20 de octubre de 2009

CÓRDOBA: COMIENZA JUICIO CONTRA MENÉNDEZ--ENTREVISTA CON ALFREDO ALBAREDA-EL D2 ERA SANGRE, TERROR Y TORTURAS.

Comienza en Córdoba un nuevo juicio contra Menéndez
Además del ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército serán juzgados otros cinco imputados por crímenes contra los derechos humanos. El inicio del debate había sido postergado por un planteo contra la actuación del fiscal Carlos Gonella. Detalles de la causa
A las 9.30, el ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, deberá enfrentar su segundo juicio oral en Córdoba por crímenes de lesa humanidad, cometidos durante el último gobierno de facto.


Será ante el Tribunal Oral Federal Nº 1 de aquella ciudad, quien juzgará también a otros cinco imputados (Rodolfo Aníbal Campos, Miguel Ángel Gómez, Hugo Cayetano Britos, Calixto Luis Flores y César Armando Cejas), en la causa conocida como "Menéndez II".


En el proceso se investigan los delitos de homicidio agravado, privación ilegítima de la libertad agravada, imposición de tormentos agravados y lesiones gravísimas, en perjuicio de diez víctimas.
En principio, el dabate estaba previsto para el 8 de octubre último, pero un planteo de la defensa de Menéndez, por el que había solicitado el apartamiento del fiscal federal subrogante Carlos Gonella, demoró el inicio del juicio oral.
Detalles del caso
Autos
"MENÉNDEZ Luciano Benjamín, CAMPOS Rodolfo Aníbal, CEJAS César Armando, BRITOS Hugo Cayetano, FLORES Calixto Luis, GÓMEZ Miguel Angel, p.ss.aa. Homicidio agravado; Privación ilegítima de la libertad agravada; Imposición de tormentos agravados; Lesiones gravísimas” (Expte. 281/08)
Imputados
1. MENÉNDEZ, Luciano Benjamín (abogado defensor: Defensora Público Oficial)
2. CAMPOS, Rodolfo Aníbal (Defensor Público Oficial)
3. GÓMEZ, Miguel Ángel (Defensor Público Oficial)
4. BRITOS, Hugo Cayetano (Dr. Pedro Orlando Leguiza)
5. FLORES, Calixto Luis (Dr. Pedro Orlando Leguiza)
6. CEJAS, Cesar Armando (Dr. Carlos Bustamante)
Víctimas
1. ALBAREDA, Ricardo Fermín
2. MORALES, Raúl Ernesto
3. MOYANO, Carlos Jacinto
4. TORRES de NIEVA, Delia Lidia del Carmen
5. NIEVA, Manuel Américo
6. GUEVARA, Ramón Hugo
7. GUEVARA, Isolina Tránsito
8. ANTÓN, Carlos Hugo
9. REYNOSO, Manuel
10. GILLI, Rubén
Defensores
1) Defensores Públicos Oficiales:
Dr. Marcelo E. Arrieta en representación de Rodolfo Aníbal Campos y Miguel Ángel Gómez;
2) Dra. Evangelina Pérez Mercau en representación de Luciano B. Menéndez.
3) Dr. Pedro Orlando Leguiza: asiste a Hugo Cayetano Britos y Calixto Luis Flores
4) Dr. Carlos Bustamante: asiste a Cesar Armando Cejas
Querellantes
1. Ricardo Fermín Albareda, representado por el Dr. Claudio Orosz y el Dr. Juan Martín Fresneda
2. Raúl Morales, representado por la Dra. María Elba Martínez
Audiencia
Fecha de juicio: 20/10/2009
Fecha de los hechos investigados
a) Requerimiento de elevación autos: “GOMEZ” (fs. 1322/1365): Hecho Primero y Segundo: 19 de enero de 1977;
b) Requerimiento de elevación autos: “MORALES” (fs. 522/548): 22 de marzo de 1976;
c) Requerimiento de elevación autos: “CAMPOS” (fs. 1514/1554): 25 de septiembre de 1979;
Causas que componen el juicio denominado "Menéndez II"
La causa que tramita ante este Tribunal esta conformada por la acumulación por cuerda separada, oportunamente dispuesta por el Juzgado Federal N° 3, de los expedientes instruidos como “MENÉNDEZ Luciano Benjamín y GOMEZ Miguel Ángel p.ss.aa. Privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados y Lesiones gravísimas” (Expte. 11543) y “CAMPOS Rodolfo Aníbal, MENÉNDEZ Luciano Benjamín, CEJAS Cesar Armando, BRITOS Hugo Cayetano y FLORES Calixto Luis p.ss.aa. privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados, Homicidio Agravado” (Expte. 16.656).A su vez la causa “Menéndez-Gómez” es fruto de la acumulación de dos causas: “GÓMEZ, Miguel Ángel, MOORE, Carlos Raimundo, MENÉNDEZ, Luciano Benjamín, ROZA Semen Alberto, p.ss.aa. privación ilegítima de la libertad agravada e imposición de tormentos agravados” (Expte. n° 16972, del registro del Juzgado Federal III) y “Raúl Ernesto MORALES s/ QUERELLA en autos “PEREZ ESQUIVEL Adolfo y MARTÍNEZ María Elba su presentación” (Expte. 11.543 del registro del Juzgado Federal N° 3), causa esta que fuera acumulada a la primera.
Calificaciones legales
En autos “MENÉNDEZ Luciano Benjamín y GOMEZ Miguel Ángel p.ss.aa. Privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados y Lesiones gravísimas” (Expte. 11543):
1) Menéndez, Luciano: Se le imputan los delitos de privación ilegítima de la libertad -8 hechos- en concurso real con imposición de tormentos agravados -8 hechos- todo en concurso real, en perjuicio de: MOYANO Carlos Jacinto TORRES de NIEVA Delia Lidia del Carmen, NIEVA Manuel Américo, GUEVARA Ramón Hugo, GUEVARA Isolina Tránsito, ANTÓN Carlos Hugo, REYNOSO Manuel, GILLI Rubén. E imposición de tormentos agravados en concurso real con lesiones gravísimas en perjuicio de MORALES Raúl Ernesto.
2) Gómez, Miguel Angel: Se le imputan los delitos de imposición de tormentos agravados -4 hechos- en concurso real, en perjuicio de: TORRES de NIEVA Delia Lidia del Carmen, NIEVA Manuel Américo, GUEVARA Ramón Hugo y GUEVARA Isolina Tránsito. E imposición de tormentos agravados en concurso real con lesiones gravísimas en perjuicio de MORALES Raúl Ernesto.
“CAMPOS Rodolfo Aníbal, MENÉNDEZ Luciano Benjamín, CEJAS Cesar Armando, BRITOS Hugo Cayetano y FLORES Calixto Luis p.ss.aa. privación ilegítima de la libertad, imposición de tormentos agravados, Homicidio Agravado” (Expte. 16.656):
1) Luciano Benjamín MENENDEZ, Rodolfo Aníbal CAMPOS y a César Armando CEJAS: se le imputan los delitos de los delitos de Privación Ilegítima de la Libertad –un hecho - en concurso real con el de Imposición de Tormentos Agravados – un hecho – y Homicidio Agravado –un hecho- todos en calidad de partícipes necesarios.
2) Hugo Cayetano BRITOS, se le imputan los delitos de Privación Ilegítima de la Libertad, Imposición de Tormentos Agravados y Homicidio Agravado, todo en concurso real y calidad de coautor.
3) Calixto Luis FLORES, se le imputa el delito de Privación Ilegítima de la Libertad en calidad de coautor.
(Fuente:cij).
Entrevista con Fernando Albareda, cuyo padre fue asesinado en 1979 por la policía cordobesa
Ayudó a que mucha gente se salvara
Mañana comienza en Córdoba el primer juicio a ex miembros del Departamento de Informaciones y el tercero a Luciano Benjamín Menéndez. El hijo de Ricardo Albareda reconstruye la historia de su padre, un policía que militaba en el PRT.
Por Diego Martínez

Fernando Albareda en el lugar donde fue secuestrado su papá, asesinado frente al lago San Roque.
Los recuerdos de los ocho años que Fernando Albareda compartió con su padre son “los mejores”. Quienes lo conocieron le hablaron de “su calidad de persona”. Los compañeros de militancia, de “las vidas que salvó” de una muerte segura. Es que Ricardo Fermín Albareda, asesinado en 1979 por miembros del Departamento de Informaciones (D2) de la policía de Córdoba, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores desde un lugar tan valioso como riesgoso: la propia policía provincial. De allí la saña adicional de los asesinos, que luego de torturarlo lo dejaron morir desangrado mientras comían un asado frente al lago San Roque.



A horas del comienzo del segundo juicio por delitos de lesa humanidad en Córdoba, el primero a ex miembros del D2 y el tercero al ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, Fernando habla con orgullo de su padre, de sus compañeros de HIJOS que lo ayudaron a reconstruir su historia, de su hijo Nicolás, que lo acompañará a exigir justicia por su abuelo, y Sol, que se niega a aceptar que le impidan ingresar a la sala de audiencias sólo porque tiene ocho años.
–¿Cómo recordás a tu papá?
–Tengo los mejores recuerdos. Todo lo que compartí con mi viejo fueron momentos lindos, desde que nací hasta que desapareció. Recuerdo ir a la cancha, viajar, comer asados con amigos, excursiones de pesca...
–¿Los amigos eran policías?
–Eran más cercanos a la policía. Por el lugar que él ocupaba, en la militancia estaba muy tabicado, como se decía en la época. También tenía tres hermanos con familias numerosas y los fines de semana nos juntábamos a comer asados, que organizaba papá. Esos momentos lindos desaparecieron junto con él.
–¿Qué explicación te dieron cuando desapareció?
–No hubo mucha explicación, había demasiado temor. Quien me instruyó fue mi maestra de tercer grado, la señorita Nico, con quien tengo hasta hoy una relación excepcional. Recuerdo que en un recreo me sentó en el patio, un día de sol, y me explicó que se vivía una situación complicada, que había gente que pensaba distinto y estaba desaparecida, en cárceles. Me daba fuerza. “Tu viejo va a aparecer”, decía, lo tengo grabado. A la distancia entiendo que trataba de tranquilizarme aunque sabía lo que podía pasar. Era un colegio con doble escolaridad y profesores “progres”, el Integral Mixto, por eso los milicos querían cerrarlo. Mi viejo organizó asambleas con padres y docentes, todo a escondidas, pero a fines de ese año, 1979, cerró para siempre.
–¿Qué lograste reconstruir de su militancia?
–Allá por 2001, en el club Talleres, donde trabajo, mientras discutía con el abogado que tramitaba la reparación, un chico me dice “te voy a dar el teléfono de gente que te va a ayudar”. Me contactó con Martín Fresneda y Agustín Di Toffino, de HIJOS. Me citaron, les conté un poco y desde entonces me acompañaron en la reconstrucción de la vida de mi viejo. Fue duro porque, por el lugar que ocupaba en el PRT, no había muchos datos. Hasta que una mujer que había estado exiliada fue al local a ofrecer ayuda, se entrevistó con una compañera y, entre las personas que recordaba, nombró a mi viejo. Esa misma semana la visitamos, hablamos todo un día. Después su tía terminó de cerrarme el círculo sobre la militancia.
–¿Qué te contaron?
–Que era una persona muy activa. Abocada primero a su trabajo y en los ratos libres a la militancia, tratando de ayudar a los compañeros, porque el lugar que ocupaba le sirvió para salvar a mucha gente, eso lo rescata todo el mundo. Algunos dicen que mi viejo era un infiltrado, pero nada que ver. Primero tuvo el título de policía y después empezó a estudiar en la Universidad Tecnológica, y es ahí cuando a lo mejor le hizo un clic en la cabeza, tal vez por la efervescencia que había por cambiar el mundo, distribuir la riqueza, garantizar la educación pública...
–¿Qué genera saber que salvó muchas vidas? ¿Alivia el dolor?
–Sirve, sin duda. Hace un tiempo conocí a un ex militante fuerte del ERP, que falleció. “Tu viejo tenía el pasaporte y todo listo para exiliarse, pero por ustedes se quedó en el país”, me dijo. Eso para mí le da un valor agregado a todo lo que me cuentan. Personas que lo conocieron en ámbitos distintos destacan su calidad de persona, pero lo que más orgullo me da es que haya ayudado para que mucha gente salvara su vida. Paradójicamente, él no quiso salvar la suya.
–¿El testimonio sobre su muerte lo conociste ya en HIJOS?
–Sí, con Martín investigamos la causa. La denuncia original la hizo mi abuela Blanca, que estaba en Madres de Plaza de Mayo. La causa se archivó con las leyes de perdón de Alfonsín, tenía más de cuatrocientas denuncias acumuladas. Cuando se empezó a revisar el expediente se encontró el testimonio de un ex integrante del D2 sobre la muerte de mi viejo.
–¿Hablaste alguna vez con un ex miembro del D2?
–No, y no lo haría, porque me he manejado siempre con demasiada tranquilidad, tratando de hacer todo a través de denuncias, como corresponde, y creo que con mis compañeros logramos el objetivo de llevar a estas personas a juicio, ofreciéndoles todas las garantías constitucionales que otorga el Estado de Derecho y que ellos no le brindaron a mi papá. Nosotros no somos secuestradores, no somos torturadores ni asesinos, queremos un país sano y justo para todos.
-¿Esperás algo de los represores que van a ser juzgados?
–(Piensa unos segundos.) Pruebas de lo que pasó la noche del 25 de septiembre de 1979 tenemos de sobra. Lo único que espero es que, por arrepentimiento o lo que sea, tal vez un acto de dignidad, me digan dónde está el cuerpo de mi papá. No puedo decir que con eso sería feliz, pero al menos tendría un poco más de tranquilidad, le podría decir a mi familia y sobre todo a mis hijos dónde está su abuelo.
–¿Qué edad tienen?
–Nicolás tiene 18 años y es del primer matrimonio, que se acabó por cuestiones de la vida, aunque tengo una relación maravillosa con la familia de mi ex mujer. Después me casé con María Paz, tenemos a Sol, que paradójicamente nació un 28 de septiembre como mi viejo, y viene en camino Fermín.
–¿Cómo les hablás a tus hijos de su abuelo?
–Con la verdad, por cruda y cruel que sea. Hay que ir llevándolos de alguna manera para que entiendan lo que pasó. Ahora Nicolás es grande y gracias a que siempre le hablamos con la verdad es muy consciente de lo que pasó. Está educado sin ningún rencor, todo lo contrario, sabe que el único camino es la justicia.
–¿Te va a acompañar al juicio?
–Sí, seguro, el lío lo tengo con Sol. No conoce detalles pero sabe que su abuelo está desaparecido y que lo mataron durante el Proceso. De a poquito le contamos la verdad y entiende todo, por eso se armó un lío bárbaro cuando le dijimos que no podía entrar a la sala porque tiene ocho años.
–¿Cómo imaginás el día después de la sentencia?
–Imagino que voy a poder apoyar la cabeza en la almohada y descansar tranquilo. Desde que estoy en esto, más allá de militar en HIJOS y colaborar para juzgar a la mayor cantidad posible de represores, no duermo bien porque todos los días aparece uno nuevo. Eso va a seguir, porque hay muchas personas que colaboraron y ocupan puestos en la administración,los colegios, las facultades, pero creo que cuando termine el juicio voy a dormir un poco más tranquilo.
(Fuente:Pagina12).


Juicio a Menéndez II
"El D2 era sangre, terror y torturas"Raúl Morales es querellante en el proceso que se iniciará mañana contra Menéndez y otros represores de la dictadura.
Por Magdalena Da Porta
La noche del 22 de marzo de 1976, dos días antes del golpe, Raúl Ernesto Morales llegó a su casa de Santa Rosa de Calamuchita y supo que las cosas ya no iban a ser como antes: habían secuestrado a su hermana y a su cuñado. Se demoró buscando algunas herramientas y cuando salió fue sorprendido por encapuchados armados con ametralladoras.


“¿Sos montonero vos? Seas o no seas, no vamos a hacer 200 kilómetros al pedo, te vamos a llevar lo mismo y te vamos a boletear”, fue lo primero que escuchó este albañil de 59 años que será uno de los querellantes en el segundo juicio por la represión en Córdoba que comienza mañana.



Tras su aprehensión, lo golpearon en forma salvaje en varios centros clandestinos, tanto que perdió los dos riñones y hoy tiene uno trasplantado. Además, sufrió daños psicológicos permanentes.


Quiere que en el juicio “se haga justicia, nada más. Para que nunca más pase esto. Quiero que nunca más haya muerte, violencia y torturas”.


Al ser secuestrado, Raúl tenía 26 años y militaba en la Juventud Peronista haciendo tareas solidarias. Cuando le vendaron los ojos, Raúl sintió terror, pero nunca imaginó que le esperaban los 10 días más violentos de su vida en el Departamento de Informaciones de la Policía (D2), para pasar luego siete meses en la cárcel de San Martín (entonces UP1) y dos años más en el penal de Sierra Chica, Buenos Aires.


“En Informaciones fue tremendo como me golpeaban, en ese lugar fue salvaje. Una vez me tiraron boca abajo en un calabozo, o en una pieza, y había una especie de agua en el suelo, pero luego me di cuenta de que era sangre”, declaró en la causa.


A pocas horas del juicio, reconstruye su historia y, mientras los recuerdos lo atrapan, piensa en sus nietas y no puede evitar quebrarse. Raúl fue albañil toda su vida y como consecuencia de los daños en su cuerpo le cuesta cada vez más trabajar. “Me ahogaban en agua –la famosa mojarrita–, muchísimos puntapiés, me quebraron dos costillas, me descolocaron la muñeca derecha. En la pierna izquierda me hicieron como un torniquete y quedé mal para toda la vida”, relata.


Dice que escuchó “algunos apodos” de sus verdugos pero nunca pudo verles la cara por el vendaje que tuvo durante su estadía en el pasaje Santa Catalina, en el centro de la ciudad de Córdoba, convertido hoy en el Archivo Provincial de la Memoria. “¿Sentiste nombrar al ‘Gato’? Bueno, ahora me vas a conocer” dice Morales que le dijo Miguel Ángel “Gato” Gómez, uno de los acusados. Y después, según la investigación, le quebró dos costillas.


Durante las sesiones de tortura, dice que llegó a pedir que lo mataran y que “se ensañaron” con él porque nunca firmó una declaración admitiendo una militancia en Montoneros.


“Yo nunca tuve causa. Estuve a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. Me acusaban de subversivo y vino el juez (federal de Bell Ville, Eudoro Vázquez Cuesta) y me dio la libertad por falta de mérito”, explica. Salió en libertad el 25 de noviembre de 1978 y pudo reencontrarse con su hermana y su cuñado.


Tres décadas después, describe así al D2: “Era sangre, torturas, terror y tiros. Gritos de dolor y Primatesta que tocaba las campanas fuerte. Eso era el D2, el terror puro”.


Recuerdos
Secuestro y “bienvenida”. Raúl Ernesto Morales fue secuestrado a los 26 años. Recuerda que sus captores “se identificaron como la Brigada de Investigaciones de Córdoba”. Además de la documentación legal que reafirma su paso por el Cabildo, él recuerda que le dieron la bienvenida cuando arribó al centro clandestino de detención. “Tenemos una visita nueva acá, en el D2, dijeron que me saludarían y me pegaron una patada", recordó Morales. Así se enteró del lugar al que había sido trasladado.
(Fuente:lavozdelinterior).

El “temible” D2 y Menéndez al banquillo
Comienza el juicio denominado Menéndez II que juzgará a policías y militares que actuaron desde la estructura del Departamento de Informaciones (D2) y cuya autoridad máxima era Luciano Benjamín Menéndez. Es el primero contra el Estado provincial por crímenes de lesa humanidad.
Manuel Nieva, sobreviviente y testigo en el Juicio, señala el despacho de Telleldín.
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Por Katy García
La acumulación de las causas denominadas “Albareda”, “Campos” y “Morales” conforma el juicio Menéndez II. Es el segundo en Córdoba que debe enfrentar el titular del Tercer Cuerpo.
En diálogo con este medio, Manuel Nieva, uno de los testigos, realiza un viaje al pasado desde el mismo lugar donde ayer fue víctima hoy convertido en sitio de la memoria. Agustín Di Toffino opina sobre el acontecimiento y su significación social y política y María Elba Martínez analiza el funcionamiento del llamado “temible” D2, nominación que persiste aún hoy.
Las víctimas del accionar conjunto entre militares y policías suman diez. Ricardo Fermín Albareda, ingeniero, subcomisario de la fuerza y militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) fue asesinado brutalmente en el Centro Clandestino de Detención Casa Hidráulica, en cercanías al Lago San Roque.
En tanto, los sobrevivientes por aplicación de torturas y tormentos son Raúl Ernesto Morales, Carlos Jacinto Moyano, Delia Lidia del Carmen Torres de Nieva, Manuel Américo Nieva, Ramón Hugo Guevara, Isolina Tránsito Guevara, Carlos Hugo Antón, Manuel Reynoso y Rubén Gilli.
Familiares y la Agrupación Hijos, son querellantes en la causa por el homicidio de Albareda. Agustín Di Toffino, representante de esos Organismos considera que “este juicio constituye un avance en la lucha por la justicia y la verdad en relación a los crímenes de lesa humanidad en Córdoba. Es el primero afrontado por militares y policías bajo el mando del D2”, afirma. Además recapitula que “en el primer juicio se esclareció lo que ocurrió con cuatro compañeros asesinados (causa Brandalisis) y ahora se avanza en el esclarecimiento del caso de Ricardo Fermín Albareda y de los compañeros que recibieron torturas”.
Sobre lo ocurrido días atrás, esto es, el retraso en el inicio del juicio opina que “es muy importante que no haya más interrupciones, ni artilugios legales como ya ocurrió. Porque esto significaría seguir la estrategia de ellos que es evitar que se realicen, porque saben que las pruebas existen”.
Di Toffino, precisamente, trabaja en el D2. Sobre esa realidad reflexiona que desde lo afectivo “es fuerte y doloroso” pero a la vez destaca que desde lo político, lo social, lo cultural estos espacios se resignifican. “Los que ayer representaba el horror, hoy lo conquistó la ciudadanía para poder ejercer políticas de memoria, de verdad, políticas que ayuden a esclarecer al pasado reciente. Es un saldo cualitativo: que la sociedad pueda afrontar lo que pasó, la tragedia, lo que representó el genocidio desde un espacio de madurez, de reflexión, que nos permita tener una mirada hacia el futuro”, sostiene.
Sobreviviente y testigo
Manuel Nieva es una de las víctimas que testificará. “Éste es primer juicio que se le hace a la provincia donde está incluido personal responsable del D2, de las desapariciones y torturas y de llevarme a la cárcel”, explica.
Nieva, era empleado del Correo Argentino y militante sindical. Unos 30 trabajadores que desarrollaban actividades sindicales en el gremio del correo fueron detenidos en esa época. Entre ellos, Moyano.
Así recuerda el día en que empezó su calvario hasta quedar libre en los ochenta. “En enero de 1977, desembarcaron en mi casa y me esperaron cinco horas, junto a mi esposa y mis tres hijos”, cuenta. Lo llevaron con los ojos vendados- en la jerga de los represores: tabicado- y esposado. Al tiempo, dedujo que estaba en el D2 por el sonido de las campanas de la Catedral.
Su mujer, que fue a averiguar sobre su detención también fue detenida. Difícil de olvidar aquél día. “Estábamos en un silencio profundo, en el tranvía. Era un pasillo con dos bancos al costado. Un lugar fuerte para recordar y no es fácil ponerse en el lugar del torturado. Uno comienza a despedirse de la vida. Con un carraspeo, mi señora me indica que estaba allí. Entonces, uno de ellos se acerca y me dice: la tenemos a tu señora, si no colaborás la violamos delante tuyo”.
Fue torturado, pero prefiere no hablar de esos sufrimientos y si detenerse en el contexto político social argentino y latinoamericano que marcó la etapa. Sin embargo, pese al paso de los años, y la terapia, las secuelas son permanentes, desliza.
No debe ser sencillo trabajar en el lugar donde se vivió el terror. Y mucho menos asumir la responsabilidad de testificar. Mirar a la cara a los verdugos, reconocerlos. “Soy un militante. Estoy asumido. Siempre pensé que me llevarían preso, pero nunca imaginé que me iban a torturar. Creo que nadie. Yo a partir de esas convicciones, puedo manejar mejor el miedo. No es que no lo tenga, pero estoy tranquilo”, confiesa.
El testigo valora que se haya creado por Ley el Archivo y Comisión Provincial de la Memoria (ex D2) donde trabaja actualmente. Desde el área de redes sociales junto a otras personas realizan actividades vinculadas a los derechos humanos con otras organizaciones y –cuenta- están preparando el Encuentro Provincial de Derechos Humanos. Colabora además en las visitas guiadas que se realizan a diario por los pasillos, patios y calabozos señalando las huellas y testimonios que dan cuenta de un pasado cercano para construir memorias.
Morales
La abogada del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), es querellante en la causa Morales. Sucintamente, explica que Raúl Morales por acción de la tortura perdió los dos riñones, entró en depresión y va por la tercera operación. “A los 26 años quedo marcado para siempre. Es una persona sencilla, un obrero de la construcción, con el primario incompleto. Pertenecía a la Juventud Peronista, donde también participaban familiares, algunos de ellos policías, que trabajaban en actividades comunitarias en Villa Incor, en Santa Rosa de Calamuchita”, detalla.
Sometido a consejo de guerra, fue sobreseído parcialmente y luego de manera definitiva pero después lo pusieron a disposición del PEN y lo derivaron a Sierra Chica. “Pasó años sin una pensión adecuada, su vida es un calvario. Soy un viejo, me dice y tiene 50años”, cuenta. “Recién en los ‘80 pudo ser trasplantado y ahora es atendido y tratado como un ser humano”, afirma.
El “temible” D2
Cada vez que alguien se refiere al Departamento de Informaciones (D2), invariablemente, lo adjetiva. También se lo nombra como “la D2”. Seguramente en el juicio se revelarán cuestiones que lo expliquen. De hecho hay referencias bibliográficas y testimoniales. Para María Elba Martínez, abogada del Servicio Paz y Justicia, querellante además en varias causas por violaciones a los Derechos Humanos, este lugar mantuvo rasgos que incluso perduraron en el tiempo y que ameritan tal nominación.
Durante el periodo de la represión este sitio funcionó en el Pasaje Santa Catalina pegado al Cabildo, sede de la Jefatura de Policía Provincial. En 1978 se trasladó a la casa ubicada en Mariano Moreno esquina Caseros.
“Por lo general el método de la tortura estaba dado especialmente en estos lugares de instrucción perversa. En el D2, justamente, a fines del 1975 y principios de 1976, se crea el Grupo de Interrogadores de Detenidos (GID) a cargo de Menéndez”, cuenta la abogada. “Estaba conformado por militares y miembros de las policías federal y provincial, se abre y asume con mucho gusto (Pedro Raúl) Telleldín (N. de la Fallecido). Esto hace que el D2 pase a ser una estructura de inteligencia, investigaciones y de persecución que aceptaba el método de la tortura”, agrega. En este centro se detenía, interrogaba y luego se distribuía a los prisioneros a centros clandestinos de detención policiales o militares.
Martínez afirma que el D2 también participó conjuntamente con las estructuras militares en la ejecución de secuestros y lancheos, modalidad que se reproduce en las cinco jurisdicciones del país. Asimismo, considera que centros como éste existían con idénticas funciones en los países bajo la órbita de la Operación Cóndor. “D2 hubo Chile, Uruguay, Bolivia, Perú, Guatemala y Argentina”, explica.
“Del secuestro de los llamados subversivos eran informados los jefes de informaciones y los cuadros más importantes, y si el procedimiento era especial los grandes jefes bajaban a esos lugares. Cuando Menéndez crea el GID, además de confiar en las decisiones de esos mandos, requiere ser informado inmediata y diariamente. De modo que era un centro nuclear”, asegura.
La fama de su metodología aplicada a presos políticos y reclusos comunes también alcanzaba a funcionarios de la justicia. “Al doctor Moreno, secretario del juzgado de novena instrucción, lo mataron a las 7 de la mañana, a una cuadra de la seccional primera de policía. Tenía en su poder expedientes con gente bajo sospecha de esos comandos”, asevera, María Elba Martínez.
Sobre la llamada “patota” o “mano de obra desocupada”, comenta que durante el periodo democrático ocupó altos cargos en la policía o como personal de seguridad de las instituciones democráticas. “Hubo varias personas, algunas muy formadas y preparadas como Yanicelli para actuar en el periodo democrático. Entiendo que estaban para direccionar la seguridad urbana. Lo que antes era seguridad nacional para eliminar subversivos, hoy lo es para eliminar a los pobres”.
Martínez analiza que el D2 que después se transforma en Comando Radioeléctrico era conocido como “tiro en la frente” o “tiro en la nuca” porque los delincuentes que supuestamente se escapaban aparecían con un tiro en esas zonas craneanas. "El D2 estaba completamente a la luz, con conocimiento de la Justicia Federal. Una parte de la policía sabía absolutamente lo que pasaba igual que en la UP1. Coexistieron campos clandestinos para el Poder Judicial. No son novedad para nadie aunque algunos sufren una gran amnesia histórica”, concluye.
Los represores acusados por los delitos de homicidio agravado; privación ilegítima de la libertad agravada; imposición de tormentos agravados y lesiones gravísimas son: Luciano Benjamín Menéndez, Rodolfo Aníbal Campos, César Armando Cejas, Hugo Cayetano Britos, Calixto Luis Flores y Miguel Ángel Gómez. El ex jefe de Policía Campos, seguirá el desarrollo del juicio por teleconferencia debido a que una enfermedad le impide concurrir.
El Tribunal está constituido por Jaime Díaz Gavier (Presidente) y los vocales Sergio Grimaux y Jorge Quiroga Uriburu. En nombre del Ministerio Público fiscal acusará el fiscal Carlos Gonella. Mientras que los querellantes particulares serán Claudio Orosz y Juan Martín Fresneda, abogados de Hijos, en representación de Fernando Albareda hijo de la víctima e integrante de la agrupación. La familia Morales será representada por los abogados María Elba Martínez y Hugo Vaca Narvaja.
(Fuente:Prensared).
(Fuente:Recopilación de notas:Rdendh).

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