30 de agosto de 2010

LA RIOJA: EL JUEZ QUE ATENDÍA EN LA CÁRCEL.

El juez que atendía en la cárcel
Catalán tiene arresto domiciliario, pero hace caso omiso de la Justicia.
"No te preocupes, quedate con el pibe que esos dos no vuelven más”,
dijo el juez federal Roberto Catalán al suboficial del Ejército Lucio Landro Gelsomino y su esposa en febrero de 1977, tras ordenar la detención de Antonio Schaller, El Piojito, de apenas 13 años, para ponerlo bajo tutela judicial. “Esos dos” eran sus padres detenidos por la dictadura el 25 de marzo de 1976. Desde ese día Antonio vivió con sus cuatro hermanos mayores hasta que el suboficial y su esposa se lo llevaron a Buenos Aires. Su madre fue liberada a las pocas semanas de ser detenida, aunque al poco tiempo tuvo que optar por la clandestinidad. Plutarco Chacho Schaller, su padre, era uno de los fundadores de El Independiente, el primer diario cooperativo de América del Sur, junto a los hermanos Tito y Mario Paoletti, Guillermo Alfieri, Ricardo Mercado Luna y el escritor Daniel Moyano. Chacho fue detenido al día siguiente del golpe en los talleres del diario y permaneció preso hasta el 10 de agosto de 1983. Fue el juez Catalán quien lo interrogó personalmente en el penal de Sierra Chica, adonde fue trasladado junto al resto de integrantes de la cooperativa de El Independiente. Tras siete años y cinco meses de detención sufriendo torturas, fue nuevamente el propio Catalán el que le avisó que había sido condenado a tres años de prisión por asociación ilícita.
El Piojito recién pudo reencontrarse con su familia en 2006.Catalán aparece denunciado en el informe de la Comisión Provincial de Derechos Humanos elaborado en 1984. “¿Y cómo no te van a dar si vos no colaborás?”, respondía ofuscado a los presos políticos cuando se quejaban del maltrato y las torturas tanto en las comisarías de la provincia como en el Instituto de Rehabilitación Social (IRS), principal centro de detención. Ahora Catalán está imputado en la megacausa riojana que incluye a medio centenar de ex presos políticos, quienes por estos días están declarando ante el juez federal y unos cuarenta imputados por violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, no hay pruebas contra el ex juez por la entrega de El Piojito a la familia militar.En la segunda causa por delitos de lesa humanidad a raíz del homicidio del obispo Enrique Angelelli, el juez federal Daniel Herrera Piedrabuena confirmó a Miradas al Sur que ya citó para una declaración indagatoria a los principales responsables del área militar riojana entre 1976 y 1983.
El próximo 6 de setiembre será el turno de Jorge Rafael Videla y dos días más tarde deberá presentarse el ex comodoro Luis Fernando Estrella. El 9 lo hará el ex jefe de la policía provincial, Cristóbal Di Cesare, y el 10, el jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, el ex general Luciano Benjamín Menéndez, todos acusados de crímenes, secuestros y privación ilegítima de la libertad.
Estrella era responsable de la base aérea Chamical en julio de 1976 cuando fueron secuestrados los sacerdotes Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias, que aparecieron muertos a balazos, torturados y castrados, al costado de las vías, dos días después de haber desaparecido. En la causa consta que pasaron al menos una noche en la base.
Doce años más tarde Estrella tomó el Aeroparque Jorge Newbery en apoyo al sublevado Mohamed Alí Seineldín y emitió desde la estación aérea un comunicado donde, como un cruzado de la fe, acusaba al gobierno de Raúl Alfonsín de “ateo y marxista”.A propósito de los dos curas riojanos, fuentes del Tribunal Superior de Justicia provincial confirmaron a Miradas al Sur que esa tercera causa judicial sería elevada a juicio oral a fines de noviembre y en ella están imputados Menéndez, Estrella y el ex comisario Domingo Benito Vera.
También en ese caso Catalán hizo caso omiso a las denuncias por el secuestro de Longueville y Murias el 17 de julio de 1976.En agosto de 1968 llegaba en camioneta a La Rioja como flamante obispo Angelelli. Lo recibieron el interventor del gobierno de Onganía, Guillermo Iribarren, y su ministro de Gobierno, un joven Catalán. Ocho años después Angelelli sería asesinado y Catalán se convertiría en el juez federal que visitaba los centros clandestinos de detención de esa provincia con más desaparecidos del país, en relación con su densidad de población.
“Acá soy yo el que baja la caña”, decía mientras recorría las mazmorras o en su despacho, ante los escasos familiares de detenidos políticos que se animaban a presentar hábeas corpus. Su poder se mantuvo a través del tiempo y llegó hasta los años menemistas.
Logró conchabar a su hijo, también Roberto, como presidente de Comisión Nacional de Comunicaciones en tiempos de la privatización telefónica. Más tarde llegó a secretario de la gobernación en la gestión de Angel Maza.
Catalán padre también tuvo su premio: fue director de Yacyretá. Algo así como una jubilación de lujo.El 24 de junio pasado, luego de más de quince testimonios de ex presos políticos, el juez Herrera Piedrabuena decidió procesar a Catalán y dictarle el arresto domiciliario por una presunta enfermedad cardíaca. Sin embargo, nadie controla el cumplimiento efectivo de la medida judicial.
El testimonio de Diana Quirós dos días antes de la detención de Catalán sumó pruebas para que el ex magistrado fuera finalmente procesado. “Fui detenida a los 17 años y estaba embarazada de ocho meses. Cuando se inició la causa judicial en contra nuestra, Catalán era fiscal federal y luego pasó a ser juez. Se tendría que haber inhibido. Yo estaba en libertad pero Catalán me la revocó con un auto de procesamiento. Estuve detenida cuatro o cinco años y recién entonces pidió una condena. Cuando me notifican yo llevaba ya seis años y medio detenida. Nunca tuve abogado defensor”, indicó Quirós a Miradas al Sur.
“El problema ahora es que se están muriendo los represores y no les llega el castigo. Nosotros nos estamos muriendo y no hay justicia. Los vemos pasear por la calle como si fueran personas de bien pero son genocidas. Es hora de que la Justicia acelere sus pasos”, reclamó Quirós.
La Justicia camina lenta en La Rioja.
Fuente:MiradasalSur

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