27 de octubre de 2010

CHACO: CAUSA CABALLERO-LA QUERELLA ACUSÓ A UN EX POLICÍA POR FALSO TESTIMONIO.



Causa Caballero: el Juicio
La querella acusó a un ex policía por falso testimonio
Se trata de Roberto Romero. Lo acusaron de realizar una declaración “reticente y mendaz”. El tribunal decidió “diferir” una resolución al respecto. Se fijaron las inspecciones oculares de la Brigada y Alcaidía para la segunda semana de noviembre.

Roberto Romero, ex policía que trabajaba en la Brigada durante los 70's


Este lunes, se realizó el día trigésimo sexto del juicio donde se ventilan las torturas a detenidos políticos en la Brigada de Investigaciones y en la Alcaidía, antes y durante la última dictadura. La audiencia tuvo dos testigos: Marcelino Varga y Roberto Romero, dos ex policías que cumplieron servicio en la Brigada a mediados de los setenta, cuando comenzaban su carrera en la fuerza.

Ambos negaron haber visto o saber nada referido al régimen de detenidos políticos en el que fue el mayor centro clandestino de reclusión de opositores políticos de la región. Romero fue el último en declarar y el que más hincapié hizo en desconocer cualquier indicio de torturas y vejámenes, desde la existencia de dos sótanos en la Brigada, hasta la visita de militares, al punto que el Juez Alonso- presidente del tribunal- le “recordó” que declaraba bajo juramento.

Cuando el testigo negó la permanencia de mujeres detenidas (situación reconocida hasta por los abogados defensores de los imputados) el abogado querellante Mario Bosch solicitó su procesamiento por “testimonio reticente y mendaz” en virtud del articulo 275. El tribunal decidió “patear” la cuestión para más adelante y “diferir” la resolución del asunto.

FALSO TESTIMONIO
El jubilado de la policía Roberto Romero (58 años) ingresó a la fuerza el 1° de octubre de 1974, en la sede de la Brigada de Investigaciones en calle Juan B. Justo 473. Allí estuvo como cadete hasta febrero de 1976. Realizaba tareas menores, llevaba expedientes, trasladaba detenidos y hacía la guardia, y cuando le preguntaron por su relación con los imputados afirmó: “la mayoría eran mis jefes”. Excusado por su condición de novato en la fuerza resaltó varias veces que era poco lo que sabía, y que siempre cumplió funciones en la entrada de la Brigada, lejos del fondo.

Dijo que nunca supo del ingreso a la Brigada de detenidos por razones políticas, que no vio heridos o tabicados, y negó la permanencia de mujeres. Según su versión tampoco hubo área restringida ni sótanos. Nunca vio ingresar militares a la Brigada. Por las dudas, aclaró que no le constaba cuándo se inició “la lucha contra la subversión”.

Todas las veces que desde la querella se le pidió que explique cómo puede ser que negara con tanta liviandad hechos que él mismo manifestaba haber podido conocer (por ejemplo: el cartel que señalaba el Área Restringida, en los fondos del edificio) Romero contestó mudando el verbo: de no “existía”, pasó a responder “no ví / no supe”, sin que el querellante Bosch pudiera hacerle entender la diferencia entre taxativamente negar la existencia de algo y reconocer la ignorancia al respecto, demostrando una inteligencia dominada por un empirismo tenaz o ( bien por una “reticencia mendaz”).

La “confusión” le valió a Romero el apercibimiento del tribunal -“le recuerdo que usted está bajo juramento” le advirtió Alonso - y la acusación de la querella en los términos del artículo 275 del código procesal que pena el falso testimonio.

Desde la defensa el abogado Federico Carniel socorrió a Romero: “El testimoniante no fue mendaz ni reticente, es un testimonio típico y normal de una persona que prestó servicio hace 34 años” alegó. El tribunal fue salomónico: no procesó al testigo en el momento, pero dejó abierta la posibilidad para más adelante.

EL NOVATO
El policía retirado Marcelino Varga se alistó el 1° de marzo de 1975, estuvo catorce meses en la división de tránsito y luego pasó a la Brigada de Investigaciones, donde cumplió funciones en las dos sedes de la repartición: Juan B Justo 473 y Marcelo T. de Alvear 32. Se preocupó por aclarar que se desempeñaba en el frente del edificio y no tenía acceso a la parte trasera. “Yo era nuevo, colaboraba con la guardia de prevención y hacia la limpieza y era centinela” relató.

Ignoró la existencia de sótanos pero reconoció la existencia en planta alta de una sección de informaciones y que “en el fondo había un área restringida”, pero nunca vio ingresar a nadie a esa zona.

Consultado sobre el registro del ingreso de los detenidos contestó que se asentaba la entrada de detenidos procesados por la ley provincial o por averiguación de antecedentes, él nunca registró detenidos políticos. Primero dijo no recordar quiénes eran los policías que ingresaban detenidos por leyes especiales, después contó que el imputado Enzo Brear trabaja en el tema. Primero dijo que nunca supo cual era la función de Gabino Manader (cómodo en lo más alto del ranking de los imputados de la causa, con una lista inicial de 25 hechos de tortura). Después recordó que junto con José María Cardozo (imputado en la causa, fallecido) eran la dupla de “personal de calle” y salían a patrullar.

En suma, lo más llamativo de su testimonio no fueron las (pocas) respuestas que dio, sino un insólito cuestionario del abogado Ricardo Osuna, defensor de Gabino Manader, José Marín (alias “Cabo Sotelo”) Francisco Álvarez, y Héctor Roldán. Primero le preguntó si alguna vez había visto una picana (“no” respondió Varga), después, se despachó a fondo:¿En alguna oportunidad lo mandaron a comprar pilas? fue la sagaz consulta de un letrado que si bien no “brilla” al preguntar ha demostrado tener pocos pelos en la lengua al momento de defender a sus clientes.

INSPECCIONES
Asimismo el tribunal fijó los días 8 y 9 de noviembre para la realización de la inspección ocular de todas las dependencias que albergaron detenidos por razones políticas: el lunes 8 se visitará la Alcaidía y el Regimiento de la Liguria, y el martes 9 las dos sedes que tuvo la Brigada de Investigaciones ( Juan B Justo 473 y Marcelo T. de Alvear 32 - Casa por la Memoria). Para el reconocimiento en los locales de la Brigada se citará al antropólogo Miguel Nieva (participó en el relevamiento de los sótanos de la sede por calle Marcelo T. de Alvear) y a los ex detenidos Carlos Aguirre (vice del Instituto de Cultura), Rodolfo Sobko (director del área de salud indígena), y José Luis Valenzuela (subsecretario de Derechos Humanos).Todos los nombrados ya declararon en la causa.

LISTA DE TESTIGOS
La imposibilidad de cumplir con grilla de testigos programada sigue haciendo estragos en avance de la causa. El día de ayer sólo declararon dos de una lista de cinco. (Uno de ellos era el gendarme Sartori, imposibilitado de testimoniar por estar imputado en una causa conexa).

Para ordenar la cuestión desde la secretaría se leyó una profusa lista de testigos que habiendo sido convocados no declararon por las más variadas razones: algunos se encuentran fallecidos, otros no pudieron ser localizados, y unos cuantos revisten calidad de imputados en causas conexas, el ex juez federal Luis Ángel Córdoba, el ex secretario Domingo Reska, el gendarme Sartori (testigo citado ayer), los militares Cristino Nicolaides (condenado a 25 años de prisión por crímenes de lesa humanidad) , Oscar Zucconi (excusado por Mal de Parkinson ) y los policías Carlos Cáceres y Luciano José Gómez.

El juez Víctor Alonso comunicó que el gendarme Sanchistella será conducido por la fuerza pública para declarar el 17 de noviembre. Sanchistella comandó el operativo conjunto en el que fueron detenidos un grupo de militantes de la juventud peronista el 9 de septiembre de 1975.

El tribunal solicitó a las partes la presentación de los pliegos de preguntas para dos testigos con tratamiento especial: la ministra del Superior Tribunal de Justicia, María Luisa Luccas, propuesta por la defensa, y el diputado nacional del Frente por la Victoria y ex detenido político Carlos Kunkel, quien según el querellante Bosch pareciera haber decidido presentarse a declarar pero no comunicó de manera oficial su decisión al tribunal, por lo cual igualmente se recibirán los cuestionarios de las partes.

Texto: Gonzalo Torres / Comisión Provincial por la Memoria
Dibujo: Alejandro Gallardo
Fuente:ChacoDiaPorDia                                                                  

CAUSA CABALLERO DIA 37
EL POLICÍA QUE SE NEGÓ A TORTURAR

Raúl Alberto Mazaite fue perseguido y cesanteado porque se negó a sumarse a la patota de torturadores de la Brigada de Investigaciones.La defensa pidió que se les permita a los imputados presenciar la inspección ocular en la Alcaidía y la Brigada el 8 y 9 de noviembre .El jueves reinicia la causa Masacre.
Por Gonzalo Torres /Dibujo: Alejandro Gallardo
El último día de audiencia del mes de octubre de la causa Caballero tuvo dos testigos retirados de la policía; Donato Navarro y Raúl Alberto Mazaite. Dijeron poco pero contaron cosas contundentes. El primero se atajó de entrada diciendo que prácticamente no pisó los interiores de la Brigada porque siempre trabajó en el frente del edificio o en la calle, pero aseveró que José Marín tocaba el acordeón. Mazaite ratificó una declaración suya de 2007 en la que cuenta que a principios de 1976 fue intimado por Carlos Thomas (jefe de la Brigada de Investigaciones, imputado en la causa pero fallecido) a sumarse a la plantilla de secuestradores y torturadores que integraban el mismo Thomas, Gabino Manader, José María Cardozo, Rodríguez Valiente y José Marín entre otros. El oficial pagó cara su negativa: en septiembre de 1976 fue cesanteado y obligado a abandonar la Brigada.
La causa pasó a cuarto intermedio hasta la segunda semana de noviembre y se calcula que falta muy poco para terminar con la etapa de las testimoniales, por lo que tan sólo restan los alegatos de las partes para la finalización de la primera causa por crímenes de lesa humanidad en el Chaco (que de todas formas tendrá una secuela: la causa residual que investiga casos de desapariciones en la Brigada).

INSPECCIÓN OCULAR: NUEVOS TESTIGOS CONVOCADOS
El tribunal fijó los días 8 y 9 de noviembre para la realización de la inspección ocular de todas las dependencias que albergaron detenidos por razones políticas: el lunes 8 se visitará la Alcaidía y el Regimiento de la Liguria, y el martes 9 las dos sedes que tuvo la Brigada de Investigaciones (Juan B Justo 473 y Marcelo T. de Alvear 32 - Casa por la Memoria).
A la primera lista de testigos convocados para presenciar el reconocimiento en los locales de la Brigada (el antropólogo Miguel Nieva y los ex detenidos Carlos Aguirre, Rodolfo Sobko , y José Luis Valenzuela) se sumaron los nombres de Víctor Giménez Osvaldo Uferer, Juan Fusko y Eugenio Dominguez Silva. En tanto que para la inspección de la Alcaidía será convocado el ex detenido Carlos Raúl “Ratón” Aranda.
El abogado Ricardo Osuna pidió al tribunal que se le permita a los imputados que defiende presenciar la inspección: Gabino Manader y José Marín en la Brigada y Francisco Álvarez, Héctor Roldán y Oscar Galarza en la Alcaidía. Juan Manuel Costilla pidió el mismo permiso para José Rodríguez Valiente. El tribunal no contestó el pedido de la defensa y postergó su decisión al respecto para los próximos días.

RAÚL ALBERTO MAZAITE – “Torturas vox populi en la Brigada”
Alto y flaco, Raúl Alberto Mazaite entró a la sala con paso vacilante y con una abultada carpeta bajo el brazo. Ingresó a la policía en 1968, trabajó en Dirección de Seguridad, en Dirección de Personal y en la Brigada de Investigaciones.
El testigo declaró en 2007 en la etapa de instrucción. A poco de comenzar su testimonio contó que tiene problemas de audición y que acarrea los achaques de un accidente cerebro vascular ocurrido poco tiempo atrás, por lo cual sufre lagunas mentales. “Como que se me entreveran las cosas” explicó.
Para ubicarlo en el relato el juez Víctor Alonso – presidente del tribunal que lleva la causa, integrado por los vocales Lucrecia Rojas de Badaró y Manuel Moreira – le preguntó directamente si “supo o no que en la Brigada se torturaba”. Mazaite respondió con evasivas; dijo que todo lo que supo fue que pasaban “cosas raras”, que se enteró “por los medios”, y no pudo recordar la fecha exacta.
Después de una serie de preguntas sin respuesta firme, el juez le pasó la pelota a los abogados de la defensa, pero el plantel en pleno (José Cardozo, Juan Manuel Costilla, Federico Carniel, Ricardo Osuna y José Oscar Gómez) declinó preguntar.
A su turno, la querella del abogado Mario Bosch también tropezó con los baches en la memoria del testigo, por lo cual solicitó la incorporación de la declaración de Mazaite ante el juez de instrucción, para “refrescarle la memoria”.
Después de que el testigo reconociera su firma en las fojas del grueso expediente el secretario Francisco Rondán leyó su declaración de 2007. Lo que sigue son los extractos más importantes de esa documental:
“Nunca participé en las torturas, eran vox populi (…) Thomas quería que trabaje con un equipo de tareas integrado por Manader y Cardozo. El comentario era que ellos salían a la calle a buscar gente. (…) Me querían a mí en ese “grupo de elite” porque yo era alto y corpulento…”
De la declaración surge que como Mazaite se negó a sumarse a la patota de la Brigada Thomás lo amenazó y que varias veces lo siguieron para intimidarlo. En septiembre de 1976 la presión sobre el policía llegó a su punto máximo: lo dejaron cesante sin otro motivo aparente que su negativa a manchar su uniforme con los crímenes que se cometían en los sótanos y calabazos de la Brigada contra los detenidos políticos secuestrados allí. En otro tramo de su declaración de 2007 el testigo refiere el caso de 4 personas con las que se cruzó circunstancialmente que le relataron que “la habían pasado muy mal en la Brigada”.
Después de semejante testimonio el juez Alonso le consultó si tenía por cierta o no la declaración ante el juez de instrucción. “No me acuerdo, pero lo habré declarado, está mi firma”.

DONATO NAVARRO – No entraba a la Brigada ni para ir al baño.
El ex policía Donato Navarro relató que cumplió servicio en la Brigada de Investigaciones entre principios de los setenta y comienzo de los 80. Sistemáticamente, el hombre negó cualquier indicio que tuviera que ver con las torturas o los apremios ilegales, pero al mismo tiempo se apresuró en aclarar que si bien tenía acceso irrestricto a todo el edificio él siempre estuvo ajeno a la Brigada; “llegaba a la guardia y salía a trabajar, ni siquiera al baño iba” afirmó.
Lo suyo era la custodia de los domicilios de jefes de la fuerza o la administración por la noche y la guardia en la entrada de Investigaciones y en determinadas esquinas por la mañana. Aún así su escueto testimonio tuvo tres momentos de interés, (dos afirmaciones y una conversación).

Uno: “Marín tocaba el acordeón”.
No tuvo problemas en recordar que José Marín, (alias “Cabo Sotelo”) tocaba el acordeón. No dijo que lo escuchó en la Brigada, pero afirmó saber que el imputado ejecutaba el instrumento. Varios testimonios señalan a Marín como uno de los más sádicos de la patota de verdugos de la Brigada y lo recuerdan por tocar el acordeón para tapar los alaridos de los supliciados durante las sesiones de tortura. También reconoció haber visto detenidos, un par de veces, sin lograr comunicar ningún detalle adicional, y supo de la permanencia de mujeres “por comentarios”.

Dos: Manader y compañía.
Primero dijo que Gabino Manader “trabajaba aparte” y que él nunca supo qué hacía, pero que “siempre estaba trabajando”. Después recordó que el nombrado actuaba junto con el jefe Carlos Thomas (fallecido), con José María Cardozo (fallecido), José Francisco Rodríguez Valiente, y Enzo Breard. Todos los nombrados están imputados en la causa. Navarro no dijo nada más al respecto, pero se preocupó en dejar bien claro que él “no sabía nada de ese grupo”.

Tres: La picana.
Hacia el final de su declaración, el juez Alonso le preguntó al testigo si alguna vez había visto una picana.
-No – contestó Navarro.
- ¿Sabe qué es una picana?- insistió el juez.
- No – fue la respuesta del policía retirado.
- ¿Entonces porqué dice que no vio una picana si no sabe qué es? – inquirió el magistrado, pero Navarro se perdió en una explicación que agregó más confusión y al final admitió no estar seguro de nada.
Fuente:LaHojadelJuicioyCastigo                                               

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