30 de diciembre de 2010

TUCUMÁN: LISTADO DE LAS VÍCTIMAS DEL CCD ARSENALES.


Uno de los depósitos utilizados como CCDD
28/12/2010 - Realizado por testimonios de sobrevivientes y familiares
El listado de las victimas en el CCDD "Arsenales"
Alrededor de 100 personas conforman la larga lista de víctimas que sufrieron tormentos en el Centro Clandestino de Detención que funcionó durante la última dictadura en Arsenales "Miguel de Azcuénaga".

La nómina fue confeccionada sobre la base de testimonios aportados por sobrevivientes y familiares de las víctimas.

En cada uno de estos nombres está encerrada una identidad que no podrán borrar de la memoria y es la siguiente:

HOLMQUIST Luis Adolfo, FERNÁNDEZ Enrique Raúl, CORRAL Ana Cristina, CAMPOPIANO César Gustavo, MEDINA Celia Georgina, CAMPOPIANO Julio César, NIEVA Oscar René, YACKEL Ernestina Teresa; BARRIONUEVO Mario, BARRIONUEVO Antonia del Valle, DÍAZ SARAVIA José Horacio, GUERRERO DE DÍAZ SARAVIA Teresa Mercedes, OSORES Carlos Raúl, RONDOLETTO Pedro, CENADOR DE RONDOLETTO María, RONDOLETTO Silvia Margarita, RONDOLETTO Jorge Osvaldo y BERMEJO DE RONDOLETTO Azucena.

GONZÁLEZ GALLO María Celestina, ARGAÑARAZ Rosario, ARGAÑARAZ Miguel Alberto, GONZÁLEZ TOLEDO Víctor Hugo, SOLDATI Luis Alberto, IRAMAIN María Trinidad, QUINTEROS René Manuel, CORBALÁN Félix Viterbo, DÍAZ MACÍAS Enrique Gonzalo, AUGIER Alberto Argentino, JIMÉNEZ DE SOLDATI María Isabel, SAADE SAIEG Antonio Naief, BUSTAMANTE Juan Carlos, BERÓN Oscar Rafael, SOSA DE REYNAGA Ana María, MANFREDI Ángel Vicente, MEDINA GUTIÉRREZ Ángel Alfonso, FOTE Fortunato Leandro, MÁRQUEZ Damián Octavio, RODRÍGUEZ Juan Faustino, RODRÍGUEZ Pedro Ricardo, JUSTO Héctor Oscar y PALMIERI DE CERVIÑO Matilde de los Ángeles.

ACUÑA Baltasar, BARRIONUEVO Nemesio Humberto, ALMERICO José, GÓMEZ Juan de Dios, GODOY Enrique, DÍAZ Manuel Julio, PEREYRA Beningno Alberto, ALARCÓN Rina Rosa, DÍAZ Alberto, OLIVERA Manuel Eugenio, FÜRTH Federico Adolfo, GIRIBALDI Osvaldo José Gregorio, FALÚ Luis Eduardo, GONZÁLEZ Hernán Eugenio, VACA RUBIO Raúl Alberto, RODRÍGUEZ ROMÁN DE FIAD María Cristina, YAÑEZ Rafael Vitalino, SAFAROV Víctor Hugo, SÁNCHEZ María Teresa, ARCHETTI Armando, CANO José Antonio, DEL CASTILLO Julio Arnaldo, SÁNCHEZ Enrique Alberto, FOCHI Gustavo Adolfo, MORALES Reyes Humberto, LERNER Rodolfo Hugo, CARRERAS Juan Francisco y GONZÁLEZ Humberto Alfredo.

LORENZO LERMA Andrés Héctor, PASTORI Juan Carlos, CRUZ Ernesto José Segundo, CHAPARRO Santos Aurelio, IÑÍGUEZ Gloria del Valle, BRIZUELA Ramón, CORONEL Alfredo Antonio, CARABAJAL Ercilia Dolores, HOYOS Blanca, ABAD Julio Ricardo, ALDERETE SORIA Alejandro Federico, ALDERETE Víctor Fernando, CAJAL Nora Alicia del Valle, FABIO Diana Elsa, QUINTEROS Juan Manuel, MAZZAMUTO DE ROMERO María Angélica, ROMERO Roberto, ROMERO Antonio Raúl, SUÁREZ Julio Guillermo, SUÁREZ Manuel Humberto, MONASTERIO Francisco Carlos, MOYANO María Candelaria, HAZURÚN Teresita Cándida, MÉNDEZ BRANDER Ángel Adolfo, LASKOWSKI María Margarita, CANTOS Anabel Beatriz, CANTOS Luis y CANTOS Germán.
FuentedeOrigen:TucumanHoyFuente:Agndh

Carta de Juan José Cazorla dando cuenta de la restitución de los restos de su madre Mercedes Morales, secuestrada en Monteros



Queridos compañeras/os
Me llamo Juan José Cazorla, muchos de ustedes me conocen sin saber quién soy pues estuve presente, lo más que pude, en el juicio a los genocidas de Jefatura.

Quiero compartir con todos la restitución de los restos de mi madre, Mercedes del Valle Morales que fue secuestrada, en Monteros durante el mes de mayo de 1976, junto a mis abuelos - Toribia Romero de Morales y José Ramón Morales- y tíos -José Silvano Morales, Juan Ceferino Morales y Julio César Morales- , todos se encuentran desaparecidos salvo mi tía abuela, Angélica Romero, que fue liberada a los pocos días.

Hace un par de años me reencontré con mi familia materna, gracias a la excelente investigación realizada por la CONADI y el Nodo Tucumán de Abuelas de Plaza de Mayo, nunca hubo denuncia sobre mi existencia ante Abuelas por lo que el mérito de la CONADI es muy valorable.

Sé que es gracias a la persistente actividad de los organismos de derechos humanos que hoy puedo disfrutar el haber encontrado a mi familia y destaco el trabajo del EAAF que encontraron e identificaron los restos de mi madre.
Por todo esto es que quiero compartir con ustedes esta triste alegría de poder cerrar un capítulo de mi historia.
Me gustaría que nos acompañen a toda la familia Morales en el momento del entierro de mi mamá, les avisaré la fecha en el momento oportuno.

Reitero mi agradecimiento a la lucha de los organismos de derechos humanos, la CONADI, EAAF, Nodo Tucumán de Abuelas de Plaza de Mayo y a todos aquellos que me apoyaron y acompañaron en esta búsqueda. No quiero dejar de tener presente a mi tía abuela Máxima Rita de Moreno y a su hija Isabel que son quienes, desafiando las persecuciones y represión de la dictadura, hicieron todo lo posible para encontrar a mi familia.

Reciban todos y todas un afectuoso abrazo en mi nombre y el de mi familia.

Juan José Cazorla (tengo en trámite la rectificación de mi identidad)
Fuente:Agndh
FuenteFoto:Desaparecidos.org


Detalle minucioso de las torturas a las que sometían a los detenidos
28 de Diciembre de 2010 Picana eléctrica, submarino, muerte por tétanos, arrastre por campos de espinas, eran algunos de los tormentos que aplicaban los asesinos.
La sentencia del juez federal Daniel Bejas en la causa Arsenales, contiene una parte donde se describen algunas de las torturas a las que eran sometidos los prisioneros durante la dictadura militar y particularmente en Tucumán que estaba bajo el mando del genocida Antonio Domingo Bussi, quien cumple cadena perpetua.

Dice la resolución de Bejas que "conforme relatos coincidentes de los sobrevivientes los detenidos eran interrogados mediante la aplicación de picana eléctrica en diferentes partes del cuerpo especialmente sensibles como genitales, lengua, párpados, pechos, oídos, etc; que para tales fines eran atados a la estructura metálica de una cama (“parrilla”) y en ocasiones mojados u obligados a beber agua para mejorar la conductividad de la electricidad en su cuerpo y aumentar de esa manera el dolor; que también se les aplicaba la técnica del “submarino”, conforme la cual se sumergía al detenido con las manos atadas a la espalda en un tacho con agua, excrementos y orines, hasta producirles asfixia, aplicando incluso electricidad en el tacho, lo que llevó a la muerte de muchos de los cautivos."

En otro parrafo destaca que "también se realizaba el llamado “enterramiento”, “pozo” o “arbolito”, método particularmente atroz por el cual las personas en poder de sus captores eran enterradas desnudas, dejando solamente su cabeza fuera de un pozo cavado en la tierra, que previamente era mojado a fin de compactarlo, lo que provocaba en la persona una pérdida absoluta de manejo de su cuerpo, grandes dolores, fuertes calambres e infecciones en la piel de toda índole, produciéndose en muchos casos la muerte por tétanos".

Otra técnica de tortura descripta por los sobrevivientes era el denominado “arrastre” que consistía en atar a los prisioneros a un tractor que se ponía en marcha y éstos resultaban muy lastimados por el suelo irregular, plagado de espinas y desniveles; asimismo se realizaba el colgamiento de los detenidos de una barra ubicada a unos tres metros de altura, sin poder tocar el suelo con los pies, lo que desgarraba sus músculos, o bien de ganchos que se colocaban en la pared del edificio del CCD, a veces de sus testículos …; también se impartía a los prisioneros golpes en todo el cuerpo, los que en ocasiones producía severos deterioros en la salud de los detenidos, simulacros de fusilamiento y otras acciones igualmente devastadoras.-

Los castigos físicos de los responsables del centro clandestino eran acompañados de sofisticadas torturas psicológicas, induciendo a los detenidos a colaborar, careándolos unos con otros para producir “quiebres”, amenazándolos a ellos o a sus familiares y en muchos casos torturando a personas enfrente de familiares cercanos o a propósito de éstos y de sus actividades, o enfrentándolos a sus parejas, compañeros o vecinos."

Consecuentemente con el relato precedente, cabe concluir que los tormentos constatados sobre las personas detenidas clandestinamente en el centro clandestino Arsenal, se produjeron en forma sistemática, simultánea y continúa, se realizaron intencionalmente como medio intimidatorio a efectos de obtener supuestas confesiones, ocasionando a sus víctimas sufrimientos físicos y mentales.

Además corresponde advertir que al momento de los hechos, las Fuerzas Militares y de Seguridad seleccionaron a las víctimas dentro del grupo de población que calificaron como “la subversión”, al que consideraron compuesto tanto por personas con alguna afiliación o afinidad política, como por aquellas que -sin intervención en partidos o grupos políticos- tenían alguna vinculación con reclamos o reivindicaciones sociales, o bien por quienes simplemente mantenían relaciones personales con personas vinculadas a la actividad política o social.

Torturas seguidas de muerte: El tercer párrafo del art. 144 ter conforme ley 14616 del C.P., tipifica una agravante del tipo penal de torturas, la que se configura cuando, a consecuencia de los tormentos, se produce la muerte de la víctima… Del análisis de la prueba obrante en las causa conexas a la presente, surge demostrado presuntamente el delito de torturas seguidas de muerte en perjuicio de Julio César CAMPOPIANO, Juan de Dios GOMEZ, Enrique Gonzalo DIAZ MACIAS, Víctor SAFAROV, Humberto Alfredo GONZALEZ, Gustavo Adolfo FOCHI, Julio Ricardo ABAD y Ángel Adolfo MÉNDEZ BRANDER
Fuente:ElDiario24


miércoles 29 de diciembre de 2010
Tucumán: Desnudan el horror en el centro clandestino más sangriento del NOA
PRIMERA FUENTE
Se trata del ex Arsenal Miguel de Azcuénaga, considerado el destino final del circuito represivo que montó el último gobierno de facto. El juez federal Nº 1, Daniel Bejas, procesó a 21 imputados de mandos intermedios que cometieron delitos de lesa humanidad en ese lugar. Por primera vez procesó por delitos de abuso y violación sexual contra mujeres que estuvieron detenidas en cautiverio.

El ex Arsenal Miguel de Azcuénaga habría comenzado a funcionar en los primeros meses del año 1976, y allí habrían sido alojadas personas secuestradas de sus domicilios o en la vía pública, muchas de las cuales habrían sido detenidas primeramente en otros centros clandestinos de la provincia. Allí las víctimas, alrededor de unas 80 personas, sufrieron torturas y algunas, hasta encontraron la muerte.


“Allí funcionó como destino final del circuito represivo, donde se habrían ejecutado las decisiones finales respecto de las víctimas detenidas clandestinamente”, concluyó el juez federal Nº1, Daniel Bejas, en la resolución en la que procesó a 21 personas de mandos medios involucrados en los delitos de lesa humanidad cometidos en ese predio militar, ubicado sobre la ruta nacional Nº9.


Los acusados, encabezados por el ex policía Roberto “El Tuerto” Albornoz (hoy preso en el penal de Villa Urquiza, después de ser condenado por los delitos cometidos en la ex Jefatura de Policía), fueron imputados por los delitos de violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, torturas agravadas, torturas seguidas de muerte, homicidio agravado, asociación ilícita agravada.


“Aquellos imputados –expresa el escrito de Bejas- que poseían capacidad de decisión conforme su ubicación en la cadena de mandos, tanto de las Fuerzas Armadas como de las fuerzas de seguridad, habrían prestado una colaboración imprescindible para la comisión de tales ilícitos al amparo de tres decisiones que sí habrían conformado directamente el plan criminal: la clandestinidad de la detenciones; la autorización relativa a que los/las detenidos/as clandestinos sufran condiciones inhumanas a fin de quebrar su resistencia moral; la garantía de impunidad para los ejecutores”.


En el expediente también se destaca que los sobrevivientes relataron el horror de las torturas, con la aplicación de picana eléctrica, en partes del cuerpo especialmente sensibles como genitales, lengua, párpados, pechos, oídos. “Para ello –se expresa en el expediente- eran atados a la estructura metálica de una cama (“parrilla”) y en ocasiones mojados u obligados a beber agua para mejorar la conductividad de la electricidad en su cuerpo y aumentar de esa manera el dolor. Otros métodos atroces que se aplicaron fueron los llamados “submarino” o “enterramiento”, “pozo” o “arbolito”. A través de estos últimos, las personas detenidas eran enterradas desnudas, dejando solamente su cabeza fuera de un pozo cavado en la tierra, y en muchos casos terminaban en casos de muerte por tétanos.


Por primera vez, Bejas también procesó a los imputados por delitos sexuales. “Los delitos sexuales cometidos por subordinados contra detenidos/as clandestinos/as, si bien no habrían conformado el conjunto de ilícitos directamente ordenados por las Fuerzas Armadas, si habrían conformado el conjunto de delitos a producirse como consecuencia natural de la clandestinidad del sistema y de la garantía de impunidad vigente”, concluyó, luego de marcar los antecedentes del Derecho Internacional respeto a este tipo de delitos.


En tanto, Bejas confirmó a primerafuente que se trata de la megacausa más importante por los delitos de lesa humanidad cometidos en Tucumán, y que será unificada con el primer expediente (Arsenales I), donde ya fueron procesados los represores Antonio Domingo Bussi y Luciano Benjamín Menéndez.
Fuente:Argenpress                                                          

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