27 de octubre de 2009

CÓRDOBA: JUICIO A MENÉNDEZ. II

Menéndez fue procesado por primera vez por el robo de un bebé
Es por el caso de Silvina Parodi, la hija de la dirigente de Abuelas Sonia Torres. Habría dado a luz a un varón en 1976. Los padres fueron desaparecidos y del bebé no se supo más.
Juan Carlos Simo

SONIA TORRES. A la izquierda, junto a Fernando Albareda (hijo del subcomisario asesinado en 1979) y Emilia D´Ambra, de Familiares (La Voz).


El ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, fue procesado por primera vez en Córdoba por la sustracción de un niño a una prisionera política durante la dictadura, según adelantaron desde el Juzgado Federal Nº3 .
Se trata del caso del supuesto varón que habría dado a luz Silvina Parodi, la hija de la dirigente de Abuelas en Córdoba, Sonia Torres, después del golpe de marzo de 1976.
Además de Menéndez, la jueza Cristina Garzón de Lascano también procesó por el delito de “sustracción de menores de diez años” a Hermes Rodríguez, ex segundo jefe del Destacamento de Inteligencia 141; y los ex responsables del centro clandestino de detención de La Perla, Hector Pedro Vergés, Jorge Exequiel Acosta y Ernresto Guillermo Barreiro.
Parodi y su esposo Daniel Francisco Orozco, ambos militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), fueron secuestrados de su casa de Alta Córdoba y se supone que tras ser torturados en el centro clandestino de detención de La Perla fueron asesinados y desaparecidos, aunque en distintos momentos.
La joven fue incluso vista en el Paseo del Buen Pastor y según estima su madre dio a luz a un varón en el Hospital Militar, aunque el juzgado federal todavía no pudo determinar dónde ocurrió el parto ni cuál fue el destino posterior del niño o niña, que según varios testimonios sería un varón.
Sonia Torres dijo que estaba enterada de la resolución del juzgado Nº3, efectuada el 21 de octubre pasado, pero por el momento prefierió no comentar el avance en la causa.
La dirigente de Abuelas denunció varios ataques e intimidaciones en los últimos años. La semana pasada estuvo presente en las primeras audiencias del juicio a Menéndez y ex integrantes del Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba, que se lleva a cabo en el Tribunal Oral Federal Nº1 y que se reanudará mañana con los primeros testigos.
Otras denuncias.
La fiscal federal Nº3, Graciela López de Filoñuk, confirmó que la del hijo de Parodi y Orozco es "por ahora" la única causa por sustracción de bebés en Córdoba.
"Denuncias hay muchas, pero avanzadas como en este caso todavía no. Quedó acreditado que el chiquito nació, aunque no se sabe dónde, pero sabemos que nació", dijo.
Procesamientos.
Menéndez, Rodríguez, Vergés, Acosta y Barreiro también fueron procesados por los secuestros, torturas y asesinatos de Parodi y su esposo.
Además, Luis Manzanelli, José Herrera, Carlos Díaz, Luis Quijano, Arnoldo José López, Héctor Romero, Emilio Morard y Ricardo Lardone, fueron procesados por los secuestros y los tormentos, pero a ellos se les dictó la falta de mérito por la sustracción del niño. Carlos Vega fue procesado por el asesinato de Parodi.
¿Y la supresión de identidad?
Juan Carlos Simo
Menéndez y los otros represores procesados por el robo del bebé de Silvina Parodi y Daniel Francisco Orozco bajo la acusación de "sustracción de menor de edad de diez años" pero no por la "supresión de identidad y estado civil", por lo que podría apelarse la resolución.
En el fallo de la jueza Cristina Garzón de Lascano se afirma que no está probado en qué lugar Silvina dio a luz y cuál fue el destino del bebé, a pesar de que Sonia Torres, madre de Silvina, afirma que tuvo informaciones sobre un parto en el Hospital Militar.
La abogada de Abuelas, María Teresa Sánchez, dijo que ahora estudian presentar una apelación en los próximos días para que se revea este aspecto.
"Hay más de una prueba de que el hijo de Silvina habría nacido y sería varón. Ahora tenemos hasta primera hora del miércoles para ver este punto", dijo.
La denuncia por la sustracción y la supresión de identidad fue formulada en 1998. La dirigente de Abuelas y su abogada Sánchez, además de otros miembros de organismos de derechos humanos, sufrieron amenazas y agresiones.
En ese tiempo, todavía regían las leyes de obediencia debida y punto final, además de los indultos, por lo que no se podía actuar por los secuestros, torturas y asesinatos de Parodi y su pareja. Sin embargo, el delito de robo de bebés estaba expresamente marginado de esos beneficios, por lo que la causa se inició con esas acusaciones.
"Luis Manzanelli llegó a estar en la puerta de mi casa en mi auto, tomando fotografías. Y una vez ingresaron a mi estudio y golpearon a mi socia", relató Sánchez. Nunca avanzaron las investigaciones acerca de esas intimidaciones, pero cuando Manzanelli solicitó el beneficio del arresto domiciliario, se lo negaron, justamente considerando los antecedentes de este suboficial que actuó en La Perla y que actualmente está detenido con sentencia a prisión.
En 2003, una vez declarada la inconstitucionalidad de las leyes de impunidad y los indultos, Torres amplió la denuncia incluyendo ya las privaciones ilegítimas y los tormentos. "Parece que todo esto sí tuvo sentido", dijo Sánchez.


Siguen las dudas sobre la muerte del jefe del D2

A 26 años del fallecimiento de Telleldín, supuesto asesino de Albareda, un ex comisario sospecha del deceso del represor.
Por Federico Noguera

Octavio Cuello será testigo en el segundo juicio a Menéndez. Foto: LaVoz

Cuando pasaron 26 de la muerte del siniestro ex jefe del Departamento de Informaciones (D2) de la Policía de Córdoba Raúl Pedro Telleldín, y supuesto asesino del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, continúan las dudas sobre las causas de su deceso.
El 21 de octubre de 1983 Telleldín, de 55 años, viajaba en un Falcon por la ruta 55, cuando chocó a un camión Dodge y falleció en forma instantánea.
Pero esa versión oficial informada a La Voz del Interior dos días después del accidente despertó dudas en el ex comisario Octavio Cuello (75), testigo en el juicio contra Luciano Benjamín Menéndez y ex policía del D2, quien en 1995 habló de la posibilidad de que Telleldín estuviera vivo, lo que continúa afirmando. “Planteé que Telleldín pudiera estar vivo o muerto”, comentó Cuello. “Hablé –agregó– con el comisario inspector Olmos que llegó al lugar del supuesto accidente, en La Calera, donde también estuvo (Carlos) Yanicelli”, ex policía del D2.
Según Cuello, Olmos le dijo que el cuerpo era el de Telleldín. “Después se lo llevaron”, agregó Cuello, aunque se desconoce si hasta la morgue o a otro sitio.
También afirmó que Olmos y Yanicelli “vistieron a Telleldín para el sepelio”. Se cree que la segunda esposa de Telleldín y sus hijos velaron el cadáver a cajón cerrado, como también sostiene Hijos.
“Ahí entran las dudas porque no salió nada. Uno nunca sabe, estas situaciones tratan de ocultarse”, apuntó. Y sostuvo que “el sumario del accidente desapareció de Tribunales”.
A Cuello le llegó la versión de que “Telleldín podría estar escondido en Córdoba, Buenos Aires o Paraguay. Fuentes de la familia Telleldín dijeron ese año que era “imposible” que estuviera vivo, posibilidad que también rechazó el entonces secretario de Seguridad provincial Eduardo Luppi. Sin embargo, un detalle siembra más sospechas: según informó Clarín en 2001, en la causa contra Carlos Telleldín, hijo del represor y sobreseído de la causa Amia, no figura que su padre esté muerto.
Continúa el juicio
Mañana continuará el juicio oral y público por la muerte del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, asesinado en setiembre de 1979, en la Casa de Hidráulica, próximo al paredón del dique San Roque, en el que están acusados Luciano Benjamín Menéndez y otros cinco represores.
La audiencia de mañana está prevista para las 10.30 y declararán familiares de la víctima, cuyos nombres no se difundieron por razones de seguridad (en el primer juicio contra Menéndez ocurrió algo similar).
Este juicio se inició la semana pasada con la lectura de las acusaciones y la palabra de los imputados, entre ellos Menéndez, quien volvió a negar facultades para juzgarlo a la Justicia civil.


Represores en el banquillo / “Charlie” Moore sobre el juicio Menéndez II
"Todos los que están en el juicio torturaban"
En una nueva entrevista con este diario desde Inglaterra, el ex guerrillero contó que fue el último en ver con vida a una mujer con “un avanzado embarazo” que había estado cautiva en el D2. Relató que de una de esas dependencias se llevaron centenares de carpetas con datos sobre víctimas del terrorismo de Estado.
Por Carlos Paillet
Entre la prueba aportada al juicio a Luciano Benjamín Menéndez y a otros cinco represores (entre ellos cuatro ex policías que durante la dictadura revistaban en el D2), se cuentan las entrevistas que este diario le hizo a Carlos “Charlie” Raimundo Moore, un ex militante del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), y que fueran publicadas en noviembre de 2006.
Con el juicio ahora en marcha, “Charlie” Moore volvió a acceder a una nota telefónica con La Voz del Interior desde su residencia en Inglaterra, en una población cercana a Londres.
Otra vez hizo revelaciones resonantes. Habló del asesinato de una prisionera embarazada y de dos suboficiales de policía que fueron “colgados”. Además, relató el robo por parte de jerarcas policiales de centenares de carpetas con datos sobre detenidos-desaparecidos que se archivaban en el Departamento de Informaciones (D-2) que por esos años funcionó en la intersección de Caseros y Mariano Moreno de la ciudad de Córdoba.
Pero vale hacer un breve repaso de quién es “Charlie” Moore. Durante la violenta década de 1970 militaba en el ERP y cayó preso en 1974 por su participación, como miembro de esa organización armada, en el copamiento a la Fábrica Militar de Villa María, ocurrido el 10 de agosto de ese año.
Moore estuvo detenido en el D2 hasta noviembre de 1980, cuando se “fugó” a Brasil en circunstancias dudosas y poco antes de que fueran condenados los responsables del ataque a la planta militar villamariense.
Sobrevivientes y testigos de varios centros de detención de la Policía de Córdoba y del Ejército darían cuenta después de que “Charlie” Moore se “pasó de bando” y terminó “colaborando” con sus captores en el D2, en una suerte de “doble agente”.
La entrevista
Lo que sigue es parte de la nueva charla mantenida con el ex guerrillero. Giró en torno de la causa que se está ventilando en el juicio por el crimen, en 1979, del comisario Ricardo Fermín Albareda, quien también militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), brazo político del ERP.
–¿Usted conoció a Albareda?
–No lo conocí. Lo que sé es que habían encontrado a uno de Comunicaciones (de la Policía) que interfería con la radio del D2 cada vez que andaban haciendo operaciones. Por lo que pude levantar yo de adentro, digo que Albareda era un operador de la Comisaría 16. Yo a esto lo menciono en mi declaración en Brasil (N.d.R.: una vez que se fugó del país).
–Se dice que mataron a Albareda porque habían descubierto su militancia política paralela. ¿Sabe algo?
–No se puede matar a un tipo así. Eso es una barbaridad. Nosotros no salimos a descuartizarlo a Menéndez. Asesinarlo, mutilarlo de esa forma a Albareda, no tiene ninguna justificación. Después que mataron a Albareda vinieron y “limpiaron” todas las carpetas del D2. Me pusieron a laburar a mí en la movida. Después de eso cerraron (la Casa de) Hidráulica. Los tipos tenían la cola entre las patas porque se les había ido la mano.
–¿Conoció a algunos de los acusados en este juicio?
–Sí, por supuesto.
–¿Estaban en el D2?
–Sí, sí, todos.
–¿Y supo si torturaban?
–Todos.
–Durante el descargo que hicieron el jueves pasado, los policías se despegaron de las acusaciones. Britos, Cejas, Gómez...
–Gómez..., Gómez era uno de los más grandes torturadores que hubo en el D2. Qué se va a querer despegar ése ahora...
–¿Qué otros casos recuerda aparte del crimen de Albareda?
–Con lo que pasó con Albareda se cierra un ciclo. El primer secuestro que yo registro, entre la noche del 25 y el 26 de marzo de 1975, es el de una mujer con un avanzado estado de embarazo. Era la señora Orzaocoa. Yo creo ser el último que la vio con vida en el D2 cuando la trasladaron al destino final.
–¿Qué pasó con ella?
–Yo estaba en el baño y me arrastraron de los pelos y la trajeron a ella para lavarla. Prendieron la luz del baño y la pude ver bien, muy bien, yo la puedo describir a pesar de haber estado vendado. Fui el último en verla con vida en el D2.
–¿Recuerda algún otro caso similar al de Albareda?
–Hacia finales de 1975, el D2 oficial comenzó paulatinamente a desviarse. Se había montado un D2 trucho y resultó ser la “Escuelita de Pilar”. La vieja Caminera, al lado del puente del río Segundo. Ahí colgaron a dos suboficiales que eran amigos míos y se oponían a los secuestros.
–¿Se acuerda de los nombres?
–El sargento primero Sevilla y el cabo primero Torres. Eran todos medio manos pesadas, ningunas palomitas blancas, pero estaban en contra de los secuestros y mucho más de los asesinatos.
–Usted dijo que después del crimen de Albareda se cerró un ciclo en el D2. ¿Qué significa?
–Aquí volvemos al caso Albareda. A finales de setiembre de 1979, el último D2, donde estaba el Comando Radioeléctrico, fue limpiado de todas las armas truchas que habían sido utilizadas y dejaron solamente las reglamentarias. ¿Cómo yo sé eso? Porque a mí me pusieron a hacer la lista. Estaban muy, muy preocupados. Yo sabía que algo serio había pasado. Estaban limpiando todo.
–¿Qué más sacaban?
–También vaciaron un armario de color gris, bien alto, como de dos metros y 1,60 de ancho. Tenía doble puerta con cerradura, con herrajes y encima un candado. ¿Sabe qué se llevaron?
–¿Qué?
–Se llevaron todas las carpetas de prisioneros a las que nadie tenía acceso. Ni siquiera el personal de ficheros y archivos. Había otras carpetas de gente fichada, pero éstas eran algo especial.
–¿Y adónde las llevaron?
–No sé. Eran muchísimas. Yo estaba presente. (Américo) Romano estaba nervioso, transpirado y tenía olor a bebida blanca. Las empacamos y las amarraron con hilos de pita en paquetes de 20 carpetas. En total eran como 25 ó 30 pilas.
–¿Qué cree que había en esas carpetas?
–Y, bueno... esas carpetas son las de los desaparecidos.
–¿Usted no participó del traslado de la documentación?
–No. Las llevaron en una chata Chevrolet que manejaba (el policía Ricardo) Hierling. Ya no quedaba nada en el D2. Ya no operaba. Estaba inactivo. A mí me hicieron pintar todo el edificio con el “Tupa”, un tupamaro que habían traído de Uruguay al ERP. Era un albañil, nada más, pero después de que terminó de pintar lo liquidaron al “Tupa”.
–¿Pero usted vio las carpetas?
–Lo que más me llamó la atención fue que muchas carpetas tenían como una cruz, pero no era una cruz religiosa, sino como un signo positivo; lo que a mí me hace sospechar un poco, porque de las otras 20 mil carpetas que había ahí, ninguna tenía ese signo.
–¿Cree que alguno de los policías que hoy están en el juicio pueden saber algo del destino de esas carpetas?
–Por supuesto. Hay una persona clave: preguntale a “Kun Fu” Calderón (por el testigo Ramón Roque Calderón, que tiene que declarar en este juicio).

Panorama incierto para el otro juicio al D2
La causa "Gontero", en la que se analizan las torturas sufridas por ex policías, cayó en el Tribunal Oral Federal Nº2. Pero la puede reclamar el Nº1 para acumularla con la de la UP1.
Mientras se lleva a cabo el primer juicio en el que se investiga a miembros del Departamento de Informaciones de la Policía (D2), hoy se conoció que el Tribunal Oral Federal Nº2 tendrá a su cargo el siguiente proceso contra acusados de esa dependencia.
Se trata de la causa "Gontero", en el que se analizan los secuestros y torturas sufridos por los ex policías Raúl Urzagasti -fallecido este año-, Luis Urquiza, Carlos Zúñiga, José Argüello y Horacio Samamé, además del hermano de éste, Oscar, quien no era uniformado.
Este mediodía se hizo el sorteo informático en el juzgado federal Nº3, a cargo de Cristina Garzón de Lascano, y el resultado abre un interrogante acerca de dónde se realizará el juicio, finalmente, porque esta causa podría acumularse con la denominada "UP1", en la que se juzgarán los crímenes cometidos contra presos políticos en la cárcel de San Martín y también en una sede del D2.
Esa otra causa está en el Tribunal Oral Federal Nº1, el que actualmente sustancia el segundo juicio por la represión -mañana comienza la ronda de testigos- y que ya el año pasado sentenció a Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe del Tercer Cuerpo de Ejército.
Fuentes judiciales explicaron que ahora el Tribunal Oral Federal Nº1 puede solicitar la causa "Gontero", pero que el Nº2 puede pretender de todos modos llevar a cabo el juicio.
También puede intervenir el pedido de las distintas partes.
(Fuente:Rdendh-Lavozdelinterior).

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