28 de octubre de 2009

LOS JUZGA UN TRIBUNAL LOS CONDENAMOS TODOS.

COMPARTIERON CAUTIVERIO EN "LA PERLA", CON TONIOLLI
Sobre víctimas y testigos
Dos sobrevivientes supieron por dichos de un carcelero de Córdoba que todos los cautivos de la Quinta de Funes habían sido fusilados.


El "Cabezón" Toniolli continúa desaparecido
Por Sonia Tessa
Eduardo José Toniolli fue secuestrado el 9 de febrero de 1977 en Córdoba, y estuvo cautivo entre uno y dos meses en La Perla, donde otros prisioneros lo vieron, escucharon los tormentos que sufrió y conversaron con él. El juicio oral a represores de Rosario continuó ayer con las declaraciones de Teresa Meschiatti y Héctor Kunzmann, dos testigos que compartieron cautiverio en Córdoba con Toniolli, uno de los prisioneros de la Quinta de Funes que continúa desaparecido. Los dos sobrevivientes supieron por dichos de Vega, carcelero del centro clandestino de detención de Córdoba que todos los cautivos de la Quinta de Funes habían sido fusilados.

Kunzmann conocía de antes de caer al "cabezón", como le decían a Toniolli. Secuestrado en diciembre de 1976, en febrero del año siguiente vio llegar a su compañero a La Perla y, como al principio los prisioneros permanecían aislados, recién varios días después tuvo contacto con él. Pero antes de verlo, escuchó los gritos de dolor de Toniolli durante la terrible golpiza a garrotazos que recibió por muchas horas, un tiempo tan largo que estima alcanzó un día. "Se conoce como la peor garroteadura que sufrió una persona durante los dos años que estuvimos ahí", relató el sobreviviente. Los torturadores fueron el militar H.D. Diaz y el civil Chuy López. El primero está condenado y el segundo es juzgado en Córdoba.


Unos días después de esa golpiza, Toniolli fue llevado con el resto de los prisioneros. "Por los relatos posteriores de él supimos que durante todas las horas que estuvieron pegándole, no le permitieron apoyarse en la pared o en el piso. Yo no sé cómo pudo sobrevivir. Creo que fue porque Eduardo era joven, de una contextura muy fuerte. Tenía uno o dos agujeros en la cabeza y estaba todo morado", señaló Kunzmann.


La primera testigo del día fue Meschiatti, que estuvo secuestrada desde el 25 de septiembre de 1976 hasta el 28 de diciembre de 1978 en La Perla. Allí conoció a Toniolli. Recordó que el militante era "alto, delgado, siempre se ponía las manos en los bolsillos, era muy alegre". Meschiatti compartió casi dos meses de privación ilegal de la libertad en la cuadra, un espacio de 10 metros por 50, donde estaban alojados todos los prisioneros.


En abril, Toniolli fue trasladado a Rosario. Pero en septiembre volvió por pocos días al centro clandestino de detención de Córdoba. Meschiatti determinó con precisión que fue el 24 de septiembre de 1977. Recordó el día porque fue la víspera del primer aniversario de su secuestro. En esa oportunidad llegó con una chica, que después se pudo establecer era "Lucy", Stella Hillbrand de Del Rosso. Toniolli estuvo con ellos en la cuadra, y les contó sobre el lugar en el que estaba en Rosario.


Entonces, Toniolli contó a sus antiguos compañeros de cautiverio que se encontraba en una casa quinta con mucho terreno en las afueras de Rosario, donde podían jugar al fútbol y al tenis. También les dijo que el general Leopoldo Galtieri había ido varias veces a fiscalizar el lugar. Les comentó que alguien de su familia había podido verlo en un auto, rodeado de militares, y eso le daba expectativas de ser legalizado.


Por el contrario, en los primeros meses de 1978, los cautivos de La Perla supieron que todos los cautivos de la Quinta de Funes habían sido fusilados, tras la operación México como represalia por la fuga de Tucho Valenzuela. "Supimos también que el responsable de La Perla, el capitán Acosta, había pedido a Toniolli, porque había sido secuestrado en su jurisdicción, pero el Ejército rosarino se lo negó", indicó la testigo. Cuando la querellante por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Ana María Figueroa, le repreguntó sobre el acceso a este dato, Meschiatti recordó que se interesaban por el destino de Toniolli. "Queríamos saber qué había pasado con él porque era macanudo", indicó.


En esos días de septiembre, Kunzmann, que es entrerriano, habló a solas con Toniolli, dada la amistad que los unía. Le preguntó especialmente por dos diamantinos que habían militado con él en Paraná, antes del golpe. Así supo que Oscar Capella y Miguel Angel Tosetti estaban en el mismo lugar de cautiverio, junto a sus compañeras. El militante rosarino también le mencionó a un bebé, aunque el sobreviviente no recordó de quién era hijo. Toniolli también contó que había otras parejas en su lugar de cautiverio.


Además de los dos valiosos testimonios, la jornada estuvo marcada por una controversia entre la fiscal Mabel Colalongo y el presidente del Tribunal, respecto del tenor de las preguntas del defensor de Juan Daniel Amelong, Héctor Galarza Azzoni.
(Fuente:Rosario12).



Una pregunta fuera de lugar
En la audiencia de ayer, la fiscal Mabel Colalongo objetó una pregunta del defensor Héctor Galarza Azzoni hacia la testigo Teresa Meschiatti. Pero el presidente del Tribunal, Jorge Venegas Echagüe, no hizo lugar a su participación. La fiscal insistió. "No recuerdo haberle dado la palabra", retrucó el magistrado. "Esto es un debate", respondió Colalongo. Venegas Echagüe la remitió al alegato. "No se puede esperar hasta el alegato porque hace al desarrollo del proceso, por la forma de interrogar a los testigos-víctimas", repuso la representante del Ministerio Público.

Galarza Azzoni había preguntado a la testigo por las condiciones de cautiverio en La Perla. Ella le respondió que no había querido abundar en la tortura sufrida por el dolor que le causaba. Entonces, Galarza Azzoni insistió. "No me interesa indagar sobre situaciones que afectaron a la dignidad de la testigo, quiero saber si estuvo tabicada", preguntó el profesional.


El Tribunal decidió no hacer lugar a la reposición de la fiscal, en una resolución basada en otra pregunta, diferente a la cuestionada por la fiscal. "Entiendo que tanto usted señor presidente al igual que el defensor consideran que estar tabicado no afecta la dignidad de la persona", sentenció Colalongo y prometió recurrir ante el Consejo de la Magistratura y la comisión especial para seguimiento de los juicios por delitos de lesa humanidad de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
(Fuente:Rosario12).

En Santa Fe, testigos no reconocieron "La Casita"
Inspeccionaron dos propiedades
El Tribunal Oral Federal que juzga a los represores santafesinos inspeccionó ayer dos propiedades a la vera de la ruta 19, en la búsqueda de centros clandestinos de detención. Primero, una quinta que pertenece a parientes lejanos del ex juez federal de la dictadura, Fernando Mántaras y luego lo que queda del viejo casco de la estancia "La Matilde". Pero sólo uno de los testigos que participaron del acto, el abogado Jorge Pedraza dijo que la ubicación de "La Matilde" podía ser "compatible" con el lugar donde fue torturado en 1975. Los demás testigos no reconocieron ninguna de las dos casas, lo que se entiende porque fueron secuestrados en marzo de 1977. "Esto significa que 'La casita' como las víctimas llamaban al centro clandestino no era una sola sino varias y operaron en distintas etapas de la dictadura", señaló el abogado querellante Horacio Coutaz.


La inspección de las casas había sido ofrecida incluso por la defensa de los imputados. Pero el hecho de que la mayoría de los testigos no las haya reconocido no pesa en el juicio, interpretó Coutaz. "La búsqueda de los centros clandestinos tiene valor para la superación de la verdad histórica, pero como prueba del juicio, encontrarlos o no encontrarlos, no tiene mayor valor jurídico y probatorio porque la privación ilegal de la libertad y los tormentos tienen la misma estructura típica del delito se hagan en 'La Casita' o en el medio de una calle", explicó.



Pedraza participó en la inspección de "La Matilde" y dejó constancia en el acta que "la ubicación del inmueble resulta compatible con el lugar donde yo sufrí tormentos la madrugada que va del 12 al 13 de noviembre de 1975, cuando me traen tabicado, encapuchado, en el piso del asiento de atrás de un Renault 6 blanco, junto con la docente María Cristina Boidi", dijo a Rosario/12.

"Estos datos los saco por la distancia que existe desde el cruce ferroviario de la ruta 19 hasta el viejo casco de estancia, donde hoy funciona un club nocturno. "Yo viví diez años en Santo Tomé, del '60 al' 70, entonces de alguna manera (cuando lo traían secuestrado a bordo del Renaul) trataba de concentrarme en la ruta que seguía el auto", explicó Pedraza.
(Fuente:Rosario12).


Juicio Guerrieri-Amelong, día 19 (testimonios de Teresa Meschiatti y Héctor Kunzmann)

La testigo que declaró este martes ante el Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario, en el juicio Guerrieri-Amelong, Teresa Celia Meschiatti, fue una militante de la organización montoneros detenida en diciembre de 1976 en Córdoba y llevada al centro clandestino de detención y torturas “La Perla”, donde compartió cautiverio con varios militantes rosarinos, entre ellos Eduardo Toniolli y Stella Hilbrand, posteriormente desaparecidos. Su testimonio permitió echar luz sobre un fragmento desconocido de la historia sufrida por algunas de las víctimas del centro clandestino de detención conocido como la Quinta de Funes. También declaró Héctor Kunzmann, otro sobreviviente de La Perla, que en una de las descripciones más impactantes escuchadas hasta el momento, relató una de las terribles sesiones de tormentos que recibió Toniolli.



Meschiatti –que estuvo presa en La Perla hasta diciembre de 1978–, realizó su declaración ante tantos estrados y tribunales, que su relato podría ser publicado casi textual. Según contó al tribunal, su primer testimonio lo hizo “ante la ONU, después en Holanda, en el 84 testimonie ante la Conadep, testimonié en Roma, testimonié ante Garzón, y en Córdoba testimonié como unas 10 veces, además del testimonio que di en la causa Menéndez”.


La testigo refirió que “pasaron 33 años desde aquella época, y nosotros hemos podido trabajar e investigar sobre las listas de personas que pasaron por la Perla, y recuerdo unas 15 personas que vivían en la provincia de Santa Fe”.


Teresa describió las características de La Perla, con nombres y apellidos de la estructura de mando y recordó a los militantes secuestrados de origen santafesino. “El 9 de febrero lo secuestran al Cabezón Toniolli, como nosotros le decíamos”, señaló Meschiatti y agregó: “A Toniolli lo secuestran junto con una muchacha, (Analía) Arriola, que hacía un mes que estaba en Córdoba y había ido a la cita –donde la secuestraron– con sus dos hijos pequeños porque no tenia donde dejarlos, por esto los militares la consideraban una perra. En esa época la Perla estaba muy llena y por la tarde se llevaban todos los días a tres personas en unos camiones. Arriola estuvo tres o cuatro días, y se fue en uno de los camiones. A María Graciela de los Milagros Roldán y a un chico (Mario Alberto) Nivolli, también se los llevan en los camiones, eran de Santa Fe”.


La testigo relató que escuchó los “gritos de Toniolli durante su tortura”. “Al Cabezón lo torturaron en una oficina de delante de la cuadra, fue muy golpeado en la cabeza por el Sargento Díaz y el Chubi López, lo golpeaban con un bate de béisbol. En un momento pude hablar con él durante nuestro secuestro. Era un tipo alto, delgado, manos en los bolsillos, cabellos ondulados, muy movedizo, alegre. Yo le pregunté adónde lo habían golpeado y me mostró un agujero en su cabeza. Creería que estuvo máximo dos meses en la Perla, posiblemente hasta mediados de abril”, rememoró Meschiatti.


La testigo también indicó que volvió a ver a Toniolli en septiembre de ese año, “un día que lo volvieron a traer, con una chica muy bonita que estaba como en estado de shock”, que después se enteró que era Stella Hilbrand.


Cuando el tribunal habilitó las preguntas, el defensor del represor Juan Amelong, Héctor Galarza Azzoni, le preguntó a la testigo bajo que régimen estuvo en la Perla, si se movía libremente, si estaba tabicada.


Meschiatti le explicó a Galarza que no quiso detenerse en los detalles sobre su tortura, pero “tengo marcas de tercer grado en el cuerpo, para mi la época de las torturas es la época del año de las bermudas, porque es cuando se me ven las marcas”. Y concluyó: “Yo cada vez que tengo que testimoniar sobre esto, sufro. Ustedes preguntan, pero yo sufro, y no me quiero detener sobre esto”.


Una “Juaneada”

El segundo en declarar este martes fue Héctor Kunzmann, otro sobreviviente de la Perla que aportó un poco más de información sobre la suerte del desaparecido Eduardo Toniolli.


Kunzmann confirmó algunos datos señalados por Mescchiatti y describió con detalles una “paliza” recibida por Toniolli, que permitió reconstruir el modo en que se manejaban lo torturadores de la Perla.


Kunzmann recordó que “al segundo o tercer día de detención de Toniolli, un suboficial de apellido Díaz y Chubi López llevaron al Cabezón a una oficina vaciada previamente y ahí sufrió durante muchas horas una feroz paliza a garrotazos. No le permitían apoyarse en las paredes ni en el piso, tenía que estar parado. Se escuchaban gritos de los torturadores y los gritos de dolor de Toniolli. Esta se conoce como la peor golpiza con garrotes que ha recibido una persona y por eso se le empezó a llamar la «juaneada», y esto deriva de que ese era el sobrenombre con que se conocía a Toniolli, «Juan». Sobrevivió porque era una persona joven y muy fuerte, sino no sé cómo pudo haber sobrevivido a semejante golpiza”.


El testigo indicó que Toniolli “tenía el cuerpo totalmente morado y la cabeza herida, estuvo horas o quizá días temblando permanentemente de frío por esa golpiza. Cuando se movía por el lugar, como apenas podía caminar, me pidieron a mi que lo acompañara por el lugar con un poncho del Ejército”.


Kunzmann afirmó al tribunal que “después de eso Toniolli pasó a ser parte del grupo de secuestrados en la Perla, y estuvo allí no menos de un mes, no sé exactamente el día de su traslado, que tuvo que haber sido antes del 20 de abril porque mi compañera no lo conoció y fue secuestrada y llevada a la Perla en esa fecha”.


Próximas testimoniales

Al final de la audiencia desde el tribunal informaron que el próximo lunes declararán los querellantes y testigos del centro clandestino de detención Fábrica Militar, Adriana Arce, Juan Rivero y Ramón Verón. El martes será el turno de Olga Regina Moyano, Ricardo Moyano y Celso Rivero. Y el miércoles Ariel Alejandro Rivero, Guillermo Germano e Inocencia Deharbe.

(Fuente:Diariodeljuicio).



Foto:Diariodeljuicio

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