25 de octubre de 2010

MENDOZA: DURA CARTA CONTRA LOS CAMARISTAS FEDERALES ROMANO, PETRA y MIRET.

Dura carta contra los camaristas federales Romano, Petra y Miret
Se trata de un comunicado que irá acompañado de recortes periodísticos al Consejo de la Magistratura, donde los tres camaristas federales de Mendoza están siendo investigados. "Es un acto de resistencia contra la injustiica", aseguraron. El artículo se enfoca, sobre todo, en las conductas mostradas por Romano y Petra.

18 Abogados, militantes de Derechos Humanos, familiares de desaparecidos y víctimas de la última dictadura militar redactaron una carta para ser elevada al Consejo de la Magistratura. Allí detallan una a una las irregularidades cometidas en la Cámara Federal de Mendoza; especialmente, por los camaristas Otilio Romano, Julio Petra y Luis Miret. Pero el comunicado hacen hincapié en el comportamiento de los dos primeros.

Esta es la carta:

En la Justicia Federal de Mendoza pasó algo inédito en el País, un Fiscal Federal, el Dr. Omar Palermo, acusó por participación en crímenes contra la humanidad a jueces y fiscales de la dictadura. Precisamente, requirió la investigación de la conducta desplegada por siete funcionarios judiciales que incumplieron su deber, y con ello aseguraron la impunidad de los delitos de lesa humanidad que se cometían, ya que a pesar de conocer hechos de secuestros, torturas, desapariciones forzadas y robo de bienes, no hicieron nada. Fueron cómplices. Si, jueces y fiscales federales cómplices nombrados durante la dictadura y que sirvieron para legitimar el accionar represivo tramitando aquellos expedientes ilegales contra presos políticos en virtud de leyes absolutamente inconstitucionales como la ley 20.840 que establecía penalidades para las actividades subversivas.

Una vez acusados, el juez federal Walter Bento imputó a cinco de ellos. Dos de esos cinco funcionarios judiciales de la dictadura son nada mas ni nada menos que Luis Francisco Miret y Otilio Roque Romano, actualmente miembros de la Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza y Romano, además, es su presidente.

A Miret lo acusó de 30 hechos de participación en la dictadura y a Romano por más de cien hechos. Miret fue denunciado por los organismos de derechos humanos y víctimas de la dictadura y suspendido en el Consejo de la Magistratura y actualmente se encuentra en trámite su juicio político para ser removido.

Pero Otilio Roque Romano, mucho mas comprometido penalmente consiguió primero un amparo de un con juez que paró todo el trabajo del Consejo de la Magistratura y consiguió algo inédito; que el Consejo de la Magistratura le pida una reunión a la Corte para preguntarle si debe o no respetar este amparo a todas luces inconstitucional.

Pero Otilio Roque no se detuvo y consiguió un certificado médico y paró su declaración indagatoria y luego presentó recusación contra el juez Walter Bento que lo estaba indagando y su amigo Julio Demetrio Petra le hizo lugar.

Esta ingeniería de Romano le permitió, paralizar el Consejo de la Magistratura y paralizar la causa penal, pero todo no termina allí.

En efecto, Romano compañero de Cámara Federal por años de Julio Demetrio Petra (otro camarista denunciado por organismos de derechos humanos tanto penal como en el consejo de la magistratura por haber liberado a todos los represores de Mendoza y ahora de San Juan, haber liberado al torturador de la jueza Margarita Camus y también al Capitán Sthuldherer en San Rafael) íntimo amigo de Romano.

Tan amigos son Romano y Petra que se juntaron a tomar Champagne en una avenida céntrica de Mendoza una semana después de que Petra apartara como integrante de la Cámara Federal al juez Walter Bento de la investigación de su amigo Romano.

Increíble pero cierto, Julio Demetrio Petra, íntimo amigo de Romano no solo no se apartó sino que con su resolución apartó al juez que estaba indagando a su íntimo amigo Romano y luego se fue a festejar junto a su amigo.

Pero por si faltaba algo a esta historia podemos contar que Rago Gallo un juez sanjuanino que también votó con Petra es amigo íntimo no solo de Romano sino de Petra, es decir que en la justicia federal de Mendoza: AMIGOS SON LOS AMIGOS.

En efecto, Rago Gallo presentó un amparo por el corralito y Otilio Roque Romano y Julio Demetrio Petra se apartaron por amistad íntima con el mismo.

Pero ahora que hacia falta ayudar a un amigo y apartarle al juez que lo investigaba el juez Rago Gallo no se apartó y si apartó al juez Walter Bento que estaba en plena tarea de investigar e indagar a Otilio Roque Romano.

Pero por si faltaba una irregularidad mas podemos decir que a la víctima y denunciante en estos expedientes, la Señora Luz Amanda Faingold no la tuvieron por parte en el incidente donde apartaron al juez natural de la causa, por que sostuvieron que el único interesado era su amigo el imputado Otilio Roque Romano.

Es decir que tiene más valor el imputado (en este caso un juez y presidente de la Cámara Federal acusado de mas de 94 hechos de complicidad en la dictadura) que la víctima del delito y denunciante.

Esta es la INJUSTICIA FEDERAL de la Provincia de Mendoza.

Julio Demetrio Petra liberó a todos los represores de Mendoza y ahora empezó a liberar a los de San Rafael, en el camino fue apartado por una Cámara Federal de seguir interviniendo en la causa F 84 y sin embargo no se apartó en las causas de San Juan y sigue liberando represores, también de paso aparta a los jueces que investigan a su amigo íntimo Otilio Roque Romano y luego se van a festejar y tomar Champagne Extra Brut a la calle Arístides Villanueva del Centro mas visible y cheto de Mendoza.

Nos faltaba solo decir que Romano paró su indagatoria con un certificado médico en que aduce diabetes y que su estado de salud le impide ser indagado, pero no le impide tomarse un buen vino y tres champagnes y comerse una cena espectacular en pleno centro a vista de todos y con su amigo íntimo Julio Demetrio Petra (según da cuenta el Diario Mdzol Digital del 21 de octubre del 2010)

Este es un acto de libertad moral y de resistencia contra la injusticia, llamamos a todos los hombres de bien a que retransmitan esta información para que los poderosos de Mendoza que todavía siguen dominando la justicia federal encuentren algún límite.

Firmado: Alfredo Guevara, Carlos Varela, Pablo Gabriel Salinas, Angelica Escayola, Viviana Beigel, Fernando Rule, Eugenio París, Isabel Guinchul de Perez, Nino Bonoldi, Lorena Membrive, Sara Gutierrez, Mariano Tripiana, Ernesto Espeche, Mariu Carreras, Alicia Morales, Silvia Ontiveros, Hector Chavez, Elba Morales, Luz Faingold y Nino Bonoldi. Por la Comisión Estudiantil por los Derechos Humanos y la Ética (CEDHE) de la Universidad Nacional de Cuyo: Florencia Canali (CEDHE), Héctor Rubén Cuello (CEDHE), Ariel Herrera(CEDHE), Hernán Pellegrini (CEDHE), Dra.María Josefina Neirotti (CEDHE),Germán Herrera (CEDHE),Héctor Cuello (CEDHE), Virginia Figueroa (CEDHE), Juan Gabriel Nadalich (CEDHE). Gabriela Matacota, Pablo Seydell, Mariu Carrera.
Fuente:http://www.mdzol.com/mdz/nota/247206          

                                                 

Lo que les espera a cuatro genocidas
Por Ramón Ábalo
En apenas un par de semanas más, o sea el 8 de noviembre próximo, cuatro genocidas que son juzgados por la justicia federal de San Rafael, van a recibir el castigo que se merecen si se concretan las penas pedidas por los abogados querellantes que la semana pasada hicieron los alegatos contra Aníbal Guevara, Raúl Ruiz Soppe, Juan Labarta y Raúl Egea Bernal. Los abogados que tuvieron a su cargo los alegatos fueron Pablo Salinas, Viviana Beigel, Francisco Chávez, Alfredo Guevara y Diego Lavado, quienes coincidieron en pedir prisión perpetua para aquellos tres primeros y 12 años para Bernal, como asimismo de que las penas sean cumplidas en cárcel común.

Los querellantes hicieron una minuciosa relación de los hechos por los cuales son juzgados los que se sientan en el banquillo de los acusados. Las penas pedidas para el ex teniente Aníbal Guevara lo son por los homicidios calificados de Roberto Osorio, Pascual Sandoval, Francisco Tripiana y José Guillermo Bernal. En el caso del ex jefe la Unidad Regional II de la Policía de Mendoza, Raúl Ruiz Soppe, igualmente se le pidió prisión perpetua por los mismos delitos pero solo en los casos de Tripiana, Sandoval y Osorio. Para el ex policía Juan Roberto Labarta se le pide la condena por los mismos delitos. Para el ex abogado policial Raúl Egea Bernal, la querella solicitó doce años de prisión por falsificación de documentos en los cuatro hechos, asociación ilícita y tormentos.

Los cuatro desaparecidos lo fueron entre marzo y octubre de 1976 y todos pertenecían a la Juventud Peronista. Tripiana era un pintor de obras y fue detenido en la madrugada del 24 de marzo. Posteriormente se dijo a los familiares que había sido "liberado", pero nunca más apreció. Osorio era empleado en la farmacia de don Alberto Martínez Baca, quien posteriormente también fue detenido y recién recobró su libertad en el 81. Osorio fue detenido el 25 de marzo del 76. Pascual Sandoval, fue detenido por personal militar, como en el caso de Osorio, y cuyos efectivos estuvieron a cargo del mayor Luis Suárez, tal vez el más alto responsable de la represión en el sur mendocino. Hace años que falleció. Tanto Tripiana como Osorio y Sandoval estuvieron detenidos en la Casa Departamental, un centro clandestino de detención. Por su parte, José Guillermo Berón, que tenía tan sólo 20 años de edad, fue detenido en una fiesta. Antes de desaparecer le dijo a su padre que había sido torturado en la Comisaría 8a. de San Rafael.

A partir de este próximo lunes proseguirán los alegatos, esta vez a cargo de representantes del Ministerio Público en las personas de los abogados Francisco Maldonado y Dante Vega, para luego escuchar los alegatos de los defensores de los genocidas. Se afirma, que el Tribunal dará a conocer el veredicto definitivo el día 8 de noviembre. El tribunal Oral está compuesto por los jueces Burad, Cortéz y Nacif.
Fuente:LaQuintaPata-24-10-10            
                                            

Ex detenido político señaló que uno de los camaristas estuvo en el D2
Prudencio Mochi estuvo en Mendoza para declarar. Aseguró que Miret era “un milico más”. Afirmó estar sorprendido de que el juez y su par Otilio Romano sigan en la Justicia federal
Por DANIEL CALIVARES
Ausente. Mochi llevaba 30 años sin pisar la provincia y volvió para declarar. Foto: Florencia Kaiser

Pasaron 30 años desde la última vez que estuvo en Mendoza. Todo cambió (o casi todo) en ese tiempo. Ya no hay militares en el gobierno, pero sí están los mismos magistrados que hace tres décadas lo vieron y lo supieron encerrado en un centro clandestino de detención. Se trata de Prudencio Mochi, un ex detenido político que fue apresado en agosto de 1975 en un operativo que llevó al calabozo y a las torturas a un grupo de personas, que incluía a Luz Faingold, Hugo Tomini y Juan Carlos Yanzón, entre otros.

Según sus recuerdos, y lo que testimonió en la causa que lo tiene como uno de los protagonistas, mientras estuvo encerrado en el D2, el entonces juez subrogante confirmado por la dictadura Luis Miret estuvo allí visitando detenidos. Actualmente el camarista se encuentra imputado por omitir investigar delitos de lesa humanidad y espera también su juicio político. En la misma situación judicial se encuentra Otilio Romano, quien entonces era fiscal y hoy es miembro de la Cámara Federal de Apelaciones.

TRES DÉCADAS ATRÁS.“Vine con el objetivo de intentar hacer justicia”, explica Mochi. Ya no es tan joven y hace rato dejó de ser estudiante para convertirse en profesor en la Universidad Autónoma de México, la mítica UAM, pero aún le quedan marcas de lo que le ocurrió hace 30 años, ya que todavía lo acompaña un foco de epilepsia causado por una lesión cerebral provocada por un golpe recibido durante su detención. “Yo fui detenido en agosto de 1975. En realidad, más que una detención fue un secuestro”, explicó Mochi, y relató: “Siendo las ocho de la noche, fui abordado por un grupo de personas, que en forma inmediata me comenzaron a disparar en la calle Islas Malvinas, y como consecuencia de eso me hicieron una herida en la pierna derecha.

Yo intenté correr frente a la situación; cuando ya no pude correr más, me di vuelta y ahí fui golpeado con una cacha de pistola. Pierdo el conocimiento y lo último que me acuerdo es que me empujan contra un auto y que fui trasladado a lo que después me enteré que era el (centro clandestino de detención) D2”. Fueron entre siete y diez días los que estuvo Mochi allí. “Fui torturado de distintas formas y particularmente tuve un proceso de engangrenamiento en la herida de la pierna”, agregó. Esa afirmación de Mochi no coincide con la defensa que Miret ha hecho, tanto en la causa penal como en el Consejo de la Magistratura, donde señaló que apenas lo vio lo mandó a ser revisado por los médicos. “Eso no fue efectivamente así”, contestó Mochi. “Miret estuvo en el D2, yo no lo vi en mi celda porque estaba vendado, pero sí lo vieron otros, y cuando él me legaliza, yo ya tenía una lesión importante en la pierna.

Me mandó a curar después de pasado el D2, a pesar de que él estuvo allí”, aseveró el ex detenido, quien afirmó también que durante las torturas tuvo “suerte”, porque, al haber perdido tanta sangre, perdió el conocimiento rápidamente cuando le aplicaban la picana eléctrica, lo mismo cuando le introducían un hierro en la herida. Incluso, también debió soportar un simulacro de fusilamiento. “Fue un proceso bastante complicado. Llegué en un estado físico bastante grave a la cárcel de Mendoza, donde me curaron”, recordó. En total, su periplo duró cuatro años, en los que pasó por el D2, la Penitenciaría provincial, la Unidad 9 de La Plata y la cárcel de Caseros.

CAMARISTAS. Cuando le hablan de que el mismo juez que lo blanqueó y que él señala que estuvo en el D2 está imputado y por ser llevado a juicio político, al igual que Otilio Romano, Mochi señala que la noticia lo sorprendió, pero más porque no sabía que ambos seguían formando parte de la Justicia federal. “Si yo tuviera que definir a Miret, lo considero un milico más”, explica Mochi, y recuerda que, a la hora de declarar mientras estuvo detenido, quiso narrar todo lo sufrido en el D2 y Miret le planteó que debía contar todo lo relacionado con su actividad política, por lo que “aparece como que yo me negué a declarar”, afirma Mochi, quien, 30 años después de lo que le ocurrió, finalmente pudo declarar la semana pasada.

El regreso después de treinta años
El retorno de Prudencio Mochi a Mendoza no se debió a añoranzas de su juventud, sino a la necesidad de realizar una declaración sobre la causa en la cual fue detenido y torturado. Esta causa también tiene otras derivaciones, y una de ellas es que en su testimonio se nombró a los camaristas Luis Miret y Otilio Romano, por lo cual, sus dichos pueden ser también utilizados en la causa que hay contra ambos camaristas y que hoy se encuentra sin juez tras la separación de Walter Bento.
Fuente:ElSolDiario

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