El acto en desagravio del rock y por la renuncia del ministro de Educación porteño
“Abel Posse, sos la dictadura”
La multisectorial por la renuncia del funcionario macrista hizo ayer su primer festival frente a la Jefatura de Gobierno porteño. Madres de Plaza de Mayo, rockeros y distintas mujeres fueron “desagraviadas” por los organizadores.
Las Madres de Plaza de Mayo recordaron que la misma lucha dieron contra el comisario Jorge “Fino” Palacios.
Por Alejandra Dandan
De pronto le entregaron el micrófono a Victoria, una estudiante de la escuela normal 8. “Lo que yo quería expresar –dijo– es que cuando los maestros luchan o protestan en una huelga quizá nos están enseñando lo más importante, la dignidad.”
El acto había sido convocado para las seis de la tarde sobre la Avenida de Mayo, otra vez convertida en escena de una peatonal de protesta. El escenario montado ante la sede del gobierno porteño estaba embanderado por una leyenda enorme que decía “Educación es democracia”, y abajo la consigna que explicaba de qué se trataba lo que estaba sucediendo en ese lugar: “Renunciá Posse al Ministerio de Educación”.
La protesta organizada por la multisectorial que agrupa a los gremios docentes más representativos de la ciudad de Buenos Aires, agrupaciones políticas y sociales cerró la primera semana de acciones contra la designación del nuevo ministro porteño. Desde el domingo pasado los gremios docentes llevaron a cabo una campaña de reflexión en la que salieron a buscar en distintos soportes firmas para expulsar al ex funcionario de la dictadura, al hombre que defiende las líneas ideológicas y políticas del terrorismo de Estado y, más acá, al que ha dicho que el rock estupidiza a los jóvenes.
Antes de la seis, el festival comenzó con una ocupación simbólica del Ministerio de Educación. A esa hora, en la esquina del Cabildo, un hombre protestaba frente a una silla repleta de planillas en blanco “¡¿Pero no hay nadie que se haga cargo de las firmas?!”. Santiago, un estudiante universitario de Capital, en tanto, estampaba sin problemas su firma sobre una de las hojas. “Me puse a investigar un poco sobre Posse cuando lo vi hablando en la televisión –dice– porque lo que decía me parecía totalmente fuera de época.”
Por la avenida, terminaban de ingresar las columnas de las agrupaciones y partidos hacia la zona del escenario. Las banderas docentes ocupaban los espacios aéreos más importantes, estaban las del Sindicato de Educadores de Buenos Aires Sedeba y los profesores de educación media y superior de la ciudad agremiados en Ademys, cuyo secretario general, Manuel Gutiérrez, había dicho que los docentes no se irían “hasta ser atendidos por alguna autoridad del ministerio”. Engrosando los sectores más flacos de la calle, se acomodaron las organizaciones políticas. La apuesta colorada del PTS, las banderas verdes de Proyecto Sur con el sello de los pinos y las banderolas kirchneristas de la agrupación Túpac Amaru, acompañadas por las siglas de la CTA. Hacia el fondo avanzaban los más combativos, bombo en manos, los muchachos de la JP Descamisados coreaban llevando todo hacia el lugar donde debía estar:
...¡No lo pudo López Rega,
...No lo pudo Isabeeeel,
...No pudieron los milicos, acá está la JP!
La casa de gobierno de Mauricio Macri estaba flanqueada por un cordón de la Policía Federal que separaba las dos porciones del mundo. De pecheras anaranjadas mantuvieron un alineamiento riguroso hasta que sucumbieron ante el encanto clandestino de una Coca-Cola envuelta en una bolsa que hacía correr de pico en pico.
“Compañeros”, se escuchó en el escenario cuando convocaron a Taty Almeida de la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo. Como sucedió con cada uno de los que subió más tarde, los organizadores le dieron un guardapolvo blanco. “Yo también soy docente”, dijo ella. “Por la vida, me tocó ser docente ante la desaparición de mi hijo Alejandro y en nombre de los 30 mil seguimos haciendo docencia.” Y ahí sobre el frente de la casa donde se decidió la designación de Posse una semana atrás, ante la puerta, ante los policías, explicó que nada es casual. “Porque no es casual que nuevamente decidamos venir a la Jefatura de Gobierno, no es la primera vez que estamos acá, desde que asumió Macri y no precisamente para aplaudir la gestión, sino puntualmente por el ministro de Educación Abel Posse.” Recordó que alguna vez la multisectorial tuvo un primer acuerdo por Jorge “El Fino” Palacios, que “no renunció”, dijo, “lo renunciamos”.
Atrás, al medio, se escuchó: ¡Que renuncie Macri!
Detrás de las Madres subió un representante de cada uno de los sectores a los que el ministro agravió. Subieron dos mujeres, entre ellas la madre de uno de los tres chicos masacrados por la policía hace ocho años en Floresta. Subió Victoria y subieron Dante Spinetta, Emanuel Horvilleur, Gastón G y representantes de Choque Urbano y Calle 13 para desagraviar al rock. “Gracias loco, gracias”, dijo uno. “Porque hasta se la agarró con las mujeres y agarrarse con las mujeres es re-cabeza.”
Abajo, los que sostenían las banderas volvían a levantar la voz ante una ocasión adecuada. Esta vez, se escuchó uno de los hits: “Posse, sos la dictadura”.
Poco más de una hora después, el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación Eduardo López leyó un documento elaborado por la multisectorial, en la que explican eso que los maestros dicen desde hace una semana: el piso de convivencia democrático tácito que se había puesto con Macri, dijo, “fue perforado por el jefe de Gobierno al nombrar a un difusor del terrorismo de Estado. Nos oponemos porque cruza un límite peligroso que como sociedad lo logramos cruzar hace 26 años”.
Entre otros, se acercaron el ex ministro de Educación Daniel Filmus, el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, la secretaria general de Ctera, Stella Maldonado, el titular de la CTA, Hugo Yasky, y el dirigente bonaerense Roberto Baradel.
“Abel Posse, sos la dictadura”
La multisectorial por la renuncia del funcionario macrista hizo ayer su primer festival frente a la Jefatura de Gobierno porteño. Madres de Plaza de Mayo, rockeros y distintas mujeres fueron “desagraviadas” por los organizadores.
Las Madres de Plaza de Mayo recordaron que la misma lucha dieron contra el comisario Jorge “Fino” Palacios.
Por Alejandra Dandan
De pronto le entregaron el micrófono a Victoria, una estudiante de la escuela normal 8. “Lo que yo quería expresar –dijo– es que cuando los maestros luchan o protestan en una huelga quizá nos están enseñando lo más importante, la dignidad.”
El acto había sido convocado para las seis de la tarde sobre la Avenida de Mayo, otra vez convertida en escena de una peatonal de protesta. El escenario montado ante la sede del gobierno porteño estaba embanderado por una leyenda enorme que decía “Educación es democracia”, y abajo la consigna que explicaba de qué se trataba lo que estaba sucediendo en ese lugar: “Renunciá Posse al Ministerio de Educación”.
La protesta organizada por la multisectorial que agrupa a los gremios docentes más representativos de la ciudad de Buenos Aires, agrupaciones políticas y sociales cerró la primera semana de acciones contra la designación del nuevo ministro porteño. Desde el domingo pasado los gremios docentes llevaron a cabo una campaña de reflexión en la que salieron a buscar en distintos soportes firmas para expulsar al ex funcionario de la dictadura, al hombre que defiende las líneas ideológicas y políticas del terrorismo de Estado y, más acá, al que ha dicho que el rock estupidiza a los jóvenes.
Antes de la seis, el festival comenzó con una ocupación simbólica del Ministerio de Educación. A esa hora, en la esquina del Cabildo, un hombre protestaba frente a una silla repleta de planillas en blanco “¡¿Pero no hay nadie que se haga cargo de las firmas?!”. Santiago, un estudiante universitario de Capital, en tanto, estampaba sin problemas su firma sobre una de las hojas. “Me puse a investigar un poco sobre Posse cuando lo vi hablando en la televisión –dice– porque lo que decía me parecía totalmente fuera de época.”
Por la avenida, terminaban de ingresar las columnas de las agrupaciones y partidos hacia la zona del escenario. Las banderas docentes ocupaban los espacios aéreos más importantes, estaban las del Sindicato de Educadores de Buenos Aires Sedeba y los profesores de educación media y superior de la ciudad agremiados en Ademys, cuyo secretario general, Manuel Gutiérrez, había dicho que los docentes no se irían “hasta ser atendidos por alguna autoridad del ministerio”. Engrosando los sectores más flacos de la calle, se acomodaron las organizaciones políticas. La apuesta colorada del PTS, las banderas verdes de Proyecto Sur con el sello de los pinos y las banderolas kirchneristas de la agrupación Túpac Amaru, acompañadas por las siglas de la CTA. Hacia el fondo avanzaban los más combativos, bombo en manos, los muchachos de la JP Descamisados coreaban llevando todo hacia el lugar donde debía estar:
...¡No lo pudo López Rega,
...No lo pudo Isabeeeel,
...No pudieron los milicos, acá está la JP!
La casa de gobierno de Mauricio Macri estaba flanqueada por un cordón de la Policía Federal que separaba las dos porciones del mundo. De pecheras anaranjadas mantuvieron un alineamiento riguroso hasta que sucumbieron ante el encanto clandestino de una Coca-Cola envuelta en una bolsa que hacía correr de pico en pico.
“Compañeros”, se escuchó en el escenario cuando convocaron a Taty Almeida de la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo. Como sucedió con cada uno de los que subió más tarde, los organizadores le dieron un guardapolvo blanco. “Yo también soy docente”, dijo ella. “Por la vida, me tocó ser docente ante la desaparición de mi hijo Alejandro y en nombre de los 30 mil seguimos haciendo docencia.” Y ahí sobre el frente de la casa donde se decidió la designación de Posse una semana atrás, ante la puerta, ante los policías, explicó que nada es casual. “Porque no es casual que nuevamente decidamos venir a la Jefatura de Gobierno, no es la primera vez que estamos acá, desde que asumió Macri y no precisamente para aplaudir la gestión, sino puntualmente por el ministro de Educación Abel Posse.” Recordó que alguna vez la multisectorial tuvo un primer acuerdo por Jorge “El Fino” Palacios, que “no renunció”, dijo, “lo renunciamos”.
Atrás, al medio, se escuchó: ¡Que renuncie Macri!
Detrás de las Madres subió un representante de cada uno de los sectores a los que el ministro agravió. Subieron dos mujeres, entre ellas la madre de uno de los tres chicos masacrados por la policía hace ocho años en Floresta. Subió Victoria y subieron Dante Spinetta, Emanuel Horvilleur, Gastón G y representantes de Choque Urbano y Calle 13 para desagraviar al rock. “Gracias loco, gracias”, dijo uno. “Porque hasta se la agarró con las mujeres y agarrarse con las mujeres es re-cabeza.”
Abajo, los que sostenían las banderas volvían a levantar la voz ante una ocasión adecuada. Esta vez, se escuchó uno de los hits: “Posse, sos la dictadura”.
Poco más de una hora después, el secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación Eduardo López leyó un documento elaborado por la multisectorial, en la que explican eso que los maestros dicen desde hace una semana: el piso de convivencia democrático tácito que se había puesto con Macri, dijo, “fue perforado por el jefe de Gobierno al nombrar a un difusor del terrorismo de Estado. Nos oponemos porque cruza un límite peligroso que como sociedad lo logramos cruzar hace 26 años”.
Entre otros, se acercaron el ex ministro de Educación Daniel Filmus, el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, la secretaria general de Ctera, Stella Maldonado, el titular de la CTA, Hugo Yasky, y el dirigente bonaerense Roberto Baradel.
(Fuente:Pagina12).
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