Delitos de lesa humanidad
El rol de la Inteligencia
Redacción EcoDias - 22/05/2009
Semana atrás fue dada a conocer una lista con nombres de civiles que colaboraron con la dictadura a través de trabajos de inteligencia. De qué se trataba esa “tarea de inteligencia”, qué funciones cumplía el personal seleccionado y por qué fueron elegidos quienes formaron parte de esa lista, son algunas preguntas planteadas al fiscal Abel Córdoba.
El solo hecho de relacionar a los genocidas que tomaron el poder el 24 de marzo de 1976 con la inteligencia, podría llegar a ofender el concepto. Pero para llevar a cabo tal plan sistemático de exterminio, los militares responsables hicieron un uso terrorífico de Inteligencia.
Los militares no actuaron solos sino que necesitaron de complicidades a través de toda una red de personas que facilitaron el genocidio. En muchos casos, esas personas fueron civiles. Es decir, personas que podían ser de su vecindario, cercanas, y en algunos casos ciertos personajes con cargos importantes. Esas personas formaron parte de lo que se llamó Personal Civil de Inteligencia que colaboró con la dictadura.
Semanas atrás, se difundió la lista de civiles que trabajaron para los fuerzas de seguridad en la zona de Bahía Blanca. Junto a los nombres podía leerse la supuesta ocupación que tenían en aquellos momentos: “agente de reunión”, “agente de seguridad”, “fotógrafo, “radioperador”, “agente universitario” y hasta “mozo”.
Todos ellos y ellas, más allá del cargo específico que figura en los listados, trabajaron en la obtención de información que era trasladada al ámbito militar.EcoDias quiso saber qué significaban tales conceptos y cuál era la función asignada. Para ello, consultó al fiscal Abel Córdoba, a cargo de la Unidad de Asistencia para Causas por Violaciones a los Derechos Humanos de Bahía Blanca, quien aclaró: “Las asignaciones de tipo de cargo, modalidad o función no necesariamente han sido respetadas en esta jurisdicción y en otras. Había una función de inteligencia genérica que es la obtención de datos de aquellos sectores que las Fuerzas Armadas consideraban oponentes”.
Es decir, para todos los civiles, más allá del puesto que figura en la lista, había una función común que consistía en la obtención de datos e información. Lo que vulgarmente se conoce como “buchón” podría resumirse en los efectos de esta tarea. En base a ese objetivo, señala Córdoba, se disponían todos los medios para cumplirlo: “Lo que tenía que hacer el personal civil y también militar era obtener la mayor cantidad de información del oponente, suministrarla al ámbito de inteligencia, y el ámbito de inteligencia se lo pasaba al ámbito operativo”.
Engranaje del aparato represivo
Córdoba explica que la inteligencia militar funcionaba como direccionador del aparato represivo lo cual habla de la importancia de la función que tuvieron las personas publicadas en la lista. La Inteligencia, señala Córdoba, era la que fijaba la capacidad del oponente: “Ellos marcaban el blanco: tal persona o grupo tiene tal capacidad y van a estar en tal lugar a tal hora… Esa información del Personal Civil de Inteligencia llegaba al ámbito de Inteligencia que lo trasladaba a Operaciones, y éstos iban al momento en que Inteligencia se lo marcaba: esa era la función que cumplían todos”.
Si bien estas personas tenían el mismo objetivo, más allá de su puesto, EcoDias consultó sobre el significado de algunos conceptos. Uno que se repite en varias oportunidades es el de Agente de Reunión: “Lo que se desprende dentro de lo que es el concepto de Inteligencia, tiene que ver precisamente con obtener la información del ámbito del que se encuentre infiltrado o del ámbito propio ya sea gremial, universitario, político, social. Esa información se trasladaba al ámbito profesional de la especialidad de Inteligencia, y esa información era evaluada por profesionales que trabajaban en conjunto con Operaciones y Logística. Esa información se traduce en un dato para tener en cuenta, en función del oponente y en las acciones militares que iban a desarrollar después”.
Lo que sí queda claro es que no había un respeto de categorías. El agente de Seguridad y el de Reunión aparecen en situaciones similares con prescindencia de esa categoría.
Hay otras de las que no se conoce función específica pero debe quedar claro que se trata de toda una red por lo cual, por ejemplo, un mozo podría haber sido alguien que desde su ámbito de trabajo conseguía información y delataba las actividades de su vecino, familiar, compañero de trabajo: su función genérica es clara. “En todos los casos se trata de una función orientada a direccionar el aparato represivo. La actividad de Inteligencia no es otra cosa que eso: la información, el estudio del oponente y cada uno de los datos que tenga para ver en qué momento y en qué oportunidad y con qué intensidad se ataca o previene. Hay actividades técnicas que tal vez sí eran específicas, como un fotógrafo, pero a la vez la circunstancia de estar incluido dentro de este aparato, implica el suministro de todo dato de interés hacia el ámbito de inteligencia militar”.
Buenos muchachos
Cuando se conoció la lista hubo quienes defendieron públicamente a ciertas personas, con la atenuante “Pero si es buen tipo”. Por supuesto, siempre a partir de un conocimiento superficial y en situación de obsecuencia. Lo que quedará escrito en la historia es que no cualquiera podía ser civil de Inteligencia, la pertenencia debía ser muy fuerte: “Había que cumplir un montón de requisitos que las mismas Fuerzas Armadas establecen y perfilan: ser confiables, ser reservados, entre otras”.
Para que quede claro, esos “buenos tipos” que formaron parte de un plan de Inteligencia de los más importantes de la provincia brindaron información que en algunos casos tuvo como consecuencia la tortura, la violación y la muerte: “La inteligencia militar en Bahía Blanca, comparada con otras regiones de la provincia de Buenos Aires, fue particularmente meticulosa y exhaustiva. Es algo que los peritos de la Comisión por la Memoria nos dicen. La Inteligencia que se hizo en Bahía Blanca es enormemente superior y exhaustiva a la que se hizo en Mar del Plata o La Plata, por ejemplo. Los documentos que hemos podido recuperar de Inteligencia dan cuenta de eso, de un poder de infiltración realmente enorme”, concluyó Córdoba.
Bahía Blanca
Editorial
De alegrías y buchones
Al parecer, la palabra buchón tiene su origen en el vocablo francés bouchon, que se usa para designar al buzón, que a su vez deriva de bouche , boca.Un buchón en lunfardo es una persona delatora, un informante
La difusión de los nombres de personas de nuestro medio que trabajaron en tareas de inteligencia para la dictadura alborotó el agua de pozo que es nuestra Bahía Blanca para algunos temas.
De repente parecería ser que la acción de nombrar trae terribles males y tristeza para quienes no pueden entender la importancia de la Verdad y de la Memoria.La lista incluye a más de cien hombres y mujeres que trabajaron para el estado terrorista que torturó, asesinó y desapareció a miles de argentinos. Un listado que tiene su origen en el valioso trabajo por la reconstrucción de la Memoria y la búsqueda de Justicia que se realiza desde la Secretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
De los agentes de inteligencia sacados a la luz, 4.300 personas entre civiles y militares que reportaban al Servicio de Inteligencia del Ejército, cerca de 130 brindaron sus servicios en nuestra zona.Ver algunos nombres sirvió de corroboración o ratificación de sospechas, tal el caso del juez Montezanti quién revestía, según el listado, el trabajo de “Asesor Universitario A1”.
Existían otras tareas de “inteligencia” como dactilógrafo, redactor, programador, radioperador, fotointérprete, analista, mozo, agente de seguridad, agente de reunión, fotógrafo. Justamente fotógrafo es la profesión de Gustavo Lobos, histórico fotógrafo del diario La Nueva Provincia (desde 1985 al 2004) y a quien muchos de los que hoy trabajan de periodistas recordarán como profesor. Lo fue en la cátedra de Fotografía en el Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social de Bahía Blanca, instituto semillero del diario La Nueva Provincia por años, y lo es ahora en el curso de Fotografía que dicta el Instituto Juan XXIII este año.
Lobos está en la lista, pero no como fotógrafo sino como “agente de Reunión”. Agente de reunión era el nombre con el que se designaba a quienes reunían información para los organismos militares. Algunas veces hasta se infiltraban con nombres cambiados en organizaciones, sindicatos y universidades, en los grupos a los que frecuentaban, para luego dar reportes de inteligencia a los grupos represivos del Ejército. El material reunido determinaba el destino de muchas personas, es decir, si serían torturadas, asesinadas, desaparecidas.
Otro nombre que causó revuelo fue el del actual juez de Faltas Ricardo Germani, para el que ya se ha pedido su destitución, justamente por su trabajo como agente de reunión.
La verdad nunca es triste, lo que no tiene es remedio, dice la frase.
Desenmascarar a quienes fueron integrantes del aparato de inteligencia y represión que posibilitó la detención ilegal, la desaparición y el asesinato de ciudadanos y ciudadanas argentinas es parte de la necesaria tarea de saber la Verdad y de conseguir Justicia.
Seguramente es caro para la comunidad saber los nombres de aquellas personas de ámbitos sociales, políticos o militares que tuvieron relación directa con las acciones ilegales del terrorismo de estado, es duro tener que reconocer que quienes se creía eran simples compañeros y compañeras de trabajo, periodistas e incluso jueces, en realidad no eran más que buchones infiltrados que reportaban a la inteligencia militar.
Pero lo que nos trae la lista no es tristeza, ya que es un paso más en la reconstrucción del pasado que nos fue negado. Y no hay manera de justificar el ocultamiento, el engaño. No hay excusas, no hay “es un buen tipo” o “es una buena mina” que puedan eliminar un pasado de “agente de reunión” que escuchaba y contaba y entregaba datos y nombres, entregaba a personas.
Amén del silencio propio que se mantuvo hasta ahora, vaya a saber por qué razones.
Y para decirlo simplemente: en mi barrio, una buena mina o un buen tipo jamás son buchones.
FuentedeOrigen:EcoDías
Fuiente:Rdendh
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