25 de enero de 2011

MENDOZA: UN TRIBUTO A VICTORIO CERUTTI-JUICIO: MAÑANA SE REANUDAN LAS AUDIENCIAS-EL TRIBUNAL VISITARÁ TRES CCD.

PROYECTO PARA QUE MENDOZA TENGA SU PRIMERA CASA DE LA MEMORIA
Un tributo a Victorio Cerutti
La familia del empresario secuestrado por la Marina en 1977, a quien le hicieron ceder sus bienes, empezó una campaña para lograr que la casa donde vivió se convierta en Museo de la Memoria. Falta que el Congreso nacional apruebe la expropiación.
Por Laura Vales
Los chicos de una escuela lindera con la casa de la familia Cerutti hicieron una pintada de apoyo.


Las nietas de Victorio Cerutti, desaparecido en 1977, relanzaron una campaña para juntar firmas en reclamo de que la casa donde vivió el empresario mendocino –y en la que fue secuestrado– se convierta en un Centro Cultural y de la Memoria. Está ubicada en Chacras de Coria, Mendoza, provincia que por su perfil conservador todavía no tiene ningún centro de este tipo. Cerutti era el presidente de la firma Cerro Largo cuando, en enero de 1977, fue secuestrado junto a su yerno, Omar Masera Pincolini, por el Grupo de Tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada. Los marinos desaparecieron también al abogado de la firma, Conrado Gómez, y a su administrador, Horacio Palma, y se apropiaron de las tierras de la familia. El caso llegará a juicio oral este año, como parte de la megacausa por los crímenes cometidos en la ESMA.

“La casa ya fue declarada patrimonio histórico por la Legislatura provincial, pero falta que el Congreso (nacional) sancione la ley de expropiación”, señaló Mariana Masera, nieta de Victorio, que impulsa la campaña junto a su prima Mónica Cerutti. El pedido de adhesiones (que pueden hacerse a través de la página www.barriocasagrande.com) tiene urgencia porque el proyecto de ley quedó trabado en Diputados. Había logrado la media sanción en Senadores, pero ahora está a punto de perder estado parlamentario.

La idea de que la casa –que tiene diez habitaciones, un patio central y un jardín– sea un espacio de referencia de los derechos humanos para Mendoza es apoyada por todos los organismos de la provincia. Comenzó a tomar forma en 2006. Dos años más tarde, con el apoyo del gobierno kirchnerista y la firma de la entonces senadora por Mendoza, Marita Perceval, el proyecto ingresó a la Cámara alta. Allí fue aprobado por unanimidad. Mónica Cerutti detalló lo que siguió después: “En Diputados, Vilma Ibarra se ocupó de que fuera aprobado en la comisión de Legislación General y Victoria Donda en la de Derechos Humanos. Pero quedó trabada en la comisión de Presupuesto, en las últimas sesiones del año pasado, cuando la oposición bloqueaba el tratamiento del Presupuesto nacional. En esa lógica de no trabajo que se dio en el Congreso, el proyecto terminó congelado”.

Cerutti fue secuestrado el 12 de enero de 1977. Hombres del grupo 3.3.2 de la ESMA, que actuaba bajo las órdenes del almirante Emilio Massera, entraron a las tres de la madrugada a la vivienda, forzando las puertas con golpes y patadas, y se llevaron al empresario, que tenía 75 años. En otro sector de la misma finca, conocido como “La Casita”, dormía su yerno, Oscar Masera Pincolini, de 41 años, junto a su mujer y sus tres hijos. También se lo llevaron, después de golpearlo hasta dejarlo inconsciente.

Cerutti provenía de una de las familias fundadoras de Chacras de Coria, donde se dedicaba a la vitivinicultura; su yerno Omar era ingeniero agrónomo. Unos días antes de que los secuestraran habían sido desaparecidos en Buenos Aires, también por la Armada, los otros dos socios de la empresa Cerro Largo, el abogado Conrado Gómez y el contador Horacio Palma. Los llevaron a todos a la ESMA, donde luego de meses de cautiverio fueron obligados a transferir las tierras de Cerro Largo a la sociedad Wil-Ri. El nombre de esta SA estaba formado por la conjunción de las sílabas iniciales de los nombres de dos represores, Wil por Federico Williams, nombre falso del torturador de la ESMA, Francis William Whamond; y Ri por Héctor Ríos, nombre falso de Jorge Rádice, otro torturador del centro clandestino.

Wil-Ri tenía sede legal en Cerrito 1136, 10º piso, Ciudad de Buenos Aires, el mismo domicilio legal del Partido para la Democracia Social del almirante Massera. En los ’80, la SA fue comprada por una nueva empresa, perteneciente al hijo del represor Eduardo Massera y su tío Carlos Massera.

La casa no fue apropiada por los marinos, aunque sí malvendida por la esposa de Cerutti, a raíz de numerosas amenazas. La intención del proyecto es que funcione un museo, pero que también tenga aulas para dar clases, una biblioteca y un lugar para exposiciones y otras actividades culturales.

En Chacras de Coria, el proyecto tiene el apoyo de los vecinos, que ya en el ’99 evitaron que el lugar fuera demolido, frenando un intento de que se construyera ahí un supermercado. Junto con la iniciativa por el Centro de la Memoria, también se está impulsando el reclamo de que el loteo apropiado por los marinos y denominado desde entonces Wil-Ri cambie su nombre y el de sus calles por los de Honor por Victorio Cerutti, Justicia por Omar Masera, Equidad por 30 mil desaparecidos, Caridad por Conrado Gómez y Amistad por Horacio Palma.

“Los organismos de derechos humanos y un sector importante de la sociedad han luchado para que en Mendoza pudieran comenzar los juicios por los crímenes de la dictadura”, señaló Mónica Cerutti. “Fue una lucha muy grande, porque hubo jueces y otros funcionarios que desde dentro del poder judicial se oponían, por haber sido cómplices de los militares. La provincia se merece tener u n espacio para la memoria y la defensa de los derechos humanos.”

El crimen de Paco Urondo

Mañana se reanudarán las audiencias en Mendoza por el homicidio del poeta y militante Francisco “Paco” Urondo y otras 23 víctimas de la última dictadura. El Tribunal Oral Federal N°1 mendocino le tomará declaración a uno de los testigos más esperados de la causa: Javier Urondo, el hijo del poeta y uno de los impulsores de la investigación que logró la reapertura del proceso judicial. Con su testimonio, el debate oral ingresará en el primer día de análisis de cada uno de los casos y empezará a abandonar la etapa de testigos contextuales. Paco Urondo fue trasladado en mayo de 1976 por Montoneros a Mendoza con la misión de rearmar una regional devastada. Cayó el 17 de junio en una cita cantada en Guaymallén, cuando iba en el Renault 6 verde de su compañera Alicia Raboy, también con Angela, la hija de ambos, y otra militante. Por razones de salud, el Tribunal tomó declaración domiciliaria al propietario de un corralón de Guaymallén que vio la persecución a Raboy, el secuestro y a quien ella alcanzó a darle a Angela, que finalmente también fue secuestrada y trasladada a Casa Cuna.
Fuente:Pagina12                                                              


24 de Enero
LESA HUMANIDAD: EL JUICIO
Historias del debate: el comunista con el que la dictadura se ensañó
Ángel Bustelo tenía 67 años cuando fue detenido. Su edad no fue obstáculo para que el gobierno militar lo sometiera a numerosas torturas
Por DANIEL CALIVARES

Hay dos nombres que en el juicio por delitos de lesa humanidad son constantemente mencionados por todo ex detenido político que pasó por la Penitenciaría provincial. El primero de ellos es el del periodista y escritor Antonio Di Benedetto. En tanto, la causa del segundo es una de las tantas que el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) está llevando adelante en el juicio y que, en las próximas semanas, se profundizará: el secuestro y detención de Ángel Bustelo. Ambos tienen algo en común y es que los militares se ensañaron con ellos. Eran hombres grandes, pero eso no importó.

QUIÉN ES. Ángel Bartolo Bustelo, en setiembre de 1976, al momento de ser detenido, era miembro del Partido Comunista, con mucha trayectoria a su espalda y también con una gran cantidad de persecuciones por parte de los gobiernos de facto, debido a la ideología que profesaba. Había sido candidato a ocupar un cargo en la Legislatura provincial como diputado, también había cumplido el papel de secretario general del partido e, incluso, había sido acusado por la España franquista de formar parte “de la leyenda antiespañola”, luego de que el comunismo criticara los establecimientos carcelarios y las condiciones en la que vivían los presos en aquel país. Bustelo, quien era un reconocido abogado en Mendoza, debió pasar por la misma situación que esos presos, pero en Argentina, cuando la dictadura militar decidió que él debía formar parte de los miles de detenidos políticos que existieron en todo el país entre 1976 y 1983.

LA DETENCIÓN. Bustelo tenía 67 años cuando fue detenido, la noche del 3 de setiembre de 1976, en su casa de la calle Tiburcio Benegas de Capital. Esa noche, el hombre se encontraba con su mujer, Petrona Elba Alam, y con los hijos de ambos, cuando, alrededor de las 22, un gran movimiento se gestó fuera del domicilio sin que ellos se percataran. Cuando se dieron cuenta de qué estaba pasando, ya era demasiado tarde. Al grito de “Ejército argentino”, un grupo de personas armadas ingresó violentamente en la casa y preguntaron: “¿Quién es Ángel Bustelo?”. Tras responder Bustelo que era a él a quien buscaban, los militares lo encapucharon, maniataron y lo sacaron de la vivienda con un arma apoyada sobre la espalda. Mientras tanto, su mujer era atada a una silla y sus hijos encerrados en distintas habitaciones de la vivienda.

Fuera de la casa, a Bustelo lo esperaba su transporte: un camión militar en el que viajaban más militares, todos de uniforme e, igual que los sujetos que ingresaron a la vivienda, fuertemente armados. Durante todo el trayecto al Comando de la VIII Brigada de Infantería de Montaña, los acompañantes de Bustelo lo golpeaban con las culatas de las carabinas y se decían entre ellos: “Ya vamos a ver qué hacemos con este viejo”. Una vez que llegó al Comando, fue interrogado por diversos temas durante dos horas. Incluso, se le pidió que diera nombres de otros dirigentes políticos. Ya en la madrugada, debió soportar un nuevo traslado, esta vez a la Compañía de Comunicaciones, donde, antes de ingresar, fue sometido a un simulacro de fusilamiento. Dos días después, y tras ser interrogado nuevamente, lo alojaron en una celda de aislamiento, hasta que el seis de setiembre fue trasladado a la Penitenciaría.

Sin embargo, su “nuevo hogar” lo sería por poco tiempo, ya que tres semanas después lo subirían a un avión Hércules, junto a un centenar de ex detenidos políticos, para ser trasladados a La Plata. Allí Bustelo volvería sufrir en carne propia el ensañamiento. Todos los trasladados de ese viaje llevaban pulseras, pero estas podían ser de dos colores. Uno de ellos significaba que el detenido debía ser golpeado, igual que todos los demás. En cambio, la segunda categoría, entre los que estaba Bustelo, significaba que debían ser más golpeados que la mayoría. En ese “selecto grupo”, además de Bustelo, se encontraba Di Benedetto. De hecho, son varios los testigos que aseguran que en una oportunidad Bustelo llegó a quedar con la espalda negra debido a los golpes recibidos.

ROBO BIBLIOGRÁFICO. Bustelo no sólo debió soportar su secuestro, sino también un robo por parte de los mismos militares que lo mantuvieron encerrado durante casi un año. La misma noche que se lo llevaron, los miembros de las Fuerzas Armadas tuvieron oportunidad de observar la biblioteca que tenía en su casa el escritor y político. Por eso, unos días después, otra vez los uniformados fueron a la casa de Bustelo y se llevaron de ahí alrededor de 300 libros, que Bustelo jamás volvió a ver. Fueron varios los intentos por liberarlo durante su encierro. Por un lado, miembros del Partido Comunista acudieron al Ministerio del Interior, mientras que su esposa intentó reunirse en varias ocasiones con el general Jorge Alberto Maradona, pero todas las tentativas fueron en vano, hasta que en 1977, el delicado estado de salud provocó que Bustelo tuviera que irse de la cárcel de La Palta y volver a la Penitenciaría de Boulogne Sur Mer, de donde fue liberado el 11 de agosto de ese año.

Testigo histórico
Ángel Bustelo, quien falleció en 1998, fue testigo de un juicio histórico para Argentina. El ex detenido político fue uno de los testigos que desfilaron por el Juicio a las Juntas Militares en 1985. En esa ocasión, Bustelo contó lo que vivió durante la última dictadura militar.
Fuente:ElSolDiario



25 de Enero
LESA HUMANIDAD: EL JUICIO
El Tribunal Oral tiene previsto visitar tres centros clandestinos de detención
Dos de las inspecciones oculares están planeadas para febrero, la tercera aún no tiene fecha de realización.
Por DANIEL CALIVARES

Son varios los lugares que el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) ha recorrido, pero varios más están en la agenda de los jueces que quieren conocer, para tener una mejor comprensión de los testimonios, cada uno de los sitios en donde hubo detenidos o donde podrían existir restos de desaparecidos durante la última dictadura militar. Por eso, para lo que resta del debate, hay planificadas visitas a tres lugares en los que el gobierno militar alojó y torturó a detenidos políticos, aunque podrían agregarse más en las próximas semanas, si llegara a surgir alguna revelación que así lo amerite.

LICEO. Uno de los lugares agendados por el tribunal oral para visitar es el Liceo Militar General Espejo. Se trata de uno de los tantos centros clandestinos de detención identificados por la Conadep, a través de testimonios de personas que estuvieron detenidas allí. De hecho, en el debate ya declaró un testigo que estuvo detenido en ese lugar. Se trata de Horacio Martínez Baca, hijo del ex gobernador mendocino Alberto Martínez Baca, el último gobernador electo antes del golpe de Estado. Martínez Baca, durante su testimonio, explicó que estuvo alojado en Liceo, con aproximadamente 120 personas, antes de ser pasado a la Compañía de Comunicaciones.

El testigo también explicó que en Las Lajas no le aplicaron electricidad pero sí lo golpearon. Asimismo, la semana pasada, Pedro Tránsito Lucero explicó que la madrugada del 24 de marzo de 1976, poco después de que la Junta de Comandantes tomara el poder, miembros del Ejército argentino lo fueron a buscar a su departamento, adonde había llegado poco antes, tras salir de trabajar del diario Los Andes. Tras haberlo vendado y subido a un rastrojero, el hombre fue llevado al Liceo Militar, en donde también fueron encerrados directivos y profesores universitarios. Lucero explicó, además, que hubo personas que fueron llevadas a ser interrogadas y nunca más volvieron, y señaló que los encargados de los interrogatorios eran suboficiales de la Fuerza Aérea.

SEGUNDO DESTINO. El mismo día que se haga la inspección al Liceo Militar General Espejo, hay una segunda visita planificada, y es a la Compañía de Comunicaciones de Montaña, dentro del predio de la VIII Brigada de Infantería de Montaña. Este lugar, según constató la Conadep en su momento, era una contrucción rectangular con varias habitaciones, en donde se interrogaba a los detenidos durante su cautiverio. Por este lugar también pasó Martínez Baca, quien señaló que allí lo sometieron a torturas con picana eléctrica y quien lo hizo fue uno de los acusados en el juicio por delitos de lesa humanidad, Dardo Migno.

Si bien estaba planificado que estas visitas fueron hoy, ambas fueron postergadas para más adelante, ya que la idea es que más testigos narren lo que vivieron durante su detención en estos lugares. En ese sentido, se espera la declaración de Rafael Morán, prevista para el 2 de febrero. Morán, quien igual que Lucero, era periodista de Los Andes cuando ocurrió el golpe de Estado, también estuvo alojado en el Liceo y pasó por comunicaciones. El Tribunal espera hacer ambas visitas el mismo día que declare Morán, es decir, el 2 de febrero.

EL TERCER LUGAR. Para la última visita que tiene prevista el Tribunal aún no hay fecha determinada. El lugar elegido es el campo Las Lajas, un terreno que pertenece a la Fuerza Aérea y en el que habrían desaparecido varios detenidos políticos. Son diversos los testimonios que aseguran que allí funcionó un centro de detención durante la última dictadura militar. De hecho, en el 2009, miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) estuvieron haciendo una excavación en el lugar, luego de que el juez federal Walter Bento autorizara la búsqueda.

Estas tres inspecciones oculares formarán parte de las que ya hizo el Tribunal desde que comenzó el debate y, además, tendrán la misma metodología, es decir, los jueces en cada lugar serán acompañados por algún testigo que haya estado detenido en el centro clandestino correspondiente y que les irá mostrando a los funcionarios judiciales en qué lugar los mantenían encerrados y dónde eran torturados. Anteriormente, el TOF1 ya visitó el D2, acompañado de Fernando Rule, y la Comisaría Séptima, en donde fue guiado por Pablo Seydell.
Fuente:ElSolDiario

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