QUE PASÓ?
NOS QUEDAMOS SIN EL LEO.
SIN FUTURO, SIN MILITANTE, SIN COMPAÑERO, SIN AMIGO, SIN VIDA.
UNO MÁS DE NUESTROS HIJOS VICTIMA DE LA INJUSTICIA, LA EXCLUSIÓN,
LA IMPUNIDAD.
ES NUESTRO COMPROMISO REDOBLAR LA TAREA PARA SALVAR Y PROTEGER A LOS PIBES.
SIENTO QUE TENEMOS UNA DEUDA PENDIENTE CON TODOS ELLOS Y ES HORA DE HACERNOS CARGO.
(Fuente:H.Baster).
Investigan la muerte de un chico que recibió cuatro tiros de un policía
Leonel González murió en Virasoro y San Nicolás, donde policías custodiaban a una cuadrilla de la EPE."Vamos a pelear hasta el final. No nos vamos a quedar quietos porque estamos cansados de que nos maten a los chicos". Así se expresó un grupo de vecinos congregado en la puerta de la sala donde era velado Leonel González, un adolescente de 16 años que cayó abatido el martes a la noche por cuatro balas policiales. Las versiones del caso difieren diametralmente según quien las relate. Para los allegados y familiares del muchacho, se trató de un brutal episodio de gatillo fácil, con una víctima desarmada, indefensa y acribillada en el piso. Para la policía, González quiso enfrentar a tiros a dos agentes del Comando Radioeléctrico en circunstancias poco claros y éstos repelieron la agresión y lo abatieron.
Leonel González vivía con su madre y cuatro hermanos en una humilde vivienda de Alsina al 2600. Concurría a la escuela Guido Spano y era muy conocido en el barrio. Liliana, su mamá, está vinculada al Movimiento Evita, una organización que trabaja en cuestiones sociales en el barrio San Francisquito. La muerte de Leonel causó conmoción también en la comunidad del Centro Crecer de Amenábar al 4300, donde lo conocían porque había concurrido a ese jardín y Liliana era la cocinera.
El amigo.
Leonel González vivía con su madre y cuatro hermanos en una humilde vivienda de Alsina al 2600. Concurría a la escuela Guido Spano y era muy conocido en el barrio. Liliana, su mamá, está vinculada al Movimiento Evita, una organización que trabaja en cuestiones sociales en el barrio San Francisquito. La muerte de Leonel causó conmoción también en la comunidad del Centro Crecer de Amenábar al 4300, donde lo conocían porque había concurrido a ese jardín y Liliana era la cocinera.
El amigo.
Leonel estaba la noche del martes con dos amigos, uno de ellos menor como él y llamado Nicolás. Este chico ayer le contó brevemente a este diario lo ocurrido. "Fuimos a comprar unas gaseosas por calle Cafferata y nos corrieron unos chicos que nos quisieron robar o pegar, incluso tiraron unos tiros al aire. Llegamos corriendo a Virasoro y nos encontramos con un móvil del Comando. Los policías se creyeron que veníamos de robar y nos hicieron tirar al piso. Uno de los chicos alcanzó a escapar, pero Leonel y yo terminamos tirados en la calle, boca abajo. Y es mentira que hayamos tenido un arma, como dicen por ahí. Entonces nos empezaron a pegar hasta que uno de los policías lo agarró a Leonel y comenzó a disparar varias veces al piso hasta que le pegó. Había testigos, vecinos que le decían al cana «dejalo», pero el tipo no hizo caso. No me mataron a mí porque se empezó a juntar gente", rememoró el menor.
Nicolás contó que acto seguido lo metieron en un patrullero y se lo llevaron detenido a la seccional 13ª. Allí estuvo un rato hasta que llegaron sus padres y lo dejaron en libertad porque no había ninguna imputación sobre él.
Pero, según la versión oficial, el hecho se desencadenó cuando dos agentes del Comando Radioeléctrico custodiaban a una cuadrilla de la EPE que trabajaba en la reparación de un transformador ubicado en Virasoro y San Nicolás. Mientras los técnicos se concentraban en sus tareas, los uniformados se apostaron en la vereda de enfrente bajo la copa de un árbol.
Una de tiros. "A las 22.30, mientras los empleados de la EPE trabajaban en el transformador, se escucharon varias detonaciones de armas de fuego. Los efectivos del Comando Radioeléctrico observaron que por Virasoro, desde Cafferata, venían corriendo tres muchachos, dos de los cuales portaban armas de fuego. Uno corría por la vereda sur con un arma en la mano, otro lo hacía desarmado prácticamente por el medio de la calle y el restante lo hacía por la acera norte de Virasoro con otra arma. En eso los policías impartieron la orden de detención", consignó un vocero de la investigación.
A partir de ese momento la historia, de acuerdo al acta de procedimiento, tuvo otro final. Según esa versión, el muchacho que corría por la vereda sur "retrocedió sobre sus pasos y escapó hacia calle Cafferata, por donde desapareció al introducirse en un pasillo. El joven que iba por el medio de la calle y desarmado se tiró al piso y se entregó. El restante, que resultó ser Leonel González, se descartó de un pistolón que arrojó al suelo, pero inmediatamente extrajo un revólver calibre 22 de la cintura y disparó sobre los policías, quienes repelieron esa agresión y lo abatieron", sostuvo una alta fuente policial.
Según ese informe, González recibió cuatro impactos de frente: uno en una mano y los restantes en distintas partes del cuerpo. El cadáver del chico fue trasladado a la morgue donde se le hizo la autopsia. El informe determinará las distancias y trayectorias de los disparos. Allegados al pibe fallecido e integrantes del Movimiento Evita, en el que participa la mamá de Leonel, plantearon sus dudas sobre lo ocurrido, y aseguraron que el muchacho ni sus amigos estaban armados.
El juez Juan Donnola, a cargo en suplencia del juzgado de Instrucción 13, ordenó una serie de medidas entre las cuales se cuenta la declaración testimonial de los empleados de la EPE y pericias balísticas a las armas de los policías y a las que supuestamente tenía González. También será fundamental la versión que pueda aportar Nicolás, quien se transformó en un testigo de cargo.
El sumario preventivo quedó a cargo de la División Judiciales de la Unidad Regional II. Los policías que participaron del hecho fueron demorados pero tras prestar declaración quedaron en libertad y por el momento no habrá sanciones, al menos hasta que aparezcan pruebas que indiquen que actuaron en forma dolosa.
Nicolás contó que acto seguido lo metieron en un patrullero y se lo llevaron detenido a la seccional 13ª. Allí estuvo un rato hasta que llegaron sus padres y lo dejaron en libertad porque no había ninguna imputación sobre él.
Pero, según la versión oficial, el hecho se desencadenó cuando dos agentes del Comando Radioeléctrico custodiaban a una cuadrilla de la EPE que trabajaba en la reparación de un transformador ubicado en Virasoro y San Nicolás. Mientras los técnicos se concentraban en sus tareas, los uniformados se apostaron en la vereda de enfrente bajo la copa de un árbol.
Una de tiros. "A las 22.30, mientras los empleados de la EPE trabajaban en el transformador, se escucharon varias detonaciones de armas de fuego. Los efectivos del Comando Radioeléctrico observaron que por Virasoro, desde Cafferata, venían corriendo tres muchachos, dos de los cuales portaban armas de fuego. Uno corría por la vereda sur con un arma en la mano, otro lo hacía desarmado prácticamente por el medio de la calle y el restante lo hacía por la acera norte de Virasoro con otra arma. En eso los policías impartieron la orden de detención", consignó un vocero de la investigación.
A partir de ese momento la historia, de acuerdo al acta de procedimiento, tuvo otro final. Según esa versión, el muchacho que corría por la vereda sur "retrocedió sobre sus pasos y escapó hacia calle Cafferata, por donde desapareció al introducirse en un pasillo. El joven que iba por el medio de la calle y desarmado se tiró al piso y se entregó. El restante, que resultó ser Leonel González, se descartó de un pistolón que arrojó al suelo, pero inmediatamente extrajo un revólver calibre 22 de la cintura y disparó sobre los policías, quienes repelieron esa agresión y lo abatieron", sostuvo una alta fuente policial.
Según ese informe, González recibió cuatro impactos de frente: uno en una mano y los restantes en distintas partes del cuerpo. El cadáver del chico fue trasladado a la morgue donde se le hizo la autopsia. El informe determinará las distancias y trayectorias de los disparos. Allegados al pibe fallecido e integrantes del Movimiento Evita, en el que participa la mamá de Leonel, plantearon sus dudas sobre lo ocurrido, y aseguraron que el muchacho ni sus amigos estaban armados.
El juez Juan Donnola, a cargo en suplencia del juzgado de Instrucción 13, ordenó una serie de medidas entre las cuales se cuenta la declaración testimonial de los empleados de la EPE y pericias balísticas a las armas de los policías y a las que supuestamente tenía González. También será fundamental la versión que pueda aportar Nicolás, quien se transformó en un testigo de cargo.
El sumario preventivo quedó a cargo de la División Judiciales de la Unidad Regional II. Los policías que participaron del hecho fueron demorados pero tras prestar declaración quedaron en libertad y por el momento no habrá sanciones, al menos hasta que aparezcan pruebas que indiquen que actuaron en forma dolosa.
(Fuente:Lacapital).
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