Piden perpetua para Menéndez y otros 3 acusados Es por el asesinato del subcomisario Ricardo Fermín Albareda. Lo solicita la querella de Hijos.

Los querellantes de Hijos, Martín Fresneda y Claudio Orosz, piden esta tarde al Tribunal Federal Nº1 la prisión perpetua para cuatro de los cinco imputados por el asesinato del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, ocurrido en 1979.
Esa pena será solicitada para Luciano Benjamín Menéndez, ex jefe de Tercer Cuerpo de Ejército; el ex militar y responsable de la Policía, Rodolfo Campos; y los ex policías Hugo Cayetano Britos y César Armando Cejas. En tanto, para el ex policía Luis Calixto Flores, solicitarán 6 años de cárcel por privación ilegítima. "Subversivo" .
Orosz, aseguró esta tarde que está “comprobado” que el subcomisario Ricardo Fermín Albareda “era un perseguido político” de la dictadura militar por ser militante pertenecer a las “filas de la subversión” y agregó que cuatro ex policías participaron de su secuestro y asesinato.
El abogado recalcó que hay recortes periodísticos que mencionaron la noticia de la “misteriosa desaparición de Albareda”, por lo que el hecho era público, y que el juez del Juzgado Nº3 Manuel González Pizarro rechazó el habeas corpus presentado por la madre del subcomisario, Bahía Blanca Kalembreg.
El querellante señaló que González Pizarro la desestimó por las “actividades subversivas de Albareda y que el Área 311 tenía conocimiento” de ello, de modo que Orosz intentó explicar la cadena de mando de ese período represivo.
En otro tramo, Orosz recordó que el sobreviviente Carlos Raimundo “Charlie” Moore había señalado que el motivo del secuestro de Albareda había sido “su pertenencia al PRT”.
Sobre ese punto, el abogado afirmó que “surge del legajo (de sumario instruido) de Albareda la cesantía y exoneración de la fuerza por ser de las filas de la subversión y habiéndosele dado intervención al Juzgado Nº3 y el Área 311”.
Aniquilamiento. Fresneda aseguró en su alegato que se probó que el represor Luciano Benjamín Menéndez comandaba el Área 311 del Ejército con el propósito del “aniquilamiento del opositor político” y que daba instrucciones a la Policía y al Departamento de Informaciones (D2), que secuestró, torturó y asesinó a Albareda. En su alegato, Fresneda dijo que los ex policías del D2 Américo Pedro Romano, Hugo Cayetano Britos, Calixto Luis Flores, Raúl Pedro Telleldín y dos choferes no identificados secuestraron a Albareda, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) la noche del 25 de setiembre de 1979.
“Había una conducción centralizada y hacia abajo, ejecutado por el D2, bajo las órdenes de Luciano Benjamín Menéndez. Los imputados cometieron los crímenes. Estos hombres mancharon el uniforme de San Martín y Manuel Belgrano y de la Policía de Córdoba y de policías honestos que quisieron mejorar la fuerza”, destacó.
Plan criminal. En su alegato, Fresneda contextualizó ante el Tribunal Federal Nº1 también el momento histórico en que fue asesinato Albareda: “Ha quedado certeramente probado antes en 1976 un plan criminal al opositor político”.
“Este plan criminal y generalizado fue una estrategia general de combate a la fuerza opositora desde punto de vista político. Los enemigos eran los propios compatriotas”, explicó y agregó que “se prohibió el pensamiento libre” y desaparecieron 30 mil personas y debieron exiliarse otras durante la dictadura (1976-1982).

Martin Fresneda en el medio y Claudio Orosz.
El abogado querellante Martín Fresneda (Hijos) aseguró en su alegato que se probó que el represor Luciano Benjamín Menéndez comandaba el Área 311 del Ejército con el propósito del "aniquilamiento del opositor político" y que daba instrucciones a la Policía y al Departamento de Informaciones (D2), que secuestró, torturó y asesinó a Albareda.
En su alegato, Fresneda dijo que los ex policías del D2 Américo Pedro Romano, Hugo Cayetano Britos, Calixto Luis Flores, Raúl Pedro Telleldín y dos choferes no identificados secuestraron a Albareda, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) la noche del 25 de setiembre de 1979.
"Había una conducción centralizada y hacia abajo, ejecutado por el D2, bajo las órdenes de Luciano Benjamín Menéndez. Los imputados cometieron los crímenes. Estos hombres mancharon el uniforme de San Martín y Manuel Belgrano y de la Policía de Córdoba y de policías honestos que quisieron mejorar la fuerza", destacó.
Plan criminal. En su alegato, Fresneda contextualizó ante el Tribunal Federal Nº1 también el momento histórico en que fue asesinato Albareda: "Ha quedado certeramente probado antes en 1976 un plan criminal al opositor político".
"Este plan criminal y generalizado fue una estrategia general de combate a la fuerza opositora desde punto de vista político. Los enemigos eran los propios compatriotas", explicó y agregó que "se prohibió el pensamiento libre" y desaparecieron 30 mil personas y debieron exiliarse otras durante la dictadura (1976-1982).
Orosz aseguró que Albareda fue un asesinado por ser del PRT
El abogado de Hijos y querellante dijo que el subcomisario fue cesanteado de la Policía por ser “subversivo”.
El querellante, Claudio Orosz, aseguró hoy que está “comprobado” que el subcomisario Ricardo Albareda “era un perseguido político” de la dictadura militar por ser militante pertenecer a las “filas de la subversión” y agregó que el represor Luciano Benjamín Menéndez y tres ex policías son responsables de su secuestro y asesinato.
El abogado querellante Martín Fresneda (Hijos) aseguró en su alegato que se probó que el represor Luciano Benjamín Menéndez comandaba el Área 311 del Ejército con el propósito del "aniquilamiento del opositor político" y que daba instrucciones a la Policía y al Departamento de Informaciones (D2), que secuestró, torturó y asesinó a Albareda.
En su alegato, Fresneda dijo que los ex policías del D2 Américo Pedro Romano, Hugo Cayetano Britos, Calixto Luis Flores, Raúl Pedro Telleldín y dos choferes no identificados secuestraron a Albareda, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), brazo político del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) la noche del 25 de setiembre de 1979.
"Había una conducción centralizada y hacia abajo, ejecutado por el D2, bajo las órdenes de Luciano Benjamín Menéndez. Los imputados cometieron los crímenes. Estos hombres mancharon el uniforme de San Martín y Manuel Belgrano y de la Policía de Córdoba y de policías honestos que quisieron mejorar la fuerza", destacó.
Plan criminal. En su alegato, Fresneda contextualizó ante el Tribunal Federal Nº1 también el momento histórico en que fue asesinato Albareda: "Ha quedado certeramente probado antes en 1976 un plan criminal al opositor político".
"Este plan criminal y generalizado fue una estrategia general de combate a la fuerza opositora desde punto de vista político. Los enemigos eran los propios compatriotas", explicó y agregó que "se prohibió el pensamiento libre" y desaparecieron 30 mil personas y debieron exiliarse otras durante la dictadura (1976-1982).
Orosz aseguró que Albareda fue un asesinado por ser del PRT
El abogado de Hijos y querellante dijo que el subcomisario fue cesanteado de la Policía por ser “subversivo”.
El querellante, Claudio Orosz, aseguró hoy que está “comprobado” que el subcomisario Ricardo Albareda “era un perseguido político” de la dictadura militar por ser militante pertenecer a las “filas de la subversión” y agregó que el represor Luciano Benjamín Menéndez y tres ex policías son responsables de su secuestro y asesinato.
Orosz explicó al Tribunal Federal Nº1 la cadena de mando que operó durante la dictadura al señalar que comenzaba desde el Estado de facto, seguía por Menéndez, como jefe del Tercer Cuerpo del Ejército y del Área 311 y la Policía y el Departamento de Informaciones (D2) “concretizaba” la medida.
De este modo, el abogado indicó que de las tres órdenes que el aparato represivo instruía hacer con los detenidos (su libertad, su derivación al Poder Ejecutivo Nacional y la Justicia y su aniquilamiento), Menéndez, el ex jefe de la Policía Rodolfo Campos, el director del Departamento de Informaciones (D2) Juan Reynoso, el subjefe César Cejas y el encargado de la brigada antisubversiva Hugo Britos aplicaron la tercera en el caso de Albareda.
Perseguido. Para argumentar ese punto, Orosz dijo que Albareda era un “perseguido político”. De hecho, recordó que el sobreviviente Carlos Raimundo “Charlie” Moore había declarado que miembros del D2 habían reconocido a la víctima a través de fotos y que el motivo del secuestro de Albareda había sido “su pertenencia al PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores)”. Luego de que Britos, Flores, Romano y Raúl Pedro Telleldín secuestraran a Albareda y lo llevaran al Chalé de Hidráulica, donde lo torturaron, tal como dijo el ex guardia, Ramón Roque Calderón, Orosz resaltó que surgieron comentarios sobre la desaparición del subcomisario, al margen de las noticias publicadas por la prensa que consignaban la “misteriosa desaparición”. Precisamente, el ex director de la Dirección de Comunicaciones de la Policía, Francisco Alejandro Agresta declaró que Reynoso le había mencionado que dejara de buscar al desaparecido Albareda “porque era de guerrilla”, lo que viene a abonar la teoría de que la víctima había sido un perseguido político. A su vez, Orosz apuntó que el hermano de la víctima Enrique Albareda, ex policía, había dicho que otros uniformados le “pedían a él que abandonara las filas policiales porque su hermano era subversivo”.
Para subrayar el carácter de blanco político de Albared, Orosz afirmó que “surge del legajo (del sumario instruido) de Albareda la cesantía y exoneración de la fuerza por ser de las filas de la subversión y habiéndosele dado intervención al Juzgado Nº3, a cargo del juez (Manuel) González Pizarro y el Área 311”. En esa línea, González Pizarro había rechazado el hábeas corpus presentado por la madre del subcomisario, Bahía Blanca Kalembreg por las “actividades subversivas de Albareda y que el Área 311 tenía conocimiento” de ello. Además, Orosz indicó que las fichas de detención de Albareda decían en su carátula “extremista”.
“Podemos decir con absoluta certeza que era un perseguido político y todo eso confirma la pertenencia al PRT”, señaló y agregó: “Todo indica que Albareda había sido detenido ilegalmente a la salida de su trabajo y mantenido así hasta su asesinato (en Hidráulica)”.
Por lo tanto, Orosz señaló a Romano, Britos, Telleldín y los dos choferes como los autores materiales del secuestro, tortura y asesinato, excepto Calixto Luis Flores, quien sólo participó del secuestro. Todos actuaron “con violencia y sin cumplir la ley”, pese a ser “funcionarios públicos”. Por su parte, resaltó que el ex policía del D2 Jesús Enrique González y amigo de Britos tenía “temor de incurrir falso testimonio y se quitó la vida para no tener que pasar por esta situación"
Antes de morir, el testigo llamó al número de uno de los imputados
El ex policía que se habría suicidado cinco días antes del comienzo del segundo juicio a Luciano Benjamín Menéndez llamó al teléfono fijo de uno de los imputados y recibió una llamada desde un ceular que está a nombre de otra ex uniformada presa actualmente en Bouwer.
El ex policía que se habría suicidado cinco días antes del comienzo del segundo juicio a Luciano Benjamín Menéndez llamó al teléfono fijo de uno de los imputados y recibió una llamada desde un ceular que está a nombre de otra ex uniformada presa actualmente en Bouwer.
Así consta en las sábanas telefónicas que recibió el fiscal federal Nº2 de Córdoba, Gustavo Vidal Lascano, quien investigaba si el ex integrante del Departamento de Informaciones (D2) Jesús González, encontrado sin vida en el baño de su casa, había sido asesinado o bien instigado al suicidio. La semana pasada, el fiscal pidió desestimar el caso, al no encontrar pruebas de estas hipótesis.
"Hay cuatro llamadas en octubre de González al teléfono fijo de Hugo Britos, antes del juicio. No sé si habló con algún familiar o con quien. También recibió en su celular un llamado desde el celular que está a nombre de Graciela Antón", dijo Vidal Lascano .
Según los familiares González, Britos era prácticamente "el único amigo" de este policía retirado que vivía en su casa, sin trabajar, y sin poseer arma de fuego alguna.
Ambos en la cárcel. Al momento de las llamadas, Britos no estaba en su casa sin en la cárcel de Bouwer.
Hoy, la querella de Hijos pedirá que sea condenado a prisión perpetua por el secuestro, tortura y homicidio del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, ocurrido en 1979. Graciela "Cuca" Antón está detenida en Bouwer por delitos de lesa humanidad, y en teoría no debería tener acceso a un teléfono celular. En los registros sólo consta que desde su aparato se efectuó una comunicación al de González y no se sabe si otra persona puede haber realizado la llamada.
Temor. El fiscal considera que si bien González no habría sido instigado al suicidio, sí estaba "muy presionado y con temor a quedar detenido".
Como miembro del D2, González había sido guardia en dos centros clandestinos de detención: en el destacamento Pilar-Río Segundo y en Casa de Hidráulica, donde fue asesinado Albareda. Cuando había sido citado a declarar en la instrucción de la causa ya se había mostrado temeroso y días antes del juicio había dicho tanto a su mujer como sus dos hijas, aunque bromeando, que podía quedar detenido. Fue compañero de guardia del testigo clave del caso, Roque Calderón, un ex D2 que está preso en la Penitenciaria de San Martín por un homicidio en ocasión de un robo. "Él decía que Calderón había mentido", dijo Vidal Lascano, quien como ya se había anticipado en los primeros días del caso, nunca encontró rastros de que el ex policía haya sido víctima de un crimen. "Se produjo cuatro cortes en los brazos con una trincheta y luego se produjo una herida punzante con un cuchillo de cocina.
Se encerró en el baño y cuando su mujer y su madre lograron entrar estaba con vida pero ya había perdido el conocimiento", dijo Vidal Lascano. En su escrito, el fiscal escribió que González era, a 33 años del golpe de Estado, "una víctima más" de la dictadura.
El ex policía Jesús González se habría suicidado 5 días antes del juicio. Se comunicó al teléfono de Britos, para quien pedirán hoy perpetua.
Solicitarán la absolución de Campos y menos pena a Gómez
Por Federico Noguera
El ex policía Jesús González se habría suicidado 5 días antes del juicio. Se comunicó al teléfono de Britos, para quien pedirán hoy perpetua.
Solicitarán la absolución de Campos y menos pena a Gómez
Por Federico Noguera
Evangelina Pérez Mercau, defensora de Rodolfo Aníbal Campos, adelantó hoy que solicitará la absolución del ex jefe de la Policía durante el periodo de secuestro, tortura y asesinato del subcomisario Ricardo Fermín Albareda, en 1979. "Pediré la absolución porque no existe en todos los autos de la causa que Campos hubiera ordenado el secuestro, tortura y asesinato de Albareda", dijo .
A su vez, Pérez Mercau solicitará que se mantenga el régimen de prisión domiciliaria del también ex militar, quien actualmente está procesado en Buenos Aires con prisión preventiva domiciliaria por la "causa de la Comisaría 5ª".
La abogada dijo que se comunicó con Campos: "Está sorprendido. Era jefe de la Policía pero en ningún momento dio la orden. El dijo que citó a la mujer de Albareda (Susana Beatriz Montoya) y le preguntó si sabía donde estaba su marido (a esa altura, desaparecido)".
Además, Campos desmiente haber dicho a Montoya que su marido tenía relación con otras mujeres, algo que afirmó la mujer en la elevación a juicio. Por su enfermedad, el imputado seguirá el alegato en el Concejo de la Magistratura, en Buenos Aires.
El caso de "el Gato". Marcelo Arrieta, abogado defensor del ex cabo del Departamento de Informaciones (D2) de la Policía Miguel Ángel Gómez, señaló hoy que pedirá que le bajen la pena que le impondrá el Tribunal Federal Nº1 a su cliente. En su alegato de la semana próxima, Arrieta planteará "la duda sobre la actividad represiva de Gómez" y anticipó que intentará "atenuar su responsabilidad penal". "Voy a solicitar que se baje la pena" que se le imponga al presunto torturador, conocido como "Gato".
Córdoba -Juicio a campesinos
Los dispares testimonios acusadores calientan el debate Cuatro testigos de la acusación aseguraron que los dos hermanos Godoy, “armados con piedras”, impidieron que el Juez de Paz acompañado de un policía y otras cuatro personas pudieran despejar un camino rural. La defensa pidió careos por incoherencias y acusó de falso testimonio a uno de los testigos. Entredicho entre la jueza y el querellante por la inspección ocular prevista para el jueves 26.
Córdoba -Juicio a campesinos
Los dispares testimonios acusadores calientan el debate Cuatro testigos de la acusación aseguraron que los dos hermanos Godoy, “armados con piedras”, impidieron que el Juez de Paz acompañado de un policía y otras cuatro personas pudieran despejar un camino rural. La defensa pidió careos por incoherencias y acusó de falso testimonio a uno de los testigos. Entredicho entre la jueza y el querellante por la inspección ocular prevista para el jueves 26.

Por Alexis Oliva - Prensared
En la segunda audiencia del juicio contra los dos campesinos de Represa de Morales, acusados de “coacción e impedimento de acto funcional”, el jueves 19 expusieron cuatro testigos presenciales del incidente ocurrido el 21 de abril de 2005, cuando los hermanos José Luis y Alcira Octaviana Godoy se opusieron a la apertura de un camino a través del campo que se disputan con Víctor Manuel Gómez y el abogado Aristóbulo Gutiérrez, querellante particular en esta causa.
Al comienzo del debate, los defensores Ramiro Fresneda y Raúl Almeida se negaron a firmar el acta de la audiencia anterior, porque no se había dejado constancia de que Gutiérrez había mencionado al testificar que quienes lo acompañaban aquel día portaban machetes para despejar el camino.
En este sentido, lo que está claro es que aquel acto procesal ordenado por la Cámara Penal de Cruz del Eje fue conducido por el juez de Paz de Soto, Carlos Eguía, acompañado por Gutiérrez, Gómez, Mario Figueroa, Domingo Barrera y el policía Omar Díaz. Lo que no está claro es si el acto era válido, ya que la condena que la Cámara había aplicado a los Godoy en diciembre de 2004 había sido apelada en febrero y por lo tanto no estaba firme. Tampoco se explica aún cómo estas seis personas, entre ellas dos que portaban machetes y un efectivo policial uniformado y armado, pudieron amedrentarse frente a un hombre y una mujer que aparentemente sólo blandían piedras.
Justamente, en este tercer aspecto se centraron la indagatoria a los testigos y los altercados entre las partes, esforzadamente contenidos por la jueza Clara Luna de Manzano, quien preside un debate que va trepando en voltaje.
No pasarán
El primero en testificar fue el yerno de Gómez, Mario Figueroa, quien relató que acompañó a su suegro en su camioneta para ayudarle a limpiar un camino que “no sabía de quién era”, que llevaba un machete para “limpiar el monte y poder pasar” y a poco de ingresar se encontraron con los Godoy. “Nos dimos con este problema: apareció José Luis y la señora Alcira y no nos dejaron pasar, y no pasamos”, recordó. Luego añadió: “No pasó más nada. Yo me quedé en la pik-up de mi suegro y no vi más nada. No querían que pasáramos y no pasamos”.
-¿Cómo les dijeron que no podían pasar? –preguntó la fiscal Ahidé Gersicich.
-Con palabras más o menos groseras, pero yo no les presté atención. Entramos hasta un pedacito más allá de la entrada y ahí nomás nos volvimos.
-¿Vio si los Godoy tenían algo en las manos?
-No vi nada.
-¿Oyó lo que le decían a Gutiérrez?
-No, yo estaba retirado.
-¿Comentaron algo después?
-No. No pudimos entrar y nos volvimos, nada más.
Por su parte, la jueza Luna quiso saber si el policía intentó intervenir.
-Quiso actuar el policía y no lo dejaron –respondió el testigo.
-¿Quiénes no lo dejaron?
-José Luis y Alcira.
-¿Qué le dijeron?
-Que no, que no tenía nada que ver, que en esto era ajeno.
A su turno, el querellante le preguntó en qué condiciones estaba el camino.
-Había espinas.
-¿No había nada más?
-No. Espinillos. Yo saqué el machete y quise hachar un gajo de espinillos y ahí nomás nos dijeron que nos vamos.
-¿Esas ramas pudieron ser colocadas ahí? –intervino la Fiscal.
-No sé.
-¿Después de esto, puede pasar su suegro por este camino?
-No pasó más –contestó Figueroa.
Nervios, piedras y machetes
El siguiente testigo fue Omar Díaz, el policía que participó en el acto, del que aclaró que no recordaba demasiados detalles porque en ese entonces “tenía problemas psiquiátricos”. “Fuimos con el Juez de Paz y el señor Gutiérrez a Represa de Morales -relató-.
Nervios, piedras y machetes
El siguiente testigo fue Omar Díaz, el policía que participó en el acto, del que aclaró que no recordaba demasiados detalles porque en ese entonces “tenía problemas psiquiátricos”. “Fuimos con el Juez de Paz y el señor Gutiérrez a Represa de Morales -relató-.
Llevábamos órdenes del juez y nos salió a entrevistar el señor Godoy. Fue un poco violento el accionar de él. Había un malentendido entre ellos y no nos dejaban pasar. Los dos (José Luis y Alcira) salieron y no nos dejaron pasar. Estaban nerviosos”.
-¿Decían o hacían algo? –preguntó la magistrada.
-Había insultos y forcejeos.
-¿Cuál era su estado de revista? ¿Prestaba servicio como activo, portaba arma?
-Sí.
-¿Qué entiende usted por forcejeos? –indagó la fiscal Gersicich a su testigo.
-Me expresé mal. No era como la resistencia a la autoridad, sino como quien va al choque.
-¿Llevaban algo?
-Piedras, me parece.
-¿Dijeron algo?
-No nos autorizaban a entrar.
-¿Dijeron que podía suceder algo si entraban?
-Sí, había amenazas. No recuerdo... Había insultos, contra el abogado más, que lo iban a matar, que no entrara...
Después el juez ordenó que nos fuéramos.
-¿Cómo entraron ustedes? –preguntó uno de los defensores.
-Así nomás, no había alambrado.
-¿Alguno de ustedes llevaba algo, armas, herramientas o elementos que se utilicen en el campo?
-No recuerdo, pero armas no.
-¿Qué utiliza la gente en el campo para abrirse camino?
-Machete. Eso creo que llevaban, machetes
.-Usted dice que los Godoy llevaban piedras...
-Al primer momento no traían. Después sí. Me acuerdo que por los nervios levantó una piedra la señora. Tenía una crisis de nervios y alzó una piedra y la tiró.
-¿Le pegó a alguien?
-No. Creo que alguno la esquivó.
-¿Quién decidió que se retiraran?
-El Juez de Paz ordenó que nos fuéramos.
-¿Gutiérrez sintió temor en algún momento?
-No. Era una situación violenta pero no pasó a mayores. Se trató de apaciguar.
En ese punto, retomó el interrogatorio la presidenta del Tribunal:
-Usted tenía un arma. ¿Usó el arma o qué debía hacer como policía?
-No había motivo para usar el arma. Ya estaba controlada prácticamente la situación. Se apaciguó todo.
-¿Cuándo se controló? –preguntó la Fiscal.
-Ahí nomás. Media hora o 40 minutos.
-¿En qué consistió el control?
-Yo le decía al señor Godoy que se tenía que calmar. Estaba cerca de él y se calmaron.
-¿Por qué el juez decidió retirarse?
-Porque no nos iban a dejar pasar.
-¿O sea, estaba controlados pero les decían lo mismo más tranquilos?
-Claro.
Sobre el final, el querellante Gutiérrez insistió:
-¿Usted oyó amenazas hacia mí y que me iban a matar?
El testigo puso en duda su afirmación anterior y luego de que se le insistiera varias veces, a pesar de las protestas de la defensa, manifestó:
-Me parece que le decían que por acá no iba a pasar vivo.
Genética y religión
Luego fue presentado por la querella Víctor Manuel Gómez, quien mantiene una controversia con los Godoy prácticamente desde su arribo a la zona en 1969.
Genética y religión
Luego fue presentado por la querella Víctor Manuel Gómez, quien mantiene una controversia con los Godoy prácticamente desde su arribo a la zona en 1969.
A pesar de que dijo haber sido “más que amigo” de Amadeo Alvaro Godoy –el padre de los imputados, ya fallecido-, admitió tener “cientos” de denuncias en su contra presentadas por la familia Godoy.
-¿Los considera enemigos? –inquirió la jueza Luna.
-No los considero enemigos personales, porque Creo en Dios y amo a Dios y a todos los prójimos.
-¿Tiene algún interés particular en la causa?
-Que esto se solucione porque es fiero vivir mal entre vecinos.Respecto a su relación con Gutiérrez, dijo no ser “ni amigo ni enemigo” y refirió: “Yo le debía, le pagué lo que le debía y quedamos como antes”.
Así relató lo ocurrido el 21 de abril de 2005:
-Nos pidió el doctor (Gutiérrez) que fuéramos a abrir el camino, porque tenía una orden. Fuimos, abrimos, Mario Figueroa llevaba un machete y Domingo Barrera sacaba las piedras. Entonces aparecieron José Luis y Octaviana con piedras en las manos, hablando palabras muy groseras e intentando agredirlo al doctor. Barrera lo sostenía para que no lo agrediera al doctor.
Yo vi que lo escupía al doctor. Me fui a la camioneta, la puse cerca y el Juez de Paz me pidió que la saque. “No la voy a sacar. Haga las cosas bien, Carlos”, le dije. Después hubo insultos de distinto calibre y luego nos retiramos de ahí.
-¿Hubo alguna agresión hacia mí? –lo animó el querellante.
-Vi que (José Luis) lo amenazaba y Barrera lo sostenía, porque si le pegaba lo podía matar o podía pasar cualquier cosa.
-¿José Luis tenía una piedra en la mano?
-Me parece que sí, pero yo nunca me bajé de la camioneta.
-¿Qué distancia había entre la camioneta y los Godoy?
-Unos cinco metros.
-¿Cómo se encontraba el camino?
-Estaba con alambres y ramas.
-Esas ramas y alambres, ¿habrán sido puestos ahí a propósito para obstaculizar el camino?
–preguntó Gutiérrez.
-¡No haga preguntas indicativas! –lo reprendió la jueza.
-¿Quedó abierta la entrada? –quiso saber la Fiscal.
-Sí, cuando nos vinimos.
-¿Permaneció abierta?
-No, ahí nomás la cerraron.
-¿Hubo otra orden de abrir?
-Si le digo, le miento. Hay tantas órdenes, que las tengo en las casas, de Fiscalía, de la Justicia y qué se yo, que ya ni me acuerdo..
.-¿Cómo era el estado de ánimo de los hermanos Godoy?
-Nerviosos. Quizás ya viene de familia eso...
-¿Alguien intentó calmarlos?
-Sí. Barrera intentó mucho calmarlos.
-¿Logró calmarlos?
-Sí. Hay que decir la verdad, el que logró calmarlos fue Barrera.
-¿Por qué no siguieron entonces?
-Porque no nos permitían pasar.
En ese momento, comenzaron a preguntar los defensores:
-¿De qué forma no le permitían pasar?
-Se pararon ahí.
-¿Cuántos eran ustedes?
-Cinco personas.
-Si ustedes eran cinco personas mayores y ellos eran dos, explíqueme por qué no pudieron pasar –le pidió el abogado Fresneda.
-Mire, yo los conozco desde chicos...
-Explíqueme cómo.
-Nos habían explicado que si dábamos un paso más nos iban a matar.
-¿Cómo?
-Llevaban piedras en las manos.
Ante esa respuesta, la defensa pidió al Tribunal que se caree al testigo con Díaz, quien dijo no haber visto las piedras.
-Díaz es un muchacho joven y se encontró con algo que nunca vio en su vida. Estaba asustado y quería comunicarse...
–intentó explicar el testigo.
-¿Quién tenía piedras? –lo interrumpió la jueza.
-José Luis. A la chica no le vi...
-¿José Luis tenía piedras?
-En una mano vi bien la piedra. En la otra, no sé.
-¿Y Alcira Octaviana?
-No recuerdo, pero yo pienso que sí tenía porque yo la conozco desde chiquita...
-¡No, no! ¿Usted vio o no vio?
-No recuerdo, pero... lo que sí recuerdo es que ella permanentemente decía: “Los hagamos cagar matando”.
-Usted estuvo todo el tiempo en la camioneta. ¿Desde ahí escuchó todo eso? –intervino uno de los abogados defensores.
-No le escucho la pregunta –dijo Gómez, despertando risas en el público.
-¿Usted tiene problemas auditivos? –lo apuró el defensor.
-Ahora sí tengo problemas.
-¿Y en aquella época? –terció la jueza
.-No. Escuchaba bien.
-¿Por qué los Godoy no los dejaban entrar al campo? –retomó el cuestionario la defensa.
-Eso viene de herencia
-¿Cómo es eso?
-De parte paterna y de parte materna, el ser negativos. Ellos han heredado esa idea mala. Ellos están cosechando lo que sembraron sus abuelos. No hay que odiarlos, hay que pedirle a Dios que los ayude.
-¿A alguien perjudica esa herencia?
-Sí, porque si usted dice blanco, ellos dicen negro.En ese momento, el testigo se tomó su tiempo para desarrollar su teoría místico-genética de la “herencia conflictiva” de los Godoy, ilustrándola con una abundante chismografía digna de un Mauro Viale rural, en un extenso monólogo seguido con estupor por el público y con gesto divertido por la presidenta del Tribunal.
-¿Pero cómo se produce el problema este? –retomó el tema la defensa.
-Cuando apareció el tema de las minas (de granito rojo) y se hizo el cateo, ahí empezó la envidia y el odio.
-¿Y cómo llega Gutiérrez a adquirir esa parte?
-Después de que le gané el juicio, el señor Godoy (Amadeo) me lloraba. Así que vinimos un día con la doctora (Susana) Landoni y la doctora Gersicich, hicimos un arreglo y nos repartimos todo con él bien. Yo tenía que pagarle los honorarios a Gutiérrez. El me gana un juicio, arregla con la Cámara y le habían regulado los honorarios extremadamente altos. Entonces le di la cantera.-¿Los Godoy hicieron un juicio de usucapión?
-Sí.
-¿Gutiérrez hizo actos posesorios?
-Todos los actos posesorios.En ese punto, la Fiscal planteó su oposición a las preguntas y el debate sobre la cuestión de la posesión, que es “motivo de juicios civiles” entre las partes. “Tenemos que abocarnos a lo que acá se investiga, que es una coacción”, exhortó la funcionaria. Ante esto, la defensa pidió que se realice una inspección ocular en el lugar del hecho y continuó preguntando.
-Si usted no tiene amistad con Gutiérrez, ¿por qué fue al acto?
-Es una pregunta absurda. Porque fui invitado –respondió Gómez con hosquedad.
-¿Tiene denuncias de los Godoy contra usted?
-No se lo voy a contestar. Que se lo conteste él. Frente a esa negativa, el abogado Almeida perdió la paciencia y se dirigió a la jueza: “Acá se habló con mucha ligereza de lo delincuentes que son los Godoy. Por eso le pregunto si él (Gómez) no ha tenido denuncias por parte de nuestros defendidos”.
-Conteste la pregunta –ordenó la magistrada al testigo.
-Por el respeto que le tengo a usted, que la conozco desde hace mucho tiempo, le digo que tengo cientos y cientos de denuncias, que se las entregué a Dios nuestro señor. Luego de esta respuesta, se suscitó un nuevo cruce entre la fiscal Gersicih, que se opuso a que se siga preguntando por los conflictos por la posesión y la defensa, que afirmó que “el testigo está faltando a la verdad” e hizo reserva de solicitar que la Fiscalía de Instrucción lo impute por falso testimonio.
Guardaespaldas pacifista
El último testigo fue Domingo Manuel Barrera, ofrecido también por la parte querellante, quien dijo tener amistad con los Godoy “desde chicos” y afirmó que Gutiérrez es el abogado y administrador de la sucesión de su padre. “Siempre que necesitamos algo, lo tenemos presente al doctor”, agregó. Así relató el episodio que se investiga:
Guardaespaldas pacifista
El último testigo fue Domingo Manuel Barrera, ofrecido también por la parte querellante, quien dijo tener amistad con los Godoy “desde chicos” y afirmó que Gutiérrez es el abogado y administrador de la sucesión de su padre. “Siempre que necesitamos algo, lo tenemos presente al doctor”, agregó. Así relató el episodio que se investiga:
-El doctor Gutiérrez fue a pedirme que le hiciera el favor de acompañarlo para que le ayude a limpiar el camino. Empezamos a limpiar e hicimos aproximadamente 200 metros. Se aparecieron José Luis y su hermana Alcira, pidiendo que no avanzáramos, porque la propiedad era de ellos. Alcira llevaba piedras en la mano, que le tiró al doctor Gutiérrez y no lo alcanzó. José Luis estaba más nervioso. Iba a cometer un error porque tenía bronca contra el doctor Gutiérrez. Y yo no cometí el error de darle paso, porque llevaba una piedra con la intención de dársela en la cabeza. En un momento, me pasó y le pegó una cachetada y lo escupió al doctor en la cara. Le pedí al Juez de Paz que me ayude. Les quiso leer el acta pero este muchacho no entendía nada, estaba con mucha bronca. Si lo hubiera dejado a José Luis que siga avanzando hacia el doctor, con una piedra en la mano y con el grandor que tiene, lo podría haber matado al doctor. El que se hubiera perjudicado es José Luis.
-¿El Juez de Paz (Carlos Eguía) le pudo leer la orden?
-La empezó a leer, pero José Luis estaba tan nervioso que no quería entender nada del tema.Entonces, la defensa pidió un nuevo careo, esta vez entre Barrera y Gómez, quien no había mencionado que el Juez de Paz llevara un papel con la orden de abrir el camino.
-¿Cómo terminó todo? ¿Quién define retirarse? –continuaron los abogados de los Godoy.
-La hermana lo calmó a José Luis y el Juez de Paz decidió que nos volviéramos.
-¿Qué actitud tenía Gutiérrez? ¿Quería seguir?
-Sí, él quería seguir.
-¿Estaba atemorizado?
-No, no tenía temor. Estaba tranquilo.
-¿Los Godoy estaban armados?
-No. Si digo eso, miento. Lo única arma que tenía en la mano era una piedra. Pero José Luis en ningún momento quiso dar contra mí. Si lo dejaba que llegara al doctor, seguro que era una muerte segura, por la bronca que tenía este chico.
Francotiradores fantasmas
Sobre el final de la audiencia todavía hubo tiempo para otro entrevero, cuando la doctora Luna anunció que la inspección ocular en el lugar del conflicto -que fuera solicitada por la defensa- se realizará el jueves 26 de noviembre, a las 10 horas. -Esta querella se opone porque no es pertinente, porque ya está ubicado el lugar –expresó Gutiérrez-. Y yo no voy a ir, fundamentalmente por seguridad, porque por más que uno sea temerario no voy a ir a ofrecerme ahí para que desde atrás de una piedra en la montaña me peguen un tiro.-Este Tribunal entiende que, a pesar del desgaste que significa, es pertinente la recolección de esta prueba... –retrucó la jueza.
Francotiradores fantasmas
Sobre el final de la audiencia todavía hubo tiempo para otro entrevero, cuando la doctora Luna anunció que la inspección ocular en el lugar del conflicto -que fuera solicitada por la defensa- se realizará el jueves 26 de noviembre, a las 10 horas. -Esta querella se opone porque no es pertinente, porque ya está ubicado el lugar –expresó Gutiérrez-. Y yo no voy a ir, fundamentalmente por seguridad, porque por más que uno sea temerario no voy a ir a ofrecerme ahí para que desde atrás de una piedra en la montaña me peguen un tiro.-Este Tribunal entiende que, a pesar del desgaste que significa, es pertinente la recolección de esta prueba... –retrucó la jueza.
-¿Usted va a disponer la seguridad para mí y los testigos? –la interrumpió Gutiérrez.
-No me puede hacer esa pregunta, porque es una falta de respeto al Tribunal. Históricamente y hasta el día de hoy, nosotros garantizamos la normalidad del acto.
Nota: los padres de Martin y Ramiro, los entrañables Tomás Fresneda y María de las Mercedes Argañaraz, embarazada de cuatro meses, fueron secuestrados en la llamada "Noche de las Corbatas" en Mar del Plata en julio de 1977.
Nota: los padres de Martin y Ramiro, los entrañables Tomás Fresneda y María de las Mercedes Argañaraz, embarazada de cuatro meses, fueron secuestrados en la llamada "Noche de las Corbatas" en Mar del Plata en julio de 1977.
(Fuente:Rdendh-Lavoz-Prensared).
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