13 de septiembre de 2008

MAR DEL PLATA- IMPUNIDAD.

Represores locales: entre beneficios, hijos de la política e impunidad
Cargaron con 30 años de impunidad y hoy están al resguardo del calor hogareño bajo prisión domiciliaria a la espera de su juicio oral. En Mar del Plata funcionaron al menos trece centros clandestinos de detención por donde pasaron alrededor de 500 personas que hoy están desaparecidas. Del circuito represivo de la ciudad sólo hay 25 detenidos y un prófugo. A pesar de que un solo represor está detenido en la ciudad, la Justicia afirma que hay control sobre los hombres que superaron los 70 años y sufren los achaques de la edad. Además, dijo el magistrado que atiende la causa central, no son personas que piensen en escapar. En tanto, en Marcos Paz está alojado sólo Roberto Pertusio, quien abandonó su vivienda donde cumplía arresto después de que se hizo pública su concurrencia a las reuniones de asesoría de la Armada. El denominador común es el alto mando que tuvieron en los distintos centros de exterminio. La segunda y tercera línea, los torturadores y los integrantes de los grupos de tarea encargados de secuestros y golpizas, permanecen en libertad. Caminando por las calles de la ciudad y hasta siendo reconocidos por su tarea en la sociedad una vez que debieron reciclarse.
La causa de mayor dimensión es la 4.447, denominada Base Naval. Fue iniciada por la abogada y querellante, Gloria León, en el 2004 y ampliada en el 2006, con un listado que supera el centenar de nombres. Las pruebas se siguen sumando, pero a la fecha, se detuvieron 16. El promedio sugiere que la muerte sorprenderá impunes a muchos de ellos.
Entre noviembre del 2006 y julio de 2007 fueron detenidos los primeros ocho represores en el marco de la causa Base Naval. Menos uno, el resto está con prisión domiciliaria. Uno en Mar del Plata –Rafael Guiñazú-, dos en el Gran Buenos Aires –Mario Forbice, Juan José Lombardo-, tres en Capital Federal –Juan Carlos Malugani, Alfredo Arrillaga y Alberto Pedro Barda-, Pertusio está alojado en Marcos Paz, y Justo Alberto Ortiz disfruta de su vivienda en Merlo, San Luis y dedica sus días a alquilar cabañas. A fines de agosto fueron detenidos otros ocho represores, quienes se encuentran alojados en la alcaidía 44 de Batán –a excepción de Aldo Máspero que ya está con prisión domiciliaria- a la espera de la resolución que tome el Juez Rodolfo Padras con su situación. El criterio del magistrado es "mayores de 70 años o enfermos, a su casa". ¿Qué sucede con Narciso Ángel Racedo, quien tiene 65? A pesar de que se mantenía activo en su profesión de comerciante en Punta Alta, cuando fue arrestado, su salud y su moral se desmoronaron.
EN EL NOMBRE DEL PADRE
La última semana Pradas llamó a cada uno de los detenidos a ampliar su declaración por otras causas que atiende su Juzgado, a excepción de Barda, quien afronta en el TOF 5 de Capital Federal su primer juicio oral por la causa del Primer Cuerpo del Ejército, donde se le imputa el doble homicidio agravado por alevosía de Analía Magliaro y Jorge Candeloro. En su paso por Mar del Plata ninguno aceptó hablar.
Rafael Guiñazú fue llevado hasta el Juzgado por un patrullero de la Policía Federal y estuvo escoltado por tres uniformados. Detrás del móvil llegó con su auto particular el secretario de Gobierno de la comuna e hijo del represor, Juan Guiñazú, quien viajaba con el abogado de su padre, de apellido Velazco. Al llegar al juzgado, Rafael Guiñazú se bajó muy enérgico del patrullero e ingresó por la puerta principal, a diferencia del resto de los detenidos, quienes fueron introducidos por la puerta trasera. Al salir del edificio judicial, se introdujo rápidamente en el móvil, mientras su hijo se acercó a ver quién estaba fotografiando a su papá.
¿Quién es Rafael Alberto Guiñazú? El capitán de fragata fue subjefe de la Base Naval en 1977 y jefe Agrupación Buzos Tácticos, grupo de tareas del centro clandestino de detención en 1975, 1976 y 1978. Está acusado de 430 delitos de lesa humanidad. En democracia, fue director de la Escuela Nacional de Pesca, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Mar del Plata y en octubre del 2006 fue condecorado por sus 50 años en la Armada Argentina, sirviendo a las fuerzas. Hoy goza del arresto domiciliario en su vivienda de Garay al 200, Playa Grande.
HOGAR, LEJANO HOGAR
Justo Alberto Ignacio Ortiz fue subjefe de la Base Naval en 1976, está acusado de más de 350 delitos de lesa humanidad y su nombre –junto al teléfono de la Base- figura en el papel que el grupo de tareas dejó en una casa donde fueron a buscar a una joven que aún permanece desaparecida. Como el resto de los represores de la Marina detenidos por la causa Base Naval cumple arresto domiciliario en su casa. Pero tiene una particularidad: la dirección donde el Juzgado se encarga de realizar los controles -calle Los Pájaros- es la de un complejo de cabañas entre los cerros de Merlo, San Luis. Su emprendimiento turístico figura en la página oficial del municipio, dentro de la oferta hotelera.
(Fuente:rdendh).

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