Bussi, durante el histórico juicio que se realizó en agosto pasado en Tucumán.
En la que será finalmente la última indagatoria del año, el represor Antonio Domingo Bussi tendrá que volver el próximo jueves a Tribunales Federales. Esta vez fue citado para responder por la desaparición de Francisco Ismael Serrano Sosa. Se trata de un trabajador azucarero que fue secuestrado por las fuerzas militares en las puertas del ingenio Santa Lucía mientras esperaba al "pagador" de la fábrica en octubre de 1976, según consta en el expediente judicial. El acto procesal se realizará a las 10 en las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos del Juzgado Federal Nº 1, a cargo de Daniel Bejas. Allí, antes de ser indagado, Bussi es revisado por los médicos del Siprosa (un clínico, cardiólogo y un siquiatra), quienes verifican si está o no en condiciones de declarar. La defensa insiste en que el ex gobernador de facto está más deprimido que antes del juicio y por ende no está en condiciones de declarar ni de leer las pruebas. (nota completa)
La medida surgió tras una recomendación de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán que en un fallo del 2 de octubre pasado aconsejó a Bejas que indague por este caso a Bussi, Luciano Benjamín Menéndez, Mario Zimmermann y a González Nayar (se encuentra fallecido), quedando solo pendiente la indagatoria al ex gobernador de facto.
En tanto, los defensores públicos vienen planteando la nulidad de los actos al sostener que Bussi no está en condiciones de leer las voluminosas pruebas y por ende no puede ejercer a pleno su derecho a defensa. "Bussi tiene una depresión más grave que antes del juicio y por ello no está en condiciones de declarar", afirmó en diálogo con primerafuente Edgardo Berttini, quien acompaña a la defensora publica oficial Amalina Silvia Assaf. Según el abogado, este diagnóstico pertenece al siquiatra personal de Bussi, pero se contrarresta con el que da el especialista del Siprosa. La estrategia de la defensa apunta al desgaste que sufrió Bussi durante el histórico juicio de agosto pasado en el que fue condenado a prisión perpetua (junto a Menéndez) por los delitos de lesa humanidad cometidos contra el ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse.
En su último paso por Tribunales Federales, el jueves pasado, Bussi aseguró que no entiende de qué lo acusan después de escuchar las imputaciones en torno a la desaparición de José Díaz, mientras que deslindó su responsabilidad cuando dos días antes fue citado por el asesinato de los gremialistas de ATEP, Francisco y Arturo Arancibia, durante la madrugada negra del 24 de marzo de 1976.
En la que será finalmente la última indagatoria del año, el represor Antonio Domingo Bussi tendrá que volver el próximo jueves a Tribunales Federales. Esta vez fue citado para responder por la desaparición de Francisco Ismael Serrano Sosa. Se trata de un trabajador azucarero que fue secuestrado por las fuerzas militares en las puertas del ingenio Santa Lucía mientras esperaba al "pagador" de la fábrica en octubre de 1976, según consta en el expediente judicial. El acto procesal se realizará a las 10 en las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos del Juzgado Federal Nº 1, a cargo de Daniel Bejas. Allí, antes de ser indagado, Bussi es revisado por los médicos del Siprosa (un clínico, cardiólogo y un siquiatra), quienes verifican si está o no en condiciones de declarar. La defensa insiste en que el ex gobernador de facto está más deprimido que antes del juicio y por ende no está en condiciones de declarar ni de leer las pruebas. (nota completa)
La medida surgió tras una recomendación de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán que en un fallo del 2 de octubre pasado aconsejó a Bejas que indague por este caso a Bussi, Luciano Benjamín Menéndez, Mario Zimmermann y a González Nayar (se encuentra fallecido), quedando solo pendiente la indagatoria al ex gobernador de facto.
En tanto, los defensores públicos vienen planteando la nulidad de los actos al sostener que Bussi no está en condiciones de leer las voluminosas pruebas y por ende no puede ejercer a pleno su derecho a defensa. "Bussi tiene una depresión más grave que antes del juicio y por ello no está en condiciones de declarar", afirmó en diálogo con primerafuente Edgardo Berttini, quien acompaña a la defensora publica oficial Amalina Silvia Assaf. Según el abogado, este diagnóstico pertenece al siquiatra personal de Bussi, pero se contrarresta con el que da el especialista del Siprosa. La estrategia de la defensa apunta al desgaste que sufrió Bussi durante el histórico juicio de agosto pasado en el que fue condenado a prisión perpetua (junto a Menéndez) por los delitos de lesa humanidad cometidos contra el ex senador provincial Guillermo Vargas Aignasse.
En su último paso por Tribunales Federales, el jueves pasado, Bussi aseguró que no entiende de qué lo acusan después de escuchar las imputaciones en torno a la desaparición de José Díaz, mientras que deslindó su responsabilidad cuando dos días antes fue citado por el asesinato de los gremialistas de ATEP, Francisco y Arturo Arancibia, durante la madrugada negra del 24 de marzo de 1976.
(Fuente:Rdendh).
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