24 de enero de 2011

MENDOZA: UNA PROVINCIA QUE MIRA PARA OTRO LADO.

24 de Enero de 2011
"Matar malos está bueno", o las 9 estaciones del cura Gómez en una Mendoza que mira para otro lado

El cura Jorge Gómez.
Mientras todos nos sorprendemos por el pensamiento del sacerdote católico Jorge Gómez, miembro del Instituto del Verbo Encarnado, él sigue ofreciendo líbremente sus "enseñanzas" y Mendoza, en tanto, "exportando" al mundo curas con ese formato. La provincia no respondió con fuerza al despropósito del cura censurador.





por Gabriel Conte

El sacerdote malargüino existe y sigue allí, una semana después de que MDZ revelara el primer escándalo del que fue protagonista: la censura a un grupo de artistas. Pero lo grave es que apenas se encendió la luz, quedó en evidencia toda su carga perversa: dijo por radio Nihuil que violar a una niña es menos grave que violar la fe (y lo expresó, claro está, en el contexto de los curas abusadores). Luego, MDZ descubrió sus “enseñanzas” en un microprograma para niños emitidos por Canal 6 de San Rafael en 2007 –“Ciudad Católica”, conducido por el actual vocero del Obispado de San Rafael- en el que, tratando a los niños como tontos, les explicaba que “hay armas buenas y armas malos”. Claro, para el señor de la sotana, “matar malos está bueno”.



El oprobio de este hombre que está al frente de una iglesia en la villa cabecera de un municipio de Mendoza volvió a ser tope este fin de semana cuando, rompiendo el silencio al que fue condenado por sus superiores del Obispado de San Rafael, declaro a la revista porteña Veintitrés estar “orgulloso” de que la Inquisición esté viva en Malargüe.

A ver si entendemos: no se trata de un episodio cómico. Y si así lo fuera, ¿cuántas veces la censura de la Iglesia que acompañó a los dictadores eliminó partes de programas de humor o de alguna película de Isabel Sarli por mostrar una teta, o por mencionar esa palabra? O ¿cuántas otras se levantaron programas, se persiguió a sus artistas y se los condenó al exilio laboral y hasta físico por decir, por ejemplo, “culo”, “Perón” o “democracia”?

El sacerdote Jorge Gómez, alias “Pato”, ha dicho, por lo menos, tres barbaridades públicamente sin mayor reprimenda que un chaschás en la cola, que –atentos a su fervor fundamentalista- bien pueden operar como autoflagelación, combustible para envalentonarse. Ni siquiera un vampiro resistiría una similar exposición a la luz, acostumbrados a operar en las sombras.

La Inquisición –de cuya vigencia malargüina se vanagloria el sacerdote- fue la etapa en donde la Iglesia instituyó los tormentos más sórdidos para excrutar las creencias de quienes sospecharon capaces de ser libres de pensamiento y de no acogerse a los designios del Vaticano.

Para seguir la ilación del caso, sinteticemos en estas nueve estaciones cuál ha sido la débil respuesta institucional que ha merecido:

1- Se conoce el caso. MDZ aporta la historia y el video en donde se ve al sacerdote irrumpir en el escenario del Festival del Chivo y silenciar a los miembros de la Coral Luthiereces.

2- Estalla la polémica dentro de la propia Iglesia, en donde algunos no quieren opinar (los voceros del Arzobispado) y otros, sacerdotes individuales, salen a refutar al malargüino.

3- La Municipalidad de Malargüe, en boca del intendente Agulles, sale a atenuar los dichos del cura: “No quiso censurar a nadie”, dijo en un comunicado que publicó el domingo pasado el diario Uno.

4- El cura, envalentonado por la exposición pública, le dice a MDZ: “Sí, censuré; tenía que hacerlo”, dejando en ridículo a sus defensores de la política vernácula.

5- (…) Silencio de las autoridades provinciales, salvo un mensaje por Twitter del ministro de Gobierno, Justicia y Derechos Humanos, Mario Adaro, que –actuando como espectador- condena las palabras vía ciberespacio.

6- Frente a la repercusión nacional e internacional, el Obispado de San Rafael sale a reprender al sacerdote.

7- El cura sigue en la iglesia del Sur, ya que nadie le pidió cosa en contrario. Amenaza con hacer una manifestación en su apoyo.

8- Por Facebook, convocan a una marcha al Arzobispado para exigirle que se exprese con dureza frente al pensamiento y la acción del hombre de la Iglesia.

9- Ante la reprimenda del jerarca, el secretario general de la Gobernación repudia sus palabras, previo ensalzar al Obispado de San Rafael por su reto.

El tema amenaza con extinguirse. Pero en el Sur de Mendoza pasan cosas que no dejan de suceder porque los medios nos distanciemos del asunto. Así como en su momento el censurador fue otro cura, Ramiro Sáenz, ahora el Gómez y a cada instante es alguno de los cultores de un rito sectario que muchas veces ha sido intervenido por el propio Vaticano.

Nada tiene que ver esa iglesia con otras, nos recuerdan los sacerdotes que trabajan en los barrios de Mendoza a favor de los más desfavorecidos, y que asisten a la legítima espiritualidad de cientos de miles de personas.

Pero tampoco nada tiene que ver la Iglesia, como institución, con el estado, por más que mucha gente tenga que ver con la Iglesia. No hay analogía que valga.

Por ello, esta Mendoza que tanto se ha enorgullecido de la vigencia de sus instituciones, está dejando al descubierto que, en realidad, el respeto es por otras muy diferentes a las de la democracia y son precisamente aquellas que se muestran más cerradas que un Tupper.
Fuente:Mdzol.com                                                         

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