Impulsan en la Justicia Federal una investigación a Gauna, Pérez Oneto y Toldo
Lo decidió el Tribunal Oral Federal, en la nueva audiencia iniciada este miércoles a la mañana en el marco del juicio por la Subzona 14. Los tres tambalearon en sus testimonios.
El abogado querellante Miguel Palazzani había considerado el martes que el ex policía Miguel Angel Gauna había tenido participación en los delitos de lesa humanidad que se investigan. Gauna quedó señalado entre los torturadores por la testigo Marta Flores. Gauna fue boxeador. Y varias víctimas señalaron que en las torturas los golpeaban con guantes de boxeo. Según Gauna, eran otros guantes y no los suyos.
El médico Máximo Pérez Oneto también pasó un mal momento ante el Tribunal: hizo afirmaciones contradictorias y se mantuvo en recuerdos selectivos a pesar de haber asistido profesionalmente a torturados. La Jornada de este martes se había iniciado con su pedido de detención, pero el TOF decidió adelante su declaración.
El ex comisario Rubén Toldo fue propuesto por las defensas de los represores pampeanos sometidos a juicio. Declaró el lunes e intentó desmentir la versión que su madre, ex celadora de la Primera, dio en la investigación previa. Las contradicciones e incoherencias en las que incurrió generaron el pedido de las querellas. El martes, los jueces resolvieron girar una copia de su declaración a la Fiscalía Federal para que investigue el falso testimonio.
Una ex detenida reconoció a Reinhart por una foto
La testigo Zulma Rivoira reconoció este miércoles en el juicio contra los represores pampeanos al imputado Carlos Reinhart como la persona que la interrogó durante su detención después del golpe militar de marzo del '76.
La mujer, que era empleada administrativa de la universidad en Pico, le había visto la cara por debajo de las vendas, pero recién se dio cuenta ahora quién era, 34 años después, cuando vio su foto publicada en los diarios.
Rivoira estuvo detenida 20 días. La subieron a la planta alta y, después de ver las botas de cinco militares, quedó sola en la habitación. “Vi una persona vestida con de civil, con pullover marron y beige. Le vi la cara, rubio y de ojos celestes. Tenía una voz aflautada, de pito. Me dijo que era un militar de Roca”, recordó.Después de tanto tiempo, hace poco observó las fotos de los represores imputados en los diarios y una le provocó escalofríos. “Una de las fotos me pegó mal. Era la persona que me interrogó... en versión joven. Esa persona es el señor Reinhart, si se le puede decir señor”, dijo.-¿Usted está segura? -le preguntó el cuarto juez, Orlando Arcángel Coscia.-Segurísima. Yo le vi clarita la cara. Cuando vi la foto, me pegó mal. Es él en versión joven.En ese interrogatorio, recibió una piña que le aflojó dos dientes. “Nada más. Uno lo relativiza comparado con lo que sufrieron mis compañeras”, le dijo al tribunal. “Firmé mi declaración vendada y esposada. Y él me convidó un cigarrillo”, acotó.Después del interrrogatorio, transcurrieron varios días, hasta que de las mujeres solo quedaron ella y Barabaschi detenidas. De noche, cantaban “Zamba de mi Esperanza” para que la otra supiera que seguían allí. “La noche era terrible. No dormía. Ponían una radio y una teve para acallar los gritos desgarradores que escuchábamos. Sentíamos esos gritos y los aullidos que nada ni nadie podía acallar. Después arrastraban a las personas por el pasillo, bañadas en sangre, y venían policías a baldear para sacar las manchas de sangre”, relató.Un día el mismo ex jefe de la Policía, Luis Baraldini, la visitó en la celda. Ella ya lo conocía porque lo había visto antes en el club hípico Maracó, de Pico, porque ella integraba la comisión “No le hablé una sola palabra. La celadora le explicó quién era y como estaba. El era otra persona”, evocó.Después de 20 días de encierro, finalmente salió bajo el régimen de libertad vigilada. A los poco días, se encontró con Hugo Ferrari -que había compartido cautiverio- y otro compañero en la calle y se preguntaron cómo estaban. “La próxima reunión de tres, volvés adentro”, le advirtió horas después una voz en el teléfono.Hasta llegada la democracia, tuvo que asentar sus movimientos en la comisaría de Pico. Pero el trauma sobrevivió al tiempo. “Recién hace un año nos interiorizamos con los demás de lo que nos había pasado. Tenía miedo de que fuéramos vigiladas, si éramos seguidas. Todavía, en algun rincón de nuestro ser, el miedo está”, concluyó.
Otra ex celadora dijo que “había torturadas” en la Seccional Primera
Lo decidió el Tribunal Oral Federal, en la nueva audiencia iniciada este miércoles a la mañana en el marco del juicio por la Subzona 14. Los tres tambalearon en sus testimonios.
El abogado querellante Miguel Palazzani había considerado el martes que el ex policía Miguel Angel Gauna había tenido participación en los delitos de lesa humanidad que se investigan. Gauna quedó señalado entre los torturadores por la testigo Marta Flores. Gauna fue boxeador. Y varias víctimas señalaron que en las torturas los golpeaban con guantes de boxeo. Según Gauna, eran otros guantes y no los suyos.
El médico Máximo Pérez Oneto también pasó un mal momento ante el Tribunal: hizo afirmaciones contradictorias y se mantuvo en recuerdos selectivos a pesar de haber asistido profesionalmente a torturados. La Jornada de este martes se había iniciado con su pedido de detención, pero el TOF decidió adelante su declaración.
El ex comisario Rubén Toldo fue propuesto por las defensas de los represores pampeanos sometidos a juicio. Declaró el lunes e intentó desmentir la versión que su madre, ex celadora de la Primera, dio en la investigación previa. Las contradicciones e incoherencias en las que incurrió generaron el pedido de las querellas. El martes, los jueces resolvieron girar una copia de su declaración a la Fiscalía Federal para que investigue el falso testimonio.
Una ex detenida reconoció a Reinhart por una foto
La testigo Zulma Rivoira reconoció este miércoles en el juicio contra los represores pampeanos al imputado Carlos Reinhart como la persona que la interrogó durante su detención después del golpe militar de marzo del '76.
La mujer, que era empleada administrativa de la universidad en Pico, le había visto la cara por debajo de las vendas, pero recién se dio cuenta ahora quién era, 34 años después, cuando vio su foto publicada en los diarios.
Rivoira estuvo detenida 20 días. La subieron a la planta alta y, después de ver las botas de cinco militares, quedó sola en la habitación. “Vi una persona vestida con de civil, con pullover marron y beige. Le vi la cara, rubio y de ojos celestes. Tenía una voz aflautada, de pito. Me dijo que era un militar de Roca”, recordó.Después de tanto tiempo, hace poco observó las fotos de los represores imputados en los diarios y una le provocó escalofríos. “Una de las fotos me pegó mal. Era la persona que me interrogó... en versión joven. Esa persona es el señor Reinhart, si se le puede decir señor”, dijo.-¿Usted está segura? -le preguntó el cuarto juez, Orlando Arcángel Coscia.-Segurísima. Yo le vi clarita la cara. Cuando vi la foto, me pegó mal. Es él en versión joven.En ese interrogatorio, recibió una piña que le aflojó dos dientes. “Nada más. Uno lo relativiza comparado con lo que sufrieron mis compañeras”, le dijo al tribunal. “Firmé mi declaración vendada y esposada. Y él me convidó un cigarrillo”, acotó.Después del interrrogatorio, transcurrieron varios días, hasta que de las mujeres solo quedaron ella y Barabaschi detenidas. De noche, cantaban “Zamba de mi Esperanza” para que la otra supiera que seguían allí. “La noche era terrible. No dormía. Ponían una radio y una teve para acallar los gritos desgarradores que escuchábamos. Sentíamos esos gritos y los aullidos que nada ni nadie podía acallar. Después arrastraban a las personas por el pasillo, bañadas en sangre, y venían policías a baldear para sacar las manchas de sangre”, relató.Un día el mismo ex jefe de la Policía, Luis Baraldini, la visitó en la celda. Ella ya lo conocía porque lo había visto antes en el club hípico Maracó, de Pico, porque ella integraba la comisión “No le hablé una sola palabra. La celadora le explicó quién era y como estaba. El era otra persona”, evocó.Después de 20 días de encierro, finalmente salió bajo el régimen de libertad vigilada. A los poco días, se encontró con Hugo Ferrari -que había compartido cautiverio- y otro compañero en la calle y se preguntaron cómo estaban. “La próxima reunión de tres, volvés adentro”, le advirtió horas después una voz en el teléfono.Hasta llegada la democracia, tuvo que asentar sus movimientos en la comisaría de Pico. Pero el trauma sobrevivió al tiempo. “Recién hace un año nos interiorizamos con los demás de lo que nos había pasado. Tenía miedo de que fuéramos vigiladas, si éramos seguidas. Todavía, en algun rincón de nuestro ser, el miedo está”, concluyó.
Otra ex celadora dijo que “había torturadas” en la Seccional Primera
La ex celadora Elsa Flach declaró que en la Seccional Primera, los primeros meses del año 1976, “teníamos detenidas torturadas”.Lo hizo después de una pausa en su declaración, que le otorgó el Tribunal Oral Federal para que reflexionara, luego de una primera parte en la que no recordaba lo sucedido no aportó detalles. Al final de su declaración se desplomo en la silla, largó en llanto y pidió una sola cosa: “quiero abrazar a Raquel (Barabaschi)”.Flach, una mujer morocha y pelo largo en el año 1976 a quienes las detenidas la identificaron con un peinado “cola de caballo’, inició su testimonio omitiendo detalles y diciendo que no recordaba lo sucedido en marzo y abril de 1976 en la Seccional Primera.Por eso el TOF concedió un cuarto intermedio. El presidente José Mario Tripputi le pidió que reflexionara. En el medio se produjo la declaración de la ex empleada de la UTN de Pico, Zelma Rivoira, una de las víctimas de la Subzona 14.Al regreso a su declaración, Flach cambió su postura. “Escuchaba música fuerte y eso no era normal. Se estaban haciendo cosas que no se debian hacer. Eran torturas a personas. Se hacía eso para que no escucháramos los gritos”, dijo la ex celadora.“Teniamos detenidas torturadas pero nunca las presencié (a las tortutas)”, dijo. Flach dijo que “una vez llevé a otra chica, la esposé y la dejé arriba. Yo no participé más en nada”. Precisamente esa mujer era Zelma Rivoira, la víctima que declaró unos minutos anbtes, quien describió que fue una mujer alta, morocha y con el pelo ‘cola de caballo’ quien la llevó a la sala de interrogatorios.“Si me hubieran llevado a torturar yo no hubiera hecho. Me hubiera negado aunque me echen”, dijo.Cuando terminó la declaración, Flach inclinó su cabeza entre las rodillas, y se desinfló. Largó un llanto muy conmovido. Una asistente le pidió si quería algo. “Lo que quiero abrazar a Raquel. Esto lo que me va a dejar tranquila”, dijo Elsa Flach.Raquel Barabaschi, a poco metros, le abrió los brazod. La ex celadora le pidió perdón a Barabaschi quien se lo dió y la consoló: “la vida nos puso ahi a las dos. A mí como víctima y a vos como empleada. Pero ella tuvo una actitud humana”.--
Luego del cuarto intermedio, detuvieron al ex policía Gatica por falso testimonio
El ex comisario se convirtió en el primer testigo detenido en el transcurso del juicio. Pasó un mal momento este miércoles cuando pretendió recurrir al "no me acuerdo". El Tribunal no le creyó. Quedó alojado en la sede de la Policía Federal. En la foto, el momento en que es trasladado desde el Colegio de Abogados.
La declaración del entonces oficial Juan Domingo Gatica se inició alrededor de las 9:20 horas y se extendió hasta casi las 11:00 horas. Además, podría ser investigado por delitos de lesa humanidad.
Llegó a decir que tiene el "mejor concepto" de los represores acusados, y que algunos fueron jefes suyos y otros compañeros durante el último golpe militar.
También declaró que nunca vio torturados, aunque pudo identificar a "Miyi" Regazzoli como una detenida.
En un momento contó que mantuvo un fuerte altercado con el ex Jefe de Policía, Luis Baraldini. La versión resultó poco creible.
El presidente del TOF, José Marío Tripputi, le dijo que podía "irse preso de la sala".
El Tribunal pidió que luego de su testimonio se quede en la sala, bajo custodia, y se pasó a un cuarto intermedio. Cuando se retomó la audiencia, el TOF le dio a conocer que quedaba detenido por falso testimonio.
FuentedeOrigen: http://www.eldiariodelapampa.com.ar/
El ex comisario se convirtió en el primer testigo detenido en el transcurso del juicio. Pasó un mal momento este miércoles cuando pretendió recurrir al "no me acuerdo". El Tribunal no le creyó. Quedó alojado en la sede de la Policía Federal. En la foto, el momento en que es trasladado desde el Colegio de Abogados.La declaración del entonces oficial Juan Domingo Gatica se inició alrededor de las 9:20 horas y se extendió hasta casi las 11:00 horas. Además, podría ser investigado por delitos de lesa humanidad.
Llegó a decir que tiene el "mejor concepto" de los represores acusados, y que algunos fueron jefes suyos y otros compañeros durante el último golpe militar.
También declaró que nunca vio torturados, aunque pudo identificar a "Miyi" Regazzoli como una detenida.
En un momento contó que mantuvo un fuerte altercado con el ex Jefe de Policía, Luis Baraldini. La versión resultó poco creible.
El presidente del TOF, José Marío Tripputi, le dijo que podía "irse preso de la sala".
El Tribunal pidió que luego de su testimonio se quede en la sala, bajo custodia, y se pasó a un cuarto intermedio. Cuando se retomó la audiencia, el TOF le dio a conocer que quedaba detenido por falso testimonio.
FuentedeOrigen: http://www.eldiariodelapampa.com.ar/
Fuente:Agndh
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