Coordinadora. Se lanzó anoche la campaña por la anulación de cuatro artículos de la Ley de Caducidad
Dicen que no están muertos
Hijos y familiares de detenidos desaparecidos, activistas de Derechos Humanos, militantes sociales, dirigentes políticos y referentes del ámbito educativo y cultural, confluyeron ayer en el Paraninfo de la Universidad para lanzar la campaña que abogará por la nulidad de la Ley de Caducidad.
Por Fabián Laureiro
Dicen que no están muertos
Hijos y familiares de detenidos desaparecidos, activistas de Derechos Humanos, militantes sociales, dirigentes políticos y referentes del ámbito educativo y cultural, confluyeron ayer en el Paraninfo de la Universidad para lanzar la campaña que abogará por la nulidad de la Ley de Caducidad.
Por Fabián Laureiro
Fin del comienzo. La voz de Viglietti hizo caer un telón imaginario. Fue el punto de partida de la campaña.
Desbordado. El Paraninfo de la Universidad, escenario una vez más de un hecho de trascendencia cívica.
La Coordinadora Nacional por la Nulidad de la Ley de Caducidad lanzó ayer la campaña con la cual pretende crear conciencia en la población para anular la norma jurídica que desde la llegada de la democracia impide juzgar a militares y civiles autores de violaciones contra lesa humanidad en la época de plomo.
El lugar elegido para lanzar la campaña fue el Paraninfo de la Universidad de la República, recinto al que acudieron en forma masiva referentes sociales, sindicales, políticos y culturales con el único objetivo de que en el plebiscito del 25 de octubre la ciudadanía anule la Ley de Caducidad.
La jornada comenzó con la proyección de videos cuyos contenidos eran el relato de varios hijos de detenidos desaparecidos sobre sus experiencias de vida ante la pérdida de sus seres queridos.
Luego de este emotivo momento se procedió a presentar la mesa de la Coordinadora por la Nulidad de la Ley de Caducidad, integrada por Victoria Licandro (FEUU), Daniel de Souza (Fucvam), Waldemar Tarocco (Crysol), Milka González (Detenidos Desaparecidos), Luis Puig (PIT-CNT), Diego Fau (Partido Colorado), Oscar López Balestra (Partido Nacional), Ricardo Ehrlich (Intendente de Montevideo), Oscar López Goldaracena (abogado DDHH), Macarena Gelman (hija de detenidos desaparecidos), Daniel Viglietti (cantautor) y Eduardo Galeano (escritor). El primero en hacer uso de la palabra fue el dirigente sindical Luis Puig, quien destacó que "el hecho de haber llegado hasta la instancia del plebiscito fue producto del esfuerzo de muchísimos militantes y compañeros que trabajaron para que en este país no se siga desarrollando la impunidad" en materia de Derechos Humanos. En este contexto, Puig sostuvo que la eventual anulación de la Ley de Caducidad "dignificará a toda la sociedad" y además "instalará el claro mensaje de que en el Uruguay nunca más habrá terrorismo de Estado ni dictaduras militares", sentenció. "No cabe ninguna duda de que la ley de impunidad se anulará porque la gran mayoría de los uruguayos no quieren tener ningún vínculo con los Gavazzo y los Cordero", dijo Puig en alusión a los militares represores y torturadores del gobierno de facto. Por su parte, el ex diputado nacionalista Oscar López Balestra dijo que "la ley se debe de anular, más allá de las estructuras partidarias", indicó. "Esta es la hora del pueblo, esta iniciativa no es potestad de ningún partido político sino que pertenece a toda la ciudadanía", concluyó. Durante el acto fue leída una lista de adhesiones, entre las cuales, están los candidatos del Frente Amplio José Mujica y Danilo Astori y el prosecretario de la Presidencia, Jorge Vázquez, entre otras decenas de personalidades de distintos ámbitos y filiaciones políticas. A continuación, la actriz Gabriela Iribarren, leyó la proclama de la convocatoria que se transcribe a continuación:
"COORDINADORA NACIONAL POR LA NULIDAD DE LA LEY DE CADUCIDAD
Convocatoria a la ciudadanía
Montevideo, 29 de julio de 2009
Ciudadanas y ciudadanos uruguayos: Han pasado veinte años desde aquel referéndum en el que los uruguayos a través del voto verde y del voto amarillo opinamos sobre una cuestión tan fundamental para la vida institucional y democrática del país. En aquella oportunidad, entre quienes votaron por mantener la ley, algunos estaban convencidos que de esa forma se podría cerrar una etapa dolorosa de nuestra historia y otros lo hicieron guiados por el temor de poner en riesgo la democracia. Todos sin excepción, sabiendo que los militares estaban dispuestos a desacatar nuevamente las instituciones desconociendo la autoridad del Poder Judicial. En aquel entonces, la información que teníamos sobre los crímenes de la dictadura era escasa y fragmentada. Las denuncias que se formulaban por entonces eran sistemáticamente desacreditadas y tildadas de fantasiosas o políticamente interesadas.
"COORDINADORA NACIONAL POR LA NULIDAD DE LA LEY DE CADUCIDAD
Convocatoria a la ciudadanía
Montevideo, 29 de julio de 2009
Ciudadanas y ciudadanos uruguayos: Han pasado veinte años desde aquel referéndum en el que los uruguayos a través del voto verde y del voto amarillo opinamos sobre una cuestión tan fundamental para la vida institucional y democrática del país. En aquella oportunidad, entre quienes votaron por mantener la ley, algunos estaban convencidos que de esa forma se podría cerrar una etapa dolorosa de nuestra historia y otros lo hicieron guiados por el temor de poner en riesgo la democracia. Todos sin excepción, sabiendo que los militares estaban dispuestos a desacatar nuevamente las instituciones desconociendo la autoridad del Poder Judicial. En aquel entonces, la información que teníamos sobre los crímenes de la dictadura era escasa y fragmentada. Las denuncias que se formulaban por entonces eran sistemáticamente desacreditadas y tildadas de fantasiosas o políticamente interesadas.
Como resultado de aquel referéndum, la Ley de Caducidad continuó vigente y con ella se han mantenido hasta el presente sus efectos para la sociedad y para nuestro sistema democrático. Vivimos con heridas abiertas que la ley impide cerrar, al violentar la separación de poderes, al impedir la independencia del Poder Judicial, al evitar que los jueces puedan investigar, al evitar que puedan averiguar qué pasó y juzgar a los responsables. Heridas que la ley mantiene abiertas al obstaculizar que se haga justicia con las víctimas de la dictadura y que los restos de los desaparecidos sean entregados a sus familiares.
Hoy -lamentablemente- se ha confirmado de manera rotunda lo que en aquel entonces se negaba enfáticamente: la existencia de un plan coordinado entre las dictaduras del Cono Sur para exterminar toda forma de oposición y disidencia en la sociedad. Un plan que apeló a los más crueles recursos posibles, que usó la tortura, la violación, el asesinato y la desaparición de personas, el secuestro de niños a quienes se les robó su identidad, matando además a sus padres.
Los uruguayos pudimos recuperar en estos últimos tiempos los restos de algunos de estos uruguayos desaparecidos, asesinados y enterrados al amparo de la noche, en predios militares nacionales o en fosas encontradas en el territorio de otros países. Muchos otros -la mayoría- continúan desaparecidos. Algunos niños, hoy, han recuperado su identidad, de otros seguimos sin saber.
Los uruguayos pudimos recuperar en estos últimos tiempos los restos de algunos de estos uruguayos desaparecidos, asesinados y enterrados al amparo de la noche, en predios militares nacionales o en fosas encontradas en el territorio de otros países. Muchos otros -la mayoría- continúan desaparecidos. Algunos niños, hoy, han recuperado su identidad, de otros seguimos sin saber.
Los uruguayos tenemos el derecho a saber que fue lo que sucedió y a saber quiénes fueron los responsables de los crímenes. El imperio de la verdad y de la justicia es imprescindible para poder construir una verdadera democracia, una sociedad fuerte y una ciudadanía crítica y responsable de sus actos. Sin embargo esta ley supone un obstáculo para alcanzar el conocimiento de lo ocurrido y protege a quienes cometieron crímenes amparados en sus uniformes o desde el poder del Estado, negando a las víctimas, a sus familiares y a toda la sociedad, la necesaria justicia.
Los uruguayos tenemos entonces la responsabilidad de restituirle al Poder Judicial su total independencia, restableciendo la debida separación de poderes y garantizando la igualdad de todos ante la ley. La comunidad internacional también nos exige cumplir con nuestras obligaciones para con las normas del derecho internacional y que anulemos esta ley que protege a quienes han realizado actos equiparables a los cometidos por los nazis en la segunda guerra mundial.
Los crímenes de lesa humanidad, los crímenes cometidos por los Estados contra su población, el Terrorismo de Estado, no pueden quedar amparados por ninguna ley de perdón, de amnistía, de punto final o de caducidad, pues la acción libre de la justicia es la única garantía de los pueblos contra el ejercicio indiscriminado de la violencia por parte de los Estados y contra la impunidad. Exculpar o pretender explicar los crímenes de lesa humanidad implica justificarlos y por lo tanto aceptar que puedan existir circunstancias donde se puedan reiterar.
En octubre los uruguayos estaremos frente a una decisión trascendente. Luego de veinte años, durante los cuales la desinformación, el ocultamiento y la mentira fueron la pauta, y sin haber podido resolver adecuadamente un tema que es de todos, asumiremos nuevamente la responsabilidad soberana de decidir en qué tipo de sociedad queremos vivir y -fundamentalmente- sobre qué valores queremos que se afirme esta sociedad que dejaremos a las generaciones que vendrán. Sin importar el signo político de un gobierno, su principal responsabilidad será siempre defender el respeto a los Derechos Humanos, a la vida y a la condición humana.
Podemos elegir por el valor de la verdad, de la justicia, de la independencia de poderes y de la igualdad de todos ante la ley. O podremos elegir por la no reconstrucción de la Memoria Colectiva y por la impunidad que sientan un precedente para el futuro.
Podemos defender valores de respeto y de tolerancia, independientes de las ideologías, los partidos políticos o las creencias, desarrollando una democracia que se afirme en los derechos humanos. O podremos optar por una sociedad donde algunos asuman que desde el Estado pueden matar a otros por el solo hecho de pensar diferente o de resistir el atropello y la opresión.
Es por todo esto que nosotros, ciudadanas y ciudadanos uruguayos, pertenecientes a distintos partidos políticos y movimientos sociales del país, manifestamos que el próximo 25 de octubre del 2009, día de las Elecciones Nacionales, junto con el voto por la opción electoral de nuestra preferencia, nos pronunciaremos también por el SI para anular la Ley de Caducidad. No es un tema partidario sino un tema de principios, de valores éticos y morales. Los pueblos tenemos el derecho de anular aquellas leyes que fueron impuestas bajo mentira, engaño, presión o amenaza. Y tenemos el deber de hacerlo para poder construir una sociedad mejor.
La impunidad es contraria a la paz. Todos buscamos la paz y pretendemos la construcción de
una sociedad que pueda convivir en armonía. Pero la paz no se impone, ni se puede lograr a costa del sometimiento y del silencio de las víctimas. La paz no se puede lograr llamando a silencio y al olvido al niño y a la mujer que son víctimas de violencia doméstica. No se puede lograr proponiendo impunidad para el violador y acusando de provocadora a la mujer violada.
una sociedad que pueda convivir en armonía. Pero la paz no se impone, ni se puede lograr a costa del sometimiento y del silencio de las víctimas. La paz no se puede lograr llamando a silencio y al olvido al niño y a la mujer que son víctimas de violencia doméstica. No se puede lograr proponiendo impunidad para el violador y acusando de provocadora a la mujer violada.
No se puede lograr si descalificamos a quienes piensan distinto. No se puede lograr si acusamos de revanchistas a quienes piden justicia y de revisionistas a quienes aspiran a saber qué fue lo que pasó. Todos buscamos la paz, pero no una paz artificial y generadora de más violencia, basada en la sola represión que propugna la prisión incluso de niños que delinquen, al tiempo que protege a represores criminales. La única paz genuina es la que se logra cuando impera la verdad, cuando la víctima tiene voz y encuentra protección en la acción de la Justicia.
Votar SI en el plebiscito es optar por la vida, por la verdad, por la democracia plena y por el respeto irrestricto a los derechos humanos. Es defender y promover la tolerancia y el respeto a la persona en todas sus dimensiones. Es afirmar el valor de la justicia, la importancia de la memoria como construcción colectiva de un pasado sobre el que todos debemos reflexionar y aprender. Es afirmar la indeclinable responsabilidad del Estado en el respeto a los derechos fundamentales. Es entender la defensa de los derechos humanos como una cuestión integral que no admite interpretaciones oportunistas y que trasciende fronteras partidarias y preferencias electorales porque afecta los valores esenciales de nuestra cultura política.
Nosotros, ciudadanas y ciudadanos uruguayos, nos comprometemos con el SI para anular la Ley de Caducidad. Nosotros, ciudadanas y ciudadanos uruguayos, los invitamos a construir con vuestro voto por SI una sociedad más justa y verdaderamente democrática".
"HAY QUE ABOLIR ESTA LEY INFAME"
Uno de los momentos más aplaudidos de la jornada fue cuando, al hacer uso de la palabra, el escritor Eduardo Galeano criticó duramente la posición de los líderes de los partidos Nacional y Colorado que no comparten la iniciativa de anular la Ley de Caducidad. "Veo y escucho a cada rato a políticos preocupados por la inseguridad pública, a dirigentes políticos que quieren hacer ver que aquí no se puede vivir porque cualquiera te viola, te roba o te mata. Entonces reflexiono y mi ingenuo sentido común me hace pensar que (si están en contra de las violaciones, los robos y los asesinatos) estos dirigentes se han incorporado a nuestra campaña para derogar la ley de impunidad. ¡Bienvenidos compañeros!", ironizó el escritor uruguayo.
Uno de los momentos más aplaudidos de la jornada fue cuando, al hacer uso de la palabra, el escritor Eduardo Galeano criticó duramente la posición de los líderes de los partidos Nacional y Colorado que no comparten la iniciativa de anular la Ley de Caducidad. "Veo y escucho a cada rato a políticos preocupados por la inseguridad pública, a dirigentes políticos que quieren hacer ver que aquí no se puede vivir porque cualquiera te viola, te roba o te mata. Entonces reflexiono y mi ingenuo sentido común me hace pensar que (si están en contra de las violaciones, los robos y los asesinatos) estos dirigentes se han incorporado a nuestra campaña para derogar la ley de impunidad. ¡Bienvenidos compañeros!", ironizó el escritor uruguayo.
En este contexto, Galeano dijo que "para acabar con la inseguridad y la delincuencia, primero hay que terminar con la impunidad porque esta estimula al delincuente", sentenció. "Hay abolir esta ley infame que nos condenó a la infamia perpetua y al perpetuo olvido", agregó el prestigioso escritor uruguayo.
En su alocución Galeano dijo que no había que olvidar que en su momento la mayoría de la población no apoyó el voto verde y la ley de Caducidad fue ratificada en su vigencia. No obstante, aclaró que "ese era un país enfermo de miedo, recién salido a la democracia y ahora ya no porque el Uruguay cambió y no es el paraíso de la impunidad que era", subrayó.
En la última parte de su exposición Galeano, de forma imprevista, quebró una lanza en favor del sufragio universal, cuya aprobación estará en juego en el otro plebiscito (además del de la Ley de Caducidad) que se pondrá a consideración del pueblo uruguayo el 25 de octubre.
"No hay que olvidar que también hay que votar contra la mutilación del Uruguay, porque uruguayos no somos sólo los que vivimos aquí. Tiene que haber sido muy cretina la cabeza que confundió la identidad con el domicilio", sentenció Galeano ante un cerrado aplauso de todos los asistentes al evento.
Oscar López Goldaracena
"La dictadura se fue pero dejó una serpiente"
"La dictadura se fue pero dejó una serpiente"
El abogado defensor de los derechos humanos e integrante de la coordinadora por la nulidad de la Ley de Caducidad, Oscar López Goldaracena, dijo en su discurso que "la dictadura se fue pero dejó una serpiente que generó la impunidad, secuestró principios y quiso encarcelar a las futuras generaciones en el olvido".
López Goldaracena sostuvo que para lograr la anulación de la norma jurídica que ampara a represores y torturadores de la dictadura cívico-militar "es necesario terminar con la indiferencia" que una parte de la población tiene con respecto a tal objetivo. "El no poner la papeleta rosada que anula la ley implica un respaldo a los crímenes de lesa humanidad", sentenció el abogado.
"Si terminamos con esa indiferencia, la gran mayoría de la sociedad sabrá diferenciar lo bueno de lo malo y por esto, y por la memoria de los desaparecidos, es que tengo la firme convicción de que la población va a cumplir con el mandato de anular la ley de impunidad", concluyó López Goldaracena.
(Fuente:Rdendh-Larepublica).
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