17 de diciembre de 2009

ACTO POR LOS COMPAÑEROS ASESINADOS EN LA P1.

Por la reencarnación de sus sueños
Los 29 presos asesinados en la Unidad Penitenciaria Nº1 durante la dictadura, fueron recordados en un acto en las puertas de la prisión. Los ejes de la convocatoria fueron la continuidad histórica en las luchas y el reclamo de justicia. “La memoria y la justicia del ayer se hacen presentes en el compromiso y las luchas de hoy”, expresó Carolina Vaca Narvaja. Galería de fotos.

Los compañeros de la Aníbal Verón cuelgan una muestra de fotos por el acceso a la tierra.
Por Katy García-Prensared
Durante la tarde del sábado, se llevó a cabo un homenaje a los 29 presos políticos que mientras permanecían en la Unidad Penitenciaria de barrio San Martín, unos fueron retirados del lugar y fusilados en la calle. Otros, asesinados dentro de la cárcel. La prensa de la época reportaba los hechos como “enfrentamientos”.
El encuentro fue organizado por la Comisión de Homenaje conformada por hijos, familiares, amigos y compañeros de las víctimas para mantener viva la memoria de los jóvenes militantes comprometidos con las causas del pueblo, y para reclamar el cese de la impunidad.
Pasadas las 19, y ante gran cantidad de asistentes comenzó el acto. Tras entonar el Himno Nacional, las organizaciones que participaron en la preparación del acto compartieron con los presentes la experiencia de lucha de cada sector. Entre unos y otros, las voces del coro “Contra coro al resto” dirigido por Manuel Nieva y “El Grillo invisible”, deleitaron con sus canciones.
“Ellos fueron sujetos políticos, aun en las peores condiciones. Para quienes no vivimos esa historia, pero crecimos bajo la sombra de sus consecuencias, son una referencia, algo para tomar en cuenta y para poner en diálogo con nuestro presente”, leyó Martín Mozé.
La presencia de integrantes de agrupaciones como el Movimiento Campesino de Córdoba (MCC), las organizaciones territoriales Aníbal Verón y la Tupac Amaru, que luchan por el acceso a la tierra y a una vivienda digna, encarnan la continuidad histórica y recrean a aquél “héroe colectivo” del que hablaba Oesterheld.
Del mismo modo, colectivos artísticos variados dejaron sus huellas en barrio San Martín. El grupo recreación Córdoba, dibujó una gran rayuela en la vereda con la consigna “para jugar y jugarse”. En tanto, jóvenes que asisten a la casa escuela “Alegría ahora”, prepararon intervenciones con esténciles. El “Hombre Amarillo”, colectivo artístico independiente, integrado por personas privadas de su libertad, que cumplen condena en esta prisión, también estuvo a través de sus pinturas.
Hay quienes ignoran que entre marzo y octubre de 1976, los presos políticos que permanecían a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) o de la Justicia Federal, eran retirados en grupo y luego fusilados. Dos de los 29, fueron brutalmente asesinados frente a la mirada del resto. Los partes de prensa reportaban el hecho como muertos por “intentos de fuga” o en “enfrentamientos”. Toda la impunidad. “Fueron 29 crímenes premeditados y cometidos con alevosía”, recuerdan desde el escenario.
Herederos
“Como organización popular nos sentimos herederos de todas aquellas luchas que dieron nuestros compañeros. La sangre que los compañeros han dejado en esta tierra abona la lucha que hemos estado llevando nosotros en estos últimos tiempos”, dijo uno de los representantes de la Aníbal Verón. Otro, recordó que muchos de los que ahora son parte de esa agrupación fueron alumnos de Marta González –una de las víctimas- y recordaron la lucha por el agua y por condiciones dignas de vida en Villa el Libertador.
Hace tres meses que participan de una toma de tierras en los fondos de la Villa soportando las inclemencias de tiempo, en casillas precarias, sin servicios, poniendo el cuerpo para conseguir un pedazo de tierra para sus hijos. “Necesitamos una vida digna para todos”, expresó uno de los vecinos, conmovido. La comunidad Boliviana, de gran arraigo en la zona sur, se hizo presente con unas palabras en quechua.
La Tupac Amaru, es otra de las organizaciones que pese a ser demonizada a través de la descalificación y la mentira se mantiene firme en sus reclamos. Los agravios que sufre esta agrupación a nivel nacional repercuten en el barrio. “Mafiosos, patoteros o terroristas”, es lo que menos dicen de ellos.¿Será porque hemos convertido un basural en una plaza?, ensaya una respuesta uno de sus miembros. Y agrega: “las únicas armas que tenemos son los hornos de barro para hacer el pan nuestros chicos”.
Sobre el alambrado, que separa la prisión del ingreso, se instalaron las fotos ampliadas de los militantes asesinados. Debajo, una muestra de fotos actuales, registran la toma de tierras de las organizaciones. “A veces, en los barrios, es difícil enfrentar una política de fragmentación. Pero nos estamos organizando y esto es parte de una lucha histórica”, afirmó otro integrante de la Aníbal Verón.
Las organizaciones enfrentan problemáticas comunes. “Si hay hambre, nadie puede pensar y si falta la salud, tampoco”, coincidieron. También contaron que trabajan en la recuperación de la cultura del trabajo y reivindican su participación en apoyo a otras luchas que en definitiva buscan el bienestar y la justicia para todos y todas.
Las luchas urbanas se unen a las campesinas. Susana, desde Apenoc, reivindicó la pelea que vienen dando desde esa organización que a la vez se articula con otras entidades del continente y a través de la Vía Campesina con el mundo.
Un integrante de una comunidad indígena alerta sobre lo sucedido durante la dictadura y lo que se vive hoy. “Hay compañeros que por pensar distinto son encarcelados y perseguidos” y añadió que “queremos una vida sustentable y no este modelo de hambre y pobreza”.
Por su parte, Ramiro Fresneda, abogado del MCC, consideró que “actualmente se están vulnerando derechos a la vida y a la soberanía alimentaria”. Manifestó, en ese sentido, su preocupación porque “en esta Córdoba también hay un sector del Poder Judicial que termina siendo el brazo funcional que consolida un modelo de agricultura sin agricultores. Tenemos el fallo de Ramona Bustamante que le inundaron el rancho de soja transgénica, se lo tiraron y una justicia le dijo que no tiene derecho a la tierra. Estamos convencidos del derecho humano a la tierra. Nuestros compañeros, nuestros padres, hace 30 años han luchado para eso. Las dictaduras, precisamente, han implementado un plan de genocidio para consolidar una patria para pocos. Creemos que nuestros compañeros han dado la vida por esto, y estarán siempre en nuestros compañeros y en nuestras luchas”, finalizó.
El clima generado por los comentarios sobre la historia de los ex presos políticos glosado desde el escenario por Carolina y Martín fue elevando la temperatura emotiva de la concurrencia. Fue ahí que Marilena, de los pagos de Santiago del Estero, elevó la voz y la palabra Justicia se hizo coro y resonó por el barrio.
Mónica Lungo, una de las educadoras de Alegría Ahora, la escuela de afuera, narró con crudeza cómo viven los jóvenes cuya única opción es robar para después ingresar en una espiral de degradación. Uno de los objetivos sobre los que trabajan es “cambiar la cabeza de los chicos y poder pensar colectivamente”, afirma. “Le robamos horas a la muerte, a las drogas, y a las pérdidas que las hemos tenido y muchas. Nos llena de felicidad que seamos tantos y que hayan venido muchas organizaciones”, comentó. “Hemos descubierto que además de robar y vender drogas: son artistas”, ironizó. Los jóvenes de “El hombre amarillo”, crearon calendarios trabajados en xilografía.
La “penitenciaría”, un eslabón más del sistema
Caía el sol. El acto estaba llegando a su fin. Un documento político (ver relacionada) analiza y contextualiza lo ocurrido. De manera directa y sin vueltas acusa a otros sectores que participaron como cómplices durante la dictadura y en democracia.
Además, sienta posición sobre el próximo juicio que pondrá en el banquillo a los culpables de estos crímenes ocurridos hace más de 30 años. “Los crímenes de la Penitenciaría no pueden quedar impunes, porque la impunidad duele, pero, sobre todo, no deben quedar dudas de que la Penitenciaría era un eslabón más de un sistema de terror que convirtió a Córdoba en una de las más sombrías jurisdicciones del terrorismo de Estado. De ese terrorismo de Estado impuesto en el país con el consenso de Washington, la venia del poder económico y la complicidad de la Iglesia y la Justicia”.
En otro tramo del escrito inquiere: “¿Dónde está el poder económico que solventó el vaciamiento de la Córdoba revolucionaria, combativa y militante? ¿En qué banquillo se sentarán aquellos que se enriquecieron con la represión y el desmantelamiento de sindicatos, partidos políticos y organizaciones civiles? ¿Qué hará la jerarquía eclesiástica cuando se ventile en los estrados su complicidad y connivencia con Menéndez y “la sagrada familia” que terminó usufructuando en beneficio propio la Córdoba devastada que dejaron los militares?”.
Como aún no tiene fecha cierta de inicio, los familiares esperan que “no se produzca un domingo siete” y se retrase. Más adelante, explica que "La Perla y el D2 fueron dos emblemas de la represión ilegal, dos eslabones del infierno que se vivió en Córdoba. La penitenciaría fue un tercer eslabón. Todo era parte del mismo plan de exterminio, de empobrecimiento, de vaciamiento de la Córdoba liberadora y combativa que expresaban nuestros padres.
Por esas ideas, por su conducta, por su ejemplo, por su dignidad, por su hidalguía, por su valor, es que hoy estamos aquí otra vez, como hace tantos años, exigiendo justicia.
Para que NUNCA MÁS tengamos que llorar a nuestros muertos.
Para que NUNCA MAS tengamos que convivir con sus asesinos
Para que NUNCA MAS reine el terror y la desmemoria
Hoy como ayer, juicio y castigo a los culpables
Y cárcel común a los genocidas", expresa el documento en el segmento final.
Fotografía: Prensared y Alejandro Rossi
Inicio del acto, Himno Nacional.
Preparando la Rayuela.
la producción a pleno. Dibujos, aerosoles, textos. Colectivos artísticos, presentes.
Todas las voces todas. Actúa el Coro dirigido por Manuel Nieva.
En una tarde entre soleada y nublada, muchos decidieron estar presentes.
Integrantes de organizaciones sociales cuentan experiencias camino a la dignidad.
Los concurrentes, atentos, disfrutan de la música.
Familiares y amigos de las víctimas reivindican sus historias.
Las luchas campesinas presentes.
Jugar y jugarse
Música y de la buena se escuchó el sábado.
(Fuente:Rdendh).

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