OPINIÓN.

Destapar la historia de la violencia en Argentina
Por Stella Maris García
...el olvido está lleno de memoria / Vamos a destaparlo / a revelarlo / Sin mezquindades ni pudores tibios / Vamos a compartir los sueños con los sueños / El prójimo más próximo y más niño... (Mario Benedetti)

La violencia política en Argentina tuvo su período de máxima expresión durante la represión ilegal y clandestina de la dictadura militar entre 1976 y 1983, pero el terrorismo de estado resulta incomprensible si se pretende separarlo de las épocas inmediatamente anteriores. La violencia no se instala en el centro de la escena política de un día para otro y tampoco la sociedad consigue liberarse de ella abruptamente.
El contexto de producción y aceptación de la violencia se construye lentamente.Es innegable que la violencia política de Argentina durante más de cuatro décadas tuvo su epicentro en el peronismo, el cual según una expresiva definición de John William Cooke, se convirtió en un "hecho maldito".
El movimiento peronista que nació con una matriz política autoritaria, también sufrió luego del derrocamiento de Perón una dura represión; los fusilamientos de 1956 y los encarcelamientos del Plan Conintes de 1959 contribuyeron a formar una conciencia resistente y combativa en torno a esa identidad, apareciendo ya en aquél entonces pequeñas organizaciones clandestinas que realizaban sabotajes, actos relámpagos y enfrentamientos con la policía.
Las alternativas "democráticas" que se intentaron luego del derrocamiento de Perón, estuvieron viciadas por la proscripción del peronismo y la constante intromisión de las Fuerzas Armadas procurando condicionar las elecciones, tutelar a los gobiernos electos, o bien conceder el poder a quienes habían resultado vencidos por el sufragio.
Durante los 18 de años de exilio, Perón mantuvo una oposición fuerte y activa, respaldaba la "resistencia" no siempre pacífica al régimen y consideraba inadmisible cualquier solución que no lo incluyera.
Fuente:DiarioLaPampa.