29 de octubre de 2009

CÓRDOBA: JUICIO A MENÉNDEZ. RELATO ESCALOFRIANTE DEL ASESINATO DE ALBAREDA.

Relato escalofriante del asesinato de Albareda, en Casa de Hidráulica
Hoy declaró el testigo clave de la causa: el ex policía del D2, Roque Calderón. Dijo cómo fue torturado el subcomisario desparecido en 1979.
Por Federico Noguera

El ex policía del Departamento de Informaciones (D2) y testigo clave del segundo juicio por la represión, Ramón Roque Calderón, aseguró hoy ante la Justicia Federal que vio cuando torturaban hasta causarle la muerte al ex subcomisario Ricardo Fermín Albareda e identificó a los presuntos asesinos.

Luego de una hora y cuarto de demora en el comienzo de la cuarta audiencia, Calderón declaró ante el Tribunal Nº1 que después de trabajar en el destacamento policial de Pilar, en 1976 asumió como guardia en el Chalé de Hidráulica hasta 1980,

Según dijo en su escalofriante testimonio, el Chalé "nunca" se utilizó como lugar de control ante un posible atentado contra el paredón del dique San Roque, como se dijo en un comienzo, y señaló que vio a "más de 200 detenidos de la provincia de Córdoba" en ese centro de detención.

30 años atrás. A ese lugar fue trasladado Albareda la medianoche del 26 de setiembre de 1979, donde también estaban de guardia el suicidado Jesús González y los hermanos Antonio y Hugo Carabante. El testigo declaró que el entonces jefe del D2 Rául PedroTelleldín (ya difunto) y los policías Hugo Cayetano Britos y Américo Pedro Romano "llegaron de civil con Albareda, que estaba con uniforme de policía y esposado".

"Lo sentaron ataron con alambre a una silla y Telleldín le dijo a Britos que le arrancara las insignias y que lo degradara", describió Calderón, quien identificó ante el Tribunal a los represores Luciano Benjamín Menéndez, Britos y (Luis Calixto) Flores”. Después, Telleldín les dijo a los presentes, entre ellos "Kung Fu" Calderón: "´Esto les va a servir de ejemplo para el día que traicionen a la Policía. Vea ´Kung Fu´ lo que le pasa a los traidores. Van a morir igual".


Tras aplicarle una “(golpiza) salvaje, Telleldín sacó un bisturí y le dijo a Albareda: ´Usted camina por el peso de las ´bolas´. Te las voy a cortar. Y le corta los testículos", narró al presidente del Tribunal, Jaime Díaz Gavier.

Calderón declaró que pidió retirarse durante los tormentos a Albareda porque se "sentía mal", aseguró que le contaron que Telleldín le introdujo los testículos seccionados en la boca de la víctima y se la cosió.

Tras la sesión de torturas, donde "pusieron música a todo lo que daba para tapar los gritos", Telleldín, los hermanos Antonio y Hugo Carabante, Britos y Romano comieron un asado fuera del Chalé.


Desaparición. Luego, el testigo manifestó que vio que arrastraron el cuerpo de Albareda, a quien no conocía pero que luego los Carabante se lo comunicaron, "como una bolsa de papas" hasta un auto. Allí, Britos y otro chofer cargaron el cadáver y se lo llevaron, aunque Calderón indicó que nunca supo a dónde fue trasladado.

Antes de irse, Telleldín le ordenó a los hermanos Carabante, González y Calderón que limpiaran “la sangre bien con lavandina".

"Y cumplimos", recordó el testigo, quien reconoció haber "visto muchos detenidos y muchas cosas que la mente humana no puede creer. La gente no valía nada, que no fuera nada", admitió Calderón. Reconoció que tuvo "terror aquella noche". Cuando el abogado de Menéndez, Alejandro Cuestas Garzón, le preguntó a Calderón por qué creía que Albareda había sido asesinado, el testigo respondió que él no podía opinar, pero aseguró que uno de los Carabante le dijo que porque el subcomisario "era un subversivo y traidor".

Calderón dijo que el testigo muerto vio lo mismo que él
Declaró ante el fiscal Vidal Lascano, que investiga el aparente suicidio del ex policía González.

"Presenció lo mismo que yo en Casa de Hidráulica". Con esa frase, el ex policía del Departamento de Informaciones (D2) Roque Calderón, se refirió a lo que podría haber sido el testimonio de Jesús González, el ex uniformado que murió pocos días antes del comienzo del nuevo juicio en Córdoba a Luciano Benjamín Menéndez.


Calderón es el testigo "clave" de una de las causas actualmente en juicio, la relacionada con el secuestro, tortura y asesinato del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, ocurrido entre el 25 y el 26 de setiembre de 1979 en Casa de Hidráulica.

Temores. En ese centro clandestino de detención trabajaron realizando guardias Calderón y González, quien se habría quitado la vida cinco días antes del comienzo del juicio, aparentemente por la preocupación que le había generado su comparecencia como testigo, según deslizaron fuentes judiciales.

Antes de detallar ante el Tribunal Oral Federal Nº1 cómo fue asesinado Albareda, Calderón declaró ante el fiscal federal Nº2, Gustavo Vidal Lascano, por la causa en la que se investiga la muerte de González: si se determina que hubo suicidio, el expediente se cierra.

Sólo continúa si se llega a encontrar elementos que hagan pensar en una instigación al suicidio, de lo que no hay evidencias por el momento, según fuentes de la causa.

Vidal Lascano todavía debe recibir los testimonios de otra hija de González -ya declararon la esposa, la hija y el yerno que vivían con él- y de su madre, quien descubrió junto a la viuda al ex policía en el baño de su vivienda de barrio Alejandro Carbó.

En los teléfonos celulares de la familia todavía no se han detectado llamadas que podrían haber reforzado la hipótesis de eventuales presiones sobre el testigo, aunque de todos modos se aguardan las sábanas telefónicas.

Pericias. Los informes de la Policía Judicial no aportaron tampoco alguna evidencia en ese sentido, según las fuentes, que se inclinan por algún tipo de temor que podría haber sentido el testigo por su suerte en el juicio.

"Incluso hizo una broma a su esposa sobre la posibilidad de quedar detenido por falso testimonio, cuando vio por televisión a Calderón relatando lo ocurrido con Albareda", señalaron desde la investigación.

Junto a Calderón, González fue guardia en otro centro clandestino de detención: el Destacamento Caminero Pilar-Río Segundo. En Casa de Hidráulica, ambos compartían guardias de 7 días corridos, con dos semanas de descanso, e incluso dormían en la misma habitación, según dijo Calderón.
(Fuente:Rdendh-lavozdelinterior).

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