8 de febrero de 2011

COMUNICADO DE H.I.J.O.S. CAPITAL.

H.I.J.O.S.
5/2/2011
La Justicia lenta es impunidad

Otro genocida murió y se llevó a la tumba la verdad sobre los desaparecidos y sus hijos nacidos en cautiverio. Se trata de Rubén Víctor Visuara, represor que gozó de una vida impune y recién en 2010 se sentó por primera vez en el banquillo de los acusados, ante un Tribunal.

Su abogado defensor fue otro genocida, Bernardo José Menéndez, condenado en 2010 a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, pero todavía en libertad, debido a que aún no está firme el fallo.




Visuara, ex agente de la SIDE, durante la dictadura cívico-militar fue el primer jefe del Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio “Automotores Orletti”, ubicado en el barrio porteño de Floresta, Centro que fue parte del siniestro “Plan Cóndor”. El 4 de junio de 2010 Visuara había comenzado a ser juzgado junto a cinco represores por 65 víctimas de “Automotores Orletti”. Pero, una vez más, la Justicia llegó tarde.




Lo que pasó con Visuara no es un hecho aislado: es una situación. Y es grave: hay genocidas que mueren impunes, y para revertir esto es urgente que se aceleren los juicios, que se desclasifiquen todos los archivos de la dictadura, que se capture a todos los prófugos, que los fallos estén firmes con celeridad, que se proteja y acompañe a los testigos.




Muchas madres murieron sin saber la verdad sobre sus hijos y con la esperanza de que algún día los genocidas estarían tras las rejas, en cárcel común, perpetua y efectiva. Después de muchos años, de mucha lucha, de mucho dolor, estamos viviendo el momento histórico en el que se está empezando a concretar el Juicio y Castigo para ellos. Pero sólo para algunos y sin que ni uno, pero ni siquiera uno, le diga al pueblo lo que quiere saber: dónde están los 30.000 detenidos-desaparecidos. Necesitamos saberlo, empezar a cerrar los duelos, ver los cuerpos, enterrar los restos, dejar de heredar generación tras generación la historia en clave de impunidad.




La Justicia tiene que investigar los crímenes del terrorismo de Estado y enjuiciar a los responsables. Visuara es hoy el último de la lista de represores que mueren sin condena o que son apartados de los juicios por su estado de salud, el estado natural de las personas de la edad de muchos de ellos. Si la Justicia no ve esto, ¿qué le dirá a la historia las veces que no tenga otra opción más que nombrarla como cómplice de la impunidad?




¿Qué les va a decir la Justicia a las víctimas de la tortura, que recién ahora empezaban a sentir lo reparador de un juicio? ¿Qué le dirá la Justicia, por ejemplo, a Macarena Gelman, hija de María Claudia García Iruretagoyena y Marcelo Ariel Gelman, parida por su madre estando detenida-desaparecida en Automotores Orletti y que luego fue apropiada y recién conoció su identidad a los 23 años? ¿Qué le dirá ahora que Visuara ya no puede pagar su responsabilidad por eso? ¿Qué les dirá la Justicia a los cientos de testigos que esperaron más de 30 años para contar la historia y ahora el represor está muerto?




¿Qué les va a decir la Justicia a las Abuelas que buscan a sus nietos, que ya no podrán ver juzgado y condenado a Cristino Nicolaides por el plan sistemático de robo de niños, porque el represor murió recientemente? ¿Qué les dirá la Justicia a las Madres, que ya no podrán ver en el banquillo a Emilio Massera, respondiendo sobre los crímenes en la ESMA, porque murió en 2010 habiendo gozado de una vida impune?




¿Qué nos dirá a todos la Justicia sobre la imperante necesidad de acelerar los juicios por delitos de lesa humanidad?



H.I.J.O.S.
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
Regional Capital
www.hijos-capital.org.ar
Fuente:Agndh                                                         

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