4 de febrero de 2024

OPINION.

 


La espía que me amó

04/02/2024

Que un individuo sea liberado luego de ocho meses de prisión infundada no es una noticia tan inusual (lamentablemente, esos atropellos ocurren todo el tiempo). Menos relevante parece la noticia si se tiene en cuenta su lugar de origen: la India, y más concretamente, la ciudad de Mumbay (ex Bombay). Pero la cosa adquiere otro cariz si nos enteramos que el preso en cuestión era una paloma, y que los cargos que pesaban en su contra tenían que ver con una supuesta red de espionaje china.

 

Paloma.

 

Aunque suelen usarse como símbolo de la paz, o del Espíritu Santo, las palomas han tenido muchos otros roles e interacciones con la raza humana. Son el hobby de los colombófilos, que las explotan haciéndolas correr carreras. Fueron las emisarias de los antiguos imperios en sus guerras de conquista. Y hoy son una superpoblación que amenaza nuestros centros urbanos, defecando desde lo alto sobre los uniformes policiales. Quién sabe si las pobres no terminarán siendo -para su desgracia, por su abundancia- una fuente de proteínas alimenticias.

 

Pero la paloma negra de nuestra historia tuvo la mala suerte de aparecer en un puerto internacional de la India, munida de anillos con misteriosas inscripciones en chino, y para colmo de males, un microchip. Que los chinos se divierten espiando no es novedad, y si no, ahí está el caso de aquel globo atmosférico que fue abatido en el Atlántico luego de cruzar todos los Estados Unidos de oeste a este.

 

Por desgracia, el horno no está para bollos con la India. Ambos países mantienen un sordo conflicto. Miles de kilómetros de frontera, unos miles de hectáreas en disputa territorial (motivo por el cual ya anduvieron a los tiros) y últimamente también una guerra comercial, donde los indios pretenden reemplazar a los chinos como asentamiento para las fábricas occidentales, principalmente la Apple que fabrica los codiciados I-phones.

 

En lo que no deja de ser otro partido geopolítico, el año pasado la India superó a China y alcanzó el podio como país más poblado del mundo.

 

Policía.

 

El subinspector Ravindal Patil, policía a cargo del caso, descartó antes que nada cualquier hipótesis relativa a este último dato. La ciencia ha demostrado hasta el hartazgo que son las cigüeñas, y no las palomas, las que traen los bebés al mundo. Él, como detective experimentado (incluso en la investigación de animales) no se dejó engañar por las apariencias.

 

En su pericia supo sortear también la dificultad logística de cómo poner en práctica la detención ordenada sobre el sospechoso: lo entregó a un centro veterinario, previo extraerle los anillos y el microchip para su interpretación por los peritos de la policía bombayana.

 

El caso le representó una presión extra cuando tomó cartas en el asunto la asociación protectora de animales PETA, que demandaba la inmediata liberación -y exculpación- del detenido. Y, créase o no, no era la primera vez que las autoridades indias acusaban de espionaje a una paloma (el caso anterior se dio en la región de Cachemira, en 2014).

 

Viaje.

 

El chip resultó contener información codificada sobre locaciones, esto es, detallaba los lugares por los que había andado el bicho. La información les permitió deducir que el ave había arribado a ese puerto en alguno de los miles de barcos que atracan allí llevando y trayendo mercancías. Y el punto de partida en este viaje había sido Taiwan, que tiene sus propios conflictos con el gobierno central chino, y por ende, difícilmente colaboraría con éste en tareas de espionaje.

 

Aunque las inscripciones en chino no pudieron ser interpretadas, nada en el caso arrojaba datos sospechosos.

 

Ahora lo único pendiente parece ser quién pagará las facturas por los alimentos que la paloma detenida fue consumiendo, entusiasta, a lo largo de ocho meses. La veterinaria asegura que la policía básicamente "se olvidó" del animal. Los policías dicen que las instrucciones que tenían eran liberarla ni bien estuviera en buena salud.

 

De modo que la pobre paloma lo único que quería eran unas vacaciones, y terminó involucrada en una película de James Bond. Es de esperar que no termine, también, como protagonista de una canción de Andrés Calamaro.

 

PETRONIO

Fuente:LaArena

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