Federico Tatter. Familiares de Paraguay
Primer lock out sojero y terrateniente a Fernando Lugo
Por ahora no cierran rutas, pero están a la vera de los caminos. Esperan acopiar apoyo social y no cortar la rutas comerciales, sumar apoyo y no restárselos, que sería cortarse ingresos ellos mismos.
Algo aprendieron de los terratenientes argentinos, aunque los montos y la situación sea radicalmente diferente. Los grandes empresarios se juegan contra el cambio prometido por Lugo, se juegan por el status quo y contra toda reforma del estado que implique que el que más tiene y gana pague y pague proporcionalmente más.
Para ellos han echado a andar el libreto de la violencia en el agro productivo a manos de belicosos campesinos. Cómo inventar una confrontación a través de medios de comunicación coludidos, ejércitos privados, guardias privados, y comitivas judiciales enviadas sólo por una parte y que no investigan si son títeres de un juego de sus propios financistas, que además no investigan nada, ni ven nada alrededor.
El enigma a resolver para desovillar un plan que camina a desprestigiar abiertamente toda gestión del nuevo gobierno de Fernando Lugo, que no sea la concesión perpetua de eternos privilegios de exportación sin impuestos y exenciones impositivas permanentes, aún cuando significare ahondar una injusta concentración del ingreso en las mismas y escasas manos.
En el Paraguay se está dando lugar a una transición sin tregua.
En el Paraguay se está dando lugar a una transición sin tregua.
En el Paraguay postcolorado, luego de 61 años de hegemonía absoluta, a la nueva administración no les han dado el beneficio, tan siquiera de los muy convencionales 100 días de gobierno, que por otro lado, nadie sabe quién los inventó y a título de qué, pues cada país tiene una realidad y un ritmo muy bien diferenciado.
Y a un poder ejecutivo luego de 61 años, no se le pueden exigir cambiar toda una cultura en sólo 100 días. Tal exigencia es en realidad, el mejor deseo de fracaso y retorno a la apacible siesta conservadora y autoritaria del siglo pasado.
Y a un poder ejecutivo luego de 61 años, no se le pueden exigir cambiar toda una cultura en sólo 100 días. Tal exigencia es en realidad, el mejor deseo de fracaso y retorno a la apacible siesta conservadora y autoritaria del siglo pasado.
Y en Paraguay, el reciente 15 de agosto, no solamente a existido un cambio de mando en el poder ejecutivo, sino que se ha terminado con una larga tradición de gobierno hegemónico que construyó literalmente el estado a imagen y semejanza del partido colorado, con su caudillismo, sus funcionarios-partidarios-clientes, donde la corrupción tiene carácter sistémico y para ella está confeccionada la estructura, que no ha sido desmontada, más que algunas cabezas y establecido algunos controles un poco más exigentes. De cambios, realmente de cambios en términos de políticas de estado estratégicas, casi nada.
Hoy, Fernando Lugo debe empujar el carro con esos mismos funcionarios, y con las migajas que dejaron del presupuesto del año 2008, sobreejecutado antes y después de las elecciones hasta la entrega del 15 de agosto de 2008.
Hoy, Fernando Lugo debe empujar el carro con esos mismos funcionarios, y con las migajas que dejaron del presupuesto del año 2008, sobreejecutado antes y después de las elecciones hasta la entrega del 15 de agosto de 2008.
Y escenario pudo ser aún peor, pues aunque algunas instituciones como la banca central lograron sostener sus reservas, cada repartición estatal del viejo partido perdedor fue literalmente diezmada y destartalada, sólo con algunas excepciones poco relevantes.
La nomenclatura es la máquina de impedir y retrasar El partido colorado y los factores hegemónicos del poder económico, por tanto, siguen manejando todos los hilos del sistema, en forma casi total, el poder judicial y en forma creciente, el estómago digestivo del parlamento a través de pequeñas alianzas puntuales y pragmáticas, que más que permitirle hacer, logra que el nuevo oficialismo, no pueda hacer nada, que ya es mucho.
El status quo sigue manejando muchas relaciones fácticas internacionales, aún cuando Fernando Lugo y su inexperto gabinete apenas comienza a conocer la cara del monstruo burocrático un poco más que el umbral hacia dentro de la puerta de entrada, y manejándose con un presupuesto heredado de la anterior administración sobreejecutado, o sea, esquilmado en las elecciones y con personal supranumerario nombrado luego de haber perdido oficialmente las elecciones.
Los grandes medios de comunicación, grandes electorales y gravitantes gestores políticos, que tradicionalmente han pertenecido como uno de los brazos ejecutores del sistema y del partido hegemónico conservador, con algunos elementos díscolos o soportados, también operan en el nuevo escenario como lo venían haciendo desde su nacimiento, porque para ello fueron fundados y mantenidos, y como les gusta a esta transición conservadora, se han comportado y se siguen comportado como un partido político más de élite, que defiende los intereses particulares de sus dueños, acompañado de los intereses grupales de los sectores económicos concentrados relacionados a ellos. Más allá de ellos, el desierto. Los demás afuera, la ciudadanía está sólo para mirar y no meterse en temas de estado, y menos en temas económicos del gran empresariado rentista del Paraguay.
Queda muy claro, no obstante el enfoque y el llano discurso usado en los medios, justificando la contratación de ejércitos privados, el pago de las comitivas policiales y fiscales para realizar su trabajo, hecho que aún escribiéndolo no es cuestionado por dichos medios cuando escriben "El empresario aclaró que la pérdida de cinco millones de dólares es solamente por la no utilización de la parcela de 1.000 hectáreas (supuestamente invadida), después hay que agregar los gastos de la justicia, movilización de tropas para intentar desalojar a los campesinos, destrucción de equipos agrícolas, la contratación de guardias privadas que custodian los bienes ... El fiscal penal ... con el apoyo de efectivos policiales del departamento de Caazapá, se constituyó en el campamento de los sintierra dentro de la propiedad de la estancia Toro Blanco con el objetivo de detener a los ocupantes, pero estos, al ver la presencia de la comitiva fiscal-policial, huyeron del lugar. El fiscal relató que los campesinos se posicionaron en un bosque cercano y comenzaron a disparar contra las autoridades. Los policías respondieron a los tiros pero no quisieron entrar en el monte, porque los sintierras son muy peligrosos y tienen armas muy poderosas hasta de guerra y automáticas, señaló" (ABC, domingo 14 de diciembre de 2008), validando el contrasentido que quienes portaría armas de guerra muy probablemente no se verían forzados a huir, como efectivamente ocurrió, dejando la sospecha de simulación de enfrentamientos, en las narices fiscales, con la sospecha que son montados a los efectos de lograr impactantes escenas de prensa, donde se escuchan tiros, pero nadie sabe ni de dónde ni para qué.
En realidad, con estos montajes logran crear de la nada, una noticia, aún cuando los llamados tiros desde montes cercanos, a cargo de personas innominadas, hoy está fuertemente sospechado de los propios mercenarios contratados pudieron realizarlos para fingir la existencia de una confrontación real y la existencia de armas en los procedimientos. Todo esto nunca ha sido probado y a los efectos de crear miedo, sólo quedan en los convenientes rumores y expedientes fiscales que premeditadamente no continúan sus investigaciones, y se quedan en el show mientras las cámaras de televisión están prendidas. Lugo y la administración en una situación de crisis y recesión mundial Peor aún, el escenario internacional beneficioso a los exportadores que le tocó a Nicanor, ya se ha esfumado con la crisis mundial. Y al presidente Lugo, y su ministro de hacienda, heredado de Nicanor, le toca un inédito futuro recesivo que cambió abruptamente las perspectivas presupuestarias, de gobernabilidad y de equilibrio del status quo bajo la cual se administró la transición de 19 años. Los sectores de mayor poder económico, terratenientes y grandes agroexportadores, salen a disputar con toda su fuerza sus ancestrales privilegios heredados desde los períodos dictatoriales, y que nunca habían sido puestos en duda en la transición cuando lograron incluso amarrar algunos de ellos a la Constitución Nacional. No ha sido sino hasta esta nueva administración donde se plantea seriamente el impuesto a la renta personal, donde se sabrá mejor quién es quién en el Paraguay, especialmente las grandes fortunas, la necesidad de una reforma agraria gradual, luego de décadas de concentración de la tierra sin contar aún con un catastro nacional, el comienzo del debate sobre la renta agrícola y especialmente la dedicada a la exportación sin transformación, los proyectos para gravar la monoexportación de commodities que no dejan más que migajas en conceptos de impuestos, así como tampoco generan mano de obra y mucho menos de cierta calificación, y son agresivos al medio ambiente, expulsores de mano de obra y destruyen la economía tradicional campesina en forma más agresiva y rápida que la capacidad del estado nacional de hacer frente a sus consecuencias.
La realidad es cruel, al paraguayo y la paraguaya de hoy, aún con crisis internacional, la única salida que le queda, aún con el nuevo gobierno, es la salida aeroportuaria internacional, pues no se avizoran planes desarrollistas de corto o mediano plazos, pues estos están íntimamente relacionados a la capacidad del estado de administrar bien sus recursos, de una reforma para purgar a los clientes políticos y de una reforma tributaria estratégica que hoy, precisamente es cuestionada por el gran terrateniente y el monoexportador calificándolo de muchas formas, especialmente con la que más molesta y ahuyenta a los sectores de la derecha moderada hasta hoy aliadas a Fernando Lugo: gravar la agroexportación es el umbral del socialismo en el Paraguay.
Este estado de cosas, a puesto casi en pie de confrontación a las grandes fortunas agrarias y rentistas que no desean aportar al progreso social a través de un nuevo estado benefactor, frente a una nueva administración muy novel en administrar la cosa pública, con casi ningún entrenamiento en amalgamar grandes acuerdos de estado, políticos, económicos, fiscales, sociales o productivos. Escasa respuesta social y popular frente al lock out terrateniente Los terratenientes, por más que se coloquen la camiseta de la selección nacional de fútbol, no son el pueblo, y sólo buscan manipular sus sentimientos relacionando sus sectarios intereses con una pasión nacional que convoca multitudes. Tienen dinero, tienen mucho dinero y podrían contratar mejores y más profesionales asesores de imagen. Sectores sociales salen al paso de los empresarios más acaudalados que se manifiestan a través del llamado "tractorazo" al que buscan relacionar con la presión realizada en la Argentina, sin explicar que en ese país el impuesto a la exportación de grano en bruto iba a subir del 35% al 50%, y en el Paraguay el impuesto es menor al 10%, que "¿Cuándo la Asociación Rural del Paraguay o la Cámara de comercio paraguaya-norteamericana abogaron contra el terrorismo de Estado del stronismo y contra los resabios dictatoriales en la "transición democrática" que violó y atentó sistemáticamente contra la seguridad de miles de hogares paraguayos y de patriotas que lucharon por la democracia y por el derrocamiento de la dictadura bajo cuya sombra se enriquecieron los campeones actuales de la seguridad para sus grandes fortunas y su privilegiada propiedad privada latifundista?".
De allí es que a los confrontacionistas de la fortuna, reunidos en los grandes medios de comunicación, las cámaras rurales más prósperas, les conviene la existencia de un estado de disconformidad excesiva e incluso también contar con la gasolina prendida que aportan algunos focos radicales de campesinos sin tierra, sin empleo, sin casa, los que son impulsados a "radicalizarse mediáticamente" con grandes titulares magnificados, de tal forma a validar la principal tesis de los terratenientes: la carencia en el Paraguay de Lugo de un estado de paz social, de seguridad ciudadana, de seguridad para las inversiones, por lo tanto la inexistencia de voluntad para garantizar efectivamente en forma absoluta la sagrada propiedad privada, hoy supuestamente puesta en jaque, por socialistas estatizantes y expropiadores y hasta guerrillas rurales nunca confirmadas hasta la fecha. Lugo, a la legitimidad de origen deberá sumar la de ejercicio Sin pausa, sin luna de miel, sin las mieles del poder y con las hieles que ya asoman, Fernando Lugo se enfrenta directamente a consumir totalmente su legitimidad de origen, por las expecativas enormes que la ciudadanía depositó en él, sin hasta hoy ver "la diferencia" con el pasado conservador anterior al 15 de agosto, cuando ya debe comenzar a mostrar que "sabe gobernar" y "sabe ser ejecutivo", rindiendo diario examen de pericia para lograr una mínima aceptación ciudadana que le brinde la debida legitimidad de ejercicio (deber de todos los días), empresa en la que ya no estará sólo, pues incluirá directamente a todo su gabinete, hasta con gestiones más grises que las esperadas, pero que serán todas corresponsables de los resultados de la imagen presidencial y hasta de la estabilidad institucional de los próximos meses puesta en tela de juicio, no por los históricos sectores campesinos que ni la tranquilidad de la nada tienen, como diría García Lorca, sino por los sectores más opulentos y retrógrados de la sociedad paraguaya que han considerado al estado nacional como una dependencia más de servicio a su exclusivo servicio.
Los medios resaltan hechos como la búsqueda de campesinos sin tierra por operativos fiscales-policiales como verdaderos shows mediáticos: "La Policía intentó hacer cumplir hoy una orden judicial que ordenaba la detención del dirigente Casildo López. El campesino es requerido por la Fiscalía por la ocupación de la estancia Santa Silvia, propiedad del Ing. Jorge Camperchioli. Un grupo de sintierra ingresó hace días a una zona boscosa del inmueble. El procedimiento de esta mañana estuvo dirigido por el comisario Ricardo Chaparro. El oficial explicó a la 650 AM que en la vivienda hallaron a los familiares de Casildo López y se incautaron algunos documentos. Indicó que estas evidencias se pusieron a disposición del Ministerio Público. El comisario aseguró que Casildo López y un grupo de labriegos ingresaron la última vez a la estancia Santa Silvia para montar un show mediático. Sostuvo que entraron al establecimiento para que los medios de comunicación les tomen fotografías." (ABC, martes 16 de diciembre de 2008).
Por otro lado, activistas sociales denuncian que "En fecha 12 de diciembre de 2008, en la localidad de Itá Corá, sur de Paraguay (a orillas del Paraná y fronteriza con Itatí, Corrientes argentino) la apasible vida de la familia Torres Rotela se vio interrumpida por la invasión relámpago de un comando mercenario, uniformado como policías paraguayos, dirigidos por desconocidos funcionarios judiciales para la familia. Atropellaron todo con una velocidad y ferocidad relámpagos. Apenas mostraron una orden judicial para luego arrasar con el lugar. Invadieron brutalmente las viviendas, tiraron todos los bienes privados de la familia fuera de las casas."
Sectores de la izquierda paraguaya califican el camino del lock out paraguayo de desestabilizador cuando dicen de los terratenientes que "Exigen seguridad los mismos que manipulan y sobornan para que fiscales y jueces imputen y apresen a dirigentes campesinos inventando causan y pruebas. Exigen seguridad aquellos que tienen ejércitos privados que realizan atropellos con total impunidad. Exigen seguridad quienes violan todas las leyes ambientales, contaminando el agua y haciendo desaparecer ecosistemas y quienes irrespetan con total impunidad las leyes laborales. Y muchos de esos que mañana exigirán seguridad, lo harán para proteger sus tierras mal habidas. Exigen trabajo quienes en sus mares de soja utilizan la mano de obra de sólo un trabajador cada 500 hectáreas. Exigen trabajo quienes lo niegan y despiden sin piedad a los trabajadores cuando ven amenazadas sus ganancias y quienes persiguen a los dirigentes sindicales y campesinos con el fin de descabezar sus organizaciones."Todo ello se refleja y aumenta en términos mediáticos y es enviado al exterior en forma enlatada, de tal forma a magnificar un estado de malhumor social, de tal forma que cuando ésta vuelva en forma de reporte internacional de agencia, termine autorrealizando la profecía de miedo y desazón, pero esta vez ya no solamente sobre los dueños del gran capital concentrado, sino que opere sobre los miedos de la clase media paraguaya, que sí efectivamente tiene posibilidad de levantar o bajar el dedo sobre la nueva administración, que apoyó a Lugo, pero no quiere una revolución socialista ni nacionalista en el Paraguay, sólo aspira a una buena gestión gubernamental, transparente, con empleo, seguridad y servicios públicos básicos que funcionen.
Los grandes medios de comunicación, grandes electorales y gravitantes gestores políticos, que tradicionalmente han pertenecido como uno de los brazos ejecutores del sistema y del partido hegemónico conservador, con algunos elementos díscolos o soportados, también operan en el nuevo escenario como lo venían haciendo desde su nacimiento, porque para ello fueron fundados y mantenidos, y como les gusta a esta transición conservadora, se han comportado y se siguen comportado como un partido político más de élite, que defiende los intereses particulares de sus dueños, acompañado de los intereses grupales de los sectores económicos concentrados relacionados a ellos. Más allá de ellos, el desierto. Los demás afuera, la ciudadanía está sólo para mirar y no meterse en temas de estado, y menos en temas económicos del gran empresariado rentista del Paraguay.
Queda muy claro, no obstante el enfoque y el llano discurso usado en los medios, justificando la contratación de ejércitos privados, el pago de las comitivas policiales y fiscales para realizar su trabajo, hecho que aún escribiéndolo no es cuestionado por dichos medios cuando escriben "El empresario aclaró que la pérdida de cinco millones de dólares es solamente por la no utilización de la parcela de 1.000 hectáreas (supuestamente invadida), después hay que agregar los gastos de la justicia, movilización de tropas para intentar desalojar a los campesinos, destrucción de equipos agrícolas, la contratación de guardias privadas que custodian los bienes ... El fiscal penal ... con el apoyo de efectivos policiales del departamento de Caazapá, se constituyó en el campamento de los sintierra dentro de la propiedad de la estancia Toro Blanco con el objetivo de detener a los ocupantes, pero estos, al ver la presencia de la comitiva fiscal-policial, huyeron del lugar. El fiscal relató que los campesinos se posicionaron en un bosque cercano y comenzaron a disparar contra las autoridades. Los policías respondieron a los tiros pero no quisieron entrar en el monte, porque los sintierras son muy peligrosos y tienen armas muy poderosas hasta de guerra y automáticas, señaló" (ABC, domingo 14 de diciembre de 2008), validando el contrasentido que quienes portaría armas de guerra muy probablemente no se verían forzados a huir, como efectivamente ocurrió, dejando la sospecha de simulación de enfrentamientos, en las narices fiscales, con la sospecha que son montados a los efectos de lograr impactantes escenas de prensa, donde se escuchan tiros, pero nadie sabe ni de dónde ni para qué.
En realidad, con estos montajes logran crear de la nada, una noticia, aún cuando los llamados tiros desde montes cercanos, a cargo de personas innominadas, hoy está fuertemente sospechado de los propios mercenarios contratados pudieron realizarlos para fingir la existencia de una confrontación real y la existencia de armas en los procedimientos. Todo esto nunca ha sido probado y a los efectos de crear miedo, sólo quedan en los convenientes rumores y expedientes fiscales que premeditadamente no continúan sus investigaciones, y se quedan en el show mientras las cámaras de televisión están prendidas. Lugo y la administración en una situación de crisis y recesión mundial Peor aún, el escenario internacional beneficioso a los exportadores que le tocó a Nicanor, ya se ha esfumado con la crisis mundial. Y al presidente Lugo, y su ministro de hacienda, heredado de Nicanor, le toca un inédito futuro recesivo que cambió abruptamente las perspectivas presupuestarias, de gobernabilidad y de equilibrio del status quo bajo la cual se administró la transición de 19 años. Los sectores de mayor poder económico, terratenientes y grandes agroexportadores, salen a disputar con toda su fuerza sus ancestrales privilegios heredados desde los períodos dictatoriales, y que nunca habían sido puestos en duda en la transición cuando lograron incluso amarrar algunos de ellos a la Constitución Nacional. No ha sido sino hasta esta nueva administración donde se plantea seriamente el impuesto a la renta personal, donde se sabrá mejor quién es quién en el Paraguay, especialmente las grandes fortunas, la necesidad de una reforma agraria gradual, luego de décadas de concentración de la tierra sin contar aún con un catastro nacional, el comienzo del debate sobre la renta agrícola y especialmente la dedicada a la exportación sin transformación, los proyectos para gravar la monoexportación de commodities que no dejan más que migajas en conceptos de impuestos, así como tampoco generan mano de obra y mucho menos de cierta calificación, y son agresivos al medio ambiente, expulsores de mano de obra y destruyen la economía tradicional campesina en forma más agresiva y rápida que la capacidad del estado nacional de hacer frente a sus consecuencias.
La realidad es cruel, al paraguayo y la paraguaya de hoy, aún con crisis internacional, la única salida que le queda, aún con el nuevo gobierno, es la salida aeroportuaria internacional, pues no se avizoran planes desarrollistas de corto o mediano plazos, pues estos están íntimamente relacionados a la capacidad del estado de administrar bien sus recursos, de una reforma para purgar a los clientes políticos y de una reforma tributaria estratégica que hoy, precisamente es cuestionada por el gran terrateniente y el monoexportador calificándolo de muchas formas, especialmente con la que más molesta y ahuyenta a los sectores de la derecha moderada hasta hoy aliadas a Fernando Lugo: gravar la agroexportación es el umbral del socialismo en el Paraguay.
Este estado de cosas, a puesto casi en pie de confrontación a las grandes fortunas agrarias y rentistas que no desean aportar al progreso social a través de un nuevo estado benefactor, frente a una nueva administración muy novel en administrar la cosa pública, con casi ningún entrenamiento en amalgamar grandes acuerdos de estado, políticos, económicos, fiscales, sociales o productivos. Escasa respuesta social y popular frente al lock out terrateniente Los terratenientes, por más que se coloquen la camiseta de la selección nacional de fútbol, no son el pueblo, y sólo buscan manipular sus sentimientos relacionando sus sectarios intereses con una pasión nacional que convoca multitudes. Tienen dinero, tienen mucho dinero y podrían contratar mejores y más profesionales asesores de imagen. Sectores sociales salen al paso de los empresarios más acaudalados que se manifiestan a través del llamado "tractorazo" al que buscan relacionar con la presión realizada en la Argentina, sin explicar que en ese país el impuesto a la exportación de grano en bruto iba a subir del 35% al 50%, y en el Paraguay el impuesto es menor al 10%, que "¿Cuándo la Asociación Rural del Paraguay o la Cámara de comercio paraguaya-norteamericana abogaron contra el terrorismo de Estado del stronismo y contra los resabios dictatoriales en la "transición democrática" que violó y atentó sistemáticamente contra la seguridad de miles de hogares paraguayos y de patriotas que lucharon por la democracia y por el derrocamiento de la dictadura bajo cuya sombra se enriquecieron los campeones actuales de la seguridad para sus grandes fortunas y su privilegiada propiedad privada latifundista?".
De allí es que a los confrontacionistas de la fortuna, reunidos en los grandes medios de comunicación, las cámaras rurales más prósperas, les conviene la existencia de un estado de disconformidad excesiva e incluso también contar con la gasolina prendida que aportan algunos focos radicales de campesinos sin tierra, sin empleo, sin casa, los que son impulsados a "radicalizarse mediáticamente" con grandes titulares magnificados, de tal forma a validar la principal tesis de los terratenientes: la carencia en el Paraguay de Lugo de un estado de paz social, de seguridad ciudadana, de seguridad para las inversiones, por lo tanto la inexistencia de voluntad para garantizar efectivamente en forma absoluta la sagrada propiedad privada, hoy supuestamente puesta en jaque, por socialistas estatizantes y expropiadores y hasta guerrillas rurales nunca confirmadas hasta la fecha. Lugo, a la legitimidad de origen deberá sumar la de ejercicio Sin pausa, sin luna de miel, sin las mieles del poder y con las hieles que ya asoman, Fernando Lugo se enfrenta directamente a consumir totalmente su legitimidad de origen, por las expecativas enormes que la ciudadanía depositó en él, sin hasta hoy ver "la diferencia" con el pasado conservador anterior al 15 de agosto, cuando ya debe comenzar a mostrar que "sabe gobernar" y "sabe ser ejecutivo", rindiendo diario examen de pericia para lograr una mínima aceptación ciudadana que le brinde la debida legitimidad de ejercicio (deber de todos los días), empresa en la que ya no estará sólo, pues incluirá directamente a todo su gabinete, hasta con gestiones más grises que las esperadas, pero que serán todas corresponsables de los resultados de la imagen presidencial y hasta de la estabilidad institucional de los próximos meses puesta en tela de juicio, no por los históricos sectores campesinos que ni la tranquilidad de la nada tienen, como diría García Lorca, sino por los sectores más opulentos y retrógrados de la sociedad paraguaya que han considerado al estado nacional como una dependencia más de servicio a su exclusivo servicio.
Los medios resaltan hechos como la búsqueda de campesinos sin tierra por operativos fiscales-policiales como verdaderos shows mediáticos: "La Policía intentó hacer cumplir hoy una orden judicial que ordenaba la detención del dirigente Casildo López. El campesino es requerido por la Fiscalía por la ocupación de la estancia Santa Silvia, propiedad del Ing. Jorge Camperchioli. Un grupo de sintierra ingresó hace días a una zona boscosa del inmueble. El procedimiento de esta mañana estuvo dirigido por el comisario Ricardo Chaparro. El oficial explicó a la 650 AM que en la vivienda hallaron a los familiares de Casildo López y se incautaron algunos documentos. Indicó que estas evidencias se pusieron a disposición del Ministerio Público. El comisario aseguró que Casildo López y un grupo de labriegos ingresaron la última vez a la estancia Santa Silvia para montar un show mediático. Sostuvo que entraron al establecimiento para que los medios de comunicación les tomen fotografías." (ABC, martes 16 de diciembre de 2008).
Por otro lado, activistas sociales denuncian que "En fecha 12 de diciembre de 2008, en la localidad de Itá Corá, sur de Paraguay (a orillas del Paraná y fronteriza con Itatí, Corrientes argentino) la apasible vida de la familia Torres Rotela se vio interrumpida por la invasión relámpago de un comando mercenario, uniformado como policías paraguayos, dirigidos por desconocidos funcionarios judiciales para la familia. Atropellaron todo con una velocidad y ferocidad relámpagos. Apenas mostraron una orden judicial para luego arrasar con el lugar. Invadieron brutalmente las viviendas, tiraron todos los bienes privados de la familia fuera de las casas."
Sectores de la izquierda paraguaya califican el camino del lock out paraguayo de desestabilizador cuando dicen de los terratenientes que "Exigen seguridad los mismos que manipulan y sobornan para que fiscales y jueces imputen y apresen a dirigentes campesinos inventando causan y pruebas. Exigen seguridad aquellos que tienen ejércitos privados que realizan atropellos con total impunidad. Exigen seguridad quienes violan todas las leyes ambientales, contaminando el agua y haciendo desaparecer ecosistemas y quienes irrespetan con total impunidad las leyes laborales. Y muchos de esos que mañana exigirán seguridad, lo harán para proteger sus tierras mal habidas. Exigen trabajo quienes en sus mares de soja utilizan la mano de obra de sólo un trabajador cada 500 hectáreas. Exigen trabajo quienes lo niegan y despiden sin piedad a los trabajadores cuando ven amenazadas sus ganancias y quienes persiguen a los dirigentes sindicales y campesinos con el fin de descabezar sus organizaciones."Todo ello se refleja y aumenta en términos mediáticos y es enviado al exterior en forma enlatada, de tal forma a magnificar un estado de malhumor social, de tal forma que cuando ésta vuelva en forma de reporte internacional de agencia, termine autorrealizando la profecía de miedo y desazón, pero esta vez ya no solamente sobre los dueños del gran capital concentrado, sino que opere sobre los miedos de la clase media paraguaya, que sí efectivamente tiene posibilidad de levantar o bajar el dedo sobre la nueva administración, que apoyó a Lugo, pero no quiere una revolución socialista ni nacionalista en el Paraguay, sólo aspira a una buena gestión gubernamental, transparente, con empleo, seguridad y servicios públicos básicos que funcionen.
(Fuente:Rdendh).
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