24 de junio de 2010

JUICIO CONTRA PATTI: COMIENZA EL 30 de AGOSTO.

EL 30 DE AGOSTO EMPIEZA EL PRIMER JUICIO ORAL CONTRA EL REPRESOR LUIS ABELARDO PATTI
El día indicado, a la hora señalada

El ex comisario será juzgado junto con otros tres represores. Está acusado por los secuestros de Diego Muniz Barreto y Juan Fernández, el asesinato de Gastón Gonçalves, las desapariciones de Carlos Souto y Luis y Guillermo D’Amico y la detención de Osvaldo Arriosti.

El ex comisario de Escobar Luis Abelardo Patti será juzgado por secuestros, desapariciones y un asesinato.
Por Victoria Ginzberg

30 de agosto. 9.30 de la mañana. En ese momento comenzará el primer juicio oral contra Luis Abelardo Patti. Eso, siempre que el Tribunal Oral de San Martín consiga sala. El ex comisario será juzgado junto con los represores Santiago Omar Riveros, Reynaldo Bignone y Juan Fernando Meneghini por los secuestros de Diego Muniz Barreto y Juan Fernández, el asesinato de Gastón Gonçalves, las desapariciones de Carlos Souto y Luis y Guillermo D’Amico y la detención de Osvaldo Arriosti.
“Estoy emocionada y tranquila. Lo estamos esperando hace mucho y es bueno ver que después de tanto recorrido vamos llegando al final”, dijo a Página/12 Juana Muniz Barreto, hija del ex diputado Muniz Barreto. La abogada Ana Oberlin, representante de HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio), coincidió en la expectativa que genera la cercanía del juicio oral y en lo difícil que fue llegar a esta instancia.
Los cuatro represores serán juzgados por los jueces Lucía Larrandart, Héctor Sagreti y Marta Milloc, quienes aún están buscando un sitio adecuado para llevar adelante el proceso que confían poder iniciar en tiempo y forma.
Muniz Barreto y Fernández, que era su secretario, fueron secuestrados en Escobar en febrero de 1977. Los llevaron a la comisaría de la zona, a la Unidad Regional Tigre y finalmente a Campo de Mayo. De allí salieron el 5 de marzo en un Fiat 128 adormecidos con alguna sustancia. Fueron arrojados con el auto a un arroyo cercano a Raíces Oeste, en Entre Ríos. Muniz Barreto murió, pero Fernández sobrevivió y antes de irse al exilio dejó su testimonio ante un escribano público.
La ex esposa de Muniz Barreto denunció el hecho en 1977. Un amigo de la familia declaró en la causa que el 17 de febrero se entrevistó con un hombre que dijo venir de parte de Muniz Barreto (era familiar de un preso de la comisaría de Escobar), que le entregó una nota de puño y letra del diputado que decía: “Movete rápido, estamos en Escobar. Nos detuvo el suboficial inspector Luis A. Patti”. Muniz Barreto mandó dos mensajes más de este tipo que llegaron a la familia y a su empresa. Otra prueba que vincula al ex intendente de Escobar con el hecho es que, según el informe del personal de la comisaría de Escobar, Patti fue promovido el 7 de marzo de 1977, un día después del asesinato de Muniz Barreto.
Gonçalves fue secuestrado el 24 de marzo de 1976 en Zárate. Dos testigos narraron que estuvieron detenidos con él en un camión celular ubicado detrás de la comisaría de Escobar, donde Patti cumplía funciones de oficial subinspector. El 2 de abril de 1976 el cadáver de Gonçalves fue dejado en el paraje “El Cazador”, en la ruta 4. Lo habían fusilado y después incinerado. Veinte años más tarde, el cuerpo, que estaba enterrado en el cementerio de Escobar como NN, fue identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Unos meses antes de su secuestro, Gonçalves y su mujer habían discutido con Patti a raíz de la organización de un acto en Escobar. “Ya vas a ver lo que te va a pasar. Te voy a hacer matar”, lo amenazó el policía.
Las detenciones ilegales de Souto, los hermanos D’Amico y Arriosti se produjeron en marzo de 1977 en la zona de Garín. Arriosti, hoy fallecido, sobrevivió a su cautiverio e identificó a Patti como uno de los hombres que lo capturó.
Patti está siendo sometido a exámenes médicos porque sus abogados pidieron el beneficio de la prisión domiciliaria debido a que el represor sufrió un “edema cerebral”. Actualmente está internado en el instituto Fleni y, aunque está en rehabilitación, está consciente y en condiciones de enfrentar su primer juicio oral por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. Los abogados de las querellas sostienen, además, que puede continuar su tratamiento en un establecimiento del Servicio Penitenciario.
EL PAIS › JULIO POCH FUE ACUSADO DE 615 SECUESTROS AGRAVADOS
Procesado por los vuelos de la muerte
Por Diego Martínez
El teniente de fragata retirado Julio Alberto Poch se convirtió en el segundo piloto de la Armada procesado con prisión preventiva luego de confesar en privado su actuación en los vuelos de la muerte durante la última dictadura. El juez federal Sergio Torres destacó “el incesante trabajo” de sus defensores en Europa y en Argentina para “destruir la acusación por todos los medios”, pero priorizó los testimonios de los pilotos de la aerolínea Transavia que recibió de primera mano en 2008 en la embajada argentina en el Reino de los Países Bajos. Torres procesó a Poch por 615 secuestros agravados, le embargó bienes por 615 millones de pesos y ordenó que aguarde el juicio en la cárcel de Marcos Paz.
La confesión que cambió la vida de Poch fue el 2 de diciembre de 2003 en el restaurante Gado-Gado, en la isla de Bali, Indonesia. Según el primer testigo, Poch contó cómo desde “abordo de su avión se echaba fuera de borda a personas con vida”. Dijo que eran “terroristas” y que “eran tiempos de guerra”. Defendió el método como “una manera humana de ejecutar a la gente” y aclaró que “estaban drogados”. El segundo testigo declaró que escuchó la confesión de terceros. Ante la consulta, Poch le aclaró que se refería a “nosotros” por los pilotos de la Armada, pero negó su participación. El tercer testigo fue categórico: Poch “defendía el hecho de haber arrojado gente al mar” y “estaba enojado por no haberse percatado de haber arrojado a niños y personas muy jóvenes”. Cuando le planteó lo terrible de vivir con tantos muertos en el haber, Poch le explicó que “lo creía justo” porque “eran terroristas de izquierda que no merecían algo mejor y que había sido una forma humanitaria de ejecutarlos porque habían sido drogados”.
“Había tomado un poco de alcohol” pero “estaba lúcido”, explicó Poch en la primera de sus tres extensas declaraciones indagatorias, luego de ser extraditado desde España. Su estrategia se centró en desacreditar a los testigos. Al primero lo definió como un “lunático y obsesivo” que lo discriminaba porque “es un xenófobo que no aceptaba a pilotos extranjeros”. Del segundo dijo que es “un mentiroso y megalómano porque siempre quiere ser el centro”. Sobre el tercero admitió que “siempre tuve una buena relación”, pero sugirió que lo convencieron para que mintiera. Poch le aseguró al juez que “siempre respeté los derechos humanos” y que los crímenes de lesa humanidad “van contra mis principios morales y cristianos”. Se explayó sobre su especialización como “piloto de caza y ataque” y su incapacidad para pilotear aviones de carga. Auxiliado por los penalistas Gerard Spong, en Europa, y Gerardo Ibáñez, en la Argentina, el imputado presentó declaraciones de colegas de Transavia ante un escribano para certificar su silencio sobre su actuación en la dictadura como la tergiversación de sus dichos en Indonesia.
Torres desbarató en un escrito de 757 fojas los argumentos del imputado. Minimizó “el efecto de los celos profesionales o la envidia”, sostuvo que si no sabía volar aviones de carga bien pudo haber participado como tripulante y diferenció “el impacto inesperado y tal vez imprevisto” de la confesión “en un contexto sociocultural” diferente al argentino. El juez dejó constancia de que los vuelos se ejecutaron desde “distintos aeropuertos o bases militares” y que se usaron aviones pero también helicópteros que partían desde la propia ESMA. El primer piloto procesado por su actuación en los vuelos es el capitán Hemir Sisul Hess.
FuentedeOrigen:Pagina12
Fuente:Agndh

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