El poema de Paco Urondo sobre la dictadura de 1976: "Un hombre es perseguido"
La voz
poética en medio de la represión y persecución, en un nuevo aniversario de su
nacimiento.
10 DE ENERO, 2024
Paco Urondo, nacido el 10 de enero de 1930 en Santa Fe, Argentina, fue un polifacético escritor, periodista y guionista de televisión reconocido. Su prolífica carrera incluyó nueve poemarios, dos libros de cuentos, obras de teatro, una novela y guiones cinematográficos. A los 27 años, ya era director de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral y director General de Cultura de su provincia.
La pluma vanguardista
La escritura de Urondo encapsula las influencias de su época: escueta, simple, coloquial, con temas vinculados a lo cotidiano y un creciente interés por la política. Figura relevante de la cultura argentina del siglo XX, estuvo vinculado a la vanguardia poética de la década de 1950 y al nuevo periodismo de los años 60. Su compromiso político se reflejó en su participación en diarios y semanarios, así como en su membresía en la agrupación Montoneros.
El secuestro y asesinato de Paco Urondo
La tragedia alcanzó a Paco Urondo el 17 de junio de 1976. Junto con su pareja Alicia Raboy, también periodista, su hija Ángela de tan solo 11 meses, y Renée "la Turca" Ahualli, compañera de militancia, fueron emboscados en Mendoza. Después de ser perseguidos a tiros, el auto en el que viajaban chocó. En un acto desesperado, Urondo les mintió a sus compañeras, diciéndoles que había tomado una pastilla de cianuro para que escaparan. Sin embargo, fue detenido por la patota y asesinado a golpes.
En medio de la represión y persecución de la dictadura, Paco Urondo dejó un poema que captura la desgarradora realidad de aquellos tiempos: "Por soledades". En este poema, Urondo explora la persecución de individuos, familias, organizaciones y pueblos, señalando la responsabilidad de aquellos que imponen las reglas del juego.
"Por Soledades" – Extracto del Poema
"Un hombre es perseguido, una
familia entera, una organización, un pueblo. La
responsable de esta situación no es la codicia,
sino un
comerciante con sus precios, con la imposición
de las reglas del juego. Los empresarios, la policía
con la imposición de las reglas del juego. Por eso
ese hombre, ese pueblo, esa familia, esa
organización, se
siente perseguida. Es más, comienzan
a perseguirse entre ellos, a delatarse,
a difamarse, y juntos, a su vez, se lanzan a perseguir
quimeras, a olvidarse de las legítimas,
de las costosas pero realizables aspiraciones;
marginan la penosa esperanza. Entonces
toda la familia, todo el pueblo, entra
en el nivel más alto de la persecución: la
paranoia, esa
refinada búsqueda de los
perseguidos históricos y culturales.
Y ésta
es la triste historia de los pueblos
derrotados, de las familias envilecidas
de las organizaciones inútiles, de los hombres
solitarios, la
llama que se consume sin el viento, los aires
que soplan sin amor, los amores que se marchitan
sobre la memoria del amor o sus fatuas
presunciones."
Este poema es parte de la obra "Cuentos de Batalla (1973-1976)", un testimonio lírico de la época marcada por la represión y la resistencia. La llama que se consume sin viento, los aires que soplan sin amor, y los amores que se marchitan sobre la memoria del amor son metáforas poéticas que encapsulan el sufrimiento y la desesperanza de una sociedad en crisis.
Fuente:ElDestape
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