En aquellos días de mi juventud, como los de millones de pibes de aquella época…fueron felices, duros, intensos, sufridos y algunas veces puedo decir… no del todo dichosos.
Vivíamos con nuestras familias y trabajábamos como todo el mundo. Como militantes peronistas…vimos problemas serios…y buscamos soluciones…..Veníamos de años de proscripción del Peronismo….del General Perón…de los símbolos peronistas.
Eramos los hijos de padres que habían sido bombardeados en Plaza de Mayo… los mismos que sufrieron: persecución y cárcel, la tortura y fusilamiento…
Descendientes de un gobierno popular electo por el pueblo y derrocado en Septiembre de 1955.
Éramos los que “tomábamos la posta” de nuestros mayores, que pese a ser parte de un movimiento mayoritario….era marginado. Defendíamos un pensamiento Nacional y Popular, que en Argentina expresaron a través de su historia: San Martín, Rosas, Irigoyen y Perón.
Esa continuidad histórica de Independencia, Justicia Social y Soberanía política…es la que brazábamos…Fuimos los jóvenes “que rescatamos las botellas con mensajes del naufragio”…. de nuestra historia.
Aquellos días de mi juventud pueden ser acompañados de cualquier adjetivo… pero sí hay una gran verdad…para todos aquellos que tuvimos el honor de ser militantes peronistas por querer una sociedad más justa y menos hipócrita…. fueron días dignos, y esa dignidad es y será siempre… nuestra, permanente e inalterable.
Cada uno de nosotros tiene en su memoria un particular álbum de recuerdos de aquellos días…. en que lo dimos todo, y nos parecía que dábamos muy poco….porque teníamos grabada sobre nuestra piel la frase…”Luche y vuelve”…. “La vida por Perón….” Hubo otros…..quienes desde el cómodo y cobarde escepticismo disfrutaron de un tiempo muerto al que llamaron equivocadamente también juventud.
Nosotros sí tuvimos juventud…Fue vital, rebelde, inconformista, renovadora, pragmática, porque ella se forjó en los trabajos voluntarios, en las frías noches de acción y propaganda….en la militancia, en el compromiso con el campo nacional y popular...Besamos el cielo y no hubo obstáculo capaz de quitar ese sabor dulce de nuestros labios….
Otros… desde la atroz cobardía, criticaron sin aportar nada, sin quemarse, sin jugarse, sin conocer el magnífico sentimiento de hacer lo justo y en el momento justo, encerrados en sus casas sin gloria, comiendo con la platería heredada y bebiendo del sudor de los obreros trabajadores.
Claro que cometimos errores…. Eramos autodidactas en la gran tarea que individualmente nos habíamos propuesto en un gobierno justicialista….hacer una Argentina políticamente soberana, con independencia económica y justicia social….
Metimos la pata muchas veces…pero jamás metimos la mano en los bienes del pueblo….
Otros conspiraban, nosotros alfabetizábamos….
Otros se aferraban con furia homicida a sus bienes…. nosotros permitimos que los explotados de nuestra tierra mirasen por primera vez a los ojos del patrón y le dijeran:… "has explotado, a mis padres y a mis abuelos, pero a mis hijos y a los hijos de mis hijos no los vas a explotar…..". Y esas palabras son parte de nuestro legado feliz…. de nuestra memoria feliz.
Fumábamos Particulares 30…tomábamos vino tinto…comprábamos La Opinión y El Descamisado…leíamos en nuestros ratos libres “¿Que es ser Nacional?” de Juan José Hernández Arregui, “Por que soy Peronista” de Eva Perón o “la Fuerza el derecho de las bestias” de Juan Perón…tomábamos mate amargo, mientras canturreábamos alguna canción de Daniel Viglietti, Alfredo Zitarosa, Los Olimareños o Jorge Cafrune….que hicieron suspirar nuestros jóvenes corazones…
Usábamos pantalones pata de elefante y nuestras chicas minifaldas… Y tuvimos modales propios porque una sola palabra bastaba para saber quienes éramos y qué soñábamos: hola compañera, hola compañero. Y con eso ya estaba TODO dicho… Nos trazamos metas imposibles, surrealistas…..soñábamos!!!!!!
Los que no tenían imaginación ni lugar en ese reino de lo posible, de la dicha posible… conspiraban. Hoy, treinta y dos años más tarde, algunos de los que no tuvieron el valor de jugarse, se justifican diciendo…. “He dado todo”…ocultan esa cobarde y extraña capacidad premonitoria que les permitió vaticinar el desastre y se aconsejan mutuamente mantenerse al margen…
Miserables, pobres miserables…que se perdieron la oportunidad más bella de hacer la historia…pero para hacerla más justa…Se apropiaron del bienestar y el conformismo de una Argentina desigual…Y resulta muy fácil apropiarse del bienestar, es muy apetecible…Esos mismos que ahora son los paladines de la reconciliación y de olvidar el pasado.
Supimos responder a las provocaciones con entereza y valentía… pero nunca provocamos…Nos organizábamos…Nuestro tiempo era el tiempo de los constructores…prestamos toda la atención a la mezcla que uniría los ladrillos de la gran casa Argentina, y ninguna…
¡Qué ingenuos!... a la conjura, a los golpistas agazapados que iban a secuestrarnos, asesinarnos, desaparecernos o apresarnos… porque éramos, y en mi caso… aún lo soy, hombre de honor y gran sentido del bienestar para todos, sin exclusiones…
La mayor expresión cultural de ese pueblo era su organización popular… y fuimos una expresión de ese pueblo.
Hoy existen quienes interpretan esta historia como una derrota…No entienden las razones de un hombre leal y militante que entendió que su sacrificio servía para evitar que su pueblo sufriera más humillaciones…
Honorable Tribunal Oral de la Nación: …no hay honor más grande que el haber sido compañeros de sueños y de lucha…de aquellos hombres y mujeres.
No hay orgullo mayor que la de aquellos días..,
Si nuestro intento por hacer de nuestra Patria, un país más justo, más digno y feliz de vivirla, nos hace culpables…entonces asumimos la culpa con orgullo…La cárcel, la tortura, el robo, el exilio, el no tener un país al cual volver… el dolor ¡!!!!…..
Si todo eso era el precio a pagar por nuestro esfuerzo militante de Patria grande y para todos…entonces sépase que lo hemos pagado con el orgullo de los que no renunciaron a su dignidad, de los que resistieron en los interrogatorios, de los que murieron en el exilio, de los que regresaron a luchar contra la dictadura, y enfrentarnos a estos genocidas que hoy tenemos enfrente por segunda vez…….
Pero quiero dejar algo en claro…NO SOMOS VICTIMAS.
Ni de los cobardes militares que usaron el Estado para defender los intereses foráneos, ni del destino.... ni de la ira de un Dios enloquecido… No…..Pensar en ser víctima significa que no se es responsable de los fracasos y errores propios…Y de eso me hago cargo.
Pero además, si somos consideradas víctimas y nos ven como a una víctima… se niega una parte muy importante de nuestra dignidad humana…Si se insiste con el victimismo se suprime esta capacidad…en lugar de desarrollarla. Una víctima es alguien que, sin tener oportunidad de elegir...le ha tocado la violencia.
Yo no me tengo por víctima…No soy una víctima por que he sido y soy un militante peronista y claro que tengo mucho que ver...
Fuimos protagonistas, con todo el dolor…que significó... Porque el dolor es también un hecho social y nos permite comprender lo que pasó en nuestra sociedad y entender al terrorismo de Estado que permitió que unos pocos decidan la suerte de todo el pueblo argentino.
Lejos de su objetivo, la violencia del terrorismo de Estado… no nos negó, quizás nos quitó el derecho a ser como queríamos ser… pero nos reforzó como personas. Ese Estado militar que pretendió negarnos es el mismo a través del cual, hoy nos permite reencontrarnos como parte de la sociedad, a los familiares y militantes, con ideas nuevas, con energía nueva…
Es una triple victoria que estamos aprendiendo a conseguir y a defender día a día.
No puedo dejar de pensar en las trayectorias de éstos “señores” como los que NO han querido declarar en este Juicio Oral que hoy los está juzgando por su conducta genocida.
Siguen aferrados a sus viejas ideologías, a las que ellos reverencian con pasión porque es lo único que les queda… en un mundo que los ha dejado de lado; están viejos, enfermos y acabados…odiados por una parte de ese pueblo que dicen haber defendido… y olvidados por la otra porque ya no son útiles, ni fuertes, ni productivos.
Hoy, a treinta y dos años de la cobarde traición, como soldados de la Patria, por asesinar a su propio pueblo por lo que serán juzgados con Justicia…por el recuerdo de los que faltan y nos miran desde el cielo, y con el orgullo de todo lo que hicimos…esperamos sean los grandes convocantes de lo que debemos recordar y no olvidar y nos queda por hacer…
Que la militancia peronista vuelva a ser lo que fue; comprometida, justa y solidaria. Que las palabras…Compañera y Compañero suenen como una caricia, y la enarbolemos para siempre…con orgullo.
“A los acusados en este Juicio Oral les deseo una larga vida para que tengan una larga condena…”
Francisco Alberto Ledesma.
(Fuente:Aliciaester).
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