GUERRIERI PIDIO AYER AMPLIAR SU DECLARACION INDAGATORIA
"Eramos como meteorólogos"
El imputado por delitos de lesa humanidad con más alto rango militar desmintió las acusaciones de Bueno (actualmente refugiado en Brasil). Pero sus precisiones rozaron lo insólito: "El oficial de inteligencia es como un meteorólogo. Hacemos previsiones".
Por Sonia Tessa
Oscar Pascual Guerrieri pidió ayer ampliar su declaración indagatoria para desmentir al ex agente civil de inteligencia Gustavo Bueno, que declaró en la ciudad brasileña de Belem hace dos semanas. El imputado por delitos de lesa humanidad con más alto rango militar negó haber querido matar a Bueno, afirmó que éste tiene su salud mental alterada, sólo aceptó preguntas de los integrantes del Tribunal y terminó con una arenga sobre su responsabilidad en los hechos que se investigan. "Ahora todos dicen Guerrieri, Guerrieri, Guerrieri, pero en 1978 no era ejecutor ni jefe. Los responsables eran (Leopoldo) Galtieri, (Luciano) Jáuregui y (Juvenal) Pozzi", dijo el ex jefe del Destacamento de Inteligencia del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército. Eso sí, aseguró haber olvidado los nombres de todos sus subalternos. "Todo lo leído de las declaraciones hechas en Brasil y en el Cels tienen, a mi entender, calidad de fábula", dijo el acusado, quien aseguró después que el testigo tuvo la intención "como muchos, de salvarse él y culpar a otros".
Guerrieri desmintió puntualmente una afirmación. "El señor Bueno dice que yo tenía intención de llevarlo a Comodoro Rivadavia para ejecutarlo. Me parece una barbaridad desde todo punto de vista", indicó Guerrieri, quien arguyó que los traslados de militares se definen por una política de personal del Ejército, y aseguró que como jefe no tenía la potestad de determinar traslados. El militar afirmó que Bueno estuvo internado en el instituto Philippe Pinel en 1975, de manera que pidió que se adjunten los antecedentes de ese centro asistencial, así como de la policía provincial, donde el agente revistió con anterioridad.
El Tribunal aceptó el pedido de Guerrieri, lo que generó una reposición de la fiscal Mabel Colalongo, quien consideró suficiente la pericia psiquiátrica pedida por Adrián González Charvay, defensor de uno de los imputados, Walter Pagano. La posición del ministerio Público fue apoyada por las abogadas querellantes Ana María Figueroa y Ana Claudia Oberlin. "La situación de salud mental de Bueno en 1975 es irrelevante", indicó Figueroa, al tiempo que Oberlin agregó: "La idoneidad del testigo se tiene que establecer al momento de la declaración. Por otro lado, en el legajo de Bueno, cuando fue admitido como personal civil de inteligencia, deben obrar las medidas que se tomaron para incorporarlo, de manera que se puede solicitar ese legajo". El Tribunal también aceptó el pedido.
La indagatoria de Guerrieri tuvo tres momentos. Primero desmintió a Bueno, específicamente negó la acusación del ex PCI (personal civil de inteligencia) de haber querido asesinarlo. "Me siento profundamente afectado por esa declaración", dijo el represor, quien se definió en varias oportunidades como "una persona de bien". Sobre la intención de trasladar a Bueno a Comodoro Rivadavia para ejecutarlo, Guerrieri lo calificó como "una barbaridad". Después, sólo aceptó preguntas del Tribunal.
Pero sus precisiones rozaron lo insólito. "El oficial de inteligencia es como un meteorólogo. Hacemos previsiones, estudiamos la situación. El área de inteligencia no es operativa, es un laboratorio de prospectiva, sobre lo que se va a desarrollar", aseveró el militar, quien aseguró que son otros los encargados de tomar las decisiones en base a esos informes.
Aunque Guerrieri olvidó los nombres de sus subordinados, sí pudo precisar que Bueno se desempeñaba en la Dirección de Registro y Archivo. Cuando el juez Otmar Paolucci le preguntó si esa dependencia fichaba personal militar, o sólo civiles, dijo que sólo obtenía información sobre integrantes de las dependencias del Ejército.
La presidenta del Tribunal durante esta semana, Beatriz Barabani, indagó sobre la existencia de fichas de inteligencia, pero Guerrieri se fue por las ramas. Dijo que esa dependencia investigaba "a los factores de poder que hacen al desarrollo de la Nación. El sector religioso, del trabajo, y económico", dijo.
Para el final, el represor apeló "a la emoción". "Para nosotros es dificilísimo explicar a un Tribunal Civil lo que hicimos, porque el militar no es dueño de la guerra, los gobiernos son los que deciden", dijo Guerrieri, quien se quejó: "Yo acá prácticamente soy un asesino y ustedes me van a imponer prácticamente la pena de muerte porque tengo 75 años, por eso hablamos de tribunales naturales (refiriéndose a la justicia militar)".
La causa Guerrieri -en la que también están imputados Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo- investiga la privación ilegítima de la libertad de 28 personas, a quienes también se sometió a tormentos. El proceso también trata de establecer la responsabilidad por el asesinato de 17 de esos militantes, que continúan desaparecidos.
"Eramos como meteorólogos"
El imputado por delitos de lesa humanidad con más alto rango militar desmintió las acusaciones de Bueno (actualmente refugiado en Brasil). Pero sus precisiones rozaron lo insólito: "El oficial de inteligencia es como un meteorólogo. Hacemos previsiones".
Por Sonia Tessa
Oscar Pascual Guerrieri pidió ayer ampliar su declaración indagatoria para desmentir al ex agente civil de inteligencia Gustavo Bueno, que declaró en la ciudad brasileña de Belem hace dos semanas. El imputado por delitos de lesa humanidad con más alto rango militar negó haber querido matar a Bueno, afirmó que éste tiene su salud mental alterada, sólo aceptó preguntas de los integrantes del Tribunal y terminó con una arenga sobre su responsabilidad en los hechos que se investigan. "Ahora todos dicen Guerrieri, Guerrieri, Guerrieri, pero en 1978 no era ejecutor ni jefe. Los responsables eran (Leopoldo) Galtieri, (Luciano) Jáuregui y (Juvenal) Pozzi", dijo el ex jefe del Destacamento de Inteligencia del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército. Eso sí, aseguró haber olvidado los nombres de todos sus subalternos. "Todo lo leído de las declaraciones hechas en Brasil y en el Cels tienen, a mi entender, calidad de fábula", dijo el acusado, quien aseguró después que el testigo tuvo la intención "como muchos, de salvarse él y culpar a otros".
Guerrieri desmintió puntualmente una afirmación. "El señor Bueno dice que yo tenía intención de llevarlo a Comodoro Rivadavia para ejecutarlo. Me parece una barbaridad desde todo punto de vista", indicó Guerrieri, quien arguyó que los traslados de militares se definen por una política de personal del Ejército, y aseguró que como jefe no tenía la potestad de determinar traslados. El militar afirmó que Bueno estuvo internado en el instituto Philippe Pinel en 1975, de manera que pidió que se adjunten los antecedentes de ese centro asistencial, así como de la policía provincial, donde el agente revistió con anterioridad.
El Tribunal aceptó el pedido de Guerrieri, lo que generó una reposición de la fiscal Mabel Colalongo, quien consideró suficiente la pericia psiquiátrica pedida por Adrián González Charvay, defensor de uno de los imputados, Walter Pagano. La posición del ministerio Público fue apoyada por las abogadas querellantes Ana María Figueroa y Ana Claudia Oberlin. "La situación de salud mental de Bueno en 1975 es irrelevante", indicó Figueroa, al tiempo que Oberlin agregó: "La idoneidad del testigo se tiene que establecer al momento de la declaración. Por otro lado, en el legajo de Bueno, cuando fue admitido como personal civil de inteligencia, deben obrar las medidas que se tomaron para incorporarlo, de manera que se puede solicitar ese legajo". El Tribunal también aceptó el pedido.
La indagatoria de Guerrieri tuvo tres momentos. Primero desmintió a Bueno, específicamente negó la acusación del ex PCI (personal civil de inteligencia) de haber querido asesinarlo. "Me siento profundamente afectado por esa declaración", dijo el represor, quien se definió en varias oportunidades como "una persona de bien". Sobre la intención de trasladar a Bueno a Comodoro Rivadavia para ejecutarlo, Guerrieri lo calificó como "una barbaridad". Después, sólo aceptó preguntas del Tribunal.
Pero sus precisiones rozaron lo insólito. "El oficial de inteligencia es como un meteorólogo. Hacemos previsiones, estudiamos la situación. El área de inteligencia no es operativa, es un laboratorio de prospectiva, sobre lo que se va a desarrollar", aseveró el militar, quien aseguró que son otros los encargados de tomar las decisiones en base a esos informes.
Aunque Guerrieri olvidó los nombres de sus subordinados, sí pudo precisar que Bueno se desempeñaba en la Dirección de Registro y Archivo. Cuando el juez Otmar Paolucci le preguntó si esa dependencia fichaba personal militar, o sólo civiles, dijo que sólo obtenía información sobre integrantes de las dependencias del Ejército.
La presidenta del Tribunal durante esta semana, Beatriz Barabani, indagó sobre la existencia de fichas de inteligencia, pero Guerrieri se fue por las ramas. Dijo que esa dependencia investigaba "a los factores de poder que hacen al desarrollo de la Nación. El sector religioso, del trabajo, y económico", dijo.
Para el final, el represor apeló "a la emoción". "Para nosotros es dificilísimo explicar a un Tribunal Civil lo que hicimos, porque el militar no es dueño de la guerra, los gobiernos son los que deciden", dijo Guerrieri, quien se quejó: "Yo acá prácticamente soy un asesino y ustedes me van a imponer prácticamente la pena de muerte porque tengo 75 años, por eso hablamos de tribunales naturales (refiriéndose a la justicia militar)".
La causa Guerrieri -en la que también están imputados Jorge Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo Costanzo- investiga la privación ilegítima de la libertad de 28 personas, a quienes también se sometió a tormentos. El proceso también trata de establecer la responsabilidad por el asesinato de 17 de esos militantes, que continúan desaparecidos.
Pasan los años
"Pasan los años... Nos vamos poniendo viejos", dice una canción y en realidad nosotros también nos vamos poniendo viejos. Los años pasaron, pasan... y todavía esperamos. Ya no es "Con vida los llevaron ...con vida los queremos..."
Ahora es "Justicia y cárcel común ". Queremos saber adonde están. Donde esta mi papá, el de la Tana, el de Cristina, Guada, y de tantos otros hijos que todavía esperamos esa respuesta para poder reconstruir nuestra historia.
Tenemos los relatos de los compañeros que los vieron, que compartieron momentos con ellos, ellos son los que nos cuentan las historia que escuchamos como si fueran cuentos fantástico, nos reímos, lloramos con ellos.
Pero no nos llenan este vacío, esta ausencia tan marcada, este dolor tan profundo.
¿Podremos saber que es lo que han echo?
¿Podrán mirarnos a las caras y romper ese pacto de cobardía, de traición, de dolor? ¿Nos dirán?
¿Podremos esperar tanto?
Y si esperamos 33 años, todavía podemos, porque si nuestros viejos algo nos enseñaron es a no claudicar, a no bajar los brazos, a luchar por nuestros ideales, utopías, sueños, amores. Hay que seguir.
Y sí, vamos a seguir, porque a los represores, adonde vayan los iremos a buscar...
Y sí, vamos a seguir, porque son nuestra bandera, son nuestro pasado, nuestro presente...
Y sí, vamos a seguir, porque ellos nos amaron y nosotros también los amamos...
Y sí, vamos a seguir porque sus nietos, nuestro hijos, nos dan esa fuerza que nos da la valentía para entrar a los Tribunales y mirarlos.
Nos dan esa fuerza para seguir pidiendo que nos digan que es lo que han hecho con ellos, con sus cuerpos.
Y vamos a seguir porque son bandera y son pueblo.
Paula Vanina Luna
(Fuente:Rosario12).
sábado 12 de diciembre de 2009
Declaración de Bueno: “A Juan Carlos Sánchez lo mató el Ejército”
La declaración que el represor Francisco Bueno realizó en Brasil como testigo del juicio Guerrieri-Amelong, –donde fue encontrado por Interpol debido a que tenía un pedido de captura por su implicancia en la causa Gazzari Barroso–, agregó información que complica aún más a los cinco imputados de la causa y aportó algunos datos hasta ahora desconocidos sobre éstos y la historia reciente de nuestra región. Entre otras referencias, Bueno señaló que Pascual Guerrieri se vinculó en su momento al tráfico de cocaína para conseguir dinero y posicionar a su jefe, Leopoldo Galtieri, en la interna militar. Además, indicó que el asesinato del general Juan Carlos Sánchez, ocurrido en abril de 1972 en Rosario y atribuido a FAR y ERP, habría sido cometido por hombres del propio Ejército entre los que mencionó a un uniformado de apellido “Arrue”.
El testimonio que el ex Personal Civil de Inteligencia del Ejército (PCI) Francisco Bueno brindó en Belém do Pará (Brasil), al que redaccionrosario tuvo acceso, es una pieza de recontra espionaje que haría caer las babas al mismísimo John Le Carré. La delegación integrada por el presidente del Tribunal Oral Federal N° 1 Otmar Paulucci, la Fiscal Mabel Colalongo, las abogadas querellantes Virginia Blando y Ana Oberlin y el defensor del imputado Eduardo Costanzo, Germán Artola, que viajó para presenciar el testimonio de Bueno, se despachó con una serie de informaciones y escuchó en boca del propio represor una parte increíble de la historia del ex servicio.
Como primera sorpresa la delegación se enteró que Francisco Bueno habría conseguido en Brasil el estatus de refugiado político otorgado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). “Si vuelvo a Argentina me van a asesinar”, dijo en varias oportunidades el represor.
Según los datos autobiográficos aportados por el propio Bueno en su declaración, debió enfrentar una serie de persecuciones y atentados contra su vida, luego de haber dado un testimonio ante el Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels) en 1985, en el que refirió cómo funcionó el aparato represivo del Segundo Cuerpo de Ejército en Rosario.
Por ese mismo testimonio es que Bueno se transformó en una pieza clave del primer juicio a los represores en Rosario, ya que en aquella declaración ante el Cels confirmó nombres y metodología de funcionamiento de la patota que hoy está siendo juzgada en el TOF1.
El hombre que escapó del frío
En su declaración en Brasil, Bueno contó que vive hace veintiún años en Belém do Pará y que llegó “escapando de las persecuciones y amenazas” que sufrió por parte de sus camaradas de ejército. “Me siguieron fuera de Argentina en varias oportunidades”, denunció el represor.
De su declaración autobiográfica se desprende que Bueno salió de Argentina en 1979 para “salvar su familia”, y que anduvo por distintos lugares como Brasil y Europa.
En el 84 volvió a Argentina. “Ahí empezaron las amenazas, bombas, aprietes”, indicó el ex PCI, quien agregó que por esas razones volvió a salir de Rosario, llegando a camuflarse como “mendigo en Buenos Aires, huyendo de un lado a otro para que no me localizaran”.
Bueno contó que estuvo escondido en Mar del Plata en el seminario Sagrado Corazón de Jesús. “De ahí, después de un tiempo, empecé a ver cómo salir de la Argentina -relató-. En Mar del Plata intentaron capturarme y eso fue lo que terminó de decidirme a salir del país”.
El represor señaló también un intento de asesinato del que logró escapar en Rosario, que le imputó al represor de la Quinta de Funes, Daniel Amelong.
Bueno refirió que luego volvió a Buenos Aires y habló con Enrique Coti Nosiglia, y se presentó con un cura ante él para “pedirle garantías”. Según el represor, Nosiglia le dijo que lo único que podía hacer es que lo lleven a San Pablo dos servicios de inteligencia. “Ahí sospeché que me estaban esperando y me pareció mejor no salir con ellos. Salí de allí asustado, me fuí a Uruguay. De ahí a Brasil, donde me dieron 90 días para regular mi situación, como turista”.
El represor mencionó un nuevo intento de asesinato en San Pablo en mayo del 88: “Estaba tranquilo trabajando, un día a la tardecita una vecina me dijo que habían venido amigos a buscarme. Pero ella dijo que como no le gustaron las caras no los dejo pasar al edificio. Eran 8 personas que estaban armadas. Llamó a la policía, cuando vino la policía y los revisaron, ellos presentaron carta diplomática, decían que tenían inmunidad. En ese momento, pedí que ACNUR me refugiara. Me mandaron a Río de forma urgente”.
Según el relato de Bueno, de ACNUR le dijeron que se vaya para el norte del país, que era más seguro y así recayó en Belem el 9 de julio de 1989.
Una revelación
Francisco Bueno comentó que uno de sus primeros “trabajos en el área de contra-inligencia militar fue investigar quién o quiénes habían matado a (el general ascendido post mortem a teniente general) Juan Carlos Sánchez, que era comandante del II Cuerpo”. Según consta en el acta de la audiencia realizada en Belem: “Por las investigaciones que hizo el deponente, concluyó que la muerte del general Sánchez ocurrió por una persona de apellido Arrue, del ejército”.
Genocidas narcotraficantes
Además de ratificar su declaración ante el Cels, Bueno indicó que “Guerrieri estaba ligado al tráfico de cocaína junto Arce Gómez y García Mesa, dos bolivianos acogidos por Galtieri”. Según el represor radicado en Brasil, esto “era parte de una interna para que Galtiere fuese presidente”, y el “dinero de Bolivia era para esto”.
Bueno agregó que Galtieri asumió como presidente y el pago a sus socios bolivianos fue “abrir la ruta de la cocaína por el norte de Argentina, pero de forma libre".
(Fuente:Diariodeljuicio).
Por Sonia Tessa.
Es el slogan de distintas agrupaciones de derechos humanos de Rosario y se refiere al tipo de condena y cárcel que piden para los represores que están siendo juzgados por Terrorismo de Estado. Comienza la etapa de los alegatos.
El Espacio Juicio y Castigo convoca para mañana a las 17, al recital Rock de la Cárcel, con la consigna "perpetua, común, efectiva". Será en el cantero central de Oroño al 900, frente a los Tribunales Federales donde se juzga a cinco represores por delitos de lesa humanidad. "Como venimos diciendo, la sociedad ya los condenó, ahora reclamamos la condena judicial", suma Fernando Ríos, del frente Santiago Pampillón. "Estamos en la instancia de pedir la condena, ya que desde el espacio creemos que se ha producido suficiente prueba", agregó Florencia Delnegro, de APDH. Es una reunión pluralista, en la que todos dicen lo suyo, para construir el acompañamiento a las instancias judiciales que ponen a los responsables del terrorismo de Estado en el banquillo de los acusados. En principio, el recital de rock de mañana se pensó para dar visibilidad al comienzo de los alegatos, pero el Tribunal Oral Federal número 2 aceptó el pedido de la fiscal Mabel Colalongo para producir más prueba, y la semana que se inicia habrá audiencias con nuevos testigos. De este modo, la actividad de mañana no será la última del año, sino que habrá otra. "La idea es instalar otra actividad fuerte antes de la sentencia, para seguir acompañando, como hemos venido haciendo en cada instancia del juicio", aportó Juane Basso, de Hijos. "Ahora llegó el momento de reclamar la condena a cárcel perpetua, común y efectiva", agregó Delnegro.
Estar en la calle, acompañar a los testigos, hacer visible la realización del primer juicio oral por delitos de lesa humanidad en la zona, han sido los objetivos de este espacio plural, que se reúne viernes por medio, a las 19, en Sitratel (Dorrego 733). Y que tiene como próximo gran desafío el acompañamiento de la causa conocida como Feced (ahora Díaz Bessone), de la que también se habló anteayer, mientras circulaban los mates y cada uno daba su opinión. Mientras tanto, algunos de los presentes mostraban con orgullo la mención especial del premio Pocho Lepratti que recibieron el jueves pasado.
En el recital de mañana actuarán las bandas Gurú, Farolitos, Perro e" Sulki, Sikarios y Patagonia Revelde. Iba a estar Popono, pero no pudo porque sufrió un accidente. "Pero me llamó Popono que se siente mejor y quiere estar", contó casi al final de la reunión Ingrid Schegtel, de Hijos. La red de solidaridades que se trama en el reclamo de justicia no se teje sola, hay personas de carne y hueso que todos los días "desde hace años ponen algo de sí para garantizarla. Para la sentencia "que aún no tiene fecha el Espacio Juicio y Castigo se propone generar un "gran hecho de movilización", adelantó Basso.
Y la próxima actividad, antes de fin de año, estará vinculada con el pedido de esa condena. La sentencia estaba prevista entre Navidad y Año Nuevo, una fecha que ahora resulta incierta. En ese punto, y ante la pregunta de la cronista por la postergación de los alegatos, saltó Lucas Ciarnello, del equipo de abogados de Hijos Rosario, para explicar: "No es correcto decir que hubo una demora. En realidad, hubo dos pedidos de la fiscalía. Uno para producir más prueba y otro para que se otorgue más tiempo para elaborar los alegatos. En un primer momento, el Tribunal rechazó los dos planteos, pero después de analizar la elaboración de más prueba, se decidió aceptarlo, aunque no se dijo nada de lo segundo". Con esta explicación, el profesional adelantó lo que pasará esta semana en el juicio. Mañana, a las 8, le pasarán a Guerrieri el video de los reconocimientos judiciales en los centros clandestinos de detención La Calamita, Quinta de Funes, escuela Magnasco, Fábrica Militar y La Intermedia, la mayoría con la presencia del imputado Eduardo Costanzo, que detalló cómo y dónde funcionaron los centros clandestinos y de qué manera fueron asesinados 14 militantes en La Intermedia. En la última audiencia de la semana pasada, el miércoles, ese video se transmitió para los otros imputados, pero Guerrieri estaba en el hospital militar de Campo de Mayo porque debían realizarle un estudio. También esta semana les tomarán declaración a testigos de la ciudad de Paraná, que darán testimonio sobre el nacimiento de los mellizos de Raquel Negro, una de las militantes que estuvo cautiva en la Quinta de Funes.
El tema de la postergación fue matizado por varios de los participantes, ya que fue pedido por una parte de la querella y la fiscalía. "No se trata de una demora sin sentido", indicó Delnegro. "Nosotros queremos ya la condena, pero puedo haber análisis de distintas estrategias", planteó Alfredo Vivono, víctima del terrorismo de Estado. "No podemos sentar posición como espacio porque esto no fue discutido", puntualizó Basso. En ese momento, Diego Koffman puso las cosas en su lugar: "La demora fue antes juicio". Es que debieron pasar 32 años para que estos delitos llegaran a un tribunal oral. Y, una vez derogadas las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, fue larga también la instrucción de la causa.
El otro tema de la reunión fue la necesidad de garantizar que la causa conocida como Feced sea "realmente pública". Por eso, el Espacio pedirá audiencias con el intendente Miguel Lifschitz y el gobernador Hermes Binner para solicitarles que garanticen un espacio adecuado, ya que esa causa tiene alrededor de 90 víctimas, y se espera que declaren 120 testigos víctimas directas, sin contar otras testimoniales. "Ya tenemos la resolución del Concejo Municipal, que ofrece el recinto. Por las dudas, queremos ofrecer dos lugares más, y en tiempo y forma, para que no pase lo que pasó en este juicio", indicó Basso. Lo que pasó fue que el Tribunal argumentó que no tenían un espacio mejor disponible. "Cuando el gobierno vio que pagaba un costo político por no brindar ese espacio, hubo una oferta", recordó Basso. Ahora, el Espacio Juicio y Castigo quiere adelantarse, para lograr que el proceso oral se realice en una sala más grande. "Pedimos también que mejore la calidad de la difusión del juicio, que sea realmente público", expresó Vivono sobre las restricciones al ingreso de la prensa.
(Fuente:diariodeljuicio).
(Fuente:diariodeljuicio).
14 de diciembre de 2009
El espacio Juicio y Castigo es noticia
En paralelo al comienzo del primer juicio oral y público contra represores de la dictadura en Rosario, desde la pluralidad del campo social se conformó un espacio de acompañamiento y respaldo a los compañeros/as que fueron víctimas del terrorismo de Estado. El Espacio Juicio y Castigo es además, y fundamentalmente, una herramienta de visibilidad pública y de presión frente a las irregularidades dadas durante las audiencias.El espacio Juicio y Castigo es noticia
Transcurre la siesta de un lunes de diciembre. Mañana es feriado y en la calle se ve menos movimiento que de costumbre: gente que sale de trabajar, vecinos paseando el perro, otros haciendo trámites, pibes en bicicleta y obreros laburando a unos cuantos metros de altura.
Pero la siesta no pasa desapercibida frente a los Tribunales Federales de Rosario, allí la calle se vistió de fiesta, hay música y radio en vivo, muestra de fotos, pintada colectiva de murales e intervenciones artísticas. Este lunes 7 el Bv. Oroño irradia los colores de una victoria popular, esa que muy de vez en cuando tiene lugar en el tren de la historia, es que allí dentro se está desarrollando (desde el 31 de agosto) el primer juicio oral y público contra represores de la dictadura en Rosario. En la sala de audiencias se está juzgando a cinco de los responsables de crímenes de lesa humanidad cometidos durante 1976 y 1983: Omar Pascual Guerrieri, Jorge Alberto Fariña, Juan Daniel Amelong, Walter Pagano y Eduardo “Tucu” Costanzo, cuyas sentencias se esperan para fines de diciembre.
Desde el inicio de los juicios, el Espacio Juicio y Castigo, integrado por organismos de derechos humanos como Madres de Plaza 25 de Mayo, Familiares, H.I.J.O.S., APDH y el MEDH y por un conjunto de organizaciones sociales, gremiales y estudiantiles, se está acompañando a los compañeros/as que fueron víctimas del terrorismo de Estado. Este cálido y plural abrazo se da a través de diferentes intervenciones artísticas como la de hoy, y de presentaciones formales ante las irregularidades dadas durante las audiencias.
“El Espacio Juicio y Castigo se conformó en función de estos juicios, fue convocado justamente con la idea de juntarnos para pensar cómo tenían que ser estos juicios, estos procesos y condenas. Intentamos ser lo más amplios posibles, convocando a todo el mundo, a todos los que sintieran que esto los tocaba y desde donde podrían trabajar y se sumó mucha gente”, nos cuenta Ingrid Schegtel, integrante de H.I.J.O.S. Rosario, sobre los primeros pasos del grupo.
“Creo que la pregunta en vez de ser porqué nos juntamos tendría que ser ¿Porqué no estamos todos acá?, la militancia de Rosario y la gente común, los vecinos se tendrían que unir porque esto es para todos, la justicia tiene que ser para todos, sino empezamos con los genocidas, no va a haber otro tipo de justicia”, expresa contundente Adrián Galarza, de la APDH, cuestionando la poca participación del conjunto social en el desarrollo de los juicios.
“La gente pasa, algunos se interesan, miran, hacen algunos comentarios, hay un poco de indiferencia de la sociedad en su conjunto, creo que les juega en contra de ellos mismos porque lo que pretendemos con estos juicios es que no se vuelvan a repetir los hechos que pasaron hace 30 años, para que podamos la democracia se pueda proyectar hacia el futuro”, opina Jorge Palombo, testigo y querellante en las causas contra los responsables del terrorismo de Estado.
Precisamente uno de los horizontes comunes al conjunto de compañeros es darle presencia pública a estos juicios, lograr que trasciendan los estratos judiciales y convocar a toda la sociedad en este paso histórico de enjuiciamiento de los responsables de crímenes de lesa humanidad, en ese marco impulsan la campaña Los juzga un Tribunal, los condenamos todos.
Los compañeros señalan que es un hecho histórico también que hayan logrado acuerdos y un modo de funcionamiento tan operativo dentro de la pluralidad de organizaciones que conforman el espacio, entre ellas COAD, Amsafé, Telefónicos, la biblioteca Pocho Lepratti, la Red de Solidaridad con Chiapas, la Juventud Guevarista, el colectivo de Ex Presos Políticos, Poriajhú, ATE, compañeros de la secretaría de Derechos Humanos, del Museo de la Memoria y del Movimiento Evita (además de los organismos de Derechos Humanos).
Una herramienta de presión
“El Espacio es también un elemento de presión, veíamos que las cosas sucedían y que no pasaba nada, se trató entonces desde el campo popular de acompañar a los abogados apoyando desde acá. Creo que es muy necesario también para los testigos y querellantes tener este acompañamiento”, expresa Adrián.
Entre los hechos denunciados y repudiados por la organización, irregularidades que dejan a la vista la revictimización de las víctimas de la última dictadura militar, se encuentran agravios verbales por parte de la custodia de Gendarmería ante la caída de una Madre de Plaza de Mayo, la filmación y toma de fotos del personal de Gendarmería a los concurrentes al acto de apertura al juicio; haber permitido durante la primera audiencia que el procesado Daniel Amelong provoque a las víctimas y familiares descarada e impunemente; y haber impedido el ingreso a la sala de un miembro de Familiares con un prendedor con la sigla del organismo de Derechos Humanos.
“Vamos a estar acompañando a los compañeros/as porque esto es parte de nuestra lucha, nosotros lo que queremos marcar es que acá se está juzgando a los genocidas, a los culpables del terrorismo de Estado. Entonces esto no va a pasar desapercibido como pasan muchas otras cuestiones en nuestra sociedad, esto se tiene que recordar hoy en esta causa, el año que viene con la causa Feced vamos a estar también presentes”, dice Luciana, destacando que desde el espacio se logró el compromiso del gobierno provincial y del Concejo Deliberante de Rosario, para ceder un lugar más amplio para el desarrollo de la megacausa Feced, que dará comienzo en febrero próximo.
Sobre el final de la charla, los compañeros abren paso a dos invitaciones, una para sumarse a las actividades del próximo lunes: “Toda aquella persona que se sienta convocada en cada marcha del 24 de marzo, este lunes 14 de diciembre tiene que estar acá frente a los Tribunales Federales, porque empiezan los alegatos. Ahora empieza la parte final y queremos que los jueces sepan que todos queremos cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas, esto le pedimos todos a Papa Noel”.
La segunda propuesta es para participar del Espacio Juicio y Castigo, las reuniones son quincenales y se realizan los viernes a las 19.30 en la sede de Sitratel, Dorrego 733 (Rosario).
(Fuente:Diariodeljuicio).
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