Los represores son juzgados junto a otros 29 acusados de cometer delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar.
Informa: Aldo Blanco.
Videla retorna al banquillo tras haber estado internado por cuestiones de salud, no así Luciano Benjamín Menéndez quien podría regresar el jueves.
El abogado Luis Reinaudi, declaró que durante la última dictadura militar, en Córdoba las incomunicaciones a los presos políticos alojados en el Departamento de Informaciones de la policía (D2), las decidían los propios integrantes de la repartición.
Reinaudi, declaró como testigo en el juicio que tiene como principales acusados a los represores, Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez por delitos de lesa humanidad, ya que fue defensor de José Cristian Funes, asesinado en un presunto intento de fuga el 30 de junio de 1976.
La audiencia fue presenciada por 15 fiscalales provenientes de la República Bolivariana de Venezuela, que se encuentran en esta ciudad participando de un curso.
El abogado relató que fue detenido el 6 de setiembre de 1978, en su domicilio, "por personas con la cara cubierta, luego de golpear fuertemente la puerta y cuando ingresaron se llevaron documentación y elementos personales que nunca recuperé".
En relación a la defensa de Funes, recordó que cuando trabajaba en el diario Córdoba como periodista, "me fue a ver la mamá de Funes que me contó que su hijo estaba detenido".
Dijo que ante esta situación "me fui al D2 a preguntar por él y un policía de civil, con pelo largo, me dice que no podía entrar y no lo podía ver porque estaba incomunicado a disposición del juzgado federal número 1".
Precisó a raiz de la respuesta se fue hasta la unidad judicial "a preguntar por Funes y ahí, la entonces secretaria Cristina Garzón de Lascano me confirmó que Funes estaba detenido
pero no incomunicado por lo que volví a la policía para comunicarles lo que me habían dicho en juzgado y me dijeron que `para el juez no, pero para nosotros sí´ y no me lo dejaron ver".
Añadió que cuando volvió al juzgado para solicitar "que me dieran por escrito el que no estaba incomunicado, Garzón de Lascano, me dijo que no podía hacer nada y que no me iban a dar
ninguna constancia escrita que decía que no estaba incomunicado".
Reinaudi precisó que "cuando volví a la policía me dijeron que lo habían llevado a la UP1 y allí lo pude ver. Me contó que lo habían golpeado, estaba muy deteriorado y consumido por lo que fui
al juzgado para ver la imputación".
Sostuvo que acudió nuevamente al juzgado "donde pedí que a Funes le tomen declaración indagatoria y allí lo traen esposado y cuando pido que se las saquen, el escribiente Giraudo se lo
comunicó al custodio que estaba allí, el que previa consulta a un superior se negó a concretar mi pedido y Funes debió firmar también su declaración con las esposas puestas".
Reinaudi contó que luego de ser él detenido fue trasladado al centro clandestino de detención La Perla.
Relató que en ese lugar estuvo alrededor de una semana y luego "nos llevan en un camión militar a la Unidad Penitenciaria 1 (UP1)y cuando nos subían al vehículo nos decían que ibamos al pozo y a la muerte".
El testigo señaló como una curiosidad, que en el registro del traslado a la UP1, "figuraba como orígen el centro clandestino de detención La Rivera, pero no La Perla".
Después de un tiempo "nos llevaron a la guarnición aérea, allí nos subieron a un avión Hércules y nos llevaron a la cárcel de La Plata".
Señaló que desde La Plata, fue trasladado a la cárcel de Caseros, donde permaneció hasta salir en libertad el 6 de setiembre de 1979, "el mismo día que Argentina ganó el campeonato mundial juvenil".
Posteriormene declaró el médico jubilado, Raúl Rolando Acosta, quien fue detenido el 26 de mayo de 1976, en el hospital Domingo Funes de la ciudad de Cosquín, en el Valle de Punilla.
Recordó que en esa época, el era "delegado del Colegio Médico de Punilla y desde el hospital me llevaron a la comisaría de Cosquín, donde estaban también detenidos varios compañeros" del
colegio profesional.
Relató que lo habían acusado de tener "en el subsuelo de mi casa una cárcel del pueblo y en la habitación donde hacía las guardias en el hospital un baúl cargado con armas, también decían
que, como era integrante de la Federación Médica de la República Argentina, y viajaba mucho, era correo entre Montoneros y el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)".
Recordó que desde la comisaría fue llevado al Hospital Santa María "donde le pusieron en una piecita donde fui interrogado por un agente de la policía de Cosquín.
Acosta, quien recuperó la libertad en diciembre de 1976, dijo que en aquella oportunidad "también fue detenida su esposa, que estaba embarazada de 8 meses y tuvo su hijo en la cárcel".
Fuente:RadioNacional

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