LESA HUMANIDAD: EL JUICIO
“Lamento que la Iglesia no tuviera una postura más dura frente a lo que ocurría”
El monseñor Rafael Rey defendió lo que hizo la Iglesia pero criticó su acercamiento a los militares durante el proceso
Por DANIEL CALIVARES
Defendió el accionar de la Iglesia durante la última dictadura pero no pudo evitar hacer ciertas críticas hacia la institución. El monseñor Rafael Rey se presentó ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF1) y durante casi tres horas respondió a cada una de las preguntas de los jueces y los abogados. Aunque quiso demostrar que la Iglesia católica estuvo cerca de las víctimas de la dictadura militar, sus respuestas marcaron una fuerte contradicción.
TESTIGO. Rey llegó temprano a los tribunales federales y, sin querer hablar con los medios, esperó que el debate se iniciara y lo llamaran. Una vez sentado delante de los jueces, le aclararon que estaba ahí por las causas que tienen como víctimas a Hugo y Julio Talquenca y a Lidia de Marinis. Ya en su testimonio, Rey aclaró que fue capellán auxiliar del Liceo Militar General Espejo. "Yo daba charlas de formación a los soldados, catequesis y prestaba ayuda", aclaró el obispo emérito de Zárate-Campana, quien actualmente reside en Potrerillos.
Según explicó Rey, durante la dictadura trabajó, además, en el Arzobispado, donde le tocó a atender a los familiares de desaparecidos. "Confeccioné una lista con más de cien nombres, venían familiares todas las semanas", especificó y aclaró que junto con él, el obispo Olimpo Maresma siempre se ocupó del tema de los desaparecidos.
"He escuchado que la Iglesia les dio la espalda a los desaparecidos y eso no es verdad", aseguró y contó que junto con Maresma se entrevistaron con el ex ministro del Interior Albano Harguindeguy y el nuncio Pío Laghi. A los dos les dieron una copia de la lista pero no hubo respuesta de ninguno de ellos. Rey, quien cumplió tareas en un centro de detención (Liceo Militar), explicó también que en una oportunidad denunció que dos detenidos políticos habían sido golpeados ante el general Juan Pablo Saá, lo que le valió ser requisado cada vez que ingresaba a dar misa o catequesis.
"Creo que la Iglesia ignoraba, yo ignoraba, nunca pude comprobar lo que los familiares me decían", aseveró el monseñor, que agregó: "No niego que hubo alguna cercanía entre algunos miembros de la Iglesia y los militares, una amistad especial, tal vez ellos sí sabían algo" y se lamentó porque "la Iglesia no tuvo una postura mucho más dura frente a lo que ocurría y los militares".
IGNORANCIA. Rey intentó explicar que la razón de la quietud de la Iglesia fue por ignorancia, más allá de la lista que él había confeccionado. "Estábamos seguros de que algo muy grande estaba ocurriendo, pero nunca ningún militar nos dijo qué estaba pasando. La inmensa mayoría de la gente estaba preocupada por las desapariciones, pero no terminaba de descubrir quién desaparecía o mataba". Entre los preocupados había otro sacerdote, el padre José María Llorens, quien había sufrido el secuestro de dos personas que colaboraban con él. "Todos pensábamos que habían sido fuerzas de seguridad", explicó Rey, quien terminó su testimonio agradeciendo a Dios haber olvidado "muchas cosas" al mismo tiempo que lamentaba sus olvidos.
Kemelmajer declaró en el juicio a Miret
Eran dos los testigos previstos en el juicio político al camarista Luis Miret pero finalmente declaró uno sólo. Se trata de la ex ministra de la Suprema Corte Aída Kemelmajer de Carlucci, quien fue pedida por la defensa del juez acusado de omitir investigar delitos de lesa humanidad, de haber archivado una causa en la que existía la apropiación de un bebé y de no inhibirse en los Juicios por la Verdad a pesar de su íntima amistad con el general Juan Pablo Saá, quien estuvo imputado por delitos durante la dictadura antes de fallecer.
Kemelmajer explicó que Miret solamente lo conocía por su tarea docente y que hasta el año pasado nunca había sido cuestionado por su actividad judicial. La ex ministra también explicó que, estando ella en la Suprema Corte, los contactos entre ellos se redujeron, ya que no hay muchos vínculos entre la Justicia provincial y la federal. Finalmente, la jueza dijo no tener conocimiento de manera puntual de los expedientes en los que Miret se encuentra acusado. El lunes se escucharán los alegatos de las partes y luego quedará solamente el veredicto.
Fuente:ElSolDiario
17 de Febrero de 2011
Rey: “Algunos de la Iglesia tenían una relación especial con los militares”
Monseñor Rafael Rey declaró ante el Tribunal y habló como ex capellán del Ejército durante la dictadura militar vivida en la Argentina. Dentro de su testimonio dijo que "la Iglesia ignoraba por completo lo que sucedía y que no tuvo una postura dura". Olvidó los nombres de protagonistas de aquellos años.
por Denise Kemelmajer
En el marco del juicio por delitos cometidos por la represión de la última dictadura militar, el monseñor Rafael Rey, fue llamado a atestiguar por haberse desempeñado como capellán auxiliar del Ejército durante la época oscura de la Argentina que comenzó en 1976.
Rey que también fue Obispo auxiliar de Mendoza y luego titular de Cáritas. Actuó como capellán en la Compañía de Comunicación Nº8 en dónde su única tarea, según él, era ir a profesar la misa de los domingos por la mañana temprano. "Mi deber era ir a dar charlas de información, catequesis, hablar con los detenidos políticos, sindicalistas, pero nunca ningún dirigente militar me dijo algo de lo que estaba pasando", dijo sorprendentemente para la audiencia que se encontraba en el recinto de debate.
Durante toda la confesión, el religioso no pudo recordar nombres claves como por ejemplo cómo se llamaba el jefe-comandante que estaba a cargo de la Compañía de Comunicaciones. La parte querellante, quiso "refrescarle" la memoria nombrándole al Comandante Dardo Migno, pero no hubo caso: Rey no recordó.
Desde 1967 a 1992 se desempeñó como secretario canciller, becario y obispo auxiliar de Mendoza. Durante ese período, Rey, explicó que atendía a muchas familias que denunciaban la desaparición de sus hijos. "Hice una lista con datos con más de 100 nombres, se la presenté a Arguindegui (Ministro del Interior en ese momento) y a monseñor Pío Lagui, pero de ninguno de los dos obtuve respuestas. La Iglesia nunca le dio la espalda a los familiares de los desaparecidos", dijo sin advertir la contradicción.
Estuvo 13 años junto al monseñor Maresma, mientras este fue Arzobispo de la provincia, y Rey aseguró que “jamás había escuchado sobre torturas o muertes. La mayoría de las personas no sabía qué estaba sucediendo. La Iglesia ignoraba totalmente lo que pasaba, solo teníamos los testigos de la familia”.
Tras varias preguntas por parte de los querellantes, el sacerdote jubilado y radicado ahora en Potrerillos no pudo negar que “algunos miembros de la Iglesia tenían una relación especial con los dirigentes militares, pero que él no recuerda ningún nombre de sus jefes (militares) ya que no los veía en misa".
Rafael Rey finalizó su declaración diciendo que "si algunos curas sabían de este hecho criminal, entonces se habían olvidado del Evangelio y de lo que predica Jesús".
El abogado Pablo Salinas, integrante de la parte querellante, formuló diversas preguntas al hombre de la Iglesia.
Fuente:Mdzol.com
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