nacional de Manejo de Fuego y financiarlo. Todo eso tuvo que pasar mientras sucedían los incendios. Había muchas deudas pendientes en este tema. Por lo cual hoy uno sabe que deja una gestión en ese sentido más ordenada.

- Pasadas las quemas y la sequía, estamos atravesando un panorama completamente distinto. ¿Las lluvias van a traer alguna complicación? ¿Estamos preparados para esta crecida de los ríos?

Hay una mesa que conduce el Ministerio de Infraestructura a través de la Secretaría de Asuntos Hídricos de la que forma parte, entre otros, Protección Civil. Ellos vienen monitoreando desde hace tiempo, vienen trabajando y presentando diferentes trabajos en diferentes puntos de agua, haciendo limpieza, previniendo de alguna manera lo que se está viendo. Este fenómeno del Niño ha comenzado con precipitaciones todavía normales, pero sabemos que pueden superar la media normal. Se abrieron las represas y eso hace que las mediciones diarias que tenemos con los pronósticos vayan cambiando, ¿se entiende? Hay que estar atento. Es crudo a veces decirlo, pero esto es lo que pasa en una crisis climática. Pasamos de un extremo a otro sin escala. Es raro que alguien pueda mirar para otro lado. Puede costar más o menos hablar del ambiente, pero es eso. Cuando hablamos de crisis climáticas es raro mirar para otro lado. No se puede. Lo tenemos a la vista. Nos toca, nos atraviesa.

- ¿Qué pensas de que una de las fórmulas presidenciales que va al balotaje niega esta crisis climática? 

Si hace un tiempo hablábamos  de que alguien iba a aparecer y decir que se podían vender órganos o que niegue los procesos que hubo en la historia de nuestro país, hubiéramos dicho que ni pensado. Es un perfil de un sector que niega algo que tiene un respaldo científico. Negar el cambio climático es, en este caso negar todas las cuestiones ambientales. Obviamente que me genera un rechazo. Todos deberíamos alzar la voz como ha pasado frente a cada uno de los discursos negacionistas que ha tenido. El Consejo Federal de Medio Ambiente publicó una resolución pidiendo, exigiendo y rechazando esa postura negacionista del cambio climático, que se pretenda dar una valorización monetaria a los recursos naturales y pidiendo que garantice la institucionalidad ambiental que se vino generando y construyendo a lo largo de todo este tiempo con las provincias y la nación, poniendo en valor todas las organizaciones de la sociedad y la sociedad civil. Esto lo firmamos provincias de distinto signo político y creo que algo similar se tiene que hacer desde otros lugares, ¿no? Quienes levantan la voz permanentemente por el ambiente tienen que salir a hablar de esto. Si lo digo yo, parece que lo digo sólo porque apoyo a un candidato a presidente como Sergio Massa. Le quita valor. Creo que hay que alzar la voz en esos lugares que deberían estar muy pero muy preocupados ante este tipo de dichos. Yo creo que hay que interceptar cuando alguien tan livianamente, tan livianamente habla ante todo un país niega, minimiza y desvaloriza el Ambiente. No puede ser que hoy tan livianamente salga a hablar de que el cambio climático no existe . Es preocupante.  

Fuente:RosarioPlus


Cerca de resolver situación judicial

La fábrica rosarina que valía millones de dólares y terminó con las máquinas rematadas como chatarra

El empresario argentino que compró la fábrica de aros de pistón Mahle, en 2010, reclama millonario resarcimiento y denuncia una maniobra para perjudicar la producción nacional y potenciar negocio de importación

11 de noviembre de 2023

En los próximos meses, la Justicia, tanto provincial como federal, empezará a resolver la situación de la ex Mahle, la fábrica rosarina de aros que en 2009 valía millones de dólares y terminó con sus máquinas rematadas como chatarra y abandonadas en un predio a la vera de la Circunvalación. La empresa que adquirió la planta en 2010, de capitales argentinos y brasileños, reclamó un resarcimiento de entre 6 y 15 millones de dólares, y denunció penalmente a dos ejecutivos de la multinacional alemana, Salvador Fornieles e Ivan Piacenzotto, por retener y permitir que se vandalizaran los bienes de la empresa.

Durante más de una década se desarrolló en Rosario una historia de violencia económica que vuelve a contradecir a los manuales del liberalismo rancio que por estos días quiere volver a conducir el país. En los últimos siete de esos trece años, el poder y la impunidad de una multinacional que da empleo a 72.000 personas en todo el mundo se enfrentó a un empresario argentino para dirimir una disputa en los tribunales de Rosario y de la Capital Federal. El trasfondo de todo este proceso fue la intención de la empresa de dar de baja a la producción en Argentina para favorecer un negocio basado en la importación, objetivo que le valió las demandas judiciales que están a punto de resolverse.

Todo el proceso se inició en 2009, cuando la empresa alemana controlante de la industria que había fundado el rosarino Esteban Daneri decidió trasladar la planta a Brasil, tras un conflicto con sus 550 empleados, a quienes despidió e indemnizó.

Por decisión del gobierno nacional, Mahle no pudo trasladar en aquel momento su planta a Brasil, como pretendía, y la vendió a un empresario argentino, Jorge Basualdo, que fabricaba aros en Capital Federal desde 1978, y a sus socios brasileños.

Basualdo y sus socios invirtieron 2 millones de dólares para poner en marcha la planta y obtuvieron un crédito del Banco Nación por un millón. El monto de la compra fue de 3.400.000 dólares. La nueva empresa se comprometió a recuperar parte de los puestos de trabajo que se habían perdido y llegó a tener más de 100 de ellos operativos.

Los primeros tiempos fueron muy buenos para Aros Kim SA, con ventas cercanas a los 4 millones de dólares anuales. “No hay muchas fábricas que se pongan en marcha y en el primer año facturen 4 millones de dólares. Para nosotros fue un éxito”, resumió el empresario argentino.

Pero desde 2014, devaluación mediante, las cosas se complicaron y empezaron los atrasos con la deuda que exigía la multinacional alemana. Todo se complicó aún más cuando en 2016 asumió la presidencia del país Mauricio Macri y las facturas de la energía se multiplicaron por diez, además del aluvión de importaciones que tuvieron que soportar.

En ese marco, Basualdo y sus socios brasileños decidieron presentarse en concurso de acreedores, en 2016, para regularizar principalmente la deuda que todavía tenían con la multinacional alemana. El acuerdo alcanzado en el concurso era bueno y contemplaba pagos a 15 años, con dos años de gracia. La empresa planeaba mudarse a un predio de menor extensión, donde iniciaría una nueva etapa.

Como un requisito para poder homologar el concurso, y tras un pedido de desalojo avalado por el juez, Basualdo devolvió, por lo que entendía que sería un corto plazo, las instalaciones de la empresa a su dueño original. Pero nunca más recuperó las instalaciones y tampoco las máquinas, que con el tiempo fueron vandalizadas y robadas, sin que él pudiera intervenir para evitarlo.

Para Basualdo fue un error del proceso otorgar el desalojo a una empresa en pleno concurso, pero aceptó porque pensaban mudarse rápidamente a un edificio de 4.000 metros cuadrados, frente a la planta ubicada en la zona oeste de la ciudad. “Con esto proponíamos a Mahle que nos aprobara el concurso y entregamos el edificio. Ellos firmaron el convenio como depositarios, que se homologó en sede judicial del desalojo, pero no cumplieron”, explicó.

Como Basualdo no pudo cumplir con las condiciones del concurso, fundamentalmente porque nunca pudo recuperar las máquinas, la empresa Mahle pidió la quiebra y la Justicia falló a su favor. Tras esa medida, las máquinas fueron rematadas por 30.000 dólares, cuando la empresa en 2010 había sido vendida por más de 3 millones de dólares y las 150 máquinas que tenían valían muy por encima de esa cifra.

Basualdo a esa altura ya había iniciado una demanda en la Justicia provincial contra los directivos de Mahle por “retención indebida de bienes” y otra en el marco de la quiebra, que se tramita en la Justicia porteña, por un monto que va desde los 6 a los 15 millones de dólares, por la destrucción de las máquinas. El empresario argentino espera por estos días que se inicie el juicio oral en Santa Fe (la fecha anunciada es el 22 de abril de 2024) y que el juez de la quiebra tome una decisión en cuanto al resarcimiento económico.

El concurso, luego quiebra, se tramita en el Juzgado Civil y Comercial N°2 de la ciudad de Buenos Aires, a cargo de Fernando Pennaca. En el incidente 18 de ese expediente, Basualdo reclama el cobro por daños por 6 millones de dólares, aunque esa cifra podría trepar a 15 millones cuando finalicen los peritajes. La causa está próxima a cerrar y pasar a sentencia.

Al mismo tiempo, en los tribunales provinciales hay una causa penal por retención indebida de bienes (defraudación), que lleva adelante el juez Hernán Postma. Los dos funcionarios de Mahle imputados fueron derivados a juicio oral, lo que fue apelado y confirmado por la Corte provincial.

“La Justicia los imputó, ellos se defendieron. Fuimos a cuatro audiencias, pidieron tres de Cámara y perdieron en todas. Apelaron a la Corte, que dijo que tanto lo que resolvió el juez de primera instancia como la Cámara era correcto y que ésto se debería dirimir en un juicio oral. Los funcionarios no pueden salir del país”, explicó Basualdo.

“Hubo mil resoluciones, pero Mahle no me dejaba entrar. Al mismo tiempo iban pasando los dos años de gracia que teníamos para pagar. En abril de 2019 hicimos una presentación judicial para poder rescatar los bienes. Pero recién tuvimos una resolución favorable en diciembre de 2020. Y pudimos ingresar a la planta el 2 de marzo de 2021. En ese período de dos años tuvimos cuatro o cinco ingresos, donde observé que las máquinas habían sido vandalizadas y que ya no había stock. Quise ingresar con camiones para iniciar la mudanza, no me dejaron entrar, pero a partir de ahí ellos quedaron en mora por retención indebida de bienes”, relató Basualdo.

“Por una empresa que se vendió en 3 millones 400 mil dólares, la subasta recuperó 30.000 dólares. Las máquinas terminaron en un baldío en las afueras de Rosario, totalmente destruidas y oxidadas. Cuando los empleados vean las fotos se van a querer morir. Hubo algunas máquinas que yo logré sacar y las puse a disposición de la Justicia. En la subasta compré algunas, que no me sirven porque no las puedo poner en marcha porque no tengo la plata para hacerlo. Son máquinas que podrían llegar a ser algún día una fábrica de aros cuando pase todo ese proceso legal”, añadió Basualdo.

Trasfondo económico y político

“La idea de esta gente en 2009 era llevarse la planta a Brasil. No pudieron hacerlo porque intervino el gobierno de Cristina Kirchner y le pidió que vendan la planta para que quede en el país. Eso iba contra su proyecto y sus intereses, pero lo tuvieron que hacer. Nosotros compramos y cuando después le entregamos la planta con llave en mano con la promesa, después defraudada, de que íbamos a volver a retirar nuestros equipos, con nuestra gente, no desperdiciaron la oportunidad y permitieron dolosamente un vandalismo extremo durante meses, aprovechando para que se destruyera todo tipo de equipamiento, matrices, sistemas, a los efectos de que nunca más vuelva a haber una fábrica de aros en Argentina”, relató Basualdo a El Ciudadano. Y agregó en relación al objetivo de la maniobra: “El beneficio que les queda para ellos es ser dueños de más del 60 por ciento del mercado, trayendo los aros de importación a través de su empresa Mahle, madre de las que tienen acá en Argentina, facturando más de 10, 12 millones de dólares por año, con una ganancia neta que supera los 3 o 4 millones de dólares. Por eso destruir la planta era el gran objetivo y lo cumplieron a rajatabla”.

 

Una empresa con historia

La crisis de Mahle se generó en 2009 por un enfrentamiento de la multinacional con sus empleados, que terminó con 550 despidos y la intención de la empresa de mudar su planta a Brasil. En 2007, Mahle le había comprado la empresa al grupo Dana Corporation, que quebró en 2006 y, a su vez, le había adquirido el 100% de las acciones a Esteban Daneri, un empresario rosarino que empezó a fabricar aros en la década del 30 y fue quien desarrolló la empresa en una superficie de más de 10.000 metros cuadrados, de Avenida Perón al 5600.

En la década del 50, Daneri logró el asesoramiento técnico de The Perfect Circle (Indiana), el mayor fabricante de aros del mundo, a quien le reconoció una regalía durante diez años, consistente en el 5% del total de las ventas de aros, con una garantía de un mínimo anual de 10.000 dólares. A cambio, la firma norteamericana cedía la licencia, prestaba asistencia técnica y enviaba ingenieros para evaluar la calidad de la producción y sugerir mejoras. En 1956 adquirió la planta en la que funcionó hasta 2016.


Barrio Sarmiento

La enorme fábrica de telas que estaba en zona norte y que muchos aún hoy recuerdan

Se trata de Estexa, en el predio donde hoy se encuentra el shopping El Portal. Funcionó desde 1949 hasta 1991. Llegó a emplear a unos 2000 mil trabajadores. La historia del lugar y algunos testimonios que narran experiencias de familiares

11 de noviembre de 2023 | Ana Cecilia Berdicever


¿Una ciudad perdida? Muchos edificios de Rosario ya no están físicamente, pero sobreviven, y con ellos parte de la historia de la urbe, en diferentes archivos: libros, museos,  publicaciones en las distintas redes sociales y el testimonio de familiares de quienes los transitaron. Uno de los tantos ejemplos es la fábrica textil Estexa (Establecimientos Textiles Sociedad Anónima). Estaba ubicada donde hoy los rosarinos y turistas pueden pasear por el shopping Portal Rosario. Funcionó desde 1949 a 1991 y ocupaba el predio delimitado por las calles Víctor Mercante, Nansen y el arroyo Ludueña. Sus instalaciones estaban rodeadas de fuertes rejas.


Fábrica Estexa – Archivo Fotográfico Museo de la Ciudad

 

El historiador y docente Eduardo Guida Bria contó a El Ciudadano  que Estexa, edificio construido por la Empresa Candía y Cía, llegó a emplear cerca de 2000 empleados, entre operarios y administrativos. Producía un millón doscientos mil metros de tela al año. 



“Los terrenos donde se asienta luego Estexa pertenecían a un acaudalado empresario, Alfredo Rouillón. El iniciador de la empresa fue el italiano Julio Riva junto a otros inversores rosarinos. El personal era mayoritariamente del sexo femenino. Fue una pujante empresa textil que vendía en toda América Latina y en algunas oportunidades exportó a Italia y Francia. Con el correr de los años y los avatares de la economía argentina, comenzó a declinar con el ingreso de productos importados”, relató. 


En 1984 se hizo cargo Koner Salgado, pero no permaneció mucho tiempo y en 1990 se crea la firma Mixcell S.A., conformado por empresarios y empleados de Estexa. No fue una experiencia exitosa, y en 1991 cerró definitivamente sus puertas. El predio se vendió al grupo Cencosud, las máquinas fueron rematadas y en 1999 se demolieron las edificaciones de la empresa. Cinco años después, se inauguraba la mole del shopping El Portal.

 


Disponía de varias marcas reconocidas a nivel nacional, como Mixcell y Firmetex, entre otras.


Guida Bria explicó que por la calle Víctor Mercante, en barrio Sorrento, hoy conocido por barrio Sarmiento, se ubicaba un local donde se vendían telas y retazos al público en general. Era “La Saldería”. Las últimas ventas al público se realizaron en otro local, por avenida Portugal, en 1989.


Durante el Mundial de Fútbol de 1978 se dispuso que se regalaran banderas argentinas para alentar al seleccionado. Largas colas se formaron en las inmediaciones de la fábrica para retirar el obsequio.

En el auge de Estexa se creó una guardería para hijos de las operarias que trabajaban allí. El horario era de 14 a 22 y tenían juguetes de todo tipo y cunitas para que duerman la siesta. Ofrecían meriendas y cenas dependiendo el turno de trabajo.


Familiares que recuerdan con cariño y nostalgia

Silvia contó que su papá Guillermo Ferrer trabajó 28 años en Estexa. “De 1952 a 1980, y llegó a ser jefe de Intendencia”, explicó. Recordó que Guillermo recibió 25 acciones de la firma como premio a su honradez. “Los turnos de trabajo eran rotativos y por turno completo producían un millón 200 mil metros de telas mensuales. Se utilizaban fibras de origen nacional que provenían de Santa Fe, Chaco Catamarca, Santiago del Estero y Córdoba”, contó Silvia. Y un recuerdo: “Las hermosas fiestas para Navidad que hacían para los hijos de los empleados”. Esto es lo que permanece en su memoria: “Nos daban sándwiches,  gaseosas, había payasos y llegaba también Papá Noel con muchísimos regalos, desde muñecas y bicicletas hasta juegos de té, todos nos llevábamos regalos y la pasábamos muy bien”.

Ariel es hijo de un matrimonio de trabajadores de la fábrica. “Mi mamá trabajó hasta 1973, año en que nació mi hermano. Fueron unos 10 o 12 años de trabajo allí y mi papá estuvo en la fábrica hasta que cerró en 1991. Trabajó 20 años. Ambos en tejeduría e hilandería. Mi mamá se llamaba Ana María Delgado y mi papá, Víctor Hugo Roldán”, señaló. Y otro dato, de alguien conocido: “Mi mamá tenía como amiga y compañera en Estexa a la tía de Susana Rueda (por la concejala del socialismo)”.

 


Cristian relató con mucha nostálgica que su mamá trabajaba en tejeduría. Entró a trabajar en 1961 y cuando él nació, como era un bebé prematuro, tuvo que renunciar a su trabajo y ocuparse de él. Eso fue en 1974, cuando su madre cumplía 34 años. “Recuerdo cómo le decían al encargado: Bigotes”, reflotó de la memoria.

“Cuando se inauguró el Portal, mi mamá vino conmigo y cuando caminábamos a la altura de donde está la ferretería (Easy), ella se quedó atrás. No pasaba la puerta, y me dijo: «no puedo, estoy escuchando el ruido de las máquinas». Sentía la humedad y los ruidos del motor. La tuve que tomar del brazo para entrar, pero lo hizo llorando”, compartió Cristian, que tuvo otros familiares trabajando en Estexa, como su padrino con sus hermanas mellizas.

 Fuente:ElCiudadanoyLaRegion