Reconocieron fuera de su casa a un represor con prisión domiciliaria
Balcaza sentado el frente de la vivienda de avenida Ejército 1324.
Víctimas del terrorismo de Estado reconocieron al represor Ramón Oscar Balcaza sentado el frente de la vivienda de avenida Ejército 1324, donde el juez Federal Gustavo Zonis dispuso que debe cumplir su prisión domiciliaria. Balcaza está acusado de ser partícipe necesario de delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.
Sin embargo, por las tardes es posible verlo en la vereda de su casa de la capital entrerriana, intentando hacer frente al calor agobiante de este verano, según advirtieron varios testigos. En las imágenes se puede ver a un hombre mayor, vestido de musculosa blanca, bermudas y ojotas, cómodamente sentado en un sillón playero a la sombra de dos árboles.
En el lugar no se observaba ningún tipo de vigilancia.Al momento de procesar y confirmar la prisión preventiva a cuatro represores detenidos a inicios de diciembre, el juez dispuso la domiciliaria de Balcaza debido a su “edad y estado de salud”.
El hombre tiene 75 años; nació el 4 de julio de 1934. También le trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 200.000 pesos.
Balcaza está acusado de haber sido partícipe necesario en numerosos delitos considerados de lesa humanidad. Como personal del Servicio Penitenciario Provincial, con desempeño en la Unidad Penal Nº 1 de Paraná como jefe de Seguridad, está denunciado por entregar a los detenidos políticos a sus torturadores, realizando los traslados a fin de facilitar este accionar.
Esto ocurría dentro del esquema clandestino para reprimir y eliminar, mediante el secuestro, la tortura y el asesinato, a los disidentes políticos.Puntualmente, se le imputa haber participado de los siguientes delitos: privación ilegítima de la libertad agravada por la especial calidad de funcionario público en abuso de funciones, mediante el uso de violencia y amenazas, aplicación de severidades, vejaciones y apremios ilegales, e imposición de tormentos, conductas agravadas por haber durado más de un mes, y homicidio doblemente calificado.
Estos delitos de los que está acusado como partícipe, se enmarcan dentro del tipo genérico de “lesa humanidad y desaparición forzada de personas”.
La detención de Balcaza, junto a las de Alberto Rivas, Carlos Horacio Zapata, Oscar Ramón Obaid, Ramón Genaro Díaz Bessone, Jorge Humberto Appiani, Hugo Mario Moyano, José Anselmo Appelhans y Rosa Susana Bidinost se produjeron en el marco de la causa Área Paraná, que engloba las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura militar en la zona de la capital entrerriana.
Un testimonio
En diciembre, luego de las últimas detenciones concretadas en la causa Área Paraná, uno de los sobrevivientes del terrorismo de Estado relató:
“Balcaza se dedicaba a informarnos a mí y a otros compañeros que íbamos a ser trasladados. Nos sacaban de nuestras celdas de la Unidad Penal Nº 1 de Paraná, nos llevaban al patio intermedio que está entre el pabellón grande y la enfermería, ahí nos encapuchaban, nos esposaban y nos conducían a un móvil que por lo general eran vehículos oficiales de las Fuerzas Armadas”.
Luego añadió: “Una vez arriba del móvil el destino era Comunicaciones. Se preguntarán el porqué de tanta certeza, y es que hay un detalle: un sonido que nos ha quedado muy grabado, que es el del vehículo al cruzar sobre las vías del paso a nivel que está en Monte Caseros e Ituzaingó. Cuando íbamos era un ruido terrible, porque sabíamos que íbamos a la tortura, a la golpiza o al maltrato”.“Una vez llegados al lugar, éramos encerrados a empujones y patadas en el calabozo de Comunicaciones y nuestra estadía en ese predio podía ser de hasta una semana. Éramos interrogados bajo tortura, bajo presión psicológica, mal comidos, sin asistencia médica, hasta que llegaba la orden de regreso: se nos volvía a encapuchar, esposar, subir al vehículo y regresábamos a la Unidad Penal”, relató el testigo.
Para el ex detenido el sonido de las vías era diferente: “Ese sonido que antes era la antesala de algo terrible, a la vuelta nos generaba otras sensaciones. Siempre, en mi caso, el que me anunciaba los traslados era el señor Balcaza”, publicó Uno.
Fuentedeorigen:Analisisdigital
Fuente:Rdendh
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