Hebe de Bonafini y Chicha Mariani 29 años después
Reencuentro
Fotos: Sebastian Romero, prensa Madres de Plaza de Mayo.
Ambas viven en La Plata, a apenas cuatro cuadras de distancia. Sin embargo se pelearon y hacía décadas que no se encontraban. Un diálogo imperdible entre estas dos referentes de la lucha por los derechos humanos.
Por Lucía García
Reencuentro
Fotos: Sebastian Romero, prensa Madres de Plaza de Mayo.
Ambas viven en La Plata, a apenas cuatro cuadras de distancia. Sin embargo se pelearon y hacía décadas que no se encontraban. Un diálogo imperdible entre estas dos referentes de la lucha por los derechos humanos.
Por Lucía García
Chicha conversa en la mesa de trabajo que será luego la de merienda con el juez Juan Ramos Padilla. Él retrasa su despedida para cruzarse con Hebe. Suena el timbre y es ella. Trae unas galletas de semillas –por la diabetes– y un huevo de pascua que su hija Alejandra le obsequia a Chicha. El juez, nervioso como un chico, la saluda y le pide una foto. “Sí, claro, querido”. “¿Sabe cómo nos conocimos, Hebe?” No recuerda. “Usted me dijo muchas cosas menos lindo.” Hebe se ríe. “Era por la exhumación de cadáveres, yo por dentro sentía tanta ternura y quería decirle que tenía razón”, dice el magistrado.
Hebe y Chicha se miran. Sonríen.
Hebe: –¿Cómo estás?
Chicha: –Bien, un poco nerviosa, y viste que yo me engripo cuando estoy preocupada.
H.: –Sí, te pasaba, me acuerdo. Y bueno, con 86 años, qué querés. Yo ya tengo 81.
C.: –Es tan absurdo que los médicos le digan a una que tiene que estar tranquila. Es una utopía.
H.: –Es una receta imposible de llevar adelante, porque ya toda la vida vamos a ser así. Lo que te pasó, te pasó para toda la vida, no te pasó por un rato.
C.: –Y el carácter no va a cambiar y ponerse mansito por unas líneas de insulina. Es como decía mamá, a los 98 años, no me lleves al médico, es la vejez nomás.
H.: –Quería decirte que todas las Madres te mandan un beso grande, todo el apoyo que necesites, para lo que necesites. Todas leímos el libro (Chicha, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo), porque ahí se dicen muchísimas cosas muy importantes, que los que estamos en esto tenemos que saber.
C.: –Somos leales. Hay cosas que una podría haber dicho, sin embargo somos de una lealtad que otras no han tenido.Se distanciaron, recuerda Chicha, luego de la toma de la catedral de Quilmes, y por “un comentario fuerte como sos vos .Y yo dije: no podemos estar discutiendo entre nosotras, y me distancié”. Hebe precisa: “Eso fue en el año 1981”.
H.: –Yo soy muy desbocada, vos sos más formal, más prolija para hablar. Igual que como investigás, así sos para todo.
C.: –Siempre tuve una enorme desesperación por encontrar a Clara Anahí enseguida. Y todo lo que fuera distraer esa búsqueda me sacaba de quicio.
H.: –Pero en cuatro años hicimos cualquier cantidad de cosas juntas, vivíamos a dos cuadras y nos veíamos mucho.
C.: –¿Te acordás cuando te dejé un poder? Para que cuidaras a papá y mamá si yo lograba encontrar a Clara Anahí. Compartimos muchísimo.Daniel Mariani y Diana Teruggi vivían con su hija Clara Anahí en la calle 30 Nº 1134. Un bombardeo atronador alertó a la ciudad entera de que algo ocurría el 24 de noviembre de 1976. Cinco personas murieron en un operativo que buscaba aterrorizar, a juzgar por su magnitud. Clara Anahí sobrevivió y fue secuestrada. Tenía tres meses de edad.
Se ha publicado parte de la Nota.
Fuente:Veintitres
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